Dos maduros para mi (3)
Aquello iba muy bien cuando sonó el timbre de la casa.
Jon llegó un viernes por la tarde, Ricardo no había llegado todavía de trabajar así que atendí a Jon yo solo, le enseñé la casa y por último su habitación, le habíamos hecho la cama y lo único que tenía que hacer era deshacer su pequeño maletín de fin de semana.
Le pregunté que tal había ido el viaje, él contestó que muy bien que apenas había nadie en la carretera y que el deseo que tenía por estar con nosotros le ayudó a llevar mejor la conducción.
Mientras el se ponía cómodo, fui a la cocina a beber un poco de agua, cuando regresé a su habitación estaba completamente desnudo con su enorme polla(os recuerdo, 26 cm y supergorda) totalmente tiesa, se la estaba tocando como si se estuviera haciendo una paja, su lengua entraba y salía de su boca relamiéndose de gusto. Yo al ver aquello me arrodillé y empecé a lamer aquel ariete, pasé mi lengua por toda su extensión, de arriba abajo hasta que no pude más y la introduje por completo en mi boca. Jon empezó a gemir mientras me sujetaba la cabeza y decía "así, así, muy poca gente la chupa como tu, no pares y al final tendrás el regalo que tú quieres". Yo hice caso y la chupé como nunca, yo mientras me estaba haciendo una bonita paja ya que mi excitación era total. De vez en cuando miraba hacía su cara y me volvía loco viendo aquel cuerpazo desde mi posición, su barriga peluda, sus tetas maravillosamente grandes y duras, sus pezones duros como piedras y su cabeza maravillosa.
Volví a mi "trabajo" y empecé a succionar aquel ariete de una manera salvaje, apreté mis manos contra su culo, Jon se dio cuenta de lo que quería y empezó a follarme por la boca de una manera incontrolada, de repente empecé a oir sus gemidos cada vez más acelerados y noté como su verga se hinchaba, Jon estaba a punto de correrse, yo no solté aquel trofeo hasta que después de un alarido empezó a soltar chorros de leche dentro de mi boca, apenas podía tragar aquella cantidad de leche que entraba en mi boca de aquellos gigantescos huevazos, se desparramaba por la comisura de mis labios, yo tragaba lo que podía. Jon parecía que se iba a partir en dos, yo seguía chupando para dejarle vacío de leche, me encantaba sentir su corrida en mi boca. No paré hasta que su polla quedo limpia y brillante y salió por si sola de mi boca. Me levanté y empecé a besarle, pasándole sus propios jugosos que el comió con alegría, mientras me decía que llevaba un mes loco esperando este viaje.
Estabamos descansando en el sofá del salón, cuando oímos la puerta, era Ricardo que acababa de llegar a casa, los dos estabamos desnudos, Ricardo no se inmutó sino todo lo contrario ya que estabamos acostumbrados a encontarnos con estas situaciones. Presenté a Jon a Ricardo, ambos se dieron un beso, Ricardo se desnudó y fue a ducharse. Jon me dijo que Ricardo le gustaba mucho y que estaba deseando llevar a cabo su fantasía particular (leer Dos maduros para mi 2), yo fui al baño a hablar con Ricardo, le pregunté que le parecía Jon a lo cual contestó que estaba buenísimo y que estaba deseando ir a la cama con los dos. Ricardo presentaba una erección salvaje, tenía la polla llena de jabón y subía y bajaba su piel enseñando su precioso capullo, le dije que terminara y que viniera con nosotros.
Cuando volví al salón, Jon estaba ya con la polla tiesa otra vez "estoy loco por que me folleis los dos" dijo, Yo le besé y le lleve a nuestra habitación, allí empezamos a besarnos, sentí su lengua caliente y húmeda, el me empezó a chupar mi polla mientras tenia su culo en pompa, fue entonces cuando vi a Ricardo entrar, se agachó y empezó a comer el culo de Jon, le abrió el culo y se lo llenó se saliva, Jon empezó a estremecerse y a comer mi polla de una manera feroz, Ricardo le empezó a meter un dedo para dilatar ese enorme culo, luego dos y al final tres, Jon se retorcía de placer, yo estaba a punto de correrme así que saqué mi polla de la boca de Jon y fui hacía su culo donde Ricardo seguía introduciendo sus dedos a la vez que seguía llenando el culo de Jon de saliva.
Vimos que estaba lo suficientemente lubricado asi que le levantamos, yo me tumbe boca arriba con mi polla tiesa como un palo mirando hacía el techo, Jon se puso en cuclillas y empezó a meterselo, mientras le chupaba la polla a Ricardo que estaba enloquecido tocándose el mismo sus pezones. Fue cuando Jon le pidió que se la metiera también, Ricardo se acomodo detrás y poco a poco fue metiendo su tremendo rabo en el culo de Jon, empezamos a notar el rocé de las dos pollas y sentimos un placer especial inimaginable, cuando de repente sonó el timbre de la casa...
continuará