Dos maduros para mi (12)
En los montes de Alicante descubrimos como un pastor se follaba a las ovejas y junto a su amigo nos hicieron pasar una tarde de sexo maravillosa.
Después de nuestra aventura con el padre, el abuelo y el nieto en Murcia seguímos nuestro viaje, nos dirigimos hacia Alicante, nos apetecía montaña y no playa, asi que nos encaminamos hacía el interior. Esa mañana nos levantamos muy temprano, nos encanta madrugar y más en verano para aprovechar el frescor de la mañana. Eran las 7 de la mañana y llegamos a un pueblo llamado Villena, salimos de la autovía y cogimos una carretera comarcal. Al cabo de unos minutos vimos una especie de camino vecinal que subía hacia un cerro donde se vislumbraba un pequeño bosque. Estábamos casi llegando a la cima cuando de repente vimos a la derecha del camino una pequeña estela de humo, eso nos preocupó un poco ya que pensamos que podría ser el inicio de un incendio, asi que paramos el coche y empezamos a andar hacía el humo.
Ibamos vestidos con pantalón corto, camisetas y zapatillas deportivas era pronto pero no hacía nada de frío. Pasamos un pequeño repecho y vimos que no era un incendio sino una pequeña hoguera perfectamente controlada por un hombre que estaba haciendo algo de comer sobre una pequeña parrilla. Nos acercamos más y vimos que era un hombre de unos 55 años, muy fuerte, unos brazos enormes y unas piernas grandes y musculadas, una barriga redonda y dura llena de pelos muy cortos coronada por un pecho cubierto de un pelo blanco y muy corto también, sólo vestía un bañador el cual dejaba intuir un culo gordo y respingón y un bulto entre sus piernas bastante interesante. Era calvo y llevaba una barba de tres o cuatro días bastante cerrada.
"Buenos días" dijimos Ricardo y yo al unísono
El hombre se asustó un poco ya que no había notado nuestra presencia, "buenos días, vaya susto me han dado" contestó. "perdone, pero es que vimos humo y creíamos que había un incendio" le dije yo.
"Buena gente son ustedes, se preocupan de que no arda el monte" dijo el hombre y continuó "vengo muchas veces con el fresco de la mañana a desayunar unas costillas a la lumbre con un amigo" Nos quedamos un poco extrañados ya que allí no había nadie más. "Llegará ahora no se extrañen, es Marcos el pastor, se levanta muy pronto y luego siempre viene por aquí y desayunos juntos" nos aclaró aquel hombretón. "¿Quieren quedarse con nosotros? Hay comida y vino de sobra para cuatro" nos preguntó muy amable el señor. Ricardo y yo nos miramos y los dos a la vez pensamos que merecía la pena ya que además el hombre era un auténtico monumento aunque jamás pasó por nuestras cabezas nada de lo que después ocurrió. "Gracias nos quedamos" contestamos agradecidos.
"Me llamó Enrique" se presentó "somos Ricardo y Alberto" nos dimos la mano y vaya mano, apretó mucho y se nos quedó mirando a los ojos de una manera muy especial. Nos sentamos en una manta que había en el suelo, Enrique nos dio un vaso de vino, brindamos no se muy bien porque y empezamos a charlar animadamente sobre lo bonito que era ese sitio y que se estaba muy a gusto. Enrique de vez en cuando se sobaba el paquete de una manera muy disimulada y empezó a desviar la conversación hacía una conversación mucho más picante. Estaba casado y tenía 4 hijos, pero decía que su mujer era muy chapada a la antigua (típico) y que solo follaba de tarde en tarde y ella no se quitaba ni el camisón. El tenía una amante en Almansa y le hacía cosas que su mujer sería incapaz de hacerle y empezó a contarlas, mamadas, comidas de coño, enculamientos, corridas en la boca, etc...
