Dos mujeres diferentes 14 y final

Llegua a su fin la historia de Ana y Gi

DOS MUJERES DIFERENTES

14ª parte y final

A la mañana siguiente no fuimos a trabajar. Como faltaban escasos 7 días para la boda, fuimos a dar aviso a la oficina que tomábamos vacaciones.

Allí nos enteramos que también hubo llamados en contra de las dos, en especial para mí.

ANA: ahora si sabemos quien es, el autor de todo. MI ex. Lo voy a denunciar a la policía, solo él y mis hijos saben el número de esta línea de la oficina. Maldito hijo de puta. Lo voy a mandar preso.

Yo trataba de calmarla, que antes de hacer una denuncia conversara con su hijo. Ella esta fuera de si. Tome el teléfono, busque el número de Germán y lo llame.

GISELA: Germán, estoy en la oficina con Ana. Venite urgente, no la puedo contener mucho mas descubrió que el autor de todo es tu padre y quiere denunciar

GERMAN: en 10 minutos estoy Gi, gracias. Trata de sostenerla o enciérrala en la oficina.

GISELA: eso ya lo hice, la encerré en su despacho y le corte las líneas a su teléfono. Pero temo rompa los vidrios de la ventana y tire algo afuera.

GERMAN: bárbaro Ji, ya salgo.

Abrí la puerta de la oficina y me escabullí rápidamente adentro, cerrando con llave. Ella estaba junto a la ventana y al sentir se abría la puerta, vino hacia mí.

ANA: me encerraste y cortaste las líneas telefónicas. Abre ya!

GISELA: no Ana, espera ya le avise a Germán

ANA: porque le avisaste, el no tiene nada que ver. Gisela me estas traicionando, crees que estoy loca.

GISELA: para nada Ana, y menos te traiciono. Te amo demasiado para eso y lo sabes, solo intento protegerte a ti y que hables con tu hijo, al fin de cuentas es su padre también. Por más que tengas razón y tu ex sea culpable es el padre de él. Espera y vemos lo que resuelven él y vos.

Yo miraba la hora, nerviosamente, esperando a Germán, cuando llamaron a la puerta de la oficina y era él. Abrí, entro y volví a cerrar con llave. Me dio un beso en la mejilla.

GERMAN: gracias por lo que hiciste Gi, llamarme para evitar un desastre.

ANA: bueno ahora confabulan los dos y apenas se conocen.

GERMAN: no hace falta conocer mucho a Gi, para saber como es y como quiere protegerte. Hizo perfecto en llamarme, cosa que vos ni lo pensaste.

ANA: te parece que tengo que pensarlo, lo que hizo?

GERMAN: esta, pero en mi padre y alguna vez lo quisiste no?

ANA: si, pero eso ahora es una pesadilla.

GISELA: Ana por favor, escucha lo que tiene que decir Germán

ANA: tú cállate eres una traidora

GERMAN: jajaja traidora y lo hace todo por vos y por mi

GISELA: Ana, escucha a Germán. Si me amas escucha lo que tiene para decir, luego vemos.

Germán esta como desarmado de lo que decir

GISELA: me dijo que hablaría con su padre, para que no moleste mas. Si se compromete bien y sino haces la denuncia. Es así Germán como me dijiste

GERMAN: (sorprendido) si Gi, mejor de lo que lo explicaste es imposible. Eso quiero hacer Madre

ANA: así Gisela? Te olvidas de las violaciones que ambas sufrimos son sus esbirros y las palizas que recibiste en especial vos.

GISELA: si todo se arregla, todo se olvida.

ANA; vos crees se solucionara

GISELA: el no, ya lo tienes busquemos el si.

GERMAN: déjame hablar con él madre.

GISELA: si Ana hazlo.

ANA: bien, pero hazle saber que se todo

GERMAN: seguro que si.

ANA: tenerme al tanto

GERMAN: desde luego madre.

Germán elaboro una estrategia, antes de llamar a su padre, dudaba aun que su padre fuese capaz de semejante acción. Hacer golpear y volar a mujeres, con una de las cuales había tenido dos hijos, y la otra con solo la culpa de ser negra y vivir con su ex. Pero al día siguiente llamo a su padre y convino una cita con él, una cita común, sin especificar el tema.

Salimos de la oficina y fuimos al hospital a ver a Mariela, que nos esperaba con los resultados de los análisis de sida que habíamos hecho, luego de las violaciones. Por suerte todo negativo. Le contamos lo sucedido hacia un rato nomas, que ella desconocía, por muy temprano entro al hospital. Estaba espantada. Nos hizo el certificado pre-nupcial y nos fuimos al registro civil. Yo había llevado en su momento toda la documentación de ambas y completábamos con los análisis. Fuimos la comidilla de los empleados, claro veían una blanca y una negra. Una de 30 y otra de casi 50 que se querían casar y lo comentaban. Ana se dio cuenta y pensé que se armaba un despelote, pero no, me sorprendió hasta a mi. Me abrazo contra su pecho y me daba besos en los labios, mirando a la gente. A mi todo me causo risa que trate de disimular. Salimos de ahí con la fecha y hora de casamiento para dentro de 4 días hábiles.

