Dos sissies y un retorno 5

Una vez en la habitación, y después de una orgía como la vivida en la Ceremonia de la Marca, nuestras protagonistas continúan explorando su pasión

Como recordaréis, la Ceremonia de la Marca se convirtió en una orgia desenfrenada y había que volver a la habitación. Si quieres saber qué pasó a continuación, sigue leyendo...

Siempre he sido mucho de pensar todo, y por eso llegué a este mundo tan maravilloso tan tarde, ya sabéis! casada con una mujer castellana, educada en la tradición católica a la que su orgullo le impide reconocer que su matrimonio es un desastre y al final, la vida te va llevando por un camino totalmente diferente al que quieres recorrer y en el que es fácil acomodarse hasta que decides que un día no puedes más y, aquella mujer que siempre ha estado en ti, aquella que se ha estado vistiendo a escondidas durante tanto tiempo, brota como una flor entre el cemento. En fin, que os voy a contar si a todas nos pasa más o menos lo mismo, ¡tampoco yo voy a ser especial!

El caso es que mientras nos dirigíamos a la habitación y miraba a mi pequeña putilla tan dócil y sumisa, andar a cuatro patas a mi lado sin protestar por nada, convertida en un receptáculo de semen de todas las texturas y  sabores, no dejaba de pensar en el pánico que me provocaba no estar a la altura de lo que ella, sin duda, merecía. Ninguna putilla que yo conociese hubiera aguantado las vejaciones que mi pequeña aguantó aquella noche memorable y Cerdita, aún pensaba en beberse una jarra llena de leche solo por el placer que la daba complacer a la Mistress de su Aventajada. Y esa condición que atesoraba era algo que yo tenía que canalizar a su favor para que fuese feliz. Esa era mi misión como Sissy de Cerdita, como esa fue la de Ana conmigo.

Llegamos a la habitación y, pese a que no era mi tarea y si llegara a oídos de alguien podría significar mi relevo como tutora de Cerdita, entramos en el baño, dejé la jarra de semen encima de una pequeña cómoda y la ayudé a desnudarse para meterse en la ducha que bien se había ganado.

Primero la blusa, que tenía tanto semen que he de confesar que hasta a una fetichista como yo de la leche le dio un poco de asco.

  • Gracias Ama - dijo con un respeto que me sobrecogió

Sin contestar , la ayudé a quitarse la máscara y cuando pude ver otra vez aquel mar sin olas que eran sus ojos después de tanto tiempo, me di cuenta de que me había enamorado de mi putilla aunque no podía confesarla aún mis sentimientos Afortunadamente, el spandex de la máscara era de muy buena calidad, con lo que no había calado y la  cara no la tenía llena de leche, solo la comisura de los labios mostraba restos resecos de semen que la limpié con una esponja. Una vez limpia, puse mis labios suavemente sobre los suyos y la bese

  • Gracias a ti mi pequeña
  • Usted nunca tiene que agradecer nada a esta putilla Sissy Marlene, yo estoy aquí para servirla a usted y aprender de usted cueste lo que cueste - me confesó mientras se servía un vaso de semen ofreciendome con un gesto otro a mi  que acepté gustosa. Levantó el vaso esperando el encuentro con el mío - ¡Por nosotras! - el chinchín nos llevó a que de un trago, ambas nos bebieramos nuestros vasos apurando hasta el final en una nueva demostración de lo putas que éramos.

Aún no habíamos tragado toda la leche cuando otra vez acerqué mis labios a los suyos pero esta vez el beso no tuvo nada de casto, formando parte de un canto a la lujuria más obscena que se podría imaginar. En nuestras lenguas se mezclaban aquellas corridas tan maravillosas y ahora pasaban de una boca a la otra cómo queriendo rubricar íntimamente un pacto de amor incondicional, porque en el fondo, eso es lo que había en aquel gesto tan oscuro y abyecto, amor puro.

