Dos semanas de placer sin mi marido

Desde hace unos días mi esposo está de viaje, por lo cual aproveché para realizar una fantasía en las últimas semanas, no son precisamente dos semanas como lo sugiere el título, en realidad es un poco más de tiempo solo que mi plan era originalmente así y terminó la realidad sobrepasando la fantasía

PROLOGO

Antes de comenzar, debo explicarles que soy de Bogotá, voy a cumplir muy pronto 53 años, estoy casada y desde hace unos días mi esposo está de viaje, por lo cual aproveché para realizar una fantasía en las últimas semanas, no son precisamente dos semanas como lo sugiere el título, en realidad es un poco más de tiempo solo que mi plan era originalmente así y terminó la realidad sobrepasando la fantasía,

Somos un matrimonio swinger y tenemos más de 27 años siéndolo y ya se cumplieron 34 años desde el día en que por primera vez estando casada me acosté con un hombre diferente a mi marido. Ya no soy una jovencita, ni tengo ese cuerpo firme de antaño, ni mis músculos están como ayer, pero cuando terminen de leer, verán que no se necesita de un cuerpo joven para la diversión, la rumba, el placer y el sexo, solo requerimos de una actitud positiva y un poco de atrevimiento.

Los hechos narrados los realicé con propósito de divertirme, gozar la vida y excitar a mi esposo al tiempo que a mi misma; este escrito está hecho para mostrar que en el tema de sexo la edad no es un límite, que la figura no es crítica, que lo importante es como piensas y que quieres; como mujer me encantan los orgasmos, no he conocido la primera o he escuchado de alguna a quien no le guste esa sensación en su cuerpo, en mi caso personal me fascinan los hombres, me excita cuando veo uno desnudo con su pene erecto, me gusta muchísimo ser deseada y sentirme o estar desnuda frente a un tipo, gozo cuando mi piel es acariciada, he descubierto que el exhibirme es parte importante de mi, y que adoro tener dentro de mi cuerpo un miembro viril.

Me gusta decir que le pongo los cuernos a mi marido, pero esto en realidad no es así, porque no lo estoy engañando ya que todo lo comparto con él y en muchas ocasiones él mismo me empuja al placer con otros hombres, conmigo misma o con él; pero si siento excitación cuando hablo de sus cuernos, es un poder que obtengo de una palabra o de una frase o de una mirada, es el gusto de que me escuche decirle cornudo o de presentarlo ante otros así, incluso cuando lo llamo por este nombre sin que esté él presente sigo obteniendo ese placer que acabo de describir, adicionalmente me ayuda para hacer sentir especial a ese hombre de turno con quien estoy en ese momento en el juego del sexo y el amor.

Amable lector para que entiendas todo, para que conozcas los hechos lee todo sin saltarte parte alguna, lo he escrito en forma de diario de cada una de mis aventuras, se que es largo este relato, que incluso pensarás que no es verdad lo que digo, que no es posible todo lo que hice o que antes de empezar y siendo hechos verídicos pueda planear cuantas semanas serán las de este relato, en esto no te falta algo de razón, pero sucede que el prologo es lo último que se escribe en toda historia y solo con estas indicaciones planteadas en esta prologo obtendrás la visión que deseo transmitir; como no soy profesional en el arte de la pluma, de antemano te pido excusas por mis errores y desaciertos.

Debo Aclarar que todo lo que relataré aquí es absolutamente verdad en todo sentido, tanto en hechos, personas y fechas.

Por favor una vez que termines de leerme, escribe tus cometarios, tengo mucho interés por saber que piensas de estas semanas vividas, así como también de mí y de mi esposo y por supuesto del relato mismo.

CAPITULO UNO

Ahora si, pasare a relatar los sucesos que me llevan a escribir hoy, todo se inició el 1 de agosto de 2011; había quedado con un cliente de mi empresa el reunirnos para tener de nuevo un rato de placer sexual, su nombre es Pablo, mi amigo no sabe que mi marido está al tanto de nuestros encuentros, él me recogió en la autopista norte con 100 que era donde habíamos quedado de vernos y nos fuimos directamente a un motel que queda en la misma autopista; allí una vez que entramos, mi hombre acarició mi cuerpo y me besó tanto en la boca como en el cuello, sus manos pasaban de mi espalda al frente para tomar entre sus manos mi busto y tocar mis pezones, luego las bajaba por mis piernas acariciando mis muslos, mi respiración se aceleraba y mis senos que se transparentaban a través de mi blusa y brasier se movían al ritmo que tomaba y exhalaba el aire.

No era la primera vez que me entregaba a Pablo, pero sus manos lo mismo que las veces anteriores temblaban de emoción y su respiración rápida hacia que yo sintiera y viera su ansiedad por poseerme, por tomarme entre sus brazos para hacerme suya sobre la cama sin siquiera desvestirme; yo trataba de calmar su desespero y a la vez de excitarlo por momentos, rozando con mis manos su espada enfundada en el pantalón mientras mis boca lo besaba en los labios; él quería arrancarme la blusa y metía entre el escote sus dedos y manos para endurecer mis pezones, me abrió el botón de mi pantalón y los de mi camisa, se abalanzó a lamer y chupar mis tetas, su virilidad se sentía dura, su boca no cesaba de besar mis labios y pezones, a veces los mordía con suavidad o lamía con ternura;  sus manos me bajaban el pantalón, su pene latía, su boca se deslizaba hacia mi vulva, yo me quitaba el sujetador, él me liberaba de mi pantalón, ya estaba desnuda, temblaba de placer, su lengua jugueteaba con mi clítoris, sentía lengüetazos con olas de calor, él introducía sus dedos en mi cueva, sin darme cuenta ya había abierto su cremallera y tenía entre mis manos su barra caliente, mi placer me arrastraba a un orgasmo y éste a gritar que soy mujer, el momento ebulle y mi cuerpo tiembla, la humedad de mi concha lo moja todo, el clímax llega y yo siento con cada estertor de mi piel que amo al hombre, que los amo a todos, que soy de él, se relajan mis músculos se desgonza mi vida y siento como zorra que quiero mucho más.

Le pido a Pablo meternos en el jacuzzi, entramos en sus cálidas aguas, me arrodillo frente a su verga la adoro por un instante con mis ojos, alzo mi mano, la muevo hacia ella, la rozo con mis dedos, la abrazo con mis manos, acerco mis labios y la llevo a mi boca, la lamo, la chupo, la beso, la muerdo, él jadea, yo la meto, el suspira yo la saco, le coloco tres gotas de leche condensada en la punta de su hierro candente, él se asombra de lo que hago, la meto en mi boca, coloco mis manos en sus nalgas. Lo empujo hacia mi, el se resiste, yo gano, entra su trozo de carne hasta mi garganta, el se retira, yo vuelvo a ganar él no se rinde, yo insisto, él toma con sus manos mi cabeza, la alza y me mira, me pide que aún no lo venza que él quiere más, le digo que acepto, su estrategia dio resultado, me doy cuenta que ahora me encuentro bajo su cuerpo, con su dureza en mis entrañas, no me di cuenta de cómo llegué a ser sometida, no recuerdo como me penetró, pero ya no importa, él me habla pero no lo escucho, solo oigo la agitación del agua y el ruido de mi respiración, su herramienta entra y sale de mí, su cuerpo me aprisiona y me libera, quiero dejarme llevar, me dejo poseer, me monta frenéticamente, mi orgasmo no se hace esperar, comienza el cosquilleo, el temblor no me deja mover, él me da respiración boca a boca, su lengua pugna por entrar, lo abrazo, la espalda le rasguño, abro mis piernas, deseo que entre más, quiero decirle que lo amo, recuerdo a mi marido, siento que el es cornudo, mi placer se multiplica, “gracias esposo mío por hacerme tuya y de todos los demás”, “que rico ser swinger”, “que excitante ponerte los cuernos”, “que delicia compartir contigo la historia de este amante”, el se retira de encima de mi, veo que su espada esta cubierta por un condón, me alegra que sea así que en el momento crucial hubiésemos tenido conciencia y alguno de los dos hubiese pedido el uso del protector.

