Dos mujeres diferentes 4

Despedida a todo trapo en Paris. Vamos a Venecia

DOS MUJERES DIFERENTES

4ª PARTE

Tenia que aprender a sentirme mujer con ella de marido. Pasar de activa a pasiva, pero estaba dispuesta a hacerlo, enamorada como estaba de Ana

Aun teníamos un largo camino que recorrer ambas para llegar a estar juntas y felices, pero estábamos decididas a realizarlo con éxito.

Lo primero era conseguir que no solo sus hijos, sino también sus hijos políticos comprendieran y aceptaran de buen grado la relación de su madre, convirtiéndose en lesbiana. Otro punto difícil es la diferencia racial entre las dos. A lo mejor si se hubiera enamorado de una blanca lo hubieran aceptado enseguida, pero enamorada y juntada con una negra mora, descendiente de africanos era otra cosa.

No se, pese a los dichos de Ana respecto a la adultez de su hijos tenia mis dudas. Una cosa es que le pase a otra persona pero que pase en carne propia, y nada menos que a la madre, es más difícil de digerir. Los nietos aun eran chicos y no comprenderían nada de eso. Un tercer punto era mi edad. Tranquilamente podía ser hermana de sus dos hijos y podían pensar que a mi me movía solo el interés económico.

Yo le había comentado a Ana que no quería vivir de ella. Que estaba dispuesta a firmar ante escribano público, que renunciaba a su riqueza.

Yo solo quería ser feliz con ella. Era la primera vez que me enamoraba seriamente de alguien. Le dije que seguiría trabajando y pagaríamos los gastos de todo en forma compartida.

Pero entenderían sus hijos y amistades esta unión de una bella y rica blanca con una negra mota. De las amistades, como dice Ana, no me importa un carajo lo que digan, piensen o hagan para separarnos. Pero si me importaban sus hijos, porque pese a mostrarse Ana fuerte, no se si resistiría no ver a sus adorados nietos.

En la empresa no me importaba nada algún comentario insidioso para mi o Ana. Es mucho pedir ser feliz, por más que sea negra, blanca, amarilla o del color que sea.

El sonido del teléfono me saco de mis pensamientos. Era Ana que llamaba.

GISELA: hola amor, donde estas. Si lo se mañana es nuestra ultima noche en Paris.

ANA: así es, mañana tenemos esa reunión y luego nuestra ultima noche en este inolvidable Paris. Podemos ir a cenar al Folies Berger de Paris.

GISELA: yo quería que cenáramos acá en el hotel, íntimamente.

ANA: igual tendremos toda la noche para nosotras. Esta y el resto de nuestras vidas. Además tengo una sorpresa para ti.

GISELA: si, cual?

ANA: ya te enteraras

GISELA: no me dejes con la intriga, dímelo.

ANA: aguante que yo llegue, en dos horas estoy. Quiero te pongas el vestido negro, te quiero ver esplendida, como ya eres.

GISELA: esta bien, pero no hagas sufrir amorcual es la sorpresa.

ANA: aguante, espere y lo sabrá. Chaucito

Y me corto, me dejo en ascuas con la sorpresa. Ahora tendría que esperar su llegada. Me fui a duchar para vestirme para ir al Folies.

Una vez que salí de la ducha, me puse una tanga y un enagua negro y como siempre sin sostén. Me calce el vestido negro, me mire al espejo y al verme bien, comencé a maquillarme

Las medias eran de nylon negras red y los zapatos de taco alto, no aguja, negros. Una vez termine de arreglarme me puse a leer el Le Monde.

A los pocos minutos llego Ana con una de 12 rosas rojas. En verdad no esperaba el ramo de rosas y me emociono. Trate de contener mis lágrimas para no correr el maquillaje.

ANA: esta divina, pareces una reina o mucho mejor. Hoy voy a lucirme a tu lado.

GISELA: no seas exagerada Ana. Gracias por la rosas son hermosas, las pondré en este jarrón. A propósito, cual es la sorpresa.

ANA: esta, el ramo de rosas rojas

GISELA: vamos, Ana, te estoy conociendo y ocultas algo más.

ANA: es verdad, bueno mañana no salimos para Buenos Aires

GISELA: ( me quede un momento) no me digas, nos quedamos unos días más en Paris!

ANA: no, mañana vamos, como de luna d i anticipada a Venecia y luego al sur a las islas de Capri e Ischia.

GISELA: NO! No me digas, me estas jodiendo.

ANA: para nada, mira están los pasajes y reserva de hoteles. Mira hotel “Palacio Bembo” con una habitación con vista al Gran Canal y al puente de Rialto. En Capri el Jk Place Capri. En Ischia, el hotel Royal Terme. Como veras es un tour bastante completo y si disponemos de tiempo podemos ir a Sicilia y Cerdeña. Además compre esta filmadora para registrar todo, que te parece el regalo.