Cuando logramos tragar toda la leche, Cerdita seguía buscando más sexo pero la polla de Sebastián y los tres orgasmos que tuve en la ceremonia me habían dejado agotada y, aunque me sabía muy mal tuve que frenar sus intenciones

  • Cerdita, cuando yo lo desee no cuando tu quieras… que te quede claro…
  • Tiene razón Sissy Marlene, discúlpeme
  • Mira Cerdita, te voy a decir una cosa y espero no tener que volver a repetirla, de acuerdo? - asintió y yo continué - ¡Bien! No quiero que me pidas perdón cada dos por tres, la verdadera cualidad que distingue a una putilla excelente es  saber lo que no debe de hacer para no molestar a su Aventajada y así no tener que implorar su perdón, así los castigos serán más leves y podrás disfrutar más de tu formación, lo entiendes?
  • Si, mi Ama, gracias mi Ama.

Sus ojos reflejaban verdad así que la invité a ducharse mientras salí del cuarto de baño.

Me senté en el tocador mientras Cerdita se duchaba y escribí en mi diario rosa mis propósitos sobre mi putilla en su primer mes bajo mi  tutela, objetivos que estaba convencida de que alcanzaría sobradamente. Cerré con llave mi diario y me dispuse a preparar mi salto de cama rosa y mis zapatillas rosas de pluma para después de la ducha, cuando se abrió la puerta del baño, Cerdita apareció totalmente desnuda ya que a las putillas les estaba totalmente prohibido dormir con ninguna prenda con el objetivo de no entorpecer a ningún deseo de su Sissy en la intimidad de la habitación. Pidió permiso para sentarse en el tocador para maquillarse, accedí a ello y mientras cogía mi  ropa me  fijé en sus gestos, aquellos gestos tan sencillamente femeninos y que eran tan difícil de conseguir sin caer en la parodia que me habían enamorado y que a mi clítoris también le gustaban. Entré en el cuarto de baño y  cerré con llave aún no se muy bien por qué. Abrí el grifo y me metí debajo de la ducha

Cuando salí ya vestida  me la encontré en su jaula totalmente desnuda.

  • ¿Qué haces ahí? - pregunté mientras me sentaba a maquillarme
  • Sissy Marlene, esta es mi cama ahora, eso fue lo que me dijo usted y me dijo que hoy ya no me deseaba, así que voy a descansar si no tiene inconveniente.

En un acto de vejación, ni siquiera contesté. No se si os he dicho que ya apenas me costaba lucir espectacular con el maquillaje, así que en cinco minutos, estaba ajustandome la redecilla para ponerme mi peluca rosa. Estaba preciosa toda en rosa, el color sissy por antonomasia. Me levanté y abrí la puerta de la jaula

  • ¡Sal! - dije ofreciéndole mano para ayudarla a salir - hoy no vas a dormir ahí!

Me miró radiante y me dio la mano. De pie frente a ella me di cuenta de que con lo frenético del día, aún no había tenido tiempo de apreciarla  como merecía y ese momento había llegado y lo iba a disfrutar.

  • No te muevas Cerdita - la dije

Aparté la caída de la peluca castaña de su hombro derecho y pude tocar al fin su piel sin prisas, tersa, suave e hidratada, me fue imposible no acariciar su hombro y notar como se erizaba al notar mis dedos. ¡Era una bomba sexual! La perfección de su piel se extendía a todo su cuerpo perfectamente depilado y su capacidad de reacción a mis estímulos también. Era prodigioso ver como se erizaba cada poro de su piel que tocaba y como suspiraba acompasadamente. Es cierto que a Cerdita le sobraban unos kilos pero eso no era óbice para que fuera la putilla más sexy que había visto nunca. Os dije que, aunque aún no le había dado un  nombre estaba enamorandome de ella? ¿Qué diría Ana de mi?

Seguí mi inspección con mis dedos como principales notarios de aquello, y llegué a su vientre, en cuanto rocé el inicio de su línea alba, su clítoris demostró otra vez que necesitaba cuidados que en breve podrían ser urgentes. Iba dando pasos cortos con mis uñas recorriendo su línea alba mientras sus suspiros iban tornando a gemidos a pasos agigantados, hasta que llegue a la base de su clítoris. En ese momento me puse frente a ella y tenía los ojos cerrados y comprobé que estaba otra vez abandonada al placer, la respiración agitada había suplantado a los gemidos y me recreé en observar su cara mientras mis uñas raspaban aquel divino clítoris. no podía dejarla así, era demasiado cruel, así que me arrodillé delante de ella y mi cara quedó justo a la altura de su monte de Venus, la punta del clítoris lucía húmeda y la punta de mi lengua salió a su encuentro.