Nos vamos a la cama, me recuesto sobre ella y mi potro salvaje acerca su verga, con su mano la dirige, yo quiero recibirla toda adentro, le ayudo tomándola con mis manos, la llevo a la entrada, se desliza suavemente hacia mi interior, a la vez que el la empuja hasta el fondo de mi ser, él desliza su boca para chupar mi clítoris, mientras que yo acaricio con mis labios la cabeza de su verga, esta vez estoy segura de ganar, se que lo podré someter, aprisiono su cabeza con mis muslos, lo forzó a pelear con mi clítoris sin darle tregua, al mismo tiempo que mi lengua y boca libran su propia batalla con su inhiesta barra caliente, se ña chupo con furor, lo hago gemir y gritar que pare, mi clímax también esta golpeando la puerta, yo la abro y su inmensidad de verga comienza a vomitar su blanca lava, está muy caliente, siento que quema su lengua y su boca, mis labios besan los suyos, mi boca recibe su leche, es dulce, está corriéndose entre jadeos y pulsaciones sobre mi lengua en mi boca, mi cuerpo no responde, se quedo tenso, mis dedos se cierran empuñan la espada, mi boca no la suelta, la chupa toda, el alto voltaje la descarga suelta mi cuerpo tiembla, mi placer corre por todo rincón de mi piel, de mis músculos, de mis huesos, de mi espíritu, me corro también, quedo en letargo un instante, siento que por el borde de su piel junto a mis labios su semen se desliza hacia mi cuello, me arriesgo, me muevo, suelto mi presa sin perder más de mi premio, poso mi boca en sus labios, lo beso, introduzco mi lengua, su leche ahora mía será de nuevo de él, se la paso toda, me da una parte, nos besamos, me suelta, me lame el semen del cuello, me limpia toda pasando su lengua, ahora somos uno.

Retozamos en la cama, conversamos de mil cosas, hablamos de mi marido de sus cuernos y su crecimiento, nos excita pensar que el pobre no sabe, me excita saber que en un rato corto yo le contaré, le digo a Pablo que es el mejor, incluso que mi marido, se ríe de mi esposo, siento que cree que lo humilla, pienso que cree que yo también lo humillo, esto me atrae, lo acaricio a Pa blo en su pecho su pene como resorte se para, quiero ser su potra salvaje, deseo que su poder me penetre, le pongo un preservativo, de una certera estocada al fondo me llega, está frenético se mueve a mil, entra y sale sin descanso, me besa y lames sin darme cuartel, mis orgasmos se encadenan, vienen en tropel, no paro de temblar, de jadear y gritar, mi alzan poderoso se tensa y hunde más su verga dentro de mi, siento que pulsa, que crece y más se calienta, tiene un condón pero siento sus descargas, me asusto porque creo que la barrera se rompió, pero no me despego, su placer es mío y no puedo parar de sentir tanta excitación, se desmaya mi caballo indómito sobre mi, que delicioso vacio me deja, siento que el aire me refresca, siento que él es mío, veo su miembro flácido por la pelea, tiene el preservativo puesto, lo tomo y lo quito, lo miro y veo que no esta roto, siento un alivio o tal vez tristeza?, nos vestimos con pausa y salimos al frio aire de Bogotá, me lleva a chapinero, nos despedimos con un beso y una promesa de vernos otra vez muy pronto; camino unos metros por acera, le marco a mi esposo, comienzo a contarle mientras tomo un taxi para irme a casa, llego a trabajar y después de ello comienza el descanso mientras pienso que mañana ya tengo en la tarde cita con Juan Pablo.

CAPITULO DOS

Hoy ya es 2 de agosto de 2011, amaneció mi día muy caliente, recuerdo lo de ayer, aún no he visto si hay sol o está nublado, tengo afán de trabajar para que llegue rápido la tarde, debo verme con Juan Pablo en mi casa; tomo el celular y llamo a mi esposo, deseo contarle detalles de hoy y de ayer, quiero que sepa como me fue, comenzamos a hablar y lo noto excitado, eso me gusta, mientras le cuento me pide detalles de esto o lo otro de lo que sentí y siento, me dice que me desea, me recorre un  choque eléctrico por mi columna vertebral, colgamos y pienso que este día Pablo será mío otra vez, recibo a media mañana su llamada en mi celular, temo que vaya a cancelar nuestro encuentro, pero que alegría! no hay problema, solo quiere que nos encontremos en Chapinero; ha llegado el momento, lo veo venir, camina despacio mirándome, se que le gusto, estoy tan sexy como ayer, me saluda de beso en la mejilla y tomándome del brazo me lleva hacia un motel en la 62 debajo de la Caracas, casi no habla, solo me pregunta si estoy bien, cierro los ojos y llegan a mi mente las imágenes de ayer, casi no me escucho decir que SI, entramos al cuarto, Juan Pablo no me desnuda, yo lo hago sola, mientras de reojo lo miro, se que en esta parte el es muy parco, pero me encanta lo que hace después, estamos desnudos, el me mira y yo a él, su verga no esta dormida pero tampoco despierta, siento que también me mira, y veo que se levanta un poco, mi amante de turno acaricia mi cuerpo, se hace atrás de mi, sus manos recorren mi pecho y siento la punta de su pene rozando mi cola, estalla en mi mente las ganas de tener sexo anal, el no se lo espera, se va a sorprender, me pide unas gotas de GEL MULTI-O las coloca en mi clítoris y otra en su dedo, comienza a rotar de izquierda a derecha tocando mi centro, luego al revés, no se `porque pero es rápido que alcanzo mi orgasmo inicial, se abre la compuerta y vienen todos uno tras otro, pasa uno, dos, tres, .., cinco y yo desfallezco de tanto placer, me ve cansada y acerca su boca, lame mis labios y luego mi pecho, mis pezones responden apuntando al techo, su lengua lame mi vientre, recorre mi pubis, estoy ansiosa de que llegue a él, Juan Pablo se desvía, sigue por mis piernas las recorre una y otra vez, el tipo me desespera, le acaricio el cabello, lo guio en la ruta y cuando llega a mi vulva pasa derecho para ir a mi busto lamiendo mi piel, yo deseo que llegue a mi clítoris, yo quiero tener sus labios en mis labios de allí, el sigue subiendo su boca llega a la mía, por la posición siento su verga mi pubis presionar, comienza su juego de rozar sin entrar, de hacerme desear sentir su dureza incluso así sin condón, me roza con su boca y su miembro, levanto mis piernas en señal de rendición, el se detiene, me mira y sonríe, coloca su verga en los labios de abajo, me relajo para recibir su estocada pero huye para bajar raudo y fuerte besándome toda hasta llegar a la gruta sagrada de mi cuerpo sediento de placer, su lengua me clava, sus labios me chupan, me lame por todo rincón, siento que el éxtasis me embarga, siento que los orgasmos como mil punzadas se toman mi cuerpo y mi piel su cabeza enterrada en mi pubis, mis piernas entorno a su cuello, lo fuerzo a darme mas lengua con placer, no puedo respirar de tanto jadeo, no puedo pensar, no se cuantos van, solo siento que lo quiero todo incluso a él, le pido que pare, pero el se niega, le pido piedad pero el no me escucha, introduces sus dedos en mi concha mientras lame mi clítoris con suavidad y veo y siento venir la descarga del demonio que recorre mi espalda de tanto placer, se acerca veloz, me alcanza y mis ojos se cierran mientras disfruto la caballería ligera que me arrastra con delirio de lujuria y sexo para mi clímax alcanzar, dejo caer mis piernas, libero mi presa y acerco su boca para besarla en agradecimiento a su esfuerzo por hacerme sentir.

