Dos mejor que una

Hacía ya algún tiempo que sabía que mi perrita necesitaba dos buenas pollas... mi perrita que siempre quería más iba a tener más.

Hacía ya algún tiempo que sabía que mi perrita necesitaba dos buenas pollas; al principio sólo las deseaba en tórridas fantasías mientras se masturbaba metiéndose deditos por detrás y por delante, se corría imaginando como la llenaban de lechecita caliente los dos agujeritos a la vez... Ahora era distinto.

Habíamos hecho muchas cosas juntos, habíamos intentado ir cumpliendo fantasías, desde las más modestas hasta las más rebuscadas, todo era bien recibido por mi perrita.

Sin duda el proporcionarle dos rabos  a un tiempo, dos reales, le iba a gustar, yo quería complacerla y además estaba ansioso por ver cómo otro hombre se la follaba y participar en una doble penetración que la dejara bien satisfecha. Mi perrita que siempre quería más   iba a tener más.

Sorprenderla era un factor fundamental. Sabía perfectamente que lo mejor que podía hacer era planearlo todo por mi cuenta y no decirle nada para que su cabecita no adelantara acontecimientos; así lo hice.

Quedamos en vernos a las seis y media de la tarde en una habitación por horas que frecuentábamos; le dije que subiera directamente porque probablemente me retrasaría. En realidad quedé con un amigo media hora antes en el mismo lugar. La habitación estaba alquilada por tres horas, estaba seguro que mi perrita nos daría bastante juego.

Llegamos a las 6, mi amigo S y yo, subimos a la habitación, nos tomamos una copa para relajarnos mientras esperábamos. Ambos teníamos muchas ganas de follar y a mí el rabo se me tensaba dentro del pantalón sólo de pensar en lo que iba a suceder. A las 6 y media, puntual como una putita suiza, hizo su aparición. S se escondió en el baño.

Le  recibí metiéndole la lengua hasta la garganta y agarrándole bien fuerte el culo, pude comprobar que no llevaba bragas, la muy guarra, seguro que ya estaba mojada. Dejé que mi mano verificara este hecho. La froté por delante subiendo su minifalda de licra con el movimiento. No me equivocaba, mis dedos se impregnaron con su humedad, venía tan jodidamente cachonda como siempre. Quería empotrarla allí mismo en la entrada. Tuve que contenerme y hacerla pasar hasta la cama. Le dije:

-desnúdate ya, túmbate en la cama y ábrete bien de piernas-

  • de acuerdo, tu mandas hoy- me contestó con zorrita sonrisa de medio lado- sólo quiero que me folles como un mono loco-

  • No te preocupes por eso, te prometo que volverás a tu casa bien follada-

Se desnudó rápidamente mientras contemplaba su tensión creciente, nunca hasta ahora había sido tan dominante con ella, creo que le gustaba. Yo tenía otra cosa entre las piernas que también crecía. Cogí el pañuelo de cuello que traía y cuando se tumbo en la cama y se abrió de piernas dejando a la vista ese gran coño tragón, comencé a acariciarla lentamente con una punta del pañuelo desde sus pies, subiendo por los muslos, hasta su monte de Venus, ombligo, tripa, pezones, cuello.... finalmente, me puse delante de ella y le dije:

  • voy a taparte los ojos, sé una buena chica, compórtate y déjame hacer, sino tendré que azotarte-

  • muy bien, soy toda tuya-

-¿para todo lo que quiera?-

  • para lo que quieras.

La vendé los ojos y con un tímido beso en los labios, la dejé tal cual estaba y fui  hasta el baño a buscar a S , la acción iba a comenzar.

Mi perrita se retorcía de gusto en la cama, con las piernas bien abiertas, su coñito brillaba de lujuria, se lo abría más con las manos y susurraba:

-quiero polla, quiero polla, quiero polla...- lo repetía una y otra vez mientras ambos desenfundábamos para darle lo que quería por duplicado.