El paquete de Enrique iba creciendo por momentos y cada vez se lo tocaba mas a menudo, nosotros también empezamos a calentarnos, Ricardo se quitó la camiseta y se levantó "voy a mear" dijo, se separó un poco de nosotros y desapareció detrás de unos matorrales. Yo también me quité la camiseta y el pantalón corto quedándome solo con el bañador y también empecé a sobarme el paquete. Enrique se levantó y se notó perfectamente como se marcaba su polla bajó el pequeño bañador. Decidí que era el momento de atacar. "Enrique te has puesto cachondo, vas a reventar el bañador" sin mediar palabra, Enrique se quitó el bañador y de un salto apareció una verga preciosa tiesa como un palo y con el capullo totalmente al aire. Se me quedó mirando y yo también sin mediar palabra la cogí, sopese sus huevos peludos y me la metí en la boca, Enrique soltó un gemido de placer y empezó a acariciarme la cabeza mientras yo chupaba con maestría aquel pollón, entraba y salí de mi boca, jugueteaba con su capullo brillante, mi lengua se movía de arriba a abajo hasta llegar a sus pelotas que también lamía. "Joder como la chupas Alberto, me estas matando de gusto" aquellas palabras intensificaron mi mamada, llené su rabo de saliva, masajeaba sus huevos, mordía su capullo.
Enrique estaba como loco, noté como su polla se hinchaba anunciando una corrida inminente, yo cogí su culazo y lo apreté contra mi para que su polla no saliera de mi boca, él empezó a intensificar el mete y saca en mi boca y de repente noté como un chorro caliente inundaba mi boca, yo lo tragué y de repente salieron tres mas que me llenaron mi boca de su esperma caliente que yo comía con glotonería. No me saqué su polla de la boca hasta que se hubo vaciado por completo y de repente noté como un chorro caliente volví a inundar mi boca, Enrique se estaba meando en mi boca también, aquello me excitó y sorprendió a la vez, solo lo había hecho un par de veces con Ricardo y la verdad me gustó, así que me bebí todo el pis caliente de mi amante rural hasta que las últimas gotas las recogí con mi lengua, miré para arriba y vi la cara de mi machote se reía y me miraba todavía con deseo, me levantó y empezó a besarme, metió su enorme lengua en mi boca y la limpió de los restos de semen y pis que todavía tenía dentro, empezó a pajearme, pero yo le dije que así no me quería correr, "vamos a esperar a Ricardo" a lo cual Enrique accedió sin problemas.
Ricardo tardaba, me extraño y empecé a preocuparme. Ahora os voy a relatar porque tardaba tanto mi amante, me lo contó después en el coche, yo os lo cuento ahora para que tengáis todos los datos de esta historia.
Cuando Ricardo desapareció detrás de los matorrales y empezó a mear vió como unos metros a su izquierda había un rebaño de ovejas, se quedó mirando a los animales cuando de repente apareció un hombre que se acercaba a una de las ovejas mientras se desabrochaba la bragueta del pantalón y sacaba una polla dura y monstruosamente grande y larga, se acercó a la oveja por detrás y de un solo golpe se la metió entera al animal, el cual ni se movió ante lo cual Ricardo supuso que no era la primera vez que la penetraba el hombre. Ricardo vió como el pastor metía y sacaba su enorme verga del coño de la oveja, no podía oir lo que decía pero la cara del pastor lo decía todo, estaba desencajado, babeaba y embestía a la oveja como si fuera un semental. La polla de Ricardo se levantó de inmediato y se empezó a pajear, el pastor no se daba cuenta que Ricardo cada vez estaba más cerca completamente desnudo y con su rabazo tieso y pajeándose, pero de repente se giró y lo vió, el hombre ni se inmutó, incluso le dijo: "venga usted y follesela también" Ricardo se quedó petrificado a la vez que veía esta vez casi al lado como aquella mostruosa verga entraba y salía de la oveja, "no tenga miedo que esta muy enseñada" invitó de nuevo el pastor, a Ricardo le pudo más su calentura que su cabeza y ni corto ni perezoso se acercó, el pastor sacó su pollón y Ricardo le encasquetó su vergón a la oveja, el coño del animal estaba muy caliente, según me contó después, empezó un mete y saca frenético mientras el pastor se meneaba su pollón casi de caballo.
