Dos paradas

Intenté con uno nuevo pero no me pudo saciar, así que tuve que ir con la vieja confiable.

No se si soy vieja escuela pero realmente disfruto tener sexo varias veces con la misma persona, no necesariamente en una relación pero me gusta repetir parejas sexuales casuales. Creo que terminamos entendiendo nuestros cuerpos, lo que nos gusta, el ritmo, todo. Éste sábado en la tarde tenía ganas y mi amigo de sexo de siempre no podía temprano, me dijo que tenía una cita o algo, me enojé y le escribí a alguien con quien ya días nos teníamos ganas.

Me parqueé frente a su apartamento y me dijo que lo esperara, que iba llegando del gimnasio, llegó y lo ví bajarse de su vehículo, alto, brazos bien formados, piel bronceada, delicioso. Le pregunté qué había entrenado, mientras entrábamos al edificio, "solo estuve nadando un rato" me respondió. Entramos a su apartamento, bastante desordenado, típico de hombre soltero. Le pedí un vaso de agua mientras acomodaba sus cosas. Cuando termino me preguntó que qué andaba buscando, me acerqué le di un beso, pegué mi cuerpo al suyo y sentí tu pene bien duro. Lo acaricié con mi mano sobre el short de ejercicios y le dije: "esto".

Me llevó a la habitación, la cama era matrimonial pero en todo un lado tenía un montón de ropa, "dejame ordeno" me dijo, "no, ya tengo ganas" le dije. Nos acostamos y sentí el sabor a piscina en su piel. Sus brazos fuertes me excitaron, quería sentirlos alrededor mío, nos besabamos y yo metía mis manos desde el cuello de su camisa para tocar su pecho grande y definido. Él se levantó para quitarse la camisa, yo me paré y para no perder tiempo me desnudé completamente. "No pierdes tiempo" me dijo, "es que necesito que me penetres ya". Llevó sus manos a mis nalgas, las apretó mientras yo disfrutaba que me apretara con sus brazos. Me monté encima de él, con mi pene al aire, lo acarició un poco mientras yo apreciaba su cuerpo definido. Le acaricié los pezones, los apreté un poco, se quejó. Me acosté encima de él para lamer su pecho, saqué mi lengua y le di vuelta a sus pezones un rato, sin dejar de lamer me pasé al otro, lo mordí un poco, se quejó. Me encanta morder, me encanta que me muerdan, me encanta dejar marcado y que me dejen marcas. Regresé a besarlo, esta vez con más lujuria, yo encima, sentí como mi boca se volvía agua y como mi saliva goteaba su boca, su lengua entraba entre mis labios mientras sus manos se aventuraban a darme nalgadas. "Más, más fuerte" le decía, y el iba más fuerte, hasta que se dio cuenta a que más fuerte era realmente más fuerte. Me nalgueó unas veces más y se aventuró a empezar a separa mis nalgas para acariciar mi ano, dejé salir un gemido. Bajé por su cintura, bese y mordí suavemente el tronco de su verga encima del short, lamí picaramente el borde del mismo, levante un poco, saqué su pene, de tamaño normal, duro, besé la punta y me la metí a la boca, dejó salir un gemido, volví a arroparlo bajo el short. "No, sigue chupando" me dijo, "no, dentro de un rato", "no, chupamela". Se levantó, se quitó el short, se subió a la cama y me ofreció su pene erecto, yo me puse en cuatro y empecé a chuparla, cabía toda en mi boca sin problemas, con mis manos acaricié sus bolas que colgaban. El agarró mi cabeza y empezó a penetrarla como si fuera un culo, gemía, le gustaba. Sentí como se inclinaba hacia enfrente para separar mis nalgas, acariciar mi culo por fuera una vez más. Su verga salió de mi boca. "Metemela" le dije. "¿Querés que te la meta?", "sí, metemela toda, dejame tu leche adentro". Sacó un lubricante de la mesa de noche, me acoste boca abajo y el se posicionó detrás. La metió suavemente y yo gemí, su pene era tan rico como cualquier otro pero nada extraordinario, me siguió penetrando, me daba nalgadas, se acostó encima de mi y me besaba la nuca mientras me la metía. "¿Te gusta?" le pregunté, "Está más rico de lo que pensé me dijo". Comencé a apretar mi ano al ritmo de sus embestidas, "Que rico eso, seguí me decía". Decidió ponerse experimental, tiró un pie hacia enfrente y seguirme penetrando en una posición que era bastante incomoda para él, regresó a la tradicional. Yo seguía apretando rítmicamente mi esfinter. "Que delicioso tenés el culo" me dijo. Cuando menos lo esperé lo escuché gemir y penetrar más duro, sentí su semen inundar mi culo, me encantó, pero yo no me había venido. Se levantó y fue al baño. Asumí que esperaba que yo me masturbara solo. Me empecé a vestir, regresó y me preguntó si ya me iba. "Sí, es más tarde de lo que pensé y tengo otro compromiso", "¿te viniste?", "no, no te preocupes, me masturbo en casa". Agarré mis cosas y me fuí a mi vehículo, ya era de noche.

