Dos sissies y un retorno 1
La decisión de ser sissy nunca es fácil, pero hay veces que hay que aceptar el destino. Sin la ayuda de sissy Cerdita esta serie no sería posible
Después de 6 meses en los que abandoné la escuela de feminización de Doña Chus convencida de que mi destino no era el de una sissy y debía reencontrar mi camino como alfa, había llegado el día de mi retorno. Tenía que reconocer que aquellos 6 meses de mi vida fueron un absoluto desastre y que intentar buscar en mi interior el alfa que algún día fui me llevó a una espiral de autodestrucción inmersa en drogas, alcohol y orgías de todo tipo en las que sólo conseguía que el fantasma de Gia martilleara mi cerebro constantemente. Así que, después de muchas noches pensando logre aceptar que no podía luchar contra mi destino como sissy y debía volver al sitio donde nunca debí de salir, el único sitio donde me encontré a mi misma, la escuela de feminización y modales de Doña Chus.
Así que, una vez tomada la decisión de volver, es justo reconocer que todo fueron facilidades por parte del consejo de Mistress, ya que permitieron que volviera a mitad de curso, me respetaban la condición de Aventajada que había adquirido en las últimas pruebas de promoción y no llegué a disfrutar y solo me pidieron dos condiciones para retornar, la primera era que mi ingreso fuera un domingo para interferir lo menos posible en la vida de la escuela, y la segunda condición que me pusieron era que era inexcusable renunciar al nombre de Gia y, a partir de que las puertas de la escuela de abrieran otra vez para mí, pasaría a llamarme Marlene, ya que esa era la política de la escuela respecto a las sissies que volvían después de aceptar su destino.
Dos días pasé preparando las maletas, que iban llenas de ropa y complementos sissy de todo tipo y condición, a saber, lencería, vestidos, minifaldas, faldas de tubo, blusas, high heels, máscaras, collares, elementos bondage, jaulas de castidad, plugins, dildos, batas, babydolls, etc. La única ropa de naturaleza masculina que llevaba eran los jeans que llevaba puestos ya que la blusa que llevaba era de mujer aunque era muy discreta y, aunque odiaba los zapatos planos, opte por unos Mary Jane en negro la mar de discretos y un maquillaje discreto para no escandalizar al taxista. El resto de mi ropa masculina la doné a una ONG. El móvil me indicó que el taxi estaba esperando fuera así que, como ya le había devuelto las llaves a mi casero solo tuve que cerrar la puerta y dirigirme a mi nuevo hogar. En media hora estaría de nuevo en la escuela, el sitio del día nunca debí salir. El palacete donde se hallaba estaba alejado de la ciudad en una finca de 25000 metros cuadrados bajo la tapadera de que era una finca para eventos empresariales, y en cierto modo era verdad porque aparte de escuela, si tenías los contactos adecuados para acceder al exclusivo círculo de la escuela, era posible organizar unas fiestas absolutamente diferentes a todo lo convencional, donde las mejores sissies del país atenderán a tus invitados sin ningún tipo de premura, exigencia o ambición, ya que el Consejo educaba exquisitamente a las sissies para que fuese así.
Las 16:00, la hora a la que estaba llamada, perfecto
El Consejo en pleno se hallaba esperando a Marlene. Las mejores Mistress que nadie podía soñar conocer nunca estaban en el porche del palacete esperándome,mis admiradas Doña Chus, Mistress Ana, Mistress Lucía y Mistress Valeria
Doña Chus tomó la palabra.
- Hola sissy Marlene querida, te veo preciosa bienvenida de nuevo, qué tal todo?
- Gracias Doña Chus, muy bien, mucho más segura de mi destino, estos 6 meses me han servido para darme cuenta de ello como ya la hice ver en nuestras conversaciones, solo puedo agradecer al Consejo ahora que estoy delante de ustedes el gesto tan generoso que han tenido conmigo.
Doña Chus abrió sus brazos en actitud maternal y me acogió en su regazo y en su abrazo creí advertir cariño, acto seguido las otras tres Mistress del Consejo me abrazaron con la misma calidez que solo podían darme ellas. Una lagrima corría por mi mejilla.
