Dos mujeres diferentes 2
Luego de dos años subiendo y bajando de aviones con ella, llego el viaje tan esperado por desde pequeña: conocer Paris
DOS MUJERES DIFERENTES
2ª parte
Llegue enseguida a casa, saque las maletas que abre usado una o dos veces en mi vida y vi ya estaban pasadas de moda. Salí a la calle y fui a comprar una moderna, esas con rueditas que una lleva con mucha facilidad. Era grande y ahí entraban todas mis cosas. Pero compre una más chica, que era más bien de mano, que llevaría en mano dentro del avión. Ansiosa como estaba me probé los cuatro vestidos comprados y me miraba en el espejo de casa. Uno negro, otro blanco, otro era crema con lunares marrones y el ultimo de color rojo. Me miraba y no podía creerme que era yo. Todos habían sido elegidos por ella. Menos el crema que era mas cerrado, los otros eran escotados y libre la espalda. Satisfecha los fui guardando a todos. Luego saque los tres jean, dos negro y uno azul. Deje el negro afuera para el viaje y uno azul para ir a trabajar mañana. Luego guarde cuatro camisas, siempre dejando una para trabajar mañana. Hice lo mismo con mis dos pares de zapatos y mi único par de zapatillas. Arriba de todo puse la ropa interior completa y las medias de nylon. La más chica la armaría la noche anterior. No podía creer ni yo misma lo que me sucedía. De viaje a Londres. La negra del barrio viajando a Europa. Me bañe y acosté temprano, pensando solo en el miércoles cuando partamos.
Al día siguiente, para ir al trabajo me puse un jean azul y una camisa blanca y las zapatillas. Espero no se ponga mal por mi vestimenta, pero la demás la guarde.
Llegue antes que ella y prepare el café como lo tomaba siempre ella. Justo entro
ANA: buenos días, bueno parece aprendimos la lección
GISELA: si Sra. disculpe la vestimenta de hoy pero guarde todo ya en las maletas.
ANA: esta bien, no hay nada importante que hacer. Además el jean te queda muy bien y la camisa también.
GISELA: gracias Sra.
ANA: dentro de un rato me iré a ver a nieta nacida anoche y a mis nietos, ya que no los veré por unos días.
GISELA: la felicito Sra., de nuevo abuela, todo bien no?
ANA: si todo bien, gracias
Me senté en mi escritorio a archivar algunos papeles, mientras escuche que discutía por teléfono, luego supe era su esposo. Se levanto y me dijo que a las 6 de la mañana pasaría con el coche a buscarme para el viaje.
GISELA: si Sra., hasta mañana.
Cuando llego la hora de salida, cerré todo y salí. En lugar de ir a cenar fui a una pizzería y comí algunas porciones de pizza. Luego fui a casa. Le tenia un poco de miedo a los aviones pero debía acostumbrarme. Dormí ansiosa esperando la mañana para viajar.
A las 6 de la mañana me paso a buscar con un taxi y nos dirigimos al aeropuerto. Hicimos el trámite de embarque y esperamos la orden de subir al avión. Hacia mucho frio y me había puesto la campera. Ella siempre sobria le daba instrucciones por teléfono al gerente de la empresa. Subimos al avión ella del lado de la ventanilla y yo del pasilla. Cerré los ojos cuando comenzó a carretear hasta elevarse. Luego me distendí. Ella en ningún momento dio sensación de miedo angustia o algo así. Nos sirvieron el desayuno y luego el avión entro en una zona de turbulencia. Ahí si la pase mal, sentía mi estomago revuelto y no se que cara tendría que ella reía de verme así. Luego del almuerzo, ya mas tranquila, dormimos un rato. Al anochecer nos pasaron una película americana con la temática lésbica. Ninguna de las dos comento nada sobre el film. Así transcurrió el viaje hasta llegar a Londres. Fuimos al hotel que teníamos asignado. Eran dos habitaciones conjuntas con una puerta que las comunicaba. El hotel era una sueño, lujoso, majestuoso. Luego salimos a visitar a una de la empresa que teníamos previsto. Ahí tuve mi primera experiencia de traductora, ante la mirada de la gente de allí. Por suerte todo salió de maravillas y recibí elogios por las traducciones. Ella me miraba orgullosa. Por la noche fuimos a cenar invitadas por ellos en un restaurante de primera línea. Luego de despedirnos, fuimos al hotel. Antes de subir a las habitaciones quiso tomar un café en el bar del hotel y así lo hicimos.
ANA: bueno Gisela, creo que mañana firmaremos contrato para importar material quirúrgico a nuestro país. Tengo que felicitarte por tu desempeño. Luego de la firma te llevare a conocer Londres.
GISELA: gracias Sra., por todo. En cuanto a mí solo hacia mi trabajo.
