Dos pasivos, un activo

Hola chicos TR, un saludo para todos y todas eh aquí una historia que podría ser ficticia como real, es tan real como ficticia, espero que os guste y les llame un poco la atención.

Dos pasivos, un activo

Me encontraba en un parque de mi ciudad admirando la naturaleza y despejando mi mente de todos mis problemas familiares, me recosté sobre una de las bancas y mire hacia el cielo, estaba despejado con una que otra nube que pasaban dibujando figuras en él. Como un tonto comencé a imaginarlas y en voz alta decía lo que para mí era cada figura. Cuando mencione –“ese es un conejo”- alguien mas dijo –“no, ese es un gato”- yo me sobresalte y de una me senté en la banca, y vi a mi lado un chico que me sonreía pero tenía los ojos aguados.

Me quede paralizado viéndole y admirando su rostro, era umm... Un tanto diferente ha los que he visto últimamente por estos lugares. Ojos azules como el cielo que veía. Su cabello era castaño y corto, con una linda cresta. Unos labios rojos y como si fueran pintados (pero no lo estaban), se veía algo tímido pero seguro. Con una voz muy dulce y un cuerpo para nada mal.

Lo único que atine a decir fue – ¿te encuentras bien?- a lo que él me respondió –oh si muy bien, todo bien- pero lo dijo con una mirada profunda y luego agacho su cabeza. Por lo que no me convenció su respuesta. Me levante y me coloque delante de él, me agache hasta quedar a su altura y cara a cara le volví a preguntar – ¿de verdad te encuentras bien?- el chico me miro, me dio una sonrisa pero con una lagrima brotando de sus ojos y su respuesta esta vez fue negativa.

No sé porque coños hice lo que hice. Pero sin dudarlo le abrace como si lo conociera de toda la vida. En ese momento mi mente no pensaba y mi cuerpo actuaba por sí solo. En mis cabales jamás hubiera abrazado a un ser completamente extraño para mí.

Él para entonces ya se encontraba llorando sin ningún pudor y me abrazaba muy fuerte como si fuera algún conocido. Después de un rato cuando se calmo un poco y nos separamos le vi fijamente a los ojos, yo tan sentimental que soy ya tenía mis ojos color miel aguados y con ganas de llorar. Sin pensarlo dos veces pase mis manos por su rostro y limpie sus lágrimas, le dije en un tono suave que por favor no llorara mas, que tenía unos ojos muy lindos para gastarlos de esa forma. El nuevamente me dio una de sus lindas sonrisas y me dijo un tímido –gracias-

Yo me levante por completo y le tendí mi mano para que hiciera lo mismo, a lo que el gustoso me la dio y lo levante de la banca. Le dije que si quería ir al arcoíris una heladería de la ciudad, a lo que me respondió con una gran sonrisas y limpiándose más las lagrimas un rotundo SI.

Parecía un niño consentido y mimado, un fresa por donde le mirara, pero había algo raro en él y no solo por su apariencia, sino por su acento y por la forma de ser.

Camino al lugar supe que era de Argentina y que se encontraba acá perdido y desorientado. Que no tenía la más remota idea de en donde se encontraba y que tenía mucho miedo, diciendo esto sus ojos nuevamente se encontraban inundados y se le veía muy triste, yo le pase mi brazo por su cintura y le pegue hacia mi le revolví el pelo y le dije –tranquilo a mi lado no te pasara nada y ya resolveremos todo, no te preocupes-

El chico nuevamente me sonrió pero esta vez me dio un beso en la mejilla, cosa que me coloco muy colorado y acalorado. Es un chamo muy lindo, tierno pero, ¿será gay? Y si es gay, ¿será activo o pasivo? Esas preguntas se las hacia mi mente, ya que soy gay y soy pasivo aunque pues la verdad un pasivo virgen.

Aunque eso no importaba por ahora, tampoco es que íbamos a ir directo a la cama, solo vamos a una heladería y de paso el es un desconoció y un chamo perdido que solo busca ayuda o no se, ¿compasión?

Llegamos a la heladería pedimos un helado para cada uno, él pidió uno de chocolate con chispas de colores, arequipe y una cereza al final, el mío era de vainilla con lluvia de chocolate y leche condensada con tres trozos de fresas al final. Nos sentamos a comer y degustar y claro, a platicar.