S no dudó ni un segundo y se arrodilló ante la cama para aspirar profundamente el olor que emanaba del coño de mi hembra, yo no perdí el tiempo y le metí el rabo en la boca tanto como pude. A mi perrita le gustaba chupar y a mí me encantaba como me la chupaba, la succionaba con ganas, la repasaba con la lengua tanto como podía, me gustaba follarme su boca, cogerla de la cabeza y empujar hasta provocar su arcada...tenerla así, con los ojos vendados me estaba poniendo a cien. S por su parte quería meterle la lengua en el coño, le dije que si, al hacerlo, ella se asustó, se incorporó de golpe, como desubicada, yo la abracé y le dije:

  • Tranquila, sólo disfruta, lo tengo todo bajo control, eres mi perrita, verdad?

  • si

  • quieres dos pollas hoy?

  • si- su respiración estaba completamente alterada, podía oír el bombeo de su corazón a mil.

  • pues déjanos hacer.

  • vale.

Retomo como una niña buena la mamada que había dejado abruptamente, y S comenzó a comerle el coño como si llevara toda la vida esperando para ello. Ella no podía dejar de retorcerse de gusto, su abdomen se movía inquieto, sus caderas, las piernas le temblaban... creo que necesitaba polla dentro para relajarla. Le dije que  se pusiera a cuatro patas, lo hizo sin rechistar. S aprovechó para lamerle el culo a modo, ella se deshacía de gusto....  Me tumbé en la cama con mi polla tiesa mirando al techo, la hice venir y le dije que iba a cabalgarme. Se sentó encima de mi polla congestionada y llena de  su saliva y se la metió hasta el fondo de una vez acompañado por un largo gemido.... comenzó a cabalgarme ferozmente, tenía que controlarme y pensar sólo en follarla lo máximo posible. S aprovecho para subirse a la cama y meterle el rabo en la boca a la vez que disfrutaba viendo como se le meneaban las enormes tetas que de cuando en cuando amasábamos a gusto.

Mi perrita estaba muy cachonda y quería más. La hice descabalgar mi polla y ponerse de nuevo a cuatro patas, me iba a follar su culito, sólo mi polla entraba en ese culito apretado y oscuro. Cogí un poco de lubricante y probé a meter un dedo, después dos.... la muy cerda seguía chupando la polla de S con adicción, y mis dedos en su culo entraban sin mayor problema... estaba lista;

Mi polla dura llamaba a las puertas de su culo y apretaba para entrar, ella se relajaba todo lo que podía para ayudarme a metérsela toda dentro, pronto lo conseguí, tenía el culo ardiendo, mi polla quería explotar de placer... S se situó debajo de ella, iba a follarse su coño, le metió la polla despacio, acoplándola al sitio que restaba, podía sentir como la presión aumentaba también en su culo... mi perrita comenzó a gritar como una posesa:

  • follarme duro!, follarme duro los dos a la vez! vamos, vamos!!!-

Empujábamos lentamente hasta que nos sincronizamos en los movimientos, el tema era algo complicado, una vez acoplados, comenzamos a aumentar el ritmo, ella no dejaba de gritar y gemir de gusto, podía sentir como su culo abrazaba mi polla cada vez con más fuerza, se estaba corriendo la muy puta una vez tras otra...  Intenté aguantar, pero quería explotar  y llenarle el culito de leche, ella lo estaba pidiendo a gritos:

  • llenarme de lechecita,  correros dentro de mí !-

Ufff! dos empujones más y......ése fantástico vértigo que me llega desde la columna hasta la punta de la polla me vacía dentro de ella... me quedo bien quieto con la polla temblando dentro de su culo. S sigue follándosela pero al oirme correrme se corre también al poco y saca su polla exhausta...

Yo también saco la mía despacito, mientras lo hago puedo ver como la rajita de mi perrita está goteando  lechecita...

Los tres sudamos como  si hubiéramos corrido un maratón. Mi perrita sigue con los ojos vendados, se lleva la mano a la entrepierna y  sonríe:

  • Me ha gustado mucho, quiero repetir-

  • ¿no quieres quitarte la venda y  saber a quién te has follado?

  • si.

Me acerco a ella y le desanudo el pañuelo, sus preciosos ojos brillantes se abren con cuidado, gira la cabeza y mira a S ... su expresión de sorpresa no puede ser mayor.

Por supuesto que repetimos.