Al oído le digo que quiero ser de él, le digo que a él solamente premiaré, le ofrezco mi cola para que me monte como su yegua, su potra, su amante, la esposa de otro o su mujer, él me voltea, me alza con cuidado como porcelana que no quiere romper, quedo en cuatro sobre mis rodillas y codos, y al borde de la cama de pie está él, toma algo de GEL, lo coloca en su verga y la acerca sin pausa a mis nalgas, estoy nerviosa y ansiosa, me tenso y relajo, siento su piel abriendo mi entrada de atrás, se que no tiene condón, eso me excita, me conformo con pedirle que llegue por fuera como si eso sirviera, estoy caliente y no pienso, siento la punta en mi interior, me comienza un pequeño dolor, es por la falta de costumbre pero no importa es su premio por tanto placer, yo aguanto y el entra un poco más, aumenta el dolor y contraigo mi cuerpo, el l percibe y se retira un  poco, esta gigante y siento que me embiste despacio y entra un poco más, lo saca un poco y se que está muy grueso, espera con calma y empuja su cuerpo hacia mi y siento su pelvis rozando mis nalgas como aviso de estar ya todo adentro, él se retira casi todo y luego regresa a llenarme de nuevo, repite el movimiento y yo siento que es gruesísimo de hincha mas cada vez que entra de nuevo, su mano llega a mi clítoris y comienzan sus dedos a hacerme sentir el placer por delante mientras que su verga entra y sale haciéndome llegar al jardín del placer, gimo como loca, muerdo mis labios callando mi grito de victoria, aumenta la velocidad para entrar y sacar, sus dedos hacen tantas olas en mi ser que son una tormenta de clímax y clímax seguidos como uno solo, se detiene, para, se tensa, murmura, respira, exhala un grito y se corre, siento en mi ano sus pulsaciones, siento en mi interior su semen correr, el se retira sin terminar de acabar, coloca su verga sobre mis nalgas para llenarlas con el semen que su volcán vomita sobre ellas, mientras que con sus manos esparce su leche por mi cuerpo con fruición; se deja caer a mi lado y yo junto a él, estamos adormilados pero queremos hablar.

Yo deseo conversar de mi esposo y de sus cuernos, él sabe que es bueno y se siente fantástico y yo mejor; me excita que quienes me hacen el amor sientan que humillan a mi esposo por yo acostarme con ellos, me da placer que crean que son el único con quien voy a la cama fuera de mi marido, que crean que me usan y mi esposo no sabe; pasa el tiempo y se levanta; nos vestimos despacio como no queriendo, sentimos que hoy no podemos más pero que nos deseamos de nuevo, salimos del cuarto tomados de la mano, recorremos el pasillo hacia la calle, cuando el sol nos deslumbra, nos soltamos las manos, en la calle caminamos juntos casi tocándonos, conversamos sobre nuestra nueva fecha para reunirnos, la acordamos, se despide con un beso en la comisura de mis labios y se va, yo tomo un taxi para regresar a mi casa, a mi hogar, aquel que a pesar de no contar con la presencia física de mi marido, esta lleno de nuestro amor, corro a llamar a mi esposo para contarle que lo amo y que una vez más fui de otro. Igual que en la mañana, está exaltado, quiere saberlo todo, le digo que es mi cornudo y que sus cuernos van a crecer aún más hasta que no quepan por la puerta del garaje de nuestra casa, se ríe conmigo, se siente orgulloso y me pide que le vuelva a llamar cornudo.

Me acuesto satisfecha de estos dos días, pero me falta contarles que mañana tengo otro amigo para ir con él.

CAPITULO TRES

Ya estamos a agosto 3 de 2011, mi cita de hoy es con Johnny, tiene un miembro monumental pero es muy inexperto, con un poco de practica le enseñaré y haré de él un excelente amante, nos encontramos en Chapinero y el se desboca, entra al primer motel que ve, pide un cuarto, va a toda velocidad, entramos y se desespera por desvestirme, luego el lo hace consigo mismo, me lame y me hace sexo oral, mis orgasmos son fuertes, calientes, y vienen a trozos, luego me abraza y me lleva al jacuzzi, me sienta en el borde y se arrodilla ante mi, hundiendo su cara en mi entrepierna, siento su lengua como culebra veloz, moviéndose en forma desordenada por toda mi concha, los orgasmos se aproximan, algunos culminan y otros se pierden, pienso en la delicia que este hombre será cuando logre amansarlo cuando le quite lo salvaje, cuando aprenda a situarse en un solo sitio con mística y suavidad, me sumo a su desorden, lo tomo y dirijo su cabeza a veces en mi vulva, otras en mis tetas o labios, lo detengo en su carrera alocada, le pregunto si quiere que le haga sexo oral, me mira incrédulo, como sino creyese que una mujer de bien como yo se atreva a sentir libertad y placer, su miembro parado, largo como una boa y duro como el acero lo introduzco en mi boca y moviéndome y lamiendo, chupándosela toda siento su cuerpo convulsionar, pasan los minutos mi hombre se retuerce, mi amante pide tregua, pero yo no la doy, con fuerza lo mamo, con velocidad muevo mi cabeza adelante y atrás, siento sus venas en mis labios, siento sus contracciones, recibo su leche en mi boca, la cierro a medias para que escurra manchando a su paso mi piel, el gime queriendo gritar pero solo quiere que pare de hacerlo sentir, él está muy sensible y me retira de su pene, escurre su cuerpo al fondo del jacuzzi, se siente cansado, solo desea recostarse en mi pecho, besar mis pezones y acariciar mi piel; yo lo beso, con mis labios untados de su miel, el sabe que voy a besarlo, que mi beso sabrá a él, no se resiste pero siente temor, me besa despacio tomando su sabor, no le desagrada pero no le gusta tanto como a mí.

Sin recuperarse aún, toma su mano y bajo el agua sus dedos acariciando mi clítoris me da placer, un orgasmo se arremolina en mi ser y con veloz paso atraviesa mi cuerpo para estallar en destellos de luz cuando cierro mis ojos por la sensación que recorre mi cuerpo de mujer; le gusta sentir que me corro, le excita saber que siento placer, su lanza se levanta apuntando a mi cara, un condón le pongo para cabalgar sobre él, su miembro largo y venoso se hunde todo, lo siento adentro, con furia me muevo hasta alcanzar mi orgasmo, después de un breve descanso sin salirse él, cabalgo de nuevo hasta hacerlo explotar, guau este hombre será mi amante, dejó lleno a la mitad el condón, se ve blanco y pesado no dejo de pensar en lo que sentiría sintiéndolo todo en mí; le digo que me gusta, que me encanta tirar con él, salimos del jacuzzi y pasamos a la ducha, el me acaricia bajo el agua, desea hacerme sentir su placer, me toca con cariño me habla al oído y me dice que está muy bien, le suelto de pronto que me encanta sentir que le he puesto los cachos a mi esposo y que la pasé muy bien, su pecho se hincha se siente feliz, me pide que la otra semana nos encontremos de nuevo; nos vestimos y salimos de allí.

Ya tarde en la noche le marco a mi esposo, quiero que sienta parte de mí, deseo que imagine mi gozo, mi cuerpo y placer, le cuento todo, con detalles explicaciones, el se emociona y me dice que esta excitado y que se va a masturbar, pobrecito mi cornudito que no me tiene ahí para satisfacer sus deseos y para que huela en mi cuerpo el aroma de hombre que Johnny dejó en mi, escucho que respira entre cortado, que algo pasa con él, me imagino su pinga rosa, erecta y gorda como una manguera regando de semen su cama y su vientre.

CAPITULO CUATRO

A llegado el 4 de agosto de 2011, es fecha especial, es mi encuentro con mi amante de años, me visto en la mañana pensando en que en realidad no solo mi marido tiene cuernos que le coloco yo, sino que Mauricio es cachón porque cree que en mi vida esta solamente él y mi esposo; decido colocarme una blusa transparente con un brasier que no oculta nada, me veo en el espejo y observo fácilmente mis pezones, no se transparentan es que están allí, se ven como si no tuviese puesta ropa, salgo de casa para encontrarme con él, nos veremos en su sitio de trabajo, se me queda viendo, no la cara sino mis senos, siento que su mirada me desnuda, ansío tenerlo dentro de mí, conversamo0s de nuestros trabajos, el es mi cliente pero no sexual, terminamos las labores y salimos en taxi para Chapinero, nos metimos a un motel de allá, mientras subíamos la escalera me miraba el busto y tan pronto entramos al cuarto comenzó a acariciarlos, a besarlos y a desvestirme despacio igual que a él, hoy era yo la acelerada, quería arrancarle la camisa, quería bajarle el pantalón, lo deseaba tanto en ese momento, pero él quería que fuéramos lento, cuando ya estábamos desnudos, me beso de pie, acaricio mi cuerpo, me lamió cada centímetro de mi piel, yo vibraba de pasión, quería ser suya, deseaba sentirme penetrada por él, me miró y tomándome de la mano me dijo te he deseado toda la semana, quiero hacerte el amor.