Doña Chus dio orden a las tres Mistress de que se retiraran a sus obligaciones y ella misma tuvo la deferencia de acompañarme a mi nueva habitación, me fue advirtiendo de que mi putilla era una Cerdita recién llegada que aún no tenía ni nombre pero que tenía muy buena actitud y estaba segura de que haría un buen trabajo con ella indicándome en trazos gruesos lo que esperaba que hiciera con ella.
- La habitación 69, tu preferida Marlene, estamos muy contentas de que hayas vuelto
No me lo podía creer, que detalle tan bonito
- Muchas gracias Doña Chus, no se como podría agradecérselo…
- Ya se me ocurrirá algo, tú mejor que nadie sabes que aquí las sissies que tienen ciertos privilegios sois las más exigidas pero bueno, de momento instalate que ya tendremos tiempo de que sigas con tu formación. Tu putilla está dentro, ya me dirás tu opinión Marlene..
- Gracias por todo Doña Chus, así lo haré, adiós
Abro la puerta de la habitación y Cerdita esta desnuda, es una putilla entrada en carnes pero con una cara preciosa y aunque aún está muy verde, por como cabalga la silla plegable con dildo que forma parte del mobiliario de cada habitación de la escuela me doy cuenta de que muestra unos gestos marcadamente femeninos aunque aún no soy capaz de adivinar si son naturales o impostados, pero la primera impresión es prometedora. Se queda mirándome sin decir nada mientras el dildo sigue invadiendo su interior mientras no deja de gemir hasta que empieza a convulsionar y en sus bragas asoma la humedad provocada por el derrame de su leche.
Me quedo mirándola mientras sonrío…
- ¿Qué quieres, impresionarme? - la pregunto mientras rio burlona - buenas tardes! soy Marlene aunque supongo que ya lo sabes así que hazte un favor y deja de hacer el ridículo, duchate que tenemos que hablar
La muesca en la cara de Cerdita refleja decepción, estoy segura de que su intención es la mejor pero debe aprender su lugar cuanto antes y yo nunca me he caracterizado por ser blanda con mis putillas ya que pienso que no corregir errores a tiempo es una pérdida de tiempo en el trabajo de feminización. Hay que conocer y saber los puntos fuertes de tu putilla, incluso admirar sus capacidades pero nunca hacérselo ver a ella, así fue como me enseñó Mistress Ana cuando ella era Aventajada y yo su putilla y con la perspectiva del tiempo opino que es la mejor manera
Cerdita se levanta sin atreverse a decir nada y pasa delante de mí hacia el cuarto de baño, momento que aprovecho para palmearla en una nalga con fuerza. Me mira asustada y la guiño un ojo al tiempo que la digo:
- Tranquila! Lo vas a hacer muy bien
Una sonrisa muy tímida asoma en la cara de Cerdita mientras entra en el cuarto de baño.
Mientras mi putilla se ducha aprovecho para cambiarme y ponerme mi uniforme de Aventajada, compuesto por una minifalda de cuadros monisima, calcetines blancos de encaje, tanga blanco y una blusa de satén blanca que descansa sobre mi cama, estoy harta de los jeans y me juro que serán los últimos pantalones que llevaré ya que una sissy, según me enseñó Ana siempre llevará la falda más corta que tenga ese día en el armario. Oigo que ya no corre el agua en la ducha mientras me coloco la peluca y me maquillo sentada en el tocador, ahora si que soy Marlene, solo me faltan los zapatos para lucir como una perfecta sissy, y para ello elijo unos peep toe negros que son mi perdición desde que me los compré.
Se abre la puerta del baño y aparece Cerdita con su uniforme de putilla, exactamente igual que el que llevaba yo hace ya dos años, falda negra mucho más corta aún que la mía, calcetines rojos con lazo, una blusa blanca en este caso de algodón y sin botones con el fin de anudarse los faldones y unas bragas rojas con abertura y la jaula de castidad obligatoria en las chicas de su rango.
- Siempre me han encantado esos calcetines rojos - la hago saber para romper el hielo ya que aún se refleja en su cara el miedo.
