Dos negros una puta

Tenía que relatarles la cogida que me dieron dos negros, uno de ellos mi novio, el otro su primo.

Dos negros, una puta

Mi marido me convenció para que volviera con él, me dijo que no le importaba lo que haya hecho ni con quién. Sé que no me ama porque está dispuesto a no reclamar mi pasado, ni que vea a otro hombre, ya que dice que me desea más que antes, y lo sé, pues en el lapso de nuestra separación, tuvimos encuentros sexuales, como si fuéramos amantes en celo, y no marido y mujer.

Pienso que siempre quiso verme o saber que me cogía otro, y aunque se hizo el digno, ahora me quiere de regreso y tenerme a su disposición.

Por eso creo que ya no escribiré relatos tan seguido, y aunque me dice que puedo estar con otro, tengo que tener cuidado, no vaya a ser que me dé otra tunda como cuando me mandó al hospital, por puta.

Y como me alejaré un poco de todo esto, no quiero dejar de relatar mi encuentro con dos ejemplares de hombre, de color; mi ex novio Zach, y su primo.

Como saben mi relación con Zach, fue circunstancial, era jefe de la empresa donde trabajaba, me lo presentaron y una noche me comentó que le gustaría conocer a una mujer dispuesta a soportar el grosor y longitud de su verga en el culo, le dije que y podía lograrlo y se lo demostré.

Aún con mi experiencia, me enamoré de él, pues al principio todo fue muy lindo, hasta viví en su casa. Me presentaba como su futura esposa, y en el trabajo me envidiaban las demás compañeras.

Fui muy ilusa pensar que sería algo más que una amante, y creo que mi cachondez arruinó todo. Estoy segura que quiso probarme y me puso la tentación de su primo, ya que éste llegó a Monterrey y le pidió cabida en su casa, o sea en la que yo vivía, y muchas veces me dejó sola con él, nunca pasó nada, hasta que una noche en que Zach y yo hacíamos el amor, me preguntó que si me gustaba su primo, yo solo respondía que era guapo, pero no para acostarme con él, y no lo haría porque lo amaba a él.

Pienso que quiso saber hasta dónde podía serle fiel, pues me dijo que tendría sexo con su primo si él me lo pidiera. Por mi naturaleza respondí que si él lo deseaba, lo haría.

Inmediatamente le llamó y éste entró a la recámara, algo le dijo en inglés y se desnudó. Al ver su verga ya parada, me dio un vuelco el estómago, similar a la de Zach, pero curva hacia abajo. Parecía un caballo parado en sus patas traseras.

Se paró en la orilla de la cama, yo quedé boca abajo lista para mamar su palo jugoso, Zach se acercó a mis nalgas lamiendo mi culo, su primo se estiraba para hacer lo mismo, luego Zach se paró a un lado del otro, tenía dos grandes vergas de color frente a mí, algo se decían en inglés, solo alcanzaba a entender, "bitch, fucking, ass," en fin, pero no las frases largas, parecían divertidos con mis mamadas.

Zach se colocó un condón que lo apretaba demasiado, se acercó a mí para besarme en la boca mientras me acostaba boca arriba, ponía mis piernas en sus hombros y colocaba su pene en mi vagina diciéndome;

--MARLEN, NO CABE DUDA QUE TE ENCANTA LA VERGA, Y SI COGES CON EL PRIMO, ES PORQUE TE GUSTA.—

--¡SI PAPI, ME GUSTA PERO QUIERO COMPLACERTE!.—

--NO IMPORTA, QUIERO QUE COJAS COMO SABES, SÁCANOS LA LECHE QUE TRAEMOS PARA TI.—

Mientras Zach me cogía, el otro se acercó a mi cara para que lamiera sus huevotes negros, desde ahí veía su vergota que me llegaba hasta mi ombligo, no supe cuál de las dos era más grande. Mientras mamaba y era cogida, temía que fuera una trampa, pero enamorada me decía que estaba haciendo eso por amor, para demostrarle a Zach, hasta dónde era capaz por él. Pero había sido trampa de mi pareja, tal vez como ya me había tenido, no quería ningún compromiso.

Zach me levantó y me sostuvo son sus brazos, no dejaba de metérmela, el otro se acercó y lentamente la fue metiendo en mi ano. Me dolía sí, pero mi culo acostumbrado a buenas vergas le permitió la entrada. Mis tetas rebotaban en la cara de mi entonces novio, me cogían en un ritmo sabroso, primero entraba uno luego el otro, escandalosamente gritaba, nada me importaba ni siquiera recordaba si el otro se había puesto condón, casi de inmediato me vine a chorros, mientras disfrutaba mi orgasmo, sentía en mi culo una rica sensación, y mi panocha se alocó más moviéndose automáticamente. De esa manera cualquier hombre se viene, pero estos dos aguantaban mucho. Ya pasado el placer de mi venida, me bajaron y al tocar la verga del primo de mi novio, agradecí verle el condón puesto.

Cambiaron de posición pero ahora en la cama, me senté sobre el primo mientras Zach cogía mi trasero. Hacía calor y nuestros cuerpos sudaban a mares. Zach se quitó y me quitó para voltearme, ahora le daba las nalgas a su primo mientras él me daba por mi vagina. Luego levantó mis piernas para colocar su verga en mi culo, sosteniéndome el primo en su pecho, la sacaba y el otro ocupaba su lugar. En una de esas mi novio aprovechó para lamer mi vagina mientras la otra verga negra y deliciosa entraba y salía por mi ano. Era la locura estar entre dos magníficos ejemplares de color, buenos amantes y aguantadores.