Me tomó de la mano y me llevó al jacuzzi, su temperatura estaba como me gusta, estábamos de pie, sus manos recorrían mi cuerpo acariciándolo todo, su boca me llenaba de besos, los recibía en el cuello, la cara, los labios y mi boca, le coloqué unas gotas de leche condensada en su verga y comencé a chuparlo mientras sus dedos recorrían mi cueva y mi clítoris, me hizo temblar montones de besos, me hace sentir placeres ocultos, cuando estaba apunto de llegar, se detuvo y me recostó en el jacuzzi, acercó su pene a mi concha como espada desnuda porque estaba sin condón, entró despacio llenándome toda, sentía su piel y el agua que empujaba cuando su verga entraba dentro de mi, en olas me venía, en temblores me corrí, sentí su miembro crecer, sus pulsaciones avisaron que se iba a correr, mis manos tomaron sus nalgas empujándolo más dentro de mí, su lava candente empezó a inundar mi gruta mi ser, él tomando con su mano su candente puñal, lo puso en mis tetas para descargar su leche y untarlas con ella al igual que mi pecho, cuello y mejillas; cuando terminó le dije que era grandioso ponerle a mi esposo los cuernos así, luego de un tiempo de descanso, nos fuimos a la cama y le pedí hacer un 69 para sentir su pene y su boca, tuve muchos orgasmos hasta que senté su semen en mi boca llenándola completamente, porque a diferencia del día anterior, no deseaba dejar escapar nada, estaba pensando en la delicia de un beso compartiendo el semen de él, se que no le gusta mucho, pero lo acepta porque no me quiere perder, le gusta hablarme de su esposa e hija, y a mi de mi esposo y el sexo que tengo con él; nos vestimos despacio, no nos gusta sentir que todo terminó, mientras lo hacemos vamos planeando como vernos pronto mientras salimos siento mi concha candente, ardiendo de tanto placer, pienso en que mañana debo cancelar mi encuentro, porque no sería tan rico hacerlo con dolor, tomo un taxi para irme a mi trabajo nuevamente, y llamo a Alirio para decirle que nos veamos mejor el sábado y no mañana; hemos quedado para la tarde del sábado, sonrío al pensar que de pronto el sábado es aún demasiado pronto, me duele bastante la concha, mis tetas y mis nalgas. Estoy eufórica, siento aún mi cuerpo temblar, siento en mi vagina su humedad y la mía, me agrada que el sienta también, llamo a mi marido y no le oculto nada, el me pregunta y yo le respondo, que delicia mi deseo se cumple se masturba mientras oye mi historia mientras le relato mi aventura, soy su esposa, su pareja, su compañera, su mujer, su amante y su puta.

CAPITULO CINCO

Es agosto 6 de 2011, ya es medio día, levo más de dos horas hablando por celular con mi marido, recordando momentos de esta semana y de atrás, planeando mi encuentro de hoy en la tarde, nos reímos mucho si Johnny es acelerado, Alirio es lo opuesto de todos, ya tuve sexo una vez con él, y es muy inexperto, lo imagino haciéndole el amor a su esposa con la luz apagada; quiero enseñarle a sentir mucho placer, a convertirse en buen amante, pero obviamente para que volvamos a encontrarnos siempre deberá era mostrarme que es un buen alumno y muy aplicado; vamos a un motel del norte en la autopista, el se desviste solo y yo lejos de él, me besa el cuello y la boca, le pido que me haga sexo oral y no me entiende, así que lo dirijo para que baje a mi vulva, el lo hace como autómata, siento que no desea oponerse por temor a perder, tengo dos orgasmos de mediana intensidad y se pone un condón, me penetra y se mueve con algo de placer, no es lo máximo pero no esta mal, le digo que quiero hacerle oral a él y que llegue en mis senos, él no me comprende bien y me toca dirigirlo totalmente, lo chupo a ratos y envuelvo en mis senos su pene para que se mueva como si me penetrara, él me dice que nunca había sentido algo así, y mientras lo pronuncia yo se lo mamo por un momento, el se estremece todo, me mira con los ojos muy abiertos y luego los cierra dejándose llevar, lo paso de nuevo a que este entre mis senos, lo rozo con mis pezones, le pido que me folle entre los senos hasta hacerlo correr, Alirio dice que nunca había hecho algo así y que fue riquísimo, yo me sonrío pensando en lo que dirá su esposa si intenta lo mismo con ella.

Cuando se recuperó se puso un condón, estoy acostada esperando su entrada, levanto mis piernas para ofrecerle mi gruta sagrada, el se acerca, caminando sobre sus rodillas, veo su verga parada bamboleándose en cada zancada, me cubre con su cuerpo, me imagino que siente que voy a ser su hembra, toma con su mano su miembro y lo apunta en mi entrada, siento que toca mis labios de allí, que su pene los abre como si fuera una flor, percibo como se va deslizando hacia adentro, lo miro y veo que se siente feliz, esta poseyendo la mujer que conoce, la mujer que admira, la mujer que le ayuda en su empresa asesorándolo para que nada salga mal, jajajaja estoy convencida que cree que el me sedujo, se mueve con cuidado, procurando que todo mi cuerpo lo roce su miembro que entra y sale como un pistón lo hace rápido a buena marcha, empujándome bastante contra la cama y esta vez es mucho mejor es como si se hubiera liberado un poco, sus movimientos fueron fuertes y continuos, me hizo alcanzar un orgasmo antes de el correrse y otro mientras lo hace; nos prometimos encontrarnos de nuevo la próxima semana, cuando regreso a casa llamo a mi marido y entre los dos gozamos el momento, hablamos y hablamos, le cuento y me cuenta, me dice te amo y yo también y claro que es excitante haber tenido cinco en esta semana. Mi marido se siente orgulloso de mí por tener esta fantasía, por llevarla a cabo, porque soy libre, porque hago lo que quiero, él no lo sabe aún pero la otra semana lo voy a sorprender.