GISELA: fantástico, pero no se te fue la mano. Podíamos ir a Venecia y en otro viaje a las Islas del sur.

ANA: ya tengo todo conversado en Buenos Aires, el gerente seguirá al frente de la empresa hasta nuestro regreso

Se dicho y cambio rápido y salimos rumbo al Folies. En el taxi íbamos tomadas de la mano. No nos besábamos porque el chofer estaba a la expectativa que hacían una negra y una blanca. Llegamos y nos ubicaron en la mesa reservada. Comimos re bien y el espectáculo era maravilloso.

Cuando salíamos me dijo de ir a un lugar a bailar.

ANA: le preguntamos a un taxi y que nos lleve a un lugar para bailar y divertirnos.

GISELA: (susurrando en su oído) no, vayamos al hotel, me encanta estar sola contigo.

ANA: (también susurrando y riéndose) que intenciones tiene conmigo Srta.

GISELA: devorarte

ANA: entonces vayamos rápido al hotel. Pero antes vamos a pasar por un local que tienen abierto de noche para comprar algún juguetito.

Me hizo indicarle al chofer. En francés de algún lugar abierto para comprar juguetitos. Llegamos y entramos, haciendo esperar al taxi.

Tenia de todo ese local, de la ropa más sugestiva hasta fragancia exótica sexual, pasando por penes, arneses, bolas chinas etc. etc.

Fue eligiendo varias cosas. Al final salió comprando un arnés doble, para dos penes, dos juegos esposas, un antifaz ciego. Tomando un pene en su mano dijo

ANA: este lo llevo especialmente para vos.

Cuando lo vi trague saliva sin decir nada, según la etiqueta era de 30x4. De verlo ya me producía preocupación. También compro un frasco de vaselina. Pago y nos fuimos al taxi rumbo al hotel.

Llegamos y fuimos a su habitación directamente. Nos desvestimos una a la otra sin dejar de tocarnos y besarnos. Me hizo tirar en la cama y abrir los brazos y esposo mis muñecas a cada costado de la cama. Luego me puso el antifaz ciego, que se ajustaba muy bien en mi cabeza. Realmente no veía nada.

ANA: ahora te voy a hacer desear tanto que vas rogar que te coja.

GISELA: si por favor hazlo, cógeme. No uses el pene grande negro hoy por favor.

ANA: esta bien usare los otros dos. Se aparto, según dijo, para ponerse el arnés doble, con los dos penes.

Comenzó a besarme desde la frente, metió mi nariz en su boca y la mordió. Mordió y paso su lengua por mis orejas. Luego ataco mi boca poniendo su lengua jugueteando con la mía dentro de mi boca. Luego fue a mi cuello y lo lleno de chupones, para bajar a mis tetas y pezones. Mis renegridos y erguidos chupones. Calzo en su concha una de los penes del arnés y siguió bajando ante mi desesperación. Trataba de levantarme y no podía por las esposas, para colmo no podía verla. Fue a mi concha y empezó a chuparla- que desesperación tenia estando atada y sin poder abrazarla. Las esposas solo me permitían erguirme un poco y caer de nuevo en la cama. Supe después que cambio los penes. Se puso el sin uso en su concha y me hizo chupar el que había mojado ella con sus flujos. Yo estaba completamente mojada, mi boca abierta y mi lengua pasando por mis labios desesperada. Tire un orgasmo. Ella bajo de nuevo y comenzó a chupar mi concha mojada. Yo desesperada.

GISELA: por favor Ana, no me hagas desear mas cógeme, por favor. No aguanto mas estoy empapada en flujos.

Ella como si no escuchara seguía abstraída en mi concha.

GISELA: Ana por favor cógeme, te lo imploro, no doy más.

Dejo de chupar y no la sentí en ningún lugar. No veía, no podía hacer tacto, no sabia adonde estaba Ana. Me elevaba en la cama y caía. Lagrimas de impotencia surcaros mi rostro.

GISELA: Ana, por favor no me hagas desear más, quiero me hagas tener orgasmos. Que desesperación estar así atada y ciega. Donde estas?

De pronto sentí que dos manos separaban mis muslos y algo duro tocaba mi concha. Era ella con el pene colgando y otro dentro de ella. Me fue penetrando de a poco. Cuando estuvo toda adentro empezamos a movernos ambas, con movimientos acompasados, entrando y saliendo su pene. Su boca en mi cara, sus manos en mis tetas y el ir y venir cogiendo hizo que la dos al unisonó acabáramos y mojadas además del flujo con el sudor de lucha. Saco el pene de mi concha y me dio a chupar mis propios jugos. Me saco el antifaz costándome habituarme a la luz y saco mis esposas.

Una vez suelta la bese en los labios repetidas veces. Así como estábamos nos quedamos dormidas, una pegada a la otra.