Dos maduros para mi (10)
Estábamos de vacaciones cuando conocímos a un abuelo a su hijo y a su nieto. ¡Que tres hombres!.
Paco, se marchó al día siguiente, él y su mujer Rosa subieron para despedirse y para agradecer la maravillosa cena que tuvieron con nosotros (ver dos maduros para mi 7 y 8). Nos dimos una par de besos cada uno y les dijimos que regresaran cuando quisieran, estuvieran Carlos y Gloria o no. Ellos asintieron y prometieron volver después del verano.
Ricardo y yo estuvimos hablando sobre la noche anterior y la verdad era maravilloso escuchar a Ricardo cuando me decía todo lo que me quería y que no le importaba nada con tal de que siguiéramos juntos y nos quisiéramos como ahora nos queríamos. Yo le besé profundamente y le dije que jamás había querido a nadie como le quería a él.
Llegó el mes de Agosto y nos fuimos de vacaciones, decidimos que ese año no iríamos al extranjero, que viajaríamos por España con nuestro coche. Nos fuimos en primer lugar para Murcia, había un lugar que nos apasionaba cerca dela capital, hay unos baños termales, los hay públicos y privados, a nosotros nos encantan los públicos ya que aparecen bastantes hombres de campo dispuestos a tener una mañana maravillosa. Llegamos a las 10 de la mañana de un jueves, habíamos salido muy temprano de Madrid para evitar follones en la carretera, nos dirigimos a los baños públicos, entramos. Los baños consistían en una especie de piscina natural no muy grande con agua termal a una temperatura bastante agradable, unos bancos a su alrededor y una ducha de agua fría. Cuando entramos solo había un joven de unos 28 años, con el pelo rapado, un poco gordito, mediana estatura y unos ojos negros, estaba leyendo el periódico en uno de los bancos y estaba desnudo. Entramos le dijimos buenos días, nos desnudamos y nos metimos dentro de la pequeña piscina. No hacíamos nada ya que uno de los morbos añadidos de este sitio es que no sabías si la gente era gay o heterosexual y en nuestro caso no sabíamos nada del joven allí sentado. Pasó casi media hora, Ricardo y yo estuvimos hablando entre nosotros mientras en joven leía. Terminó de leer y se metió también en la piscinita con nosotros, empezamos a hablar los tres de lo maravillosa que era el agua termal de aquel paraje y que era una gozada disfrutar de aquello de una manera tan natural. Al cabo de unos quince minutos el joven se secó, se vistió y se marchó con un "hasta pronto".
Nosotros al vernos solos empezamos a besarnos y sobarnos, puse a Ricardo al borde la piscina sentado y empecé a comerme su polla mientras pellizcaba sus pezones, era una sensación muy agradable comerme el pollón de Ricardo dentro de aquella piscina semicaliente. De repente sonó la puerta, Ricardo se tiró al agua nos separamos para que no nos pillaran en semejante actitud. Aparecieron por la puerta dos hombres, uno mas mayor que el otro y un chaval de unos 15 años, dijeron "buenos días" y empezaron a desnudarse. Parecían una familia, abuelo, padre y nieto, os paso a relatar como era cada uno. Se notaba que no eran de por allí, sino que eran de ciudad ya que sus ropas deportivas eran de marca y muy novedosas y tenían un cierto acento catalán. El hombre mayor tendría unos 73 años, mediría 1,72 y pesaría unos 100 Kg, pelo blanco muy cortito, pelo blanco por su precioso pecho y sus piernas y brazos, unos ojos verdes bastante bonitos, con un culo de color blanco por la marca del bañador y unos huevos y una polla normales. El hombre de mediana edad tendría 50 años casi la misma altura que el mayor pero mucho mas gordo como unos 120 Kg, pelo negro con bigote y menos peludo que el mayor. Tenía unas tetas y una barriga francamente preciosas, Ricardo se me quedó mirando ya que sabía que eran el tipo de hombres que me apasionaban, tenía además unas piernas grandes y musculosas, un culo memorable y respingón y al darse la vuelta apareció la sorpresa, unos huevos enormes y digo enormes y curiosamente muy peludos, coronados por una polla pequeña pero gorda, nos recordaba a la de Carlos nuestro portero. El chaval era el más bajito de los tres, rechoncho y sin ningún pelo, rapado como el hombre mayor y con su culito blanco también por la marca del bañador, con unos huevos normales y una polla que ya despuntaba hacía algo interesante coronada por un vello púbico muy suave.