CAPITULO SEIS

Hoy es agosto 9 de 2011, tengo cita con Pablo de nuevo, hoy no tengo mucho tiempo, así que ambos sabemos que todo será rápido como robándole segundos a la vida, me dice que quiere que nos veamos algún día sin prisa, que desea tenerme por horas, ¡que bien se siente! que un hombre te lo pida así; nos encontramos en Chapinero y no vamos al mismo motel, este es otro pero como ya vieron me encanta el agua así que pide un cuarto con jacuzzi, lo sorprendo con un beso, y el me lo devuelve, subimos rápido las escaleras y vamos como corriendo a nuestro cuarto, entramos y tenemos prisa, nos desvestimos juntos a trozos y pero no lento, quedamos desnudos y vamos al agua, siento su lengua en mi vulva, sus labios chupando mi clítoris, sus dedos entrando y saliendo, un orgasmo me alcanza, otro viene en camino, le pido que me penetre ya con su verga dura, el no me hace caso, sigue entre mis piernas en la tarea de hacerme llegar de nuevo, gimo y me retuerzo de placer, creo que me hizo venir como seis veces, pero éste último es como un rayo silencioso, agazapado en mis músculos me toma de improviso, me corro con furia y con fuerza, me corro gritando de placer; pongo a Pablo de pie y esta vez yo de rodillas, abrazo sus piernas, acaricio sus nalgas, la espada la beso, su miembro chupo, deseo sentir su semen caliente, con su espesa leche mi boca se llena, la recibo guardándola, la tengo ahí para dársela de beber ahora, me acerco a sus boca, el sabe lo que quiero, me besa los labios, y abre su boca, le entrego su néctar y lame mi lengua, mis labios y cara, se come su semen, y yo lo que sobra, me toca el cuerpo, sus dedos untados de GEL quieren agradecer la pasión que lo desborda, siento mi cuerpo caliente, un incendio interno me quema, el clímax no lo apaga, por el contrario lo aumenta, lo quiero dentro, le suplico que entre, que clave a su hembra, le pongo el condón y su herramienta me invade por dentro, estoy usando un preservativo de calor, así que un incendio tengo, se mueve veloz, se mueve despacio, mis piernas al aire invitan a la penetración, entra con fuerza y sale despacio, luego entra suave y lo retira rápido, me lo mete hasta el fondo lo retira un poquito y me lo vuelve a empujar, me lo mete todo y lo saca completo parar regresar enfundándolo rápido llenándome toda, el agua salpica, mis labios le piden que siga que no pare que me haga llegar, él es obediente, sigue moviéndose, sigue haciendo sentir que su arma es letal, este orgasmo se demora, estoy muy excitada, me desespero por su llegada, mi amante de turno mete su mano entre nuestros cuerpos, su dedo alcanza mi clítoris, apenas lo toca me vengo, el no para, sigue entrando y saliendo, bufa como un toro, yo me tenso y otro clímax que llega, mientras mis manos crispadas recorren sus nalgas, mis uñas desean herir su piel pero me abstengo, no quiero que tenga problemas con su esposa, me pide que llegue otra vez, y no lo hago esperar, quedo rendida, quedo como muñeca de trapo, sin darme cuenta me lleva a la cama, me alza las piernas, y entra hasta el fondo de nuevo, es como un tren entrando sin pausa, se detiene y retrocede, para y regresa, cuando llego yo de nuevo su cuerpo se tensa, me mira como pidiendo permiso, se sale completo se quita el condón y me entrega su semen sobre mi cuerpo, con sus manos lo esparce, embadurna mis tetas, ya tengo semen en los labios y la cara, el se acerca despacio desde mi pubis lamiendo, limpiándome toda de la humedad que me dio. Lo beso también, lamo su verga, le quito la leche la limpio entera; mientras descansamos quiero hablar quiero que se sienta más hombre, deseo que sea mi pavo real, le digo que mi marido no me hace sentir así, le cuento que el miembro de mi esposo es mas pequeño que el suyo, le digo tu si sabes moverte y darle placer a una mujer, que me excita ponerle los cachos con él, que tener sexo con el es una delicia, que lo quiero volver a ver.

CAPITULO SIETE

En este agosto 10 de 2011, tengo mi cita con Johnny, a quien he denominado mi salvaje, nos vemos en Chapinero de nuevo y como ayer vamos a otro motel, tampoco tengo mucho tiempo e igual él, entramos a un motel, hoy esta distinto, me dice que quiere aprender, su comentario me sorprende, me dice que siente que la primera vez no estuvo a la altura ni tampoco hasta hoy, me murmura al oído que le tenga paciencia, que desea satisfacerme completamente, pienso ¡que mala pata! que hoy no tenga mucho tiempo; comienza a besarme, lo hace despacio, lo hace con calma, recorre mi cuello y mi cara, siento sus labios entreabiertos, lo hace muy bien, aún sus manos solo han llegado a mi cuello y mejillas, esto pinta muy bien, me abraza y siento en mi pelvis que su pene ya esta duro, el se acerca bastante para que lo sienta, se queda mirándome y sus manos se acercan por encima de la blusa para tocar mi busto, con delicadeza por el escote llega a mi piel, me acaricia despacio, y de igual manera comienza a desnudarme y yo a él; se que no tengo tiempo, pero me siento fantástica por lo que hace él, así que decido no preocuparme más por mis citas más tarde, decido darle mi tiempo a este aprendiz que quiere que yo sea de él; quedamos desnudos, su verga ya está erecta, la veo grande como siempre pero me parece mas gruesa de lo normal, me estremezco de pensar que en un rato la voy a tener dentro de mí, me agrada su grosor, me pregunta que si deseo beber algo, nos tomamos un trago, conversamos sentados entre el agua caliente del jacuzzi tocándonos el cuerpo pero sin más, hablamos de él, de mí y por supuesto del esposo cornudo que tengo, me sienta en el borde y me pide que abra las piernas, acerca su pene a mi boca, yo lo chupo  y lamo, el se retira y toma su verga con la mano, pienso que va a penetrarme, pero no lo hace, se agacha y comienza a lamerme, siento que su boca besa mis labios de abajo, su lengua juguetea con el botón del placer, me hace llegar una y otra vez, mi amigo si que ha aprendido a hacerlo despacio, aún le falta enfocarse y moverse bien, se levanta y se sienta en el fondo, me pide que cabalgue su verga, que me siente sobre él, le pongo un preservativo y me ensarto en su barra, me muevo despacio, arriba y abajo, hacia delante y atrás, me grita que pare, que no quiere llegar sin haberme visto primero gozar, me quedo quieta, siento por dentro el grosor de su miembro, me llena toda a lo largo y lo ancho, definitivamente debo enseñarle, porque será un amante perfecto, se apacigua su clímax y me pide que vuelva a moverme, quiere que le diga como me va subiendo, yo me levanto y me dejo caer, al tiempo que con sus manos me mueve delante y atrás, respiro profundo y el me sonríe, entrecierro los ojos y el está feliz, gimo un poco y el besa mi pecho, aumento el movimiento y el me sonríe satisfecho, sabe que me está dando placer, soy su amazona y está bajo mi poder, comienzo a temblar y me muevo mas rápido, el ayuda a que sea profundo, sonríe, me besa, me acaricia, me lame, mi clímax llega, mi placer me alcanza, dentro de mi cuerpo la corriente eléctrica es una tormenta, se mueve veloz por todo mi ser, me quedo quieta con su tranca hundida con mis rodillas apretando su cuerpo y el mío temblando de placer, el sabe que gozo, el temblor de mi piel va disminuyendo, comienzo a moverme, mis orgasmos su suceden uno tras otro, tengo como tres, el lo percibe y se excita, se tensa y comienza a gemir, bufa como toro, su pelvis se suma al movimiento como tratando de alcanzar el techo y se corre, siento su descarga palpitar, siento su miembro ancho y grande, siento que sus chorros salen con fuerza y que se viene un montón, me imagino lo que sentiré cuando lo hagamos sin condón.

Me levanto y a su lado me siento, estamos exhaustos, pienso que hasta aquí llego, conversamos un momento, se levanta y me ayuda a pararme, me siento cansada pero quiero un orgasmo más, me invita a la cama, me acuesta y me pide que hagamos un 69, ¡que rico! mentalmente me digo, tomo su verga, la introduzco entera mientras que me besa la chocha, su lengua me lame y sus dedos me violan, no pasa mucho tiempo sin que mis clímax aparezcan es una delicia ser multiorgasmica, siento que le gusta hacerme venir porque su verga se endurece más, se engrosa y palpita en mi boca, de improviso explota, es una catarata de semen, estaba lamiéndolo así que me apresuro a meterlo para que llegue dentro, mientras se corre lo chupo, mientras él se viene, me chupa y me lame y yo también llego por última vez, se voltea y comienza a lamerme, limpiando su semen, chupándolo todo, besándome y pidiéndome que se lo de todo, me abraza en silencio, jadea despacio y me dice que estuvo fantástico este encuentro, claro que así es, pero pienso en que pronto sabrá lo que es la perfección.

Nos damos cuenta lo tarde que es, y presurosos nos vestimos mientras planeamos vernos en la próxima semana; hoy no tengo tiempo de contarle a mi esposo, así que lo llamo y le prometo que en la noche los detalles se los daré, que se conforme con saber que me gozó un hombre y yo a el.

