Dos mujeres diferentes 12

Luchando contra todos

DOS MUJERES DIFERENTES

12ª PARTE

Luego de conversar largamente de los últimos sucesos, nos quedamos dormidas. Como era sábado no teníamos apuro y nos quedamos un rato mas remoloneando. Me sobresalte al escuchar en timbre del departamento.

ANA: tranquila amor, es un delivery que solicite yo, quédate en la cama.

Me quede en la cama y encendí la TV. Me puse a mirar una película en canal de cable. A los cinco minutos entra Ana con una bandeja con café con leche y un plato rebosante de medias lunas.

ANA: amor, vamos a desayunar, siéntate en la cama

GISELA: oh Ana, me hubiera levantado y lo hacíamos en el comedor.

ANA: no así, vemos esta película, parece interesante

Me senté en la cama y ella a mi lado, y empezamos a desayunar. Me daba medias lunas en la boca y yo a ella. Cuando terminamos, pusimos la bandeja en el suelo, por no levantarnos y llevarla a la cocina. Abrazadas nos enganchamos con la película, cuando sonó el teléfono.

ANA: (haciéndome el clásico dedo de silencio, puso el parlante) hola, Clarisa, como estas

CLARISA: todavía preguntas como estoy, por tu culpa como la mismísima mierda.

ANA: bueno nena, tranquilízate no es para tanto

CLARISA: como no es para tanto, estábamos tan bien todos y saliste con eso de tu noviazgo, compromiso y casamiento. Encima con una mujer y para colmo negra africana.

ANA: tranquila Clarisa, no es para tanto y es mi problema no el tuyo. Yo no metí en tu elección de vida con Rubén, no te metas vos en la mía.

CLARISA: eres mi madre y tengo derecho a opinar.

ANA: opinar si pero con respeto. Sino tienes respeto acá termina esta conversación. No olvides que no soy tu hermana, soy tu madre.

CLARISA: yo voy a opinar lo que quiera. La verdad madre, me has defraudado totalmente.

ANA: en cualquier momento me aparezco con Gisela en el club,  jugar al tenis

CLARISA: es lo único que te falta.

Y corto abruptamente la comunicación. Me quede con el tubo en la mano. Yo estaba parada, seria, parecía un pollo mojado. Me daba pena lo que le pasaba a Ana. Por mi no, ya que una esta acostumbrada al ambiente y en pub y a veces hay peleas por algunas. Ana vino a abrazarme y hablarme

ANA: no te preocupes amor, esto pasara y estaremos juntas y felices.

GISELA: es que me da pena te traten así, eres su madre. Parece que no quiere verte feliz.

Sonó el teléfono nuevamente.

CLARISA: hola, quería decirte otra cosa y lo olvidaba. Ayer nos quedamos sentados, Rubén y yo en el coche. Ya sabemos quien la negra intrusa, que te engatuso. Es tu secretaria, esa que llevaste a Europa con tus viajes y allá te habrá hecho algún mal, seguro por magia negra, como ella.

ANA: mira chiquilla, Gisela no es ninguna intrusa, si era mi secretaria y no sabe de magia blanca o negra. Estas un poco enajenada. Dile a Rubén que te contenga o te lleve a siquiatra. No llames más, hasta que entres en razones.

Ana colgó el teléfono y se acerco a mí. A medio camino volvió a sonar y levanto el tubo

ANA: basta Clarisa, no llames más.

EL EX: no soy Clarisa. Por suerte soy tu ex. Siempre te creí una puta relajada. Pero eras peor eras una lesbiana, que ocultaba su lesbianismo. Veinticinco de años simulando seguramente que gozabas conmigo. No eres una puta. Eres peor, una malparida, que engañaste a todos desde el principio y yo pensando que estabas enamorada de mí. Ahora si estoy con una mujer, no como vos, cualquier cosa. Pensar que tuvimos dos hijos. Hasta ahí llegaste con tu engaño. Por suerte ambos salieron a mí, porque si eran como vos, en estos momentos los estaría matando

ANA: que quieres?

EL EX: quiero que te calles y escuches. Ahora, por mi has lo que te venga en ganas, no importa si coges con hombres, mujeres o animales. Pero deja en paz a mis hijos y nietos. Apártate de ellos porque sino, te voy a buscar, te desnudo, te pongo un cartel “lesbiana” y arrastro tirándote de los pelos por el medio de la calle.

ANA: mira, yo voy a ser lo que quiera y lo que llamas tus hijos, son míos también. O te olvidas que fui yo quien los pario.

EL EX: lamentablemente es así, si los pariste vos, pero por suerte no salieron con la mente podrida como vos.

Colgó dejo a Ana con la palabra en la boca. Yo estaba espantada por los tonos de las conversaciones.

ANA: viste amor, que familia de locos. Salgamos a tomar aire fresco y a almorzar.

GISELA: no me gusta que te maltraten por mí.

ANA: mira Gisela, pienso que si fueras hombre también atacarían, no quieren verme feliz y yo pienso serlo y contigo.

Salimos a la calle caminando, hablando como dos amigas. Tratamos por el momento no hablar más del tema.

ANA: pediste ya fecha

GISELA: si, dentro de un mes exacto.

ANA: debes ir a comprarte el vestido novia.

GISELA: oye, no querrás que me vista de blanco y largo?

ANA: no, pero puedes elegir uno corto, verde agua. Yo iré a comprar un traje para mí.