Recuerdo que en esa posición, quería reafirmar mis sentimientos con Zach, y le decía "TE AMO, TE AMO", y él solo me veía y sonreía cínicamente, no me contestaba como antes, y me dolió que no lo hiciera, pensé que le había fallado y que lo que creí que había entre los dos, se terminaba.

Mientras gozaba pensaba que era una tonta creer que Zach me amaba, si en primer lugar, yo fui l ofrecida y le demostré mi gusto por el sexo, además con tres hijos, él podía casarse con otra mejor que yo, a lo mejor nada de lo que me dijo que sentía existió, y ni modo.

Seguimos gozando del sexo, yo en esos momentos veía a Zach como diciéndole que lo hacía porque lo amaba, tenía la leve esperanza de que nuestra relación "seria", no terminara, pero muy dentro de mí, era que me encantaba ser culeada por dos o más.

Ellos dos se hablaban en inglés, yo poco entendía pero reían mucho. Zach me quitó y me empinó en la alfombra, abrió mis nalgas y empezó a cogerme analmente sosteniéndose de mis caderas, él sabe que así entra su verga por completo y me hace ver estrellas, luego se quitó para cederle el lugar a su primo, éste igual me penetraba hasta el fondo. Y de nuevo Zach me cogía, luego el otro, cuando se cambiaban chocaban sus manos como relevos australianos.

Mi culo ya lo sentía anestesiado, su primo me cogía con tanta fuerza que casi me tumbaba, aceleró sus metidas, se quitó el condón para echarme su semen en mi ano que se contraía al sentir el líquido caliente, un chorro más cayó en mi espalda, luego se quitó y Zach siguió ocupando mi culo con su verga, su primo se puso frente a mí para que limpiara con mi boca lo que quedaba de su semen, gustosa lo hice mientras mi novio seguía con la faena.

Era un gusto tremendo sentir semejante verga entrando y saliendo de mis nalgas, que sin tocar mi clítoris empecé a venirme de nuevo, y otra vez mis gritos y gemidos se dejaron escuchar, Zach apretó mis nalgas y gimió como toro para expulsar su leche en mi recto, me agaché para tocar sus huevos y sentir el paso de su leche, mientras mi trasero bailaba con su palo ensartado.

Después de la venida, se puso también frente a mí, se quitó el condón y vació su semen en mi cara y mi boca, yo tragaba como sedienta.

Se sentaron en la orilla de la cama, yo quedé abrazada de las rodillas de mi novio, su primo se levantó y se fue. Le pedí a Zach que se bañara conmigo, y se negó, éste fue su primer desplante hacia mí, me sentí un poco mal pero seguí aferrada a él, no quería ver que nunca me amó y que lo nuestro era solo sexo, y a veces ni eso porque le pedía a su primo que me acompañara, y a mi me decía que si él quería cogerme se lo permitiera y lo hacía con su primo. Y varias veces más me cogían los dos, pero ya notaba que me rehuía. Pero no se atrevía a decirme que ya no me amaba, si es que había sentido amor por mí.

Creo que me invitó al rancho que tenía por puro compromiso, ya que me dejó sola asegurándome que regresaba pero tres días estuve aislada, hasta que se supo que estaba sola en el rancho y envió por mí.

Pocos días después, le pedí que me hablara con la verdad, se animó y me dijo que el no se casaría con alguien que fácil se entregaba al sexo, y que esperaba que rechazara su petición, yo presentía algo de eso, pero le agradecí su sinceridad. Terminamos bien y como amigos, y aunque nos hemos visto, nunca hemos vuelto a tener intimidad. Hace poco nos encontramos, iba con una mujer rubia muy alta y hermosa, me la presentó y yo la saludé amablemente. Ella lo abrazaba feliz y orgullosa, como yo lo hacía cuando estaba en su lugar.

Este hombre me hizo sentir en verdad mujer, y que puedo sentir amor aún siendo la más puta, por él hubiera hecho todo, hasta dejar de tener sexo con otros, pero lo que me pidió fue lo contrario, y yo caí en la trampa.

Pero no le tengo rencor, al contrario, éste hombre, me satisfizo sexualmente, como pocos, y además su perro me dio unas de las mejores cogidas de mi vida.

Por cierto, ya vendió el rancho, "kaiser", el perro se quedó con los nuevos dueños, le pedí que me contactara con ellos para que me lo vendan o regalen, claro que Zach no sabe que su perro me cogió. Y les comento que ya perdí el miedo y estoy decidida a experimentar de nuevo, si no es "kaiser" trataré con el labrador que mi esposo le compró a mi hijo el mayor. Apenas tiene un año, pero pinta para ser un buen semental, y como pronto seremos de nuevo familia, pues estoy dispuesta a cuidarlo y "atenderlo".

Después de que salió publicado mi relato con el perro "kaiser", varias mujeres me han escrito de sus experiencias, y ya no lo veo tan malo, y cada vez deseo más repetir la experiencia con un perro.

Creo que estoy enferma y necesito un psicólogo, pero no le hago daño a nadie con mi actitud, mis hijos están fuera de esto. Y mi marido me ha demostrado que le gusta ser un cornudo.

Ya que si regresa mi esposo, aunque diga que me permite estar con otros, andaré con cautela, y por lo pronto "chocolate", la mascota de mi hijo, puede ocupar el lugar de mis amigos. MARLEN LILIANA YADO