Ricardo no pudo aguantar mucho y se corrió dentro del animal, mientras el pastor también soltaba su ración de semen sobre la hierba. Ricardo sacó su polla fláccida del coño de la oveja, "ha sido increíble, jamas pensé que me follaría un animal y me diera tanto gusto", el pastor se reía mientras su vergajo semiduro seguía chorreando leche, "tienen el coño muy caliente y da mucho gusto y además yo paso muchas horas solo y tengo un problema que la tengo dura casi todo el día, aunque me corra, siempre tengo ganas, hay días que me corro ocho o diez veces" Ricardo se quedó perplejo ante la afirmación del pastor. "Me llamo Ricardo", "yo Marcos" contestó el pastor. Era el pastor que estaba esperando nuestro nuevo amigo Enrique para desayunar. "voy a encontrarme con un amigo para desayunar detrás de esa loma" "si se quien es. Mi amigo está con él y nos ha hablado de usted y sus desayunos" "Comemos costillas y polla" dijo riéndose a carcajadas Marcos, ante lo cual Ricardo dedujo que posiblemente Enrique y yo ya hubiéramos empezado nuestra fiesta particular. "vamos a desayunar" dijo Marcos mientras esbozaba un sonrisa irónica,"pero antes vamos a lavarnos las pollas en el pilón de aquí al lado que el liquido de las ovejas se queda pegado como garrapatas" "de acuerdo" dijo Ricardo con una gran excitación.
Volvemos al momento en el que Enrique se acababa de correr y mear en mi boca, nos estábamos besando cuando oímos un grito "Enrique" era Marcos el pastor acompañado de Ricardo, el cual vió que algo había pasado porque ambos estábamos desnudos encima de la manta y yo completamente empalmado. "Hola Marcos, veo que ya has conocido a Ricardo" "si nos hemos encontrado cuando yo venía hacía aquí y ya veo que tú has conocido muy bien a Alberto" dijo con ironía el pastor.
Nos sentamos los cuatro en la manta y Enrique empezó a asar las costillas, Ricardo y Marcos se desnudaron por completo, yo me quede impresionado al ver el pollón de Marcos, miré a Ricardo el cual con un gesto me dijo que luego me contaría. Nos comimos las chuletas y nos bebimos una botella de vino, la mañana era muy agradable y la compañía de nuestros nuevos amigos era fantástica y muy divertida. Empezaron a contar sus cuitas de cama y poco a poco nuestras pollas se fueron empinando hasta estar los cuatro totalmente empalmados. Enrique me dijo que me pusiera de pie que estaba deseando comerme la polla, asi lo hice. Enrique se puso a cuatro patas y empezó a chupar con auténtica maestría mi rabo duro y palpitante. Marcos empezó a sobarle el culo y le echó saliva en el ojete y metió un dedo, Ricardo también se levantó y le puso su pollón en la boca al pastor, el cual chupaba y lamía con la misma maestría que Enrique. Ricardo y yo empezamos a besarnos y a pellizcarnos nuestros pezones, aquello tenía pinta de ser una mañana inolvidable.