CAPITULO OCHO

Hoy es agosto 11 de 2011 y por supuesto que también tengo una cita y esta será con mi Mauricio, es un día especial, quiero entregarme toda a él, deseo sentir y que sienta, voy y lo recojo en la empresa, vamos a un motel en la autopista norte, a este ya vine con Alirio, pide un cuarto con jacuzzi, y un par de tragos, nos desvestimos por separado y me voy al jacuzzi mientras el se ducha, lo veo caminar lentamente con su verga morcillona que se mueve con su caminar, me doy cuenta que estoy excitada y que acabo de pasar un dedo por mi clítoris, hoy estoy muy caliente, lo veo venir y deseo que hoy no me haga el amor, quiero que me monte, quiero que me penetre, quiero sentirlo a él muy apasionado; se mete al jacuzzi y mientras lo hace le rozo el pene para que vea que estoy ansiosa, el se sonríe, nos sentamos y conversamos, mientras nos tocamos, de vez en cuando un sorbo de licor me tomo, se acerca y me besa, le respondo con pasión, se pone de pie y mientras yo se lo mamo, él con sus dedos me toca mi concha, su verga entra y sale de mi boca y sus dedos ya me hicieron tener un orgasmo, Mauricio conoce cada parte de mi cuerpo, sabes que me gusta y que debe hacer, no tengo que guiarlo, él me conduce en senderos de placer, me dice que no quiere que lo haga llegar pero que continuemos así, tengo más orgasmos ya perdí la cuenta, casi que nos pasamos y el eyacula, pero logro detener a tiempo su orgasmo; me dice que hoy trae un preservativo especial que es de calor y de textura casi imperceptible y que lo quiere usar para metérmelo por la cola, mmm… el solo comentario me excitó, le digo que hoy no puedo, pero que me haga suya poniéndome en cuatro si quiere para penetrar mi vagina desde atrás, se puso el preservativo se colocó detrás de mi, me agachó sobre el borde de la tina y me lo metió todo de una, no fue rápido pero si sin pausa, sus dedos los colocó en mi clítoris para masturbarme, es una delicia, se siente caliente y me vengo seguido, pienso en que seria delicioso que un hombre me lamiera la vulva mientras Mauricio me coge así, siento que el es mi potro alazán, y yo su yegua preferida, lo hace con fuerza sin causarme daño, el calor me invade por dentro, su dureza no me da respiro, me hace jadear, yo le ayudo reculando hacia el, el me penetra una y otra y otra vez, su verga incrustada roza por dentro mientras sus dedos retozan también acariciando mi clítoris, me corro muchísimo, siento que es un infierno el calor que tengo por dentro, no solo en la vulva y mi cola sino entera en todo mi cuerpo, siento que se hincha el taladro que tengo adentro, se que explotara en cualquier momento, aumento el vaivén para sentir mas veces su verga dentro, reculo con fuerza, quiero que llegue y así sucede corriendose él, es mi potro salvaje soy su mujer, que rico que me coge este caballo sediento de placer; nos retiramos a la cama, mi número preferido es el 69, así que lo hacemos el a mí y yo a él, siento su verga, siento que explota, siento su semen parte en mi boca y el resto en la cara, quiero darle de beber su leche que guardo en mi boca, a él no le gusta mucho pero si lamer mi cara, amante mío si he de enamorarme alguna vez de otro distinto a mi marido espero que sea de ti.

He quedado extenuada, he cumplido mi deseo, ahora llamo a mi marido para que sepa que su mujer ha sido montada por su rival del momento, el se excita al oírme relatar como un hombre distinto me satisface dándome placer.

CAPITULO NUEVE

12 de agosto de 2011, hoy en la tarde estaré con Manuel, tenemos planeado alzarnos la bata encontrarnos al final de la tarde para irnos a un motel y pasar las horas de sexo y pasión, no lo hemos comentado, pero ambos sabemos que queremos hacer de la noche nuestra compañera; es casi medio día y Manuel me llama para decirme que desea verme pero que el plan inicial no puede ser, que en el final de la tarde el y su esposa van a encontrarse conmigo para cosas de trabajo; me río de la ironía de la vida, hoy u esposa será mi rival sin siquiera sospechar que su hombre es también mío, parece increíble y sonrío por dentro, es un cuento que hoy precisamente pase esto con ella, cuando casi nunca nos vemos, en casi cuatro años con ella nos encontramos en no mas de tres o cuatro ocasiones; sin embargo Manuel me propone no vernos tan tarde y mejor a las tres, de inmediato en mi mente se enciende la llama de la excitación, me parece delicioso, acostarme con el marido de la mujer que en un rato voy a ver, por supuesto le acepto el nuevo plan, me parece morboso todo lo que voy a hacer; nos encontramos en Chapinero, me encanta este lugar me permite ir a muchos moteles sin tener que repetir, entramos a uno, él como un caballero pide un cuarto, voltea a mirarme y con sus ojos pareciera preguntarme que si siempre se puede que sea con jacuzzi, lo miro y como si se lo dijera, el le pide al encargado que tenga un jacuzzi grande el cuarto que vamos a tomar.

Entramos al cuarto, me toma de la cintura, me da un beso mientras cierra la puerta, me aprieta contra la pared, siento su mano tocar mi cuerpo, mis costados mis senos mis muslos mi espalda, las baja despacio para llegar a mis nalgas, en mi mente cruza veloz la imagen de Mauricio haciéndomelo por la cola, así que se que hoy no será si me pide que sea anal.

Me hace suspirar con sus caricias, me pide que le haga oral, le digo que si y le propongo un 69 siento sus lengua y le hago sentir la mía, me chupa y yo hago lo mismo, me lame y le respondo igual, comienza un juego que consiste en hacerle lo que el me haga, nos reímos a ratos pero ambos sabemos que la estamos pasando genial, cambiamos el juego el me da dos chupones, yo le doy tres, se ríe por mi ocurrencia, me lame cinco veces seguidas, le doy seis a él, con fuerza y dedicación juega en mi clítoris, como no para hago igual, me arqueo para sentir mi orgasmo pero suelto la presa que tenía en la boca, el me dice que he perdido la pelea de sexo que habíamos compartido, comienzo a reír, pero pajeo con fuerza la verga con mi mano, la beso la chupo, lo hago con rapidez, la chupo fuertemente, me pide que pare pero no le hago caso, me grita ¡me rindo!, me causa risa la ocurrencia anunciada, en el descuido se para se voltea con ganas me coge de la cintura para acercar su verga, le digo que no que debe usar condón, me dice que mejor sin el, pero no cedo, le propongo ir al jacuzzi, nos vamos allá tomados de la mano, le pongo un condón estoy medio sumergida en la tina, el se acuesta sobre mi, siento su penetración, lo hace rápido y con fuerza, siento como me empuja hacia abajo con su peso y su fuerza, la penetración es profunda y cuando va saliendo lo hace hasta afuera, para entrar de nuevo hasta el fondo, me gusta su mucho lo que hace, meto mi mano para alcanzar mi clítoris, me encanta la sensación en mi vulva, en mi clítoris y espalda, no se si he gritado me parece que si, pero tengo un orgasmo caliente, largo y fuerte, no ha pasado ni un minuto y siento de nuevo su deliciosa verga que se mueve adentro y afuera, me dice “goza mucho”, siento otro clímax venir, se aproxima rápido como galopando hacia mí, se aproxima, ya esta muy cerca, esta en su punto, tenso mi cuerpo y siento en mi vagina que mi amante descarga en el condón su simiente su néctar, esto acrecienta mi placer, mi orgasmo mi abraza, siento que Manuel aumenta su embestida, mi cuerpo tiembla, el me clava con fuerza, mis gemidos afloran, el me besa, la respiración se me va, siento que para de clavar a su hembra, se queda tenso dentro de mi, mis músculos comienzan a relajarse después de tanta embestida.

Me tomo un sorbo de gaseosa, le doy un beso le digo que corone de nuevo, me dice que no puede, comienzo a chupar su miembro, esta morcillona, siento que se va endureciendo, el me mete sus dedos, yo continuo mamándoselo, ya esta como riel, pero me he arrepentido ya no quiero que me lo meta, deseo que llegue así, me corro de nuevo mientras lo hago siento su verga latir, se mueve sola, se hincha un poco, esta muy venosa, la meto entera en mi boca y su leche comienza a salir, se viene todo, dejo que una parte se quede en mi boca y el resto que vaya a mis senos, lo beso en la boca dándole el regalo que recibido, luego me lame el busto para limpiar de semen mis pezones.