Cuando volvíamos al país, en pleno vuelo me dijo que la llamara Ana y la tuteara y le agradecí la confianza que me daba. Admiraba a esa mujer por el carácter, entereza y vigor que ponía en sus tareas. Llegamos y llamo a su casa, la escuche discutir de nuevo con su marido. El trabajo siguió su rutina y tuvimos viajes a distintas partes de América.
En ese momento ella tuvo una crisis matrimonial que termino en un divorcio. Dividieron los bienes y ella se quedo con esta empresa y él con otra que ya manejaba. Según se supo el problema fundamental era, según comentarios, que el marido tenia una amante de 25 años. Todo se confirmo cuando se fueron a vivir juntos. Ella en tanto parecía mas vigorosa que nunca y puedo decir que hasta contenta. Estaba más distendida y hasta algunos chistes. Seguimos viajando y cuando me faltaban 5 días para mi cumpleaños número 27 llego un viaje de negocios a Paris.
París, que maravilloso. Llevaba dos años esperando conocerla y ahora lo haría y encima festejaría mi cumpleaños ahí. Llego el día del viaje y yo estaba recontenta. En el avión viajamos de noche y ella dormida recostó, sin darse cuenta, su cabeza sobre mi hombro. Trate, ni siquiera parpadear para no despertarla. Vi que en su mano ya no tenía la alianza matrimonial y me quede quieta para que durmiera bien. Cuando despertó y se dio cuenta me pidió disculpas por no haberme dejado dormir. Lógicamente no le di importancia, pero si fue importante para mi.
Llegamos a Paris y de ahí al hotel. Cenamos en el mismo hotel y mientras lo hacíamos vino el conserje y le entrego dos entrada para el Lido de Paris, con cena y espectáculo, para la noche siguiente. Después supe que cada una salía 160 euros. Me dijo que me pusiera en vestido rojo para estar a tono con el espectáculo. Al día siguiente baje a planta baja así vestida, con rojo que resalaba aun mas mi piel negra mota. Ella estaba esperando en el bar. Pidió un coche de alquiler y fuimos rumbo al Lido. Cenamos y vimos un magnifico espectáculo. Cuando salimos tomamos un taxi y me pidió le indicara al chofer que nos llevara a un lugar bailable. El tipo nos llevo a Les Bains Douches, en pleno centro parisino. Entramos a un lugar lleno de gente y música. Nos ubicaron en una mesa. Yo tenía deseos de bailar, pero no me animaba a salir a moverme. Mi raza escucha una música movediza y empezamos a agitar el cuerpo solas. Apareció el animador.
ANIMADOR: bien queremos agasajar con champaña a quienes cumplan años hoy. Venir al escenario con el documento probatorio.
Sin mirarla a ella, alce mi mano instintivamente. Fui hacia el escenario. Había 4 personas más que cumplían años también.
ANIMADOR: antes de bajar a tomar champaña en sus mesas, queremos que bailen acá, unos minutos.
Dos de ellos no querían pero por la botella de champaña lo hicieron. Pusieron música salsa y mi cuerpo comenzó a moverse solo, cada mas frenéticamente. A la final termine bailando sola el escenario aplaudida por la gente arriba y debajo de escena. Cuando con la botella en la mano hacia mi mesa, caí en cuenta lo que había hecho y que pensaría ella. Me senté a su lado y le di la botella, la abrió y sirvió las dos copas.
ANA: no sabia de tu cumpleaños. Me hubiera dicho. Cuantos cumples? felicidades
GISELA: gracias Ana. 27 años y no quería decirlo para no ponerte en compromiso de regalo.
ANA: para nada es un compromiso, pero me hubiera gustado saberlo. A propósito bailas muy bien. Se ve llevas esa sangre de negros que les fluye para el baile.
GISELA: gracias Ana.
ANA: bueno vámonos al hotel
Tomamos un taxi. Llegamos al hotel y quiso ir al bar a tomar el consabido café de todos los días. Tomamos en silencio y luego subimos hasta el ascensor, sin que ninguna de la dos habláramos, ensimismadas en nuestros pensamientos. Bajamos en el cuarto piso y caminamos por el largo pasillo hasta la puerta de mi habitación que esta primera. Metí la llave y abrí. Me quede con medio cuerpo adentro y di media vuelta para despedirme. Ella acerco su cara a mi mejilla para darme un beso.
Yo no se si consciente o inconscientemente di vuelta mi cara y su beso dio en mis labios. Sentí su ardiente beso. Fue solo un instante, nos separamos mirándonos y ella se marcho.
Cerré la puerta y me quede apoyada mi espalda a ella unos segundo. Reaccione como con bronca conmigo misma. Me saque el vestido y los zapatos y los tire por ahí. Quede solo con mi tanga y la enagua. Puse primero un pie y luego el otro sobre una silla y me saque las negras medias caladas que me había puesto.
Luego así como estaba paseaba por habitación nerviosamente, pensando solo en su beso