Dos salvajes cogidas

Después de desearme un poco era momento de tener la verga de mi perro adentro.

Estaba yo un día de descanso aprovechando para entretenerme un poco viendo la TV sentada en el sillón cuando pensé “Es buen momento para coger” al fin y al cabo comenzaba a aburrirme, así que solo era cuestión de tiempo para que Max y yo cruzaremos caminos y nos dejáramos llevar por la lujuria. Aún así opté por esperar un poco y buscar algunos vídeos que me excitarán y recurrí a un favorito personal…una chica morena con rastas, tatuada, con un cuerpo exquisito y envidiable siendo cogida salvajemente por su rottweiler; basto y sobro para ponerme cachonda, desabrochara mi pantalón e introdujera dos de mis dedos dentro de mi puchita con los que rasgaría mi interior además de que frenéticamente y con rapidez los metía y sacaba mientras admiraba como el rottweiler terminaba de cogerse a su perra a la cual dominó completamente mientras ella le decía “¡¡AHH YES!! That's so Good…Stay please…Stay there" (¡Ah si! Es tan rico…Quédate por favor…Quédate ahí) pese a que conozco el clímax de la escena nunca deja de calentarme y muestra de ello fue que no pare de meter mis dedos con rapidez hasta aventar un chorro venido de un grito sofocado.

Mi grito junto a los olores a hembra en celo sirvieron de llamado a Max quiense acercó a ver que pasaba con su mami, yo al ver que se acercaba quite el video pues sabía que no iba a poder contener mis instintos e iba a sucumbir ante el…mi macho. Me quité el pantalón y seguidamente el calzón sin perder mucho tiempo en ello pues Max comenzaba a olfatear mi entrepierna y yo no quería que le estorbase nada, después solamente abrí mis piernas y enseguida se puso a lamer su premio mientras yo acariciaba tiernamente su cabeza y disfrutaba de la lengua de mi amante que rascaba mis labios con su aspereza “MMM…se bueno con mami" le dije mientras cerraba mis ojos entregándome al placer de su lengua que se introducía en mi vagina y la estimulaba de bella manera.

Siguió un tiempo y yo me dediqué a gozar “Ahh…Así mi bebé, AHH, así me encanta tu lengua” dije poco antes de que lograra hacerme venir y mientras me chorreaba lo quite de mi entrepierna pues yo no pude con tanto placer…simplemente me abrumo tanto estimulo. Lo miré fijamente a los ojos que prácticamente me demandaban volverme una perra, después Max retrocedió un poco y pude ver que tenía la punta de su verga fuera así que eso junto a sus incesantes jadeos me indicaron que estaba tan caliente como yo y asumí que por el bien de ambos habría que comenzar a tener un acercamiento mucho más intenso.

“Ven Max súbete” le dije aún con piernas abiertas y dando palmadas al sillón, enseguida dio un brinco para así quedar frente a mi y con su verga apuntando directo a mi puchita pero aún no estaba lista para entrar así que, dirigí mi mano hacia su miembro dándole un leve apretón para ver que tan duro estaba y evidentemente hacia falta un poco del tacto de mami para que ese pene estuviera listo para penetrar. “Que rica verga bebé, deja que te la ponga dura para que se la metas a mami" le decía mientras jalaba de su pene y el afectuosamente me lamia el rostro por lo que de vez en cuando yo le devolvía los besos mientras que mi mano rápidamente cumplía con su deber pues ambos ya queríamos tener sexo.

Habiendo endurecido su miembro me recargue un poco mejor en el sillón, extendí mis piernas un poco más hacia los lados y mirando fijamente a mi macho conduje a su verga hacia la entrada a la que el tanto deseaba tener acceso. Tan solo con sentir que estaba adentro empezó a hacer lo suyo, embestía con dureza mientras yo alzaba mis piernas para sentir como su pene se introducía en lo más profundo de mi y entre gemidos dije “¡Eso! Métesela a tu mami, ¡Hazla tu perra!” Max comenzó a meterme su verga más rápido y a lamer de nuevo la cara mientras su mami le respondía sacando su lengua e intercambiando lengüetazos, también después de repetidas embestidas mi gozar aumentaba y entrelace mis piernas alrededor de su cadera apretando con fuerza para sentirlo lo más adentro que se pudiera mientras Max aumentaba su ritmo pues, disfrutaba de su hembra y su palpitante pene me lo demostraba con cada metida mientras yo en éxtasis y gimiendo le repetía “¡Soy tu perra! AHH ¡Soy tu perra!...¡¡¡SOY TU PERRAAAA!!!”