Fuimos a la casa de Germán y justo llegaba Mariela de terminar su turno en el hospital. Las tres estábamos ansiosas por la reunión. Tres horas después llego Germán un poco abatido pero feliz. Lógico abatido el tener que enfrentar a su padre y acusarlo de violador o contratista de esbirros, no es nada grato.

Con que su padre al final termino pidiendo disculpa y llorando. Parece, su actual mujer, lo había dejado y el aparentemente quería destruir lo nuestro para volver con Ana.

ANA: ni loca volvería con él. El que lo hizo una vez, lo hace mil. Además yo estoy súper enamorada, como nunca lo estuve y en cuatro días nos casamos.

GERMAN: no dije que fuera eso, lo pensé más yo, al enterarme que su mujer lo había dejado. Ya se mamá que lo de Uds. no tiene retorno.

MARIANA: y que mas dijo, para no seguir jodiendo.

GERMAN: me juro mil veces que no molestaría más. Y la verdad le creí, estaba muy abatido. Así que creo se acabaron las agresiones, conforme madre

ANA: a medias Germán. Si se porta bien se termino todo pero a la primera cagada que nos haga lo denuncio.

GERMAN: me parece bien. Así que en cuatro días se casan si.

ANA: si, Germán dile a tu hermana que la espero con los brazos abiertos y sin rencores. Que venga a la ceremonia de nuestra felicidad.

MARIELA: Ana pondremos todo de nuestra parte por lograrlo. Clarisa es muy buena ya lo va a entender, lo que pasa que todo es nuevo para ella.

Seguimos viviendo con ellos. El día de la boda, nos despertamos muy temprano después de dormir muy mal. Nos bañamos y luego del desayuno me encerré en el cuarto que nos habían dado y Ana fue al de Mariela y Germán.

Nos vestimos y primero salió Ana con una amiga, testigo de la boda rumbo al civil. Media hora después salí yo Mariela, mi testigo. Germán había salido después de Ana y llevaba a los chicos. Mariela me explico que Germán iba a hacer el último intento con Clarisa y Rubén y llevarlos a la boda.

GISELA: Mariela no se como agradecerte lo que hiciste por nosotras y en especial por mi.

MARIELA: no debes agradecernos nada ni a Germán ni a mi. Vimos que todo era muy serio entre Uds. Además nos caíste re bien y creo harás feliz a Ana. Te puedo asegurar que se lo merece.

Llegamos al registro y fuimos a la oficina que no toco. Ana se quedo prendada por mi vestido. Esperamos a la jueza y cuando nos toco el turno, llego Germán con los chicos y una nena, la de Clarisa. Cuando Ana los vio se abalanzo sobre su nieta y la tomo en brazos besándola reiteradamente. Mira hacia todos lados buscando con la mirada a Clarisa, pero no estaba. Justo en eso momento nos llamaron y teníamos que entrar a casarnos.

ANA: adonde esta ella que no la veo.

GERMAN: no vino madre, lo siento, luego te explico.

La ceremonia fue hermosa y emotiva y salimos en medio de una lluvia de arroz que tiraron Germán, Mariela, los chicos y la amiga de Ana. Ana llevaba en su mano la libreta de matrimonio que nos unía por siempre. Cuando llegamos a la casa, había, Mariela encargado un lunch para los pocos que éramos.

ANA: Germán, ahora dime de Clarisa

GERMAN: toma me dio una carta para ti. No vino pero te mando a la nena, algo es algo

Ana tomo la nota y se aparto un poco a leerla. Yo no quise acercarme y dejarla leer en su privacidad y me quede cerca. Ella al verme me abrazo y me atrajo hacia su cuerpo leyendo para ella la nota.

“madre no quise estar presente en tu boda con Gisela, porque aun no puedo digerirlo y entenderlo. Espero pronto poder hacerlo y abrazarla a ambas. Que sean muy felices. Te envió a tu nieta con Germán, ella no tiene la culpa de tener una madre tan obcecada.”

Ana me abrazo más fuerte y acercándonos a Germán y Mariela, leyó en voz alta, nuevamente la nota y termino llorando. Yo ahí la abrace a ella.

MARIELA: bueno por lo menos no cerró la puerta. Esta procesando algo nuevo en su vida. Hay que esperarla sin presiones.

GERMAN: si, el día menos pensado e toca el timbre y  te abrazara, a ambas. Conozco a mi hermana es muy buena pero esto la supero. Hay que esperarla.

MARIELA: bueno a brindar y comer, que haya mucha alegría.

Besándonos comenzó la fiesta