Ha pasado el tiempo y es hora de irnos, nos vestimos rápido y salimos, el se va por su lado a recoger la señora y yo en taxi para encontrarme con él; llego a lugar, y el me llama para decirme donde está, camino despacio hacia ese lugar, me acerco mirando a la cara a su señora pensando en silencio que con su marido me he acostado hace un momento, alzo mi mano y ella también, nos estrechamos las manos en saludo social, pienso que esos dedos que la están tocando la verga de su esposo acaban de tener, me parece excitante sentir que no sospecha y que ambas compartimos el sexo del mismo hombre, miro su cara ella mira la mía le digo en silencio que se a que sabe su boca porque ella y yo lo besamos igual; siento que Manuel está muy nervioso porque sonríe con frecuencia sin motivo aparente, el también está excitado por la situación y más porque en unos días nos volveremos a ver.

Esposo mío había pensado terminar acá estas semanas de sexo, pero como ya se que nos vamos a ver muy pronto, he decidido tener una más de placer, ya no eres el propietario de una cornamenta de un venado, te han crecido tanto los cachos que en alce te has convertido

CAPITULO DIEZ

Hoy es 16 de agosto de 2011, antes les cuento que he pasado todo el fin de semana haciendo pereza, recordando con mi marido lo que han sido estas dos semanas de sexo y pasión, también recordamos los momentos históricos de inicio como swingers los instantes en que le ponía los cuernos, siento que disfrutamos la vida que tenemos y que el futuro será igual, hemos hecho varios planes para nuevas fantasías, las cuales les contaré cuando haya  disfrutado de ellas, mi reunión hoy es con Juan Pablo, fui al sitio donde trabaja y luego de algunos minutos de hablar sobre trabajo, nos fuimos en su auto hasta un motel en el occidente de Bogotá, en la entrada pidió una habitación con jacuzzi grande, entramos al cuarto y de inmediato nos desnudamos para ir presurosos a una ducha con tres chorros y ducha de teléfono, allí mientras yo lo pajeaba con la mano, con la otra mano y ayuda de él, yo me masturbaba con el agua de la ducha de teléfono, así tuve dos deliciosos, largos y calientes orgasmos seguidos; luego le puse el agua a presión sobre la cabeza de su verga y el me decía en medio del placer que nunca había hecho eso y que era muy caliente y delicioso y que quería hacerlo cada vez que nos viéramos,   mientras tanto yo le decía que a mi marido no le gustaba eso, sino que en la ducha solo nos bañábamos, a lo que me contestó “muy pendejo perderse esto”, al escuchar sus palabras una corriente de placer me recorrió por entera, por fin alguno había perdido la pena y expresaba algo sobre mi cornudito, no dejé que llegara así porque quería otras cosas después; nos trasladamos al jacuzzi, donde me abalance sobre su pene para chuparlo y mamarlo mientras él me subía con su mano, así me hico derretirme de placer dos veces y estremecerme completamente todo el tiempo, le dije que quería hacerlo muy feliz y me dedique a follarlo con mi boca, hasta que el se derramó en mi sin que se perdiera ni una sola gota de su semen; con su néctar completo en mi boca y aún con la sensación de sus chorros golpeándome en la garganta cuando eyaculaba, me fui deslizando pos sobre su cuerpo hasta llegar a su boca y posando mis labios sobre los suyos, le pasé la mitad de su leche y la demás la dejé deslizar por mis comisuras con la esperanza de recibir su lengua limpiándome toda la humedad, y no me frustré con mi deseo, porque él después de sentir su semen en su boca, comenzó a lamerme toda para tomar todo lo que yo tenía sobre la piel; descansamos agitados un rato y nos pasamos a la cama, donde le dije penétrame por la cola, él se puso un condón, me puso en cuatro y con suavidad y lentitud me clavo por el culo mientras tanto con su mano me frotaba el clítoris para hacerme llegar una y otra vez, le había pedido que no llegara así y que me avisara cuando estuviera a punto, cosa que me avisó luego de tres clímax míos, en ese momento le pedí que me dejara estar arriba de él, entonces se acostó boca arriba y yo me senté de un solo movimiento en su verga para que me penetrara hasta el fondo, me moví frenéticamente, por un rato me sentí toda una amazona cabalgando su corcel, me movía arriba y abajo con fuerza y pasión, en cada salto mis tetas se mov.ian siguiendo el ritmo de las embestidas que yo misma me daba, sus manos en mi cintura me halaban hacia abajo para hacer su entrada en mi interior más profunda, él me miraba como buscando que yo expresara cuanto me gusta ser clavada por su larga espada, y cuando mi respiración se entre cortó y mi pecho se agitaba por los gemidos que mi garganta soltaba, apareció en su cara una sonrisa de triunfo porque el sabía que ya me había hechos su mujer y su hembra, saberme que era yo de él hizo aumentar mis movimientos hasta que ambos nos corrimos casi al tiempo, nos quedamos así algunos minutos con su verga saltando dentro de mi; le pedí que cuando se saliera no fuese a botar el semen y que me lo echara sobre el cuerpo, lo cual hizo y después de haberlo esparcido por mis vientre, mis muslos, mis senos, la cara y labios, me volteo y lo untó en mi espalda y terminó lamiéndolo todo de mi espalda y frente.

Tirados sobre la cama desnudos y cansados, planeamos volver a vernos para repetir muchas cosas y fijamos como fecha en dos semanas, porque la próxima estaré solamente con mi cornudo siendo clavada por él.

CAPITULO ONCE

Es miércoles 17 de agosto de 2011, es día planeado con Mauricio para vernos, nos encontramos en su oficina y de allí tomamos un taxi hasta Chapinero, cuando Mauro estaba pidiendo la habitación con jacuzzi, tuve una idea y yo pedí que además tuviese una ducha con múltiples chorros, una vez dentro, sin caricias de por medio nos desnudamos mutuamente, el a mi y yo a él, luego nos metimos a la ducha y allí

le pedí que me subiera con la mano y yo le puse la ducha de teléfono masajeándole su pene con el agua caliente, de inmediato su verga se puso durísima y muy gruesa y él comenzó a gemir durísimo y a decir que eso era riquísimo; cuando todo su cuerpo se puso a temblar, yo paré primero para que el no llegara y segundo porque yo había alcanzado una corrida y me encontraba en medio de un gran orgasmo, luego cambiamos y mientras lo pajeaba con la mano, el con el agua caliente de la ducha de teléfono me hizo correr tres veces fantásticamente, como a Mauro le había quedado gustando la nueva sensación me pidió volver a ser subido con el agua, la sola perspectiva de volver a sentir lo que ya había experimentado lo tenía súper excitado, así que no demoro en empezar a decir que querìa correrse ya y cuando vi que se iba a venir, me  metí su gran verga en mi boca y comencé a mamárselo y él decía no pares esta delicioso, sigue por favor no pares, con sus manos sujetaba mi cabeza y se movía dentro de mi entando y saliendo, lo recibí todo en la boca, luego el me besó y buscaba que yo le pasara parte del semen, y así lo que hice, luego de él saborearlo me lamio los labios y la cara, me abrazó y me dijo que nunca había sentido algo así tan rico, de allí nos fuimos al jacuzzi donde conversamos de muchas cosas, entre ellas le dije aun cuando no es cierto porque a mi marido le fascina, le comenté que a mi me encanta el sexo en la ducha así pero que a mi esposo no, él me dijo ·tu marido es un tonto, no es posible que a alguien le disguste algo tan rico”, me estaba acariciado el busto y me pidió que me sentara al borde de la tina me untó el clítoris con el GEL MULTI-O y metiendo su cabeza entre mis piernas con su lengua me hizo un oral riquísimo haciéndome tener otros tres orgasmos muy calientes, se encontraba muy excitado y eufórico, así que después me dijo que le regalara mi cola y claro que le dije que si y también le eché GEL FORTE en su verga; me comentó que la sentía muy caliente por el GEL y a punto de explotar, me abrazo por la espalda rozándome las nalgas con es pene duro que tiene, me hizo agachar sobre el borde de la tina y acerco su pene duro a mi culo y con suavidad me penetró por mi hueco chiquito, todo el tiempo se estuvo moviendo con lentitud acariciando mi clítoris con su dedo y preocupándose por que yo llegara y no me doliera la clavada, me corrí dos veces y él me dijo que quería correrse en mis senos y cogerme por las tetas y que de vez en cuando en el momento de acercar su verga a mi boca quería que se la chupara, y así lo hicimos, el se movía arriba y abajo y yo le lamía la punta, mientras tanto el me decía que sentía el pene muy rico y que iba a comprar ese GEL que yo le puse, hasta que gritó me corroooooooooooo y entonces yo me lo metí en la boca y eyaculó una parte en mi boca y el resto en mis tetas, luego esparció con sus manos por mi pecho, cara, cuello y espalda el semen para después lamer mi cuerpo y limpiarme, descansamos como 15 minutos allí y me pidió ir a la cama y adicionalmente me pidió de nuevo mi cola, el dijo que le regalara más GEL FORTE, le hecho un poco al condón por dentro, se puso el preservativo y me penetró, todo el tiempo estuvo gimiendo, luego se retiró de mi cola e hizo que lo cabalgara penetrándome por mi vagina y así en forma apasionada y fuerte nos corrimos juntos al tiempo, terminamos muy cansados y reposamos encima de la cama varios minutos y fuimos a ducharnos, allí me dijo que esto de la ducha y el GEL lo tenemos que repetir.