  • Ohhh mi Ama, no tiene porqué hacerlo…
  • CHIS! Cállate idiota y déjame hacer lo que yo quiera

Mis manos se posaron sobre las nalgas de Cerdita y la atraje hacia mí, mi lengua se escondió y eran mis labios los que ahora besaban la punta del clítoris, mis dedos abrieron sus glúteos  hallando al fin su vagina y al mismo tiempo que abría la boca para alojar la  feminidad de mi amada mis dedos la empezaban a poseer, y ella, aunque lo intentó, ya solo pudo dejar que su cuerpo respondiera a mis mimos con espontaneidad. Me estaba recreando en cada uno de mis mimos porque quería que en nuestro mundo se sintiese amada y no vejada y por la intensidad de sus gemidos así lo parecía, su sabor llenaba mi boca y tres dedos se apropiaban de su vagina abriendo el camino para un cuarto, tímidamente acariciaba mi cabeza dubitativa de si cogerme y follarme la boca, pero fui yo, dominante, la que tiré de ella hacia mi con cuatro dedos dentro alcanzando mi campanilla con su punta. Llena de ella, empecé a hacer vacíos recreándome en ver los hilos de saliva que la unían a mí.  Un quinto dedo logró su propósito y al notarlo se arqueó, notaba su próstata como un balón para lo que tuve que dejar solo dos dedos para centrarme en ella mientras mi lengua recorría su clítoris. Pero llegó un momento en que debido al placer que sentía, las piernas de mi Cerdita fallaron y cayó al suelo arrastrándome a mí tras ella. Era tan sensible que no paró de contonearse y gemir después de la caída y yo me apresuré a seguir dándola placer, así que busqué de nuevo su vagina y volví a meter dos dedos mientras ella se colocaba en posición fetal para que mi asedio fuese más cómodo…

  • ¡Sigue Ama, por favor!!! Otro más!!

No podía negarla nada, así que un tercer dedo jugaba con su próstata.

  • Uhmmmm, uhmmmm, - los gemidos de Cerdita eran mágicos

Aunque al caerse, su dilatación menguó, estaba recobrando rápidamente su estado con lo que un cuarto dedo estaba entrando en Cerdita y ella no paraba de gemir y contonearse pidiendo más…

  • Ama, por favor, no pare, por favor…Si,si,sigaaaa

No tengo una mano extremadamente grande y la lujuria de mi putilla y la tremenda dilatación que estaba consiguiendo me espolearon a intentar meter el último dedo que la voraz vagina de Cerdita se tragó, pero lo que me dejó alucinada fue cuando entre gemidos me dijo

  • Vamos Ama, no me diga que no lo va a intentar? Por favor… soy suya…

Era evidente que me estaba pidiendo que siguiera y la introdujera el puño entero. El fisting es muy peligroso y puede causar graves lesiones y lo último que quería era hacerle daño, pero yo sabía que era una de las prácticas más placenteras que se pueden realizar y  yo lo iba a hacer con un extremo cuidado.

  • Estas segura Cerdita? ¿Lo has hecho alguna vez?

Sudorosa, su culo seguía buscando acomodar de la mejor manera posible mis cinco dedos y entre tanto placer acertó a contestarme

  • Uhmmmm, no Ama,mmmm nunca lo he hecho uhmmm

Estaba enloquecida  y yo debía conservar la entereza pero era verdad que su vagina hospedaba a mis cinco dedos con soltura y seguía dilatando con lo que me animé a comenzar la penetración entera muy, muy despacio…  Cerdita no dejaba de gemir, ya no se preocupaba de nada que no fuera disfrutar, si cinco dedos los aguantaba con esa capacidad de gozar parecía que el puño entero lo podría acoger sin muchos problemas. Aun necesitaba dilatar un poco más si no quería lastimarla, así que seguí moviendo mi mano poco a poco. Los gemidos de Cerdita no cejaban y aunque la práctica era muy extrema me gustaba hacerlo con delicadeza. Al fin los  nudillos, la parte más delicada del intento, estaban dentro, espere un momento a que Cerdita se acomodase a ello y ella, con aquella facilidad que tenía para conservar su dulzura en las situaciones más extremas, volvió a gimotear sumisa… y a moverse buscando que mi mano entrase aún más.