Le pregunte que quien era ya que ni el nombre sabia, a lo que me respondió que se llama Santiago pero que le decían tiago o santi. Yo le dije –mucho gusto tiago mi nombre es Luis Fernando pero todos me dices luifer-; -mucho gusto luifer, es un lindo nombre y un genial apodo- dicho esto tiago me regalo otra de sus lindas y cautivadoras sonrisas que para ya me estaba gustando mucho verle sonreír, no solo se veía lindo sino que trasmitía una paz y una tranquilidad muy relajante.

Me pregunto que si yo era de acá de esta ciudad, a lo que le dije que sí que vivía cerca a unas cuantas cuadras desde hace un par de años pero que provenía del interior del país y que me gustaba venir por acá cuando quería huir de mis padres y sus regaños.

Yo le pregunte porque estaba llorando y que había pasado. Allí se hizo un silencio incomodo y su sonrisa se apago. Me imagine lo peor, y cuando digo lo peor ya saben a qué me refiero. Si a una violación o no sé, a algo más?

Por fin hablo, y me conto todo, me dijo que hace mas de un año conoció un chamo por internet, que se contaban todo, que se querían mucho, que le extrañaba cuando no se conectaba y que ahora era parte de su vida. También me dijo que ese chamo le dedicaba canciones, le decía cosas bonitas, le decía que quería una vida a su lado, mejor dicho le pinto un mundo de ilusiones, allí de una vez supe que era gay como me lo suponía.

Me dijo que se hicieron facenovios, cybernovios o como se le quiera llamar. El chamo es de acá de este país y que le había dicho que se viniera para rehacer una vida los dos.

Tiago me dijo que él, arto de su vida en argentina con su familia que lo despreciaba por ser gay, no lo dudo ni un segundo y tomo todos sus ahorros y algunas cosas y se vino a la perla del Caribe. Cuando llego a la Asunción (capital del estado) y se conoció con su amor de internet este se enamoro aun mas ya que su facenovio era más lindo en persona que en fotos.

Luego lo ubicó en un hotel y allí pues se entregaron al amor y al placer del que tanto querían...

Pensamiento de tiago:

Tiago:

Saúl me tomo de la cintura y me comenzó a besar, me llevo hasta la cama y me recostó sobre ella, rápidamente me quito la camiseta, y se apodero de mis tetillas, chupando y mordiendo cada una de ellas, eso me provocaba mucho placer y me llevaba a un estado mental de tranquilidad y mucha protección. Me sentía amado y entregado al amor de mi vida.

Fue bajando por todo el centro de mi abdomen y se recreo en mi ombligo, con sus manos comenzó a desabotonar mi cinturón y pantalón, se separo de mí y me los quito de un solo jalonazo en donde quede solo en bóxers.

Saúl se abalanzo sobre mi pene y comenzó a chupar por encima del bóxer humedeciéndolo todo y excitándome aun mas. Después de un rato me los quito y comenzó a lamer mi pene ya descubierto y totalmente húmedo. Saboreaba la punta y se introducía todo lo que podía, hasta que mis 17 cm se perdían en su interior y yo sentía un placer increíble.

Yo cogí su cabeza y comencé a marcar mi ritmo, me encantaba como me lo chupaba y la sensación tan placentera. Cuando lo creí conveniente lo separe de mí, no quería acabar todavía. Saúl volvió a besar todo mi cuerpo y a subir poco a poco por él hasta llegar a mi boca en donde me beso con mucha pasión.

Rodamos en la cama y esta vez fui yo quien quedo encima de él.  E hice lo mismo que él hacia conmigo hace un rato; comencé a quitarle su camisa y chupar su cuello, a morder sus tetillas y lamer su abdomen, también le quite el pantalón con sus bóxers de una, yo no aguantaba tener en mi boca ese trozo de carne tan delicioso, rojito y babeante de un néctar lujurioso.

Cuando ya estaba totalmente desnudo me deleite con su hermoso cuerpo y claro acaricie cada rincón de él. Baje hasta su pene y comencé a chupar como si fuera un caramelo, una golosina de la que no quería separarme nunca. Era un vicio, su olor, su sabor y su sensación eran increíbles, me provocaba seguir y seguir chupando, lamiendo e introduciendo todo su enorme palo de 21 cm.