Marcos seguía metiendo dedos en el culo de Enrique, ya tenía tres dentro, a la vez que seguía con su mamada a Ricardo, le ensalivó la polla al máximo y le dijo "follate a Enrique que ya tiene el ojete abierto" Ricardo apuntó su capullón en el ojete de Enrique y de un golpe de cadera le clavó toda su herramienta, Enrique apenas se inmutó sino que chupó mi polla con mas ganas. Ricardo bombeaba el culo de Enrique, sus huevazos chocaban contra sus nalgas emitiendo un sonido maravilloso, como un chapoteo. Seguro que a Enrique se lo follaba Marcos ya que tenía el culo muy abierto. El pastor estaba mirándo la escena, su cuerpo era menudo, no muy delgado ni tampoco gordo, era fibroso, con la cara curtida por el tiempo y con su monstruosa polla apuntando a la boca de Ricardo, el cual la abrió al máximo para poderse tragar tamaña herramienta, le empezó a lamer el capullo y recorría con su lengua todo aquel trozo de carne hasta que consiguió meterse menos de la mitad y casi se ahoga, se la ensalivó bien y de vez cuando chupaba sus huevos no muy gordos pero si apretados.
Enrique seguía chupando mi polla, yo todavía no quería correrme asi que la saqué y le puse mi culo en su boca para que lo ensalivara bien ya que me apetecía que tanto Ricardo como Marcos me follaran, Enrique me lamió el culo con maestría, metía y sacaba su lengua lubricando mi ojete a la perfección, fue entonces cuando Marcos sacó su polla de la boca de Ricardo, se tumbó boca arriba con su mástil mirando al cielo y le dijo a Enrique que había llegado el momento de que sintiera su verga en su ano ya dilatado por el pollón de Ricardo. Asi lo hizo, Ricardo sacó su pollón y Enrique se puso en cuclillas y empezó a meterse aquel monstruo duro, yo pensé que sería imposible que aquello entrara entero en el culo de Enrique asi que Ricardo y yo permanecimos atentos a la escena. Enrique se fue agachando y por fin se introdujo el capullo de Marcos, fue bajando poco a poco y aquella monstruosidad se iba alojando en el culo abierto de Enrique el cual bramaba de placer.
Yo me puse a cuatro patas con mi boca justo en la polla de Enrique que estaba empalándose de espaldas a Marcos y deje mi ojete lubricado a la vista de mi amor para que me penetrara mientras yo veía aquel espectáculo. Ricardo me la metió poco a poco, como a mi me gusta, sintiendo palmo a palmo su pollón en mis entrañas. Enrique había parado ya que ahora tenía que conseguir que toda la polla de Marcos se alojara en su culo, volvió a bajar sus caderas y consiguió que el mango de Marcos entrara todo en su ojete, paró un poco para acostumbrarse a ese tamaño y acto seguido empezó un sube y baja, era increíble ver como se la sacaba toda y luego se la volvía a meter, Marcos le apretaba los pezones y le acariciaba su redonda y peluda barriga y yo empecé a chupar su polla que estaba incluso más dura y gorda que antes.
Ricardo seguía con la labor de meterme y sacarme su ariete, me encantaba que mi amor me follara era una sensación especial ya que sabía perfectamente el ritmo que a mi me gustaba, mientras me acariciaba mi espalda y masajeaba mis nalgas y mis huevos. De repente Ricardo empezó a bombear con mas fuerza, me dijo que se iba a correr en breve, yo le dije que me gustaría que se corriera en la boca de Enrique mientras Marcos se lo follaba para que así tuviera todos sus agujeros de placer llenos de semen y polla. Asi lo hizo le puso su pollón palpitante a punto de explotar en la boca de Enrique que estaba en éxtasis debido a la monstruosa follada que le estaban haciendo, Ricardo explotó en la boca de Enrique que apenas podía tragar la cantidad de semen que Ricardo soltaba, le chorreaba por la comisura de los labios y le llegaba a sus tetas y caía por su barriga hasta llegar a su polla, yo me empecé a comer el semen de Ricardo que llego deslizándose por el cuerpo de Enrique hasta mi boca y en ese momento noté el estallido de semen proyectado por la polla de Enrique, se juntaron en mi boca su leche y la de Ricardo, las saboreé juntas y me las tragué con ansia. Enrique seguía como un pelele con la polla de Ricardo en la boca y metiéndose y sacándose el vergón de Marcos.