Después de mis declaraciones empecé a chorrearme y Max comenzó a preñarme llenando mi vagina con su rico y caliente semen el cual por la posición en la que nos encontrábamos escurría con mucha facilidad y más porque su nudo no logró atorarse. “¡Llename bebé! Llena mi puchita" exclame a la vez que con mis manos lo abrazaba y rasguñaba del lomo, lo tenía muy bien sujeto con piernas y brazos no podía escapar de mi…eso me complacía pero por un momento volvió a empujar dentro de mi lo cual hizo que alzara las piernas y fue cuando mi amante salió de mi interior haciendo escurrir gran parte de su leche entre mis piernas temblorosas, Max lamió nuevamente mi puchita, limpiándola y brindándole placer.

Le dejé seguir saboreando mientras aprovechaba para quitarme mis últimas prendas, la blusa y el brasier; completamente desnuda aparte su hocico de mi vagina para después levantarme y darme la vuelta mientras le indicaba que se sentara “¿Todavía puede mi bebé verdad?” le pregunte aún con ganas de verga, el respondió con gruñidos y jadeos “Claro que todavía te puedes echar a tu mami" le dije, entonces me di una fuerte nalgada en mi firme y gran culo sabiendo que Max se abalanzaría sobre mi brincando para sujetarse de mi cadera gruñéndome y poniendo su peso sobre mi forzándome a ponerme de perrita.

Después de un breve y excitante forcejeo me tumbó hacia el sillón y jalaba mi cadera para poder ensartarme su jugosa verga mientras yo decía “Si mi amor…eres mi macho cógete, cógete a tu hembra ¡Métesela toda!” entonces me jalo fuertemente y sentí su verga a punto de entrar cuando de nuevo me jalo bruscamente para esta vez tener éxito. Max estaba más que excitado pues me domaba con una fuerza y fiereza dignas de un semental, yo gritaba y gemía como loca disfrutando de mi macho y diciendo “ESO…AHHH…¡ASÍ! Haz que tu mami se sienta toda una PERRA” . Yo solo trataba de resistir sus embates aferrándome al sillón que cada vez era más empujado fuera de su lugar habitual pues el apareamiento entre un macho alfa y su hembra era demasiado frenético y duro para que permaneciera inmutable.

Nada podía hacer más que someterme ante mi fuerte macho quien gruñendo me demandaba sumisión y tomando mi cabello con su mandíbula me demostraba quien tenía completo control, yo asertiva no oponía ninguna resistencia, en cambio me deleitaba escuchando su pito penetrar mi nuevamente chorreante entrepierna, como su trozo se hundía en lo más profundo de mi interior, mi trasero rebotando ante cada embestida, sus patas traseras rasguñando mis piernas con sus incesantes brincos, mi amante con todo eso me demostraba que en ese instante dejé de ser su dueña para volverme su perra, por un momento los papeles se invirtieron y yo ahora era suya.

Sentí su bola entrar, era cuestión de tiempo y entonces rasguñando el sillón solté un grito lo que hizo que el soltara mi cabello a la vez que sentía su frenética verga chocando hasta el fondo mientras tenía un orgasmo nuevamente y mi dueño estaba preparándose para botar leche pues su pene ya palpitaba y soltaba algunos chorros. Entonces Max soltó una mordida a mi cuello sin apretar, era solo una exhibición más de su dominio ante su perra y yo dije “Eso cabrón, dómame y muéstrame que soy tu PUTA PERRITA" al instante sentí su semen fluir aunque en menos cantidad y le dije “¡¡AYY SII!! SOY TU PERRITA, TODA TUYA…ECHAME TU LECHITA DEJAME CARGADA".

Unpar de embestidas más se detuvo además de soltarme el cuello, intento zafarse puesto que la última vez salió sin más pero esta vez no tuvo éxito y yo le decía con una tierna y a la vez quebrada voz “¡Ayy SI! Que rico….no no no (al querer salir) Quédate por favor…Quédate ahí” . Los minutos pasaron y Max por fin pudo salir de mi, mientras yo derrotada me quedaba recargada en el sillón y le dije “Así se coge un buen perro a su perra" ; demi vagina hinchada y palpitante chorreaba su leche y mis jugos los cuales Max se encargaba de limpiar dando unas últimas lamidas antes de irse a descansar pues sus incesantes jadeos solo demostraban lo exhausto que estaba, pero yo, yo estaba más que satisfecha pues mi perro me hizo su hembra de una forma salvaje.

Y eso sería todo está vez, tuve que releer mis relatos pues leyendo sus comentarios me di cuenta de que nunca escribí un relato con la posición que describí (pese a que la he practicado muchas veces) y por eso los invito a comentar mis relatos e incluso a valorarlos, eso ayuda mucho a que tenga ganas de escribir y compartir esto con ustedes.