Dos maduros para mi (1)

Como dos hombres maduros me penetraron hasta que ya no pude mas.

Hola me llamo Alberto, tengo cuarenta años, soy de complexión fuerte, últimamente he engordado un poco debido a que me encanta comer, mido 1,84 y peso 100 kilos. Tengo pareja desde hace 10 años, somos muy felices y disfrutamos del sexo de todas las maneras posibles. Ricardo que asi se llama mi pareja tiene 61 años, mide 1,65 y pesa 97 kilos, en fin un gordito en toda regla con una de las cabezas mas bonitas que he visto en mi vida, peludito y con una barriga, un culo y una polla memorables.

Siempre que podemos intentamos acostarnos con mas gente, bien sean tríos, o grupos, siempre intentando disfrutar al máximo de cuerpos desnudos a nuestro alrededor, sentir bocas calientes, pollas jugosas y culos deseando recibir placