Dos pollas para mí

Quedo con dos tíos de un chat. Uno de esos días en los que me siento totalmente puta.

Un ascensor antiguo me lleva hasta el piso que me han dicho. Olores extraños y muchos nervios. Una hora antes, estaba en casa, cachondo, pensando en comerme una polla, entrando en todas las webs de contacto que conozco. Y allí, en un chat, lo leí:

"Buscamos un tío para que venga a comérnosla, nosotros dos tíos, 30 años, cachondos, algo borrachos."

Tuve que contestar, claro, imposible rechazar comerme dos pollas en lugar de una. Me hicísteis las preguntas típicas, de qué buscaba, cómo era, etc... Hasta que llegó la que más me gusta que me hagan:

  • ¿Te tragas la leche?

  • Sí, me la trago... Me encanta... Puedo sacar la lengua y ves tu leche caer en ella y luego me la trago. O, si lo prefieres, sigo mamando hasta el final, con tu polla todo lo adentro que puedas y ahí te corres, en mi garganta, mientras me la trago. O las dos cosas, primer chorro en la lengua, luego me la meto hasta el fondo. Si te pone más, fóllame la boca cuando te corras y hazme tragar polla hasta que tenga naúseas.

Me imagino vuestra cara al leer eso, cómo os pondréis cachondos pensando en lo puta que soy y en el gusto que os voy a dar. Me dáis vuestra dirección y voy corriendo, aunque me pille lejos, yo por una polla hago lo que sea.

Entro en la casa. Me reciben dos hombres, de más edad que la que me han dicho. No me importa, incluso prefiero maduros a jóvenes. El ambiente está cargado, hay humo de porros, olor a alcohol, olor a macho. Hay poca luz, el ambiente asusta un poco... Pero me excita, me excita saber que me podéis hacer cosas que no quiero, que podéis putearme y abusar de mí. Observo que estáis los dos en calzoncillos, uno sentado esperando, el otro de pie, quien me ha salido a recibir.

Breves saludos y voy al grano. Somos tíos y yo he venido a daros placer. Me pongo de rodillas y digo al que está de pie que se siente.

  • Venga, enseñadme las pollas, que quiero ver que me váis a dar...

El que está sentado ahueca el culo y se baja los calzoncillos, el que está de pie, se los quita y se sienta al lado. Las dos pollas están morcillonas, aún no están empalmadas del todo. Me gusta eso, me gusta ser yo el que las empalma. Las dos son morenas, más o menos del mismo tamaño.

Elijo al que está sentado a mi derecha y me pongo entre sus piernas. Tomo su polla con una mano y con la otra agarro la polla del otro. Empiezo a recorrer su polla con la lengua, haciendo círculos. Con la otra mano pajeo suavemente al otro. Comienzo a mamar tímidamente, solo la punta de la polla. Escucho el primer gemido.

  • Así, tío, así... Cómetela

Está listo si cree que eso va a ser todo. Espero a que esté empalmado y entonces, de sopetón, me meto la polla entera en la boca. Ha crecido, tiene un tamaño normal, pero es gruesa. Abro la boca y la recibo hasta la garganta.

  • Joder, qué bueno.

No se lo esperaba y se la sigo chupando, sacando la polla de mi boca, hasta el borde, para volvérmela a meter hasta la garganta, parando ahí un segundo. Lo repito una docena de veces y paro. Le toca al otro. Me cambio de sitio y le miro a los ojos con cara de vicio.

  • No te quedes frío... ¿Quieres que te la chupe igual?

  • Si, tío, cómetela entera también.

Tiene buen rabo, menos grueso, pero algo más largo, acabado en punta. Empiezo a mamarla hasta el final. Sé que está esperando que me la meta entera, hasta la campanilla, pero en lugar de eso cojo la mano del otro, que se está pajeando mientras nos mira. Se sorprende, no sabe lo que quiero. La llevo hasta mi nuca y hago fuerza, para que entienda.

Sabe lo que pido, así que haciendo fuerza sobre mi nuca, me "obliga" a comerme la polla de su amigo.

  • Así, cómesela, cabrón, bien hasta el fondo. Toma polla, puta.

Al que se la estoy mamando solo gime y dice "Dios...", mientras su amigo empuja mi cabeza una y otra vez, haciendo que trague toda su polla. Me lloran los ojos de sentir la polla tan adentro de mi garganta.

Vuelvo a cambiar de polla. Siento una mano en mi nuca. Parece que han entendido el juego y me follan la boca sin piedad. Me obligan a comer rabo, todo lo que me entra, me atraganto, respiro, vuelvo a comer.

Les oigo gemir y gozar.

  • Espera, espera, que no quiero correrme tan pronto.- Me dice uno de ellos

  • Si queréis correros ya, hacedlo... Yo me quedo esperando y os la chupo otra vez.

  • Tranquilo, que te vas a hartar de polla.

Me piden que me desnude y lo hago. Me quedo en pelotas y me luzco un poco. Quiero que vean el culo, sé que a los tíos les mola. Me lo soban, agarrándome fuerte las nalgas, separándolas, sobando mi agujero.

  • ¿Te gusta que te follen?

  • Sí, me gusta... Pero a pelo, no quiero gomas.

  • Joder, tío... ¿No te da miedo?

  • Si, pero me pone a cien porque sé que os da más gusto.

Vuelvo a arrodillarme y sigo comiendo a uno de ellos. Aprieto bien los labios, quiero que le dé mucho gusto.