  • Cerdita, ¿te duele?
  • Uhmmm, uhmmm, uhmmm

No podía articular palabra, su capacidad de sentir y disfrutar el placer era abrumadora, de repente, para relajar un poco más su canal, abrió las piernas y pude ver como conseguía llegar al sissygasm. Me sentí dichosa y eso me llevó a empujar un poco más… ¡Ya! Al fin estaba todo dentro… La capacidad de sorprenderme de Cerdita era infinita y, después de un sissy gasm y después de los orgasmos que hubiera tenido en la ceremonia, cuando cualquiera hubiera parado, ella aún siguió buscando más placer.

  • Siga Sissy Marlene, muévalo por favor…!
  • Si cariño, como quieras…

Era absurdo intentar aplacar sus deseos así que, siempre muy despacio, mi  puño empezó a rotar mientras ella, ahora optó por quedarse quieta, yo sabía por experiencia propia que si tu pareja era hábil y delicada la mejor manera de disfrutar una experiencia de aquel tipo era confiando tu placer a ella y eso era lo que quería mi putilla, después de todo lo que había hecho no cabía duda de que se lo merecía , así que puse todos mis sentidos en que mi amada gozase.

Si las condiciones del canal lo permiten, la lenta rotación del puño acompasada de un movimiento de los dedos es la manera más sublime de disfrutar de un buen fisting así que intenté mover los dedos poco a poco y si que podía. Cerdita estaba muy relajada y conservaba las piernas abiertas con lo que pude comprobar que su clítoris estaba relajado.

  • Cariño, te hago daño? - dime algo
  • Siga por favor, siga así, se lo ruego, no pare…

Una vez conseguido un ritmo regular de los dedos, mi muñeca empezó a rotar a una velocidad extremadamente lenta, en apenas unos segundos, la respiración calmada de mi pequeña se fue agitando hasta convertirse en gemidos… Si hasta ahora sus gemidos eran excitantes, los que emitía ahora eran la esencia misma de la lujuria

  • Ohmmmm, ummmmm, ohmmmmmmmm, ahhh, siiiiii, Ohmmmm

Todo su cuerpo estaba abandonado, y las pocas fuerzas de las que disponía se concentraban en sentir más placer en su vagina

  • Siga… ummmm, por…siiii…. Favor….. - acertó a decir con un hilo de voz

Su femenina delicadeza en aquel momento en que estaba siendo poseída de una manera tan violenta no dejaba de impactarme, así que solo pensaba en cómo hacer para que aquella criatura celestial gozase más sin que ella tuviera que hacer esfuerzo alguno con lo que, como buenamente pude para no hacerle ningún daño , me puse de rodillas midiendo que mis movimientos no alterasen su éxtasis.

No sin un esfuerzo titánico lo conseguí, dirigiendo con la mano que tenía libre su pierna para que se mostrase ante mi aquel edén del sexo que eran sus órganos sexuales, y quería disfrutar de aquella exquisitez, con lo que, sin dejar de rotar el puño ni un segundo, fui acercando mis labios a su clítoris que apenas daba muestras de vigor. La leche que había escupido antes aún no se había secado del todo y me dediqué a dejarla bien limpia. Aún no había acumulado energía para responder a mi llamada y seguía buscando el placer máximo pero yo ya solo quería seguir embriagada de ella.

Mi boca ya jugaba con su clítoris con  todas las técnicas que dominaba y, remolón al principio, en pocos minutos percibí mi recompensa al esfuerzo y mi boca se volvía a llenar de ella, y al fin, se atrevió a ponerme la mano en la cabeza mientras le hacía la mejor comida de clítoris que había hecho en mi vida, llevaba tiempo esperando que perdiese ese miedo  y notar su mano en mi mejilla me lo confirmó. Quería subir hasta su cara y besarla, besar sus labios hasta el fin de mis días y que consiguiera otro sissygasm aún más intenso que el anterior pero la posición que tenía lo imposibilitaba si no quería sacar el puño de su interior. Otra vez la dulzura en su caricia me indicó que era especial mientras  empezó a gritar