Yo me levanté y puse mi ojete en la boca de Marcos, empezó a mover su lengua dentro y fuera de mi agujero mientras Enrique empezó a sacarse como podía aquella verga de su culo perforado, le chorreaba un poco de caca por las piernas ya que Marcos había llegado a lo más profundo de las entrañas de Enrique. Por fin se levantó se apoyo en Ricardo y ambos empezaron a besarse y acariciarse sus cuerpos gordos y hermosos mientras se recuperaban de la tremenda corrida que habían tenido.
Yo me puse a cuatro patas para que Marcos me la clavara, le dije que se pusiera un trapo a la mitad de la polla ya que posiblemente a mi me reventaría ya que no tenía la facilidad de Enrique, así lo hizo y empezó a follarme, solo conseguí que me entraran unos 14 cm, era increíble sentir que había más de 20 cm por entrar en mi culo y que Enrique se lo había "tragado todo".
Le dije que ya no podía más y me dijo que me corriera en su boca, que le encantaba comerse el semen, era uno de sus placeres favoritos, yo me incorporé y le apunté mi polla a su boca, la cual se metió entera y comenzó a chuparla con locura, Ricardo y Enrique ya recuperados me empezaron a besar y a tocar mi cuerpo, sobar mis cojones, Ricardo me metió dos dedos en el culo, sentía sus lenguas por todo mi cuerpo, mis pezones duros como piedras y empecé a bombear leche desde mis huevos hacía mi polla y estallé en la boca de Marcos que empezó a succionar mi miembro como si sorbiera la pajita de un refresco hasta que trago toda mi leche y me dejó mi capullo brillante y reluciente.
Entonces el se incorporó, nos dijo que nos pusiéramos de rodillas para recibir su lechada, asi lo hicimos, él empezó a pajearse se convulsionó y soltó dos chorrazos de leche que nos estallaron en la cara, nos pasamos los tres la lengua por nuestras caras para recoger el tesoro que salía de la polla de Marcos que siguió manando leche hasta que su vergón de caballo se quedó fláccido y chorreando, nosotros acabamos de lamer su capullo hasta que quedó limpio de su leche y la caca de Enrique.
Llegó el fin de fiesta cuando Enrique dijo que quería que le meáramos encima, en su boca, en su cara, por todo su cuerpo, que le excitaba muchísimo. Se tumbó boca arriba en el suelo y los tres empezamos a soltar nuestro líquido amarillo y caliente sobre él, parte se lo bebió y el resto se lo restregó por sus tetas y su barriga, incluso el se meó encima suyo llegándole hasta su boca y se bebió su propio pis.
Acabamos los cuatro en el pilón donde habían estado antes Marcos y Ricardo, nos lavamos enteros y nos secamos al sol que ya calentaba, habían pasado cuatro horas, cuatro horas de comilona y sexo a tope. Nos tumbamos a la sombra de los árboles en la manta de Enrique y en otra que traía Marcos, nos quedamos un poco dormidos, cuando nos levantamos eran casi las dos y media. Marcos dijo que nos quedáramos a comer con ellos y que luego vendría la "segunda parte". Nos quedamos a comer y estuvimos follando toda la tarde hasta que empezó a anochecer, Enrique se volvió a meter el pollón de Marcos (le encantaba), incluso cuando se lo follaba por tercera vez Enrique se cagó mientras el pollón de Marcos entraba y salía, la verdad nunca nos han gustado estas cosas pero aquello no nos desagrado. Marcos se corrió 7 veces más y cuando nos fuimos volvía a estar empalmado. Enrique y Marcos nos pidieron que siempre nos corriéramos en su boca, se bebieron toda nuestra leche incluso Enrique se bebió dos meadas mías y una de Ricardo y Marcos a la vez.
Nunca antes habíamos tenido una tarde de sexo tan completa y depravada, nos despedimos de ellos, sabiendo que siempre que fuéramos por aquel paraje, Enrique y Marcos estarían siempre dispuestos "a darnos de comer".