Dos parejas pasando la cuarentena

Dos parejas se ven conviviendo juntas en un apartamento de 60m² la confianza cada vez es mayor, los ruidos del crujir de las camas son frecuentes y una coincidencia en las duchas hizo que la sensualidad de ambas parejas se desatase

Vivo en un piso compartido con otros tres compañeros, así que cuando empezó todo esto del coronavirus cada uno tomo una decisión diferente, unos se marcharon a su residencia habitual, otros se iban a encerrar con las novias… así que le propuse a una amiga pasar la cuarentena juntos, ella aceptó, la verdad es que me sorprendió bastante, nos habíamos enrollado alguna vez pero hasta el momento no habíamos convivido juntos ni dos días seguidos, ahora teníamos que tener claro en qué piso de los dos íbamos a encerrarnos, mi piso es más grande pero el suyo tiene mejores vistas, es más mono (como ella lo definió) y vive con su compañera de trabajo que lo más seguro se quedaría en el piso de su novio, así que lo tendríamos para nosotros solos, el lunes la recogí de su piso y nos fuimos a comprar para toda la semana, llenamos un carro con copete y todo, cuando estábamos en casa ordenando toda la compra apareció su compañera de piso y el novio con un montón de bolsas, ellos también habían pensado pasar allí la cuarentena,- bueno, pues ya somos 4, mejor nos lo pasaremos.

Voy a describir como es cada uno de nosotros,

Lourdes (32 años) es una chica menudita, rubia con el pelo largo hasta la cintura, con un buen par de tetas, creo que se operó y le quedaron genial, trabaja en una tienda de ropa. Su novio, John (30 años) es delgado, alto fibrado moreno de pelo rizado, trabaja en los mercados medievales vendiendo artesanía que por los pueblos de toda España. María (33 años) es mi amiga, compañera de Lourdes en la tienda de ropa, un poquito más alta pero con la misma constitución, bueno y yo, trabajo cómo arquitecto en una obra de la ciudad, mido 1.80, soy más bajo que John, y no estoy tan musculado como él.

Llevamos una semana encerrados y pasamos el día leyendo, viendo programas en la TV jugando a juegos de mesa y lo que todos estáis imaginando.

Las habitaciones están contiguas, así que oímos enseguida cuando están follando, o simplemente jugando, suele ser bastantes, por la mañana al despertar, a mediodía y por la noche, claro que nosotros estamos igual, follamos más que habitualmente, bueno nosotros no somos una pareja estable como ellos, creo que llevan ya 6 o 7 meses saliendo, nosotros somos sólo amigos con derecho.

El miércoles pasado estuvimos follando las dos parejas a la vez, y normalmente cuando acabas pues te duchas y comienzas la vida de confinamiento, bien, pues cuando nosotros acabamos, fue una sesión larga y pringosa ya que María se hizo unas sentadillas sobre mi y se corrió cayendo todos sus líquidos sobre mi polla, ella se enfundó en una toalla y abrió la puerta con la intención de irse a la ducha, yo oí como también se abrió la puerta de nuestros amigos y oí cómo Lourdes hablaba con Maria soltando unas risitas, al no volver María a la habitación supuse que nos duchábamos nosotros primero, así que después de recoger un poco la habitación, lubricantes, el juguete de María, el condón, envoltorio y guardar la caja en la mesita, salí dirección al baño con una toalla a la cintura.

El baño es amplio, con la ducha al final, oía el ruido del agua caer, dejé caer la toalla, abrí la mampara me encontré a Lourdes y Maria duchándose juntas, me quedé de piedra, con los ojos como platos viendo esas bellezas justas desnudas y con el agua corriendo por sus curvas, ellas se reían y me dicen, vamos cierra la puerta que nos entra el frío, yo, estaba totalmente desnudo así que me metí con ellas, los tres en una ducha tan pequeña… Al rato llegó John y le pasó lo mismo que a mí, no sabía cómo reaccionar, también se metió en la ducha, los 4 juntos, en un espacio tan pequeño, imaginaros…

Tuve que pasar por detrás de Lourdes para situarme detrás de María, claro ahí te rozabas a la mínima, y yo que soy muy sensible enseguida se me puso morcillona, entre risas nos enjabonábamos, yo situado a la espalda de María me llené la mano de jabón y empecé a enjabonar su cuerpo, tetas su coñito su culo, yo ya estaba como una moto, tenía la polla encajada entre las dos nalgas, si me agachaba un poquito se cuela dentro de ella, John hacía lo mismo, no paraba de enjabonar los pechos de Lourdes, redonditos y duritos, entre tanto sobe no parábamos de bromear y reír, pasándonos el jabón de unos a otros se cayó al suelo, entonces John dice, Lourdes si lo coges eso que notas entre tus piernas se va a colar dentro y no respondo, que no tenemos goma!!! Yo dije más o menos lo mismo a María, me arriesgo dijo ella… John y yo nos miramos y me puso la palma de la mano para que se la chocase.

Soy malísimo contando historias, si os gusta sigo