- Perdóneme por el recibimiento, sissy Marlene, pero mi antigua Ama me hacía sentarme en una silla con un consolador y follarme a mí misma delante de ella, por eso pensé que la gustaría
- Estate tranquila Cerdita, por mi parte está olvidado ahora cuéntame qué esperas de mi
- Quiero ser su compañera de pupitre, sissy Marlene, sentada a su lado con el culo bien relleno.
- ¿Qué estás diciendo? las Aventajadas no nos sentamos en el mismo pupitre que las putillas. ¿Cómo te vas a sentar a lo más inútil con las Aventajadas? Ya entiendo lo que eres. Eres tan torpe que te crees tener el mismo derecho que las aventajadas… Pero no haces nada por mejorar, solo tengo que recordar el patético espectáculo que has montado cuando he entrado en la habitación!
- No, los mismos derechos nunca sissy Marlene , pero nos ponen con una alumna Aventajada al lado para que nos discipline y nos enseñe.
- Y debido a que me iba a sentar yo contigo si no quieres mejorar?
- Quiero mejorar, claro. Quiero aprender a ser una buena alumna obediente y disciplinada.
- Yo me he sacrificado mucho, he pasado por interminables sesiones de depilación... He tragado vergas enormes y me han estallado en la boca y me he esforzado con ahínco para no derramar ni una sola gota. Y tu... Tu que has hecho? A quién se le ha ocurrido semejante tontería? - suspiro - seguro que a Mistress Ana no!
- A mí todavía me cuesta mucho mamar los pollones. Tengo muchas arcadas y por eso me azotan bastante a menudo. Pero el culo ya lo pongo en posición muy rápido para que me follen hasta el fondo.
- Arcadas? Por qué? No te gusta el olor a verga? Es el perfume preferido de una sissy
- Cuando me llega un pollón al fondo no lo puedo evitar y tengo el reflejo de la arcada. El olor a polla tampoco me gusta mucho y menos cuando viene de follarme el culo toda manchada.
- ¿Cómo quieres ascender si muestras arcadas delante de un alfa? Y respecto a lo de que no te gustan manchadas de mierda, hazte lavativas puta!! No me jodas. No te las haces?
- Todas las mañanas, pero a mediodía a veces ya estoy sucita y en la hora del comedor ya me follan sin contemplaciones.
- Claro, como debe de ser pero tu tienes que estar siempre limpia, depilada y preparada... Si no es así nunca conseguirás ser de un alfa
- A partir de mañana me llevaré un irrigador para hacerme una lavativa en el recreo, pero como no hay puerta en los baños me verá todo el mundo. Me va a dar mucha vergüenza.
- Pero tienes que hacerlo,así son las normas con las putillas, si quieres que sea tu tutora y un día serlo tú, debes hacerme caso, si lo haces bien podría dejarte usar el baño de la habitación para hacerlo. Pero no se lo digas a nadie
La cara de Cerdita empieza a reflejar ilusión al percibir que la enseñaré a ser una buena sissy
- No, claro que no. ¿Cuándo me haga la lavativa en el baño de la habitación estarás delante?
- No en la habitación estarás sola pero ahora lo harás en los baños públicos sin puertas, así es como dictan las normas de la escuela. Así que lo primero que tienes que hacer es colocar todo mi equipaje y luego te vas a hacer la lavativa para que compruebe yo cómo vienes de limpia, que tengo ganas de probar tu vagina, estamos?
- Si, sissy Marlene, ahora mismo, gracias
- Muy bien, mientras yo me voy a ir a visitar a alguna de las Aventajadas para que me pongan al día, me ves guapa? Quiero que se mueran de la envidia!
- Si me permite decírselo, está usted pibón!! Y perdone mi patético arrebato de macho
¡Que coño! A todas las sissies nos gustan los piropos, no? Con la moral por las nubes salí de la habitación en busca de alguna de mis compañeras, pero de camino a la sala rosa me crucé con mi antigua tutora, Mistress Ana saliendo de su habitación.
Espero que os guste y hayáis quedado con ganas de saber lo que ocurre con Mistress Ana