  • GRACIAS SISSY MARLENE , UHMMMM , MUCHAS GRACIAS … GRAAAAACIAS . A HHHHHHHHHHHHHH , SIIIIIIIIIIIIIIIII, SIIIIIIIIIIIIIIIII, ARRRRRFFFFFF

No fue una cosecha abundante la que mi boca recogió, pero fue la que mi Cerdita me dio solo a mi y después de tanto semen tragado ese día, aquel era el mejor sin duda de ningún tipo. Sin decir nada la miraba mientras sacaba despacio el puño para no hacerle daño y ella recogía con sus dedos algunas gotas de leche que posaban en su piel y me las ofrecía para que siguiese seducida por su esencia. Libé aquella delicia con delectación hasta que mi alante quedó limpia y me lancé a por aquellos besos que tanto deseaba y que fueron correspondidos con el mismo deseo.

Después de morderme, besarla, reírme, reírse, besarme, morderme, comerla y todo aquello que os podáis imaginar, nos quedamos abrazadas en el suelo.

La primera en hablar fui yo

  • Cerdita, escúchame bien, quiero que comprendas la magnitud de lo que te voy a decir, pero si no te lo digo nuestra relación no será lo suficientemente fuerte como para mí debería ser, de acuerdo? - Cerdita asintió - Bien, allá voy, solo quiero que me dejes amarte como te amo, por favor!! Solo eso!! - me aventuré a decirle sin medir las consecuencias que podía traer aquella confesión

  • Ama, no tiene que pedirle permiso a esta putilla que hoy ha sellado su contrato con usted rezando que nunca fuera indigna de continuar a su lado. Usted nunca debería  amar a nadie que fuese inferior a usted y yo seré suya hasta que decida quitarme la marca.

  • Eso está muy bien pero en mi corazón no manda nadie Cerdita, te amo y no puedes evitarlo, quiero que seas mi alumna y mi amante, quiero ser tu alfa y tu puta, quiero llenar mi vida de ti y que tú vida se llene de mí, que me dices?- la dije mirándola fijamente a aquellos ojos que eran tan de verdad como que cada día amanece
  • Qué le voy a decir Sissy Marlene? , que no creo que merezca su amor pero que yo la amo como nadie la amará, así que si me acepta soy suya para lo que quiera, para siempre, sin imponer ninguna condición ni freno a sus deseos sean los que sean
  • Te amo Cerdita
  • La amo Sissy Marlene
  • Vamos a la cama que hoy vas a dormir conmigo…

Nos acostamos las dos abrazadas y estuvimos trazando una estrategia, ya que en la escuela estaban totalmente prohibidos los romances, aunque dejé claro que siempre iba a haber un componente BDSM en la relación si yo lo estimaba oportuno, entre Aventajadas y putillas y su incumplimiento conllevaba expulsión inmediata, pero con Ana ya tuve que trazar otra estrategia para evitar la expulsión, aunque no fue un romance estrictamente, ya que ella nunca se enamoró de mí pero yo sí que estuve loquita por ella y se lo confesé con lo que tenía bastante claro lo que íbamos a hacer. Mientras se lo contaba Cerdita no dejaba de besarme dulcemente y ponerme caras tiernas.

Una vez definida nuestra estrategia le dije a Cerdita que había llegado el momento de ponerla un  nombre de por vida y cuya potestad de cambiarlo residía solo en el Consejo y solo si se cumplían unas premisas , honor reservado a las Aventajadas y que la putilla debía aceptar sin derecho a protesta. El nombre podía ser puesto al principio de la formación o al final, y el momento era lo único que podían elegir las putillas. De decisiones erróneas en ese aspecto, de la escuela salieron nombres tan poco afortunados como Sissy Gertrudis, Sissy Camelia o Sissy Araceli por poner algunos ejemplos. A Cerdita la di a elegir entre tres nombres :

  • Bien cariño, he pensado en Brenda, Amanda o Carlota. ¿Cuál te gusta más?
  • Tengo que elegir ahora Ama? Tengo sueño

Miré el reloj, era la una de la mañana

  • No Cerdita, descansa, mañana por la mañana quiero tu nombre o te lo pondré yo estamos? - dije golpeando su nalga con fuerza
  • Si Ama. Así lo haré

Que sorpresas nos traerá el primee día de clase de Cerdita y Sissy Marlene? No lo sabemos, pero lo que es seguro es que habrá sexo