Seguimos nuestra vida, yo compre el vestido que Ana no vio y ella compro su traje. Para mi parecía que todo volvía a la normalidad. Un día llegue a casa sola, un poco tarde. Abrí la puerta del edificio y no se donde se aparecieron dos tipos que me empujaros adentro y amenazaron con cuchillos. Me empujaron adentro del ascensor, siempre con un cuchillo en mi cuello. Sabían bien que piso y departamento vivía, ya que sin preguntarme tocaron el boto del piso. Siempre amenazada llegamos a la puerta del departamento y uno de ellos tomo de mis manos las llaves y abrió la puerta.

Yo estaba desesperada, suda a más no poder, del miedo que tenia. No quería imaginarme lo que podía suceder, pero lo único rezaba por mi vida. En medio del comedor, uno puso una silla.

UNO: te voy a sacar el cuchillo, pero al primer grito te abro desde la cancha hasta la boca, entendiste?

GISELA: (temblando) si

Mientras uno me tenía con sus manos el otro, tosca y brutamente rompió todas mis ropas, dejándome completamente desnuda. Estaba asustada y temía lo peor, una violación. Me puso una mordaza, sentó en la silla y me ato a ella. Mientras uno revisaba todo mi departamento tomando lo que les interesaba y guardándolos en unas bolsas que habían traído escondidas, el otro, retorcía mis pezones haciendo dolor.

UNO: sabemos no te gustan los hombres, pero vas a hacer una excepción hoy.

Saco mi mordaza y sin miramientos puso en mi boca su pija, asquerosa, mientras su mano sujetaba los pelos de mi nuca, haciendo el movimiento de entrar y salir de mi boca su pija. Estaba desesperada, casi sin respirar, hasta que por fin acabo en mi boca, haciéndome tragar todo su semen. Tosí, ahogada por el semen, pero él cuido que lo tragara todo. Se alejo unos pasos de mí, al tiempo que se acercaba el otro y hacia lo mismo que él, mientras miraba a su cómplice en acción.

Una ves estuvieron los dos satisfechos. Golpeaban mis mejillas o mis pechos

DOS: sabes porque es esto?

Realmente no sabía bien el motivo, solo me intrigaba que sabían de mi condición lésbica.

UNO: esto es el prologo de lo que sucederá si sigues jodiendo con Ana

Ahí, supe ciertamente de donde venia todo. Eran matones contratados por alguien de la familia de Ana, para que rompiéramos nuestra relación. Angustiada solo asentía con la cabeza. Me pusieron de pie, desatada y empezaron a  golpearme en mi estomago y tetas. Por ultimo un golpe en mi barbilla, me tiro desmayada al suelo. Cuando desperté, mire hacia todos lado y vi que estaba sola. El último golpe fue preparar la huida de ellos. Me senté en el suelo y llore.

Llame a Ana y le explique lo sucedido y en menos de media hora, la tenia a mi lado abrazándome. Trato de confortarme, siendo que ella recibió llamados telefónicos anónimos amenazándola, si seguía conmigo.

ANA: pero no va conseguir separarnos. Ahora vayamos a la policía para hacer la denuncia.

GISELA: no, mejor déjalo entre nosotras dos. Es inútil, no van a lograr nada.

ANA: bien, como tú quieras amor. Pero no van a lograr separarnos.

Sonó el teléfono, atendí con el micrófono abierto. Era una voz desconocida.

Hola, como estas. Supongo reflexionaras sobre lo sucedido y que te vayas del lado de Ana.

ANA; (imprevistamente respondió) escúchame mal parido, déjanos de molestar o te denunciaremos a la policía.

Vaya están juntitas, no escarmientan. Ana porque no te buscas un macho con una buena poronga que satisfaga todos tus agujero y no una negra lesbiana de mierda.

ANA: no, porque los que conozco y se hacen llamar hombres, no saben satisfacer a una mujer, como vos y quien te contrato.

Bueno Anita tú lo quisiste, podías haber elegido formar una nueva familia o hacerte una puta y elegiste a esa para vivir con ella. Nos veremos

ANA: no hijo de puta, te denunciare si sigues atacándonos. Se quien pude haberte contratado, otro puto mal parido como vos.

Y corto. Pasamos la noche juntas, conversando sobre quien podía ser el autor de estos ataques y Ana dijo.

ANA: seguro mi ex. Para él su hombría esta herida. Tantos años casados con una mujer, que abandono, y ahora resulta que era homosexual. Digas lo que digas, Gisela, mañana vamos a policía a hacer la denuncia y si quieren intervenir los teléfonos que lo hagan.

GISELA: esta bien.

Apenas nos despertamos fuimos a la policía a hacer la denuncia. La tomaron y no fuimos a nuestros trabajos. Ana decidió, con buen tino, vivir juntas a partir de ahora, para lo cual, a la salida laboral fue a buscar ropa para llevarla a mi departamento.

Cuando llegamos al mismo, habían tirado debajo de la puerta un grotesco dibujo, de dos mujeres en la cama. Una blanca llorando de rodillas y la negra colgada de un árbol. Arriba escrito así nomas “así terminaran” y firmado, con las siglas del KKK estadounidense.

ANA: parece no quieren ceder, mañana lo llevo a la policía. Espero esto no influya en tu decisión Gi.

GISELA: mientras estés a mi lado no, pero da miedo. He conocido historia así por boca de mía abuelos y parecían fantasías, pero hoy veo que no, que es realidad.