Comencé un sube y baja y el coloco sus manos en mi cabeza para marcar su propio ritmo que era muy desenfrenado. Sentí que se vendría rápido en mi boca, pero estaba tan excitado que no quería retirarme de él, y creo que él tampoco tenía la intención de retirarse de mí. Luego de unos pocos segundos se corrió en mi boca con unos 5 potentes chorros de leche que provocaron en mí una gran arcada.

Me separe de su pene y él me subió hasta sus labios en donde me dio un beso saboreando su propio semen. Así estuvimos un largo rato; se separo de mí y me indico que me recostara boca abajo. Le dije que era virgen y que tenía miedo, a lo que me dijo que no había problema que confiara en él y que no pasaría nada.

Yo confié en el, estaba enamorado, totalmente ilusionado, me entregue a su disposición, ciego de amor y en ese momento invadido por el placer. Por lo que hice todo lo que me indico. Me recosté en la cama boca abajo y el comenzó a besar toda mi espalda hasta llegar a mis nalgas, las cuales mordía, chupaba y relamía. Separo mis nalgas y con su lengua fue acariciando en medio de ellas. Fue posando la punta de su lengua en la entrada de mi agujero sin estrenar. Trataba de penetrarme con la lengua, cosa que me hacia retorcer de placer.

Ensalivo mucho mi ano y comenzó con un dedo a introducirlo, pero era imposible. Se levanto tomo un tarro y luego sentí algo frio en mi ano para después sentir un pequeño dolor al sentir un dedo invasor que se abría paso en mi interior. Poco a poco comenzó a meter y a sacar ese dedo de mi ano, cuando lo creyó conveniente me echo otro poco de lubricante y a continuación otro dedo mas invadiéndome.

Al cabo de un rato no eran dos sino tres dedos los que trataban de taladrarme. El dolor aumento pero él no tenía pensado retirarlos de allí; le hice saber que me dolía pero a él no le importo. Tomo otro poco de lubricante que sentí en mi interior y vi que se untaba en el pene, quise detenerlo parándome pero no me dejo. Me beso el cuello y me decía palabras lindas al oído y me fue convenciendo, me fue controlando y yo doblegue a su petición, me rendí o simplemente me entregue por completo a su amor.

Coloco una almohada debajo de mí para quedar en pompa, luego sentí la punta de su pene tratando de entrar en mi interior y sentí un fuerte dolor agudo por todo mi interior que hizo que metiera un grito que ahogue mordiendo las sabanas y con mis manos sujetando la orilla del colchón. Mis lagrimas rodaron y él no paro, todo lo contrario siguió penetrándome cada vez con más fuerza, sin compasión, cosa que me daba un fuerte dolor y muy poco placer.

Al cabo de un largo rato de tortura para mi, por fin su pene se animo en parar esta locura y termino eyaculando en mi interior. Esta vez fueron como unos 7 largos chorros que sentí bien caliente dentro de mí.

Yo estaba sudado, adolorido y muy, pero muy cansado. Por lo que al rato me quede totalmente dormido…

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-Tiago, tiago… oye tiago estas o te perdiste en tus pensamientos- Le llame al chico ya que se había quedado con una mirada al vacio, como si estuviera recordando algo.

Tiago se sacudió y dio un largo suspiro, me pidió disculpas por quedarse así como idiota, a lo que le dije que no había problema.

Me siguió contando, que luego de que Saúl el chico que conoció por internet lo llevo al hotel y le hizo “el amor” el se quedo dormido profundamente y al despertar al otro día, se encontraba solo en aquella habitación sin rastro de su amado Saúl. Se levanto de la cama muy apurado y al buscar sus cosas se dio cuenta que sus pertenencias no estaban allí, ni su dinero, ni su maletín con ropa, nada, solo una muda de ropa que era la que tenia puesta cuando llego al país.

En ese momento tiago volvió a llorar por recordar todo esto y yo solo me levante y le abrace sin importar lo que pensaran en el lugar. Lo trate de calmar y lo conseguí. Cuando se calmo, me miro y me dio las gracias, yo solo le di un beso en la frente y la verdad no supe por qué.

