Dos mujeres diferentes 7
Una nueva discusión y enojos
DOS MUJERES DIFERENTES
7º CAPITULO
Seguíamos con los arrumacos mientras cenábamos.
GISELA: Ana, creo nos debíamos una conversación.
ANA: si amor, disculpa. Estuve horrible esa noche en Paris, pero veía a esa comiéndote con la mirada, que me volví loca.
GISELA: esta bien, pero yo ignoraba a todos a mi alrededor, como ahora acá. Solo estaba en mi mundo y contigo.
ANA: si, perdona mi ofuscación, pero eso y el viaje de regreso me sacaron.
GISELA: esta bien, pero así nos hacemos daño nosotras y nuestro amor. En cuanto al regreso, pensabas que hacer,? que decir?
ANA: si, quiero blanquear mi situación contigo. Tengo que empezar a hablar con mi familia. Va a ser duro todo y cuando mis hijos le comenten a su padre que su ex mujer y madre de ellos ahora se ha vuelto lesbiana y vive encima con una negra, se va a enloquecer.
GISELA: mira Ana, si todo es tan complicado no digas nada de mí. Puedo vivir en las sombras, como una amante. No quiero te amargues por eso. Yo te amo a vos y no quiero mas nada, de ti, sino que me quieras. Seguiré con el trabajo y nos veríamos en mi casa o donde quieras. Una pareja con cama afuera, como dicen ahora.
ANA: no es la vida que quiero, no solo para mí sino para ti también. Quiero vivir contigo, todos los días que resten de mi vida, pero juntas. Además…
Hizo un prolongado silencio
GISELA: además que, Ana?
ANA: no se como lo tomaras vos, pero quiero seas mi mujer, no solo así, sino también ante la ley.
GISELA: me enorgullece lo que quieres Ana. Sabes ya mi respuesta.
ANA: además quiero tener un hijo tuyo. Hacer una inseminación artificial en ti y no me interesa si es negro, blanco o amarillo, solo que sea tuyo. Lo considerare un hijo mas mío. Que opinas?
GISELA: (sorprendida) me dejaste pasmada, no esperaba eso, pero me encantaría tener un hijo.
ANA: pero no va ser en las sombras, será con todas las de la ley. Casada y anotado a nombre de las dos.
GISELA: bien, pero para eso hay que batallar mucho.
ANA: lo haremos amor, lo haremos. Empezare primero a conversar a mi hijo Tomas. Siempre fue muy apegado a mi y supongo querrá que sea feliz. Además su esposa Nora es una mujer muy actualizada y lo va a ayudar a convencerse. Luego hablare con mi hija Sandy. Ahí va a ser más peleado. Mi ex, si le cuentan, bien y sino también, no me interesa ni verlo. Bueno sigamos viviendo nuestra pre luna de miel.
Elevo un poco su cuerpo sobre la mesa y me dio un beso en los labios. Vi que los mozos algo comentaban al vernos. Ana estiro su pierna derecha buscando abrirme de piernas debajo de la mesa. Yo me abrí bien, levantando mi pollera y deje que su desnudo pie jugara en la entrada de mi concha. Luego de estar un rato así, pago la cuenta y salimos a buscar el coche. Lo puso en marcha y mientras lo calentaba nos dimos unos hermosos besos de lengua. Luego salimos del estacionamiento, sin preguntarle adonde íbamos. Enfilo para mi casa, pero faltando unas 20 cuadras se desvió a la derecha. Yo la dejaba hacer, me sentía segura y feliz a su lado. Llegamos a un hotel alojamiento y entramos, directo a una cochera privada con la habitación arriba, sin que nadie nos viera. Entramos a la habitación y era una de esas lujosas. Espejos por todos lados, incluido en el techo sobre la cama. Yo conocía varios hoteles pero como este ninguno. Era demasiado lujo para mi decaída para mi cartera. Además de la cama tenia televisión por cable, luz difusa, heladera y otras cosas. Apenas entramos, tomo el teléfono y aviso a conserjería que no nos avisaran por la hora a salir. Luego nos desvestimos una a la otra, toqueteándonos y besándonos. Una vez desnuda nos tiramos sobre la cama y ella se puso sobre mí. Yo me miraba al espejo. Ella tomo su cartera y saco de ella un arnés con una pija de considerable tamaño y grosor. Se puso el arnés y de el colgaba su enorme pija blanca.
Estuvimos besándonos y me hacia tomar con mis manos el pene. Sabiendo que me cogería con eso, baje y comencé a chuparlo, mojándolo bien al tiempo que mi mano buscaba el pezón derecho para pellizcarlo. Llego el momento de meterla y con suma delicadez me lo introdujo todo en mi cueva. Empezamos a movernos primero con cuidado y delicadeza. Cuando vio que asimilaba el tamaño y grosor, los movimientos se hicieron más intensos. Entramos en un frenesí total. La pija entraba y salía de mi concha a velocidad. Acabe a lo loca. Lo saco y me dio que lo limpiara con mi lengua, al tiempo que ella bajaba a mi concha para besarla y chuparla. Una vez que terminamos, se acostó a mi lado.