Noto que el otro se arrodilla detrás mío. Me separa las nalgas. Noto su aliento en ellas... Se acerca a mi agujero y noto la lengua ahí. Dios, me vuelve loco que me lo coman. Gimo y respondo al placer que me está dando chupándosela más rápido al otro. Ahora además de la boca, uso la mano para pajearle, con la polla bien mojada de mis babas.

Deja de comerme el culo y noto sus dedos en mi agujero, lo está abriendo con ellos y noto algo. Por un momento, pienso que me quiere meter un dedo, pero no, es su polla, me la va a clavar directamente. Pongo el culo más en pompa, para indicarle que adelante, que la quiero dentro y alargo mi mano hacia atrás para frenarle en caso de que sea demasiado bruto. No, no hay problema, lo hace despacio, dejando que entre. Noto mi ano dilatarse, abrirse a su polla, que va entrando milímetro a milímetro.

  • ¿Se la estás metiendo?. - Pregunta al que se la estoy chupando.

  • Si, tío, no veas qué apretado tiene el culo.

  • ¿A pelo?

  • Sí, tío, a pelo.

  • Joder...

Sé que no es un "joder" en plan "qué miedo", si no en plan "qué cabrón". Quiere hacerme lo mismo, lo sé... Ya te tocará, tranquilo.

Empieza a bombear mi culo despacio. Aprovecho cada embestida para meterme la polla del otro hasta el fondo, gimiendo. Dios, qué gusto, una polla dentro, la otra en la boca. Estoy que no aguanto, si me toco, me corro vivo. Acelera las embestidas, chocando con mis nalgas y haciendo que me coma el rabo más adentro.

Los dos gimen, me preguntan si me gusta, yo solo gimo más alto, no dejo de chupar ni un momento. Los gemidos aumentan, noto la polla bien hinchada en mi boca y sé que se va a correr.

Me esmero más en la mamada, para matarlo de gusto.

  • Me corro... Así, así, no pares.- Por fin, la leche en mi boca, amargos chorros me la llenan. No me la trago, dejo que me vaya llenando la boca de leche. Oigo gemidos detrás mío y noto cómo me folla el culo bien fuerte. Me duele, pero me mata de gusto. La saca muy despacio y, cuando está casi fuera, la mete de golpe hasta el fondo.

  • ¿Lo quieres dentro? .- Me pregunta entre gemidos. No puedo contestarle, porque sigo mamando pese a que ya no suelta leche en mi boca y tiene espasmos de gusto. Pero echo el culo hacia atrás para que lo entienda. Separo mi boca de la polla, lo justo para rogar:

  • Sí, claro que quiero tu leche dentro, lléname el culo de leche, cabrón. Por favor, dámela dentro.

Se corre, oigo sus gemidos, noto su polla bien gorda soltando su leche dentro de mi. Cuando la saca para volverla a meter, noto que su semen ha lubricado todo mi ano.

Sigo chupando mientras el que me folla da sus últimos empujones.

  • Joder, qué cabrón, macho, qué vicio tienes.- Me dice uno de ellos.

  • Buf!... Y no me he corrido, me habéis dejado cachondo perdido. - Les digo

  • ¿Sí?... Joder, pues yo ya no puedo follar hasta dentro de un rato.

  • Yo tampoco.

Estoy cachondo perdido, a cien. No puedo quedarme así, voy a reventar... Me siento más puta que nunca, con el sabor agrio del semen de uno y con el culo ardiendo, mientras una gota de leche escurre por mis muslos.

  • Hazte una paja, que te miremos.- Me dice uno de ellos. Me pongo en el suelo, sentado, con las piernas abiertas. Me pajeo delante de ellos, que me vean. Me meto dos dedos dentro del culo. Me corro con los dos mirándome, lanzo unos buenos chorros sobre mi pecho, el suelo, mi vientre...

  • Dios, qué corridón.- Dice uno de ellos.

Me quedo en el suelo, tumbado, muerto de gusto. Uno de ellos va a la cocina mientras, y vuelve con una cuchara. Me la pasa por el pecho y el vientre. Cada vez que la llena de mi leche, me la acerca a la boca y me lo trago todo.

  • Lame las gotas del suelo, puta.

Me ordena y yo obedezco, me pongo a cuatro patas a lamer leche del suelo.

Minutos más tarde estamos los tres en el sofá, desnudos. Tengo sus pollas flácidas en la mano, jugando con ellas.

  • Joder, cómo la mamas, cabrón, cómo se nota que te gusta de verdad.- Me dicen uno de ellos.

  • Sí, la verdad que cuando me dan ganas de rabo, me pongo como una puta. - Contesto.

  • Pues si no tienes prisa, repetimos, nosotros tenemos toda la noche.

  • Sí, por mí vale. Pero os noto cortados... - Les digo con una sonrisa de putilla.

  • ¿Cortados? Coño, no sé... ¿Por qué?

  • Si volvemos a follar otra vez, es con una condición. - Dejo caer, haciéndome rogar.

  • Dinos.- Preguntan los dos a la vez. Ahí está, ya los tengo como yo quería, cachondos y excitados aún sin saber qué voy a decir.

  • Quiero que me hagáis todo lo que queráis, que no os cortéis, por muy cerdo o muy bestia que sea... Si puedo, lo hago. Usadme. Pero quiero que uséis como a una puta, aunque sea algo que os dé hasta vergüenza decir o hacer.

  • Joder... ¿Lo que sea?

  • Lo que sea...

La noche promete...