Me dijo que tenía miedo, que ya había pasado dos meses desde ese día, que no sabía de él, que había estado muy mal durmiendo en las bancas de los parques o en algunos estacionamientos a los que se colaba. Que había pasado mucho frio y hambre. Que había mendigado comida y pedido en los trasportes públicos para poder sobrevivir.

Que se sentía perdido y desconfiaba de todos en este lugar. Que no quería saber nada de nadie. Y que se quería regresar a su país; todo lo dijo con lagrimas y con un sufrimiento atroz.

Yo no sabía que decir o que hacer. Me sentía mal por él, me sentía raro, quería protegerle, cuidarle, acariciarle y consolarle. Me daba mucha ternura. Pero también me intrigaba el saber como si no tenía nada se veía bien vestido y porque sin temor se acercó a mí en el parque. Y todo esto se lo hice saber, a lo que me respondió –

-luifer, yo me encontraba desesperado, sentía odio, temor y no sabía qué hacer. Hasta que hace una semana entre a una parroquia y le conté con lagrimas en los ojos todo al sacerdote del lugar, el muy amable me dio posada en la capilla pero me dijo que no podría durar mucho allí. Le pidió ropa a una de las señoras que le ayuda y la señora me consiguió ropa y calzado-

La verdad veía a este chamo argentino y se me hacia un nudo en la garganta, le veía fijamente a los ojos y sabia que no me mentía en nada de lo que me decía, según dicen los ojos son las puertas del alma.

-la verdad pensé que el sacerdote me despreciaría por todo lo que paso, pero me dijo algo que me dejo tranquilo y muy bien- me dijo tiago ya un poco más calmado, y yo intrigado le pregunte qué fue lo que le dijo el padre

-el padre me dijo que todos éramos hijos de Dios y no distinguía genero ni color. Que todos somos sus hijos aunque agarremos caminos diferentes, y que siempre hay que ayudar al prójimo sin menospreciar- término diciendo con un largo suspiro el joven argentino

-Bueno que bien, por lo menos tuviste suerte de conseguir un padre que piense así y que te ayudo- termine diciéndole yo

-si bueno, creo que no es suerte, mas bien, las cosas pasan por algo y todo tiene una razón y un porque, ¿no crees?

-si es muy cierto todo lo que dices, ¿crees que el destino nos unió y por eso estamos platicando acá?-

-no boludo no creo en el destino, creo en… en… creo en el amor y en el presente, el ahora y en… no se pues, eso del destino me cabronea- termino diciendo el tarado lindo este

-bueno entonces porque te acercaste a mi?- le dije yo

-bueno sabes…, yo le pedí a Dios en la parroquia antes de salir que me ayudara, que no me dejara solo, que colocara en mi camino un ángel y que yo sabría cual era-

-ah sí, ¿y eso que tiene que ver?- le respondí algo entusiasmado

-pues que salí y vi un señor que se veía amable, le pedí ayuda y me dio la espalda, luego fui con una señora que lloraba, pero me mando con mi mamá, ya sabes. Finalmente dicen que la tercera es la vencida no. Me acerque a ti y estabas como loquito nombrando las nubes como animales y cosas, me dio risa y ternura, por eso cuando dijiste que esa nube era un conejo yo te dije que era un gato, y allí supe que había encontrado mi ángel- termino diciendo el hermoso arcángel que yo veía delante de mí.

La verdad me sentía raro, jamás me había enamorado de un niño como él. Era diferente al prototipo de hombre que me imaginaba y que en mis sueños húmedos recreaba. Era diferente, totalmente lo opuesto. Pero lindo, tierno, dulce, cariñoso y misterioso.

La vida está llena de muchas sorpresas, de misterios y todos los caminos son inesperados y en los cuales puede pasar cualquier cosa. Yo salí de mi casa huyendo porque mi padre estaba peleando con mi madre y siempre en esas discusiones el que sale perjudicado soy yo, que con apenas 17 años, no se con cuál de los dos quedarme. Solo espero cumplir mis 18 y así no tener que decidir.

Este chico con 18 años es mas lanzado que yo, que se viene de su país a uno totalmente extraño para él, pasando hambre, frio y muchas cosas más, pero aun mantiene la esperanza o mantiene su ilusión de encontrar al amor…

Espero que les haya gustado y gracias por leerme, espero publicar la continuación la próxima semana si a gustado, gracias

Los dejo con una imagen linda que encontré por google