El hombre mayor fue el primero que entro en la pequeña piscina, "está muy buena Tito, entra" Tito era el niño que inmediatamente entró junto al hombre mayor "es verdad abuelo está calentita", "Papá tú no te bañas?" preguntó Tito al hombre de mediana edad que era su padre, "espera un poquito todavía no tengo muchas ganas" contestó. El chaval empezó a jugar dentro del agua con su abuelo, se abrazaba a él, chapoteaba, se sumergía y al salir "asustaba" al abuelo, el cual dijo "Tito ten cuidado que molestas a los señores" "tranquilo no se preocupe, es normal" dije yo quitándole importancia y empezamos a charlar "la verdad es que es una maravilla" dijo Ricardo, "si venimos a menudo cuando estamos de vacaciones, somos de Barcelona" dijo el padre, "y así nos libramos un rato de las mujeres" replicó el abuelo, Ricardo y yo sonreímos. Tito seguía jugando con el abuelo, se rozaba con él, le besaba, se sumergía justo delante de su polla, nosotros empezamos a extrañarnos del tipo de juegos que hacía el niño, el padre no decía nada sino todo lo contrario reía las gracias de su hijo al igual que el abuelo, cuando de repente el niño salió de la piscinita, y nos dimos cuenta que su joven polla esta tiesa como una barra y dijo "mira papá, a mi ya se me puesto dura y al abuelo también", nosotros no dábamos crédito a lo que oíamos cuando el abuelo salió de la alberca y vimos que estaba empalmado como una bestia "Tito es que no paras de tocarme y sabes que eso al abuelo le excita mucho" el padre y se levantó y también tenía su gordo pollón duro como una estaca y dijo "Tito ya sabes lo que tienes que hacer" "Bieeeeen" dijo Tito y sin perder un minuto cogió la polla de su abuelo y la de su padre y las empezó a chupar una y después otra. Ricardo y yo no sabíamos que hacer aunque los dos estábamos empalmados como burros. "No les importa que hagamos esto delante de ustedes, verdad?" no teníamos palabras "hemos supuesto que ustedes no tendrían problema. Tenemos que venir aquí a disfrutar los tres, lo llevamos haciendo desde siempre, mi padre conmigo y cuando Tito ya tuvo 10 años con él también, es herencia de familia" Ricardo y yo asentimos sin poder articular palabra. "Se la podré chupar también a los señores?" dijo el niño sin soltar ninguna de las dos pollas. "Hay problema?" preguntó el abuelo, nosotros nos repusimos nos miramos y dijimos, "¿Porqué no?", salimos de la pileta y nos acercamos a los tres hombres, Tito se abalanzó sobre nuestras pollas y empezó a chuparlas como un auténtico profesional mientras el abuelo y el padre empezaron a besarse y acariciarse por todo su cuerpo.
Tito seguía chupando y chupando, le gustaba más la mía ya que le cabía entera el boca pero no hacía ascos a la de Ricardo y a sus huevos tampoco, el padre se había arrodillado y estaba comiéndose la polla del abuelo con una maestría inusitada, mientras el abuelo se tocaba sus pezones y su panza. "Te voy a llenar la boca de leche, hijo", "Si papá", el abuelo empezó a meter y sacar su polla de la boca de su hijo salvajemente, soltó un "ahoooora" y escupió leche dentro de la boca del padre, el cual comió con alegría, incluso glotonería, esto a Ricardo nos excitó aun mas, Tito se dio cuenta y empezó a chupar con más frenesí, "Correros en la boca de mi nieto, le encanta el semen" nos dijo el abuelo, así lo hicimos empezamos a soltar leche como locos entre espamos, el niño no paraba de tragar nuestro semen, pero era demasiado así que su padre se acercó y le ayudó a comerse nuestras corridas hasta que dejaron nuestros capullos limpios y relucientes, fue entonces cuando Tito y su padre empezaron a besarse pasándose nuestro semen y el de su abuelo hasta que se lo tragaron todo.
Se levantaron y dijeron que aquello había sido maravilloso, que hacía mucho tiempo que no estaban con nadie más y de vez en cuando necesitaban compartir su secreto con otros hombres. El pollón hinchado del padre palpitaba deseoso de soltar su leche, le sugerimos la idea de hacerle una mamada, pero él dijo que quería correrse en culito de su hijo y que le gustaría ademas que nosotros nos lo folláramos tanto a Tito como a su abuelo, dijimos que sí, que nos encantaría, pero eso será en la próxima entega.