Fue una delicia todo lo que sentimos, mi Mauro estaba como loco de pasión, pero lo rico tiene algo en contra y en esta ocasión fue la de quedar bastante resentida, no en balde mi hombre me había hecho tener un montón de placer, sino que èl por la excitación me había hecho el amor corriéndose tres veces; bueno …. Éste pequeño exceso me hace cancelar mi encuentro con Johnny que es para mañana y ahora debo posponerlo para el viernes.

CAPITULO DOCE

Que les parece ya estamos a agosto 19 de 2011, es el último día de mis aventuras y claro que para terminarlas escogí a mi amigo Johnny; nos encontramos en su oficina y sin demorarnos para nada, nos fuimos a un motel de éste amado Chapinero (tiene unos sitios fantásticos), sin darme cuenta y sonando muy atrevida le pedí al recepcionista que nos diera una habitación con una ducha de muchos chorros y en especial con uno de teléfono, tan pronto llegamos a nuestro cuarto, le pedí que nos desnudáramos cada uno por su lado pero sin demora, así que él lo hizo rápido y sin darme cuenta él me había ganado, y se encontraba desnudo frente a mi, con sus músculos logrados a base de esfuerzo, y su pene erguido y orgulloso de su tamaño, lo tomé de la mano y nos fuimos hacia la ducha y abrí todas las llaves escogiendo una temperatura màs caliente que tibia, con mi mano tome su miembro y le coloqué la ducha de teléfono sobre la cabeza de su verga, Johnny se estremeció su cuerpo tensado pareciera que quería correrse de inmediato, retiré el chorro y lo coloqué contra mis senos, mientras sentía como sus manos se dirigían hacia mi cintura y con fuerza me acercó a su cuerpo, sentí su dureza contra mi vientre y luego sus manos entre mis piernas masajeaban suave y certeramente mi clítoris haciéndome correr dos veces al tiempo que yo frotaba el glande contra mi cuerpo. Luego le di la espalda y coloqué el chorro de agua caliente contra mi vulva y clítoris al tiempo que Johnny jugaba con su espada caliente entre mis nalgas y rozando mi espalda, cuando me vine de nuevo, él tomo su pene y me penetró unos centímetros en mi cola, haciendo que mi orgasmo se tornara larguísimo no solo gracias a la penetración sino al vaivén de sus penetraciones, cuando terminó mi corrida, tome conciencia y me retire de él para sacar con urgencia su verga de mi cuerpo puesto que me lo había introducido sin protección; me recosté sobre su pecho abrazándolo de pie con mi cuerpo tembloroso para darle un beso y decirle que estuvo delicioso.

El me abrazó como alzándome del piso y en ese momento sentí su poderosa herramienta colándose entre mis piernas y vagina invadiendo mi conchita por completo, pero me solté de su abrazó porque su clavada estaba siendo a pelo; lo miré un instante y me agache para introducir su cosota entre mi boca con el fin de lamerlo, besarlo, mamárselo, chupárselo y hacer sentir a mi hombre mucho placer, tras unos minutos de estar siendo follada así, Johnny se corrió en mi boca recibiendo toda su leche sin dejar escapar nada, una vez que terminó, repté por su cuerpo para llegar a su boca y besarlo para entregarle su simiente, el me besó con pasión permitiendo que parte de mi carga se deslizara por entre mis labios deslizándose por mi piel al tiempo que él me lamia la humedad que aparecía.

Me llevó hacía el jacuzzi y nos sumergimos en el agua caliente para relajar más nuestros cuerpos y descansar del esfuerzo realizado al tener sexo; nos quedamos conversando de cosas triviales y yo pensaba la forma para hacer un comentario sobre mi marido, la ocasión se presentó cuando me dijo que la próxima vez que nos encontráramos íbamos a buscar un motel con duchas como estas, así que le dije que eso me parecía riquísimo porque mi esposo no me daba esa oportunidad que a mí me encanta, me respondió que contara con él para satisfacer ese gusto, le dije que a partir de mañana le iba a poner a él los cachos con mi marido y riéndose a carcajadas me dijo que no había problema, porque mi esposo es más cornudo gracias a que él y yo pasamos más tiempo debido a los viajes de mi esposo y ambos nos reímos de su verdad. Este momento de relajación fue el preludio de nuestra pasión, comenzamos a besarnos con ansiedad y luego le puse un condón utilizando para eso mi boca, el me recostó y me penetró con firmeza pero suavemente, se movió con recorridos largos saliéndose todo para tomar impulso y entrar en mi interior, me llegaron oleadas de placer que recorrían mi espalda, girando sobre mi cabeza para terminar en mi clítoris, haciéndome correr varias veces, lo sentía inmenso y muy duro dentro de mí, me dijo es hora de que tu cabalgues y cambiando de posición me monte arriba de él y mientras acariciaba mis pechos y besaba mi espalda, yo me movía rápidamente hasta que sentí que sus gemidos aumentaban de volumen y tensaba su cuerpo corriéndose casi al tiempo que yo; rendidos de tanto esfuerzo, estábamos quietos manteniendo la misma posición la cual solo modificamos cuando su miembro perdió la erección y se salió solo de mi interior; ´él tomo el preservativo y vertió el semen depositado sobre mi cuerpo para esparcirlo con sus manos en mi piel y luego con sus dedos me hizo tener el último orgasmo de estas semanas de aventura, lo disfruté a plenitud y con muchísima excitación; nos vestimos luego con mucha calma como queriendo estirar el tiempo de nuestro encuentro, cuando salimos se despidió con dos besos en la comisura de mis labios.

EPILOGO

Ya se terminaron mis aventuras de estos días del viaje de mi esposo, por supuesto que la he pasado delicioso y también él, compartí con él cada detalle de mis aventuras, planeamos algunos detalles pero sobre todo no excitamos recordando mis encuentros de placer, tuve la oportunidad de enseñarle a algunos trucos para aumentar las delicias del sexo y definitivamente seguiré haciendo todo lo que les he descrito con o sin mi marido aquí, pero mañana sábado tengo mi encuentro favorito y es el de adelantar cuaderno y acción con mi esposo, porque llega mañana.

Yo les he compartido mis aventuras, ahora solo espero sus comentarios, los pueden hacer acá a continuación o en mi e-mail personal carla0222@hotmail.com