GISELA: te viniste bien equipada. No me dijiste que habías traído juguetes.
ANA: si son los que compramos en Europa, recuerdas.
GISELA: si, y hoy fue el estreno.
ANA: así es amor. Quiero darte amor de todas las formas posibles.
Me dijo algo al oído en forma muy baja.
GISELA: habla bien amor estamos solas, nadie nos escucha. No murmures, no te entiendo
ANA: quiero que me entregues tu hermoso culito.
GISELA: no Ana, es lo único que conservo virgen.
ANA: por eso, dámelo, quiero esa virginidad, esa entrega de amor.
GISELA: no Ana, no puedo.
ANA: puedes pero no quieres. Dame algo tuyo que nadie ha tenido. Seré delicada con ello.
GISELA: Ana, porque me haces esto, me pides que te entregue mi culo.
ANA: para tener algo tuyo y que nadie lo tuvo. Es un acto de amor.
A ver que yo no contestaba siguió.
ANA: vamos Gi, ansió tener algo tuyo que sea solo mío
GISELA: es que va a doler. No me pidas eso, cualquier cosa menos eso.
ANA: ven amorcito, veras que bien va a salir todo.
Con palabras y besos me fue convenciendo. Cuando quise reaccionar estaba en cuatro patas sobre la cama, encima mirándome en el espejo que había en la cabecera de la cama. Ella no dejaba de hablarme al oído, con frases de amor y pidiéndome me relajara, mientras sus dedos penetraban mi agujero negro.
Que me estaba pasando, cientos de veces me negué a entregarlo a otras y con ella ya me sentía entregada. Que fuerza de amor o mental tenia sobre mí que me atrapo de esta manera.
Me dio el pene con el arnés, para que lo mojara con mi boca. Era realmente grande, cabezudo y encima su tronco tenía rugosidades. Con ella, también en 4 patas, a mi lado pero con sus dedos ingresando en mi culo y hablándome al oído para evitar que yo pensara y dejara de lado la propuesta.
ANA: ves Gi, vas a estar bien, mira que hermoso trozo te trajo mamita hoy, solo para ti. Chúpalo bien, hazte amiga de él, así
GISELA: Ana, por favor dejémoslo para otro momento y en casa
ANA: mi negrita mimosa, mamita te va a dar placer, no hacerte daño.
GISELA: por no te pones vos?
ANA: ya lo harás con el mío, negrita, pero no es virgen. Ya te lo daré, te lo juro.
Siguió con su trabajo de calentarme con su mano en mi concha y musitando palabras en mi oído, mientras me hacia chupar el que me penetraría.
ANA: espera, pondré el celular para grabar todo.
GISELA: esta loca, no. Después que? Lo subes a internet o vendes como “el día que le rompieron el culo a la negra”.
Me senté en la cama con ganas de llorar, al tiempo que tiraba al suelo el arnés con el pene.
ANA: no es para vender a nadie, es solo para un recuerdo para nosotras.
GISELA: no quiero saber, pensar que casi entro en eso
ANA: Gi, no desconfíes de mí. Mira hacemos esto. Lo filmamos, lo vemos las dos juntas y te lo doy para que lo guardes en una caja de seguridad de un banco o lacras el sobre y lo entregas a un escribano. OK
GISELA: no me convences Ana. No tires la imagen que tengo de vos por esto.
ANA: no es tirar nada. Simplemente quiero tener sexo completo contigo.
GISELA: vamos nos a casa
ANA: espera amor, no rompas este encanto
GISELA: vamos o me voy sola.
ANA: esta bien vamos.
Pidió la cuenta pago y salimos en silencio, sin hablarnos. Llegamos a casa y se despidió de mí hasta el día siguiente, acelero y se alejo raudamente. Subí a mi departamento, estaba con bronca, me pegue una ducha fría y me acosté a dormir.
Pero no podía conciliar el sueño, pensando en lo sucedido. Antes yo salía con una y a la semana siguiente salía con otra. Eran relaciones libres, sabíamos sin compromiso. Yo siempre la parte activa en las relaciones. No había celos y más de una vez hice algún culito o hice debutar a alguna en el sexo lésbico.
Con Ana era distinto, de entrada me marco la cancha. Yo seria la pasiva, la mujer, ya me estaba acostumbrando al rol de pasiva.
Lo más preocupante de todo eran los celos de ella. Después la entrega de mi culito. Yo sabía que si esta relación seguía iba a ceder a sus reclamos y lo entregaría. Pero la batalla final era la más difícil de todas. Lograr que su familia aceptara no solo el cambio sexual de ella y más grave aun que fuera la parte activa y que su mujer fuera una negra.
No quise pensar mas nada, debía esperar el desarrollo de los acontecimientos. Me quede dormía hasta las nueve de la mañana del domingo