Cuando me subí, vi mi teléfono y tenía un mensaje de mi otro amigo, "Me cancelaron, ¿todavía puedes?", me había escrito antes de mi primera cogida. "Amor, lo siento, pensé que no ibas a poder", le respondí sumiso, yo sabía que le encantaba que me hiciera el dócil, aunque siempre me dejaba llevar la batuta de los encuentros. "¿Andás limpio?" me respondió, "No, ando sucio de otro hombre", "¿se vino adentro de ti?", "sí, me dejó su leche, todavía la tengo adentro", "¿te gustó más que conmigo?", "No, él no me hizo venir, todavía la tengo dura", "¿Por qué no vienes y yo te ayudo?", me sorprendió la respuesta, le había dicho que otro hombre había eyaculado adentro de mi, le repetí eso. "No me importa, ven, no te pueden dejar mal-pisado".

Encendí mi carró y conduje a su casa. Quedaba a unos 10 minutos. Me imaginé que se iba a poner un condón, que le iba a dar asco el semen de otro. Su casa quedaba sobre una calle, era una construcción vieja en que la puerta de entrada daba directo a la acera, era una calle solitaria, oscura, solamente enfrente había un estacionamiento público, era sábado entonces todo estaba más calmado que de costumbre, todo estaba apagado. "¿Estás en casa?, estoy afuera pero todo está oscuro, creo que te entendí mal", "No, entra". Me bajé, abrí la puerta y entré, lo vi desnudo en la sala, su pene duro. "Hola" le dije, mientras empezaba a besarlo. Me acarició todo el cuerpo y esperé a que me guiara a su habitación, pero nada, me desabrochó el pantalón ahí mismo, me quitó la camisa. "Tengamos sexo acá, no pasa nadie y es más emocionante". Racionalicé que desde la calle no se iba a ver nada si todo estaba apagado, no pasaba mucha gente por esa calle que excepto esa casa era comercial, era sábado en la noche y todo estaba cerrado, enfrente solamente estaba el guardia en el estacionamiento.

Me desnudé, me senté en un sofá y comencé a besarle su pene mientras él estaba de pie frente a mi. Siempre sabía a orines, antes de que yo llegara siempre orinaba, sabía que el sabor me exitaba, en varias ocasiones hicimos watersports pero ahora no. Chupe su pene, era grueso, fibroso, cabezón. Él tenía algo de sobrepeso pero así me encantaba, mientras le daba sexo oral acariciaba sus pezones, el alcanzaba uno de los mios y acariciaba mi cabeza. Le encantaba que lamiera sus bolas, ya había hecho que se viniera con solo lamerlas antes. Embarré toda mi cara con la saliva con que las había chupado. Me encantaban. Sentía el sabor del precum, el sentía que estaba por venirse pero no quería todavía, me quitó su pene de mi boca. Me puso en un sofá que estaba contra la ventana, de rodillas en el asiento, mis codos en el respaldar, viendo hacía el sofá y hacia la ventana, no había nada ni nadie, solo el guardía a la distancia. Metió uno de sus dedos en mi culo, "todavía tenés la leche adentro amor" me dijo, "Si papi, le dije que se había venido adentro", llevó ese dedo a mi boca, "¿cómo sabe esa leche?" me dijo. "Está rica" le dije, "¿más rica que la mía?", "me gustan las dos", "quiero probarla bien". Sentí como abría mis nalgas, se ponía de rodillas y llevaba su cara a mi trasero, ensartó su cara entre mis naldas y sentí su lengua jugar con mi culo. Dejé ir gemido fuerte, vi a la distancia reaccionar al guardía, "te dejó abierto, su leche sabe bien" me dijo, "la vamos a usar de lubricante". Me lamió desde el culo hasta mi nuca, me comió el oido desde atrás, me dio una nalgueada fuerte "así es que te gusta, ¿verdad puta?" me dijo cambiando el tono, "sí, dame duro", me dejó ir otra nalgada que sabía que iba a dejar una marca y una más. Regresó a comerme el culo, ésta vez con más intensidad, paró un momento para morderme una nalga, dejé salir otro gemido, el guardia lo escuchó. Se paró, puso su pene contra mi culo y yo ya sabía que tenía que arquearme, entró fácil, porque ya me había estirado el primero y por la leche que ya tenía adentro, "¿te gusta?", "sí, pero dame más duro", "¿se siente rica esa leche adentro?", "sí", "estás bien lubricadito", "sí, metemela más" me dije. Sus manos apretaban mi pecho, sus embestidas eran cada vez más rápido, pasó una mano de mi pecho a mi pene y empezó a masturbarlo, yo estaba gimiendo fuerte y el respirando, el eco de la calle hacía que seguramente el guardia de enfrente escuchara todo, ¿se le habrá parado?, pensé en que el también podía cogerme si quisiera. "Mi amor, me voy a venir" me dijo, "llename de tu leche también", "querés tener más leche adentro", "toda la leche del mundo" y con eso empecé a sentir como se venía, chorros de leche adentro de mi, lo sentí desplomarse encima de mi. "Acuéstate sobre el sillón", me dijo, hice caso a sus órdenes, me ofrecio su pene para chupar, "dejalo limpio" me ordeno y le hice caso mientras me masturbaba, me apartó las manos para hacerlo él, se la chupe hasta dejarla limpia, las dos leches revueltas me exitaron demasiado, me vine encima de mi estómago, "te falta éste semen también" me dijo mientras lo recogía con sus manos y me lo llevaba a la boca, varias veces lo hizo hasta que me dejó limpio.

Me puse la ropa, le di un beso y salí, cuando me monté a mi vehículo el guardia me vio fíjamente, ¿era una erección lo que tenía o era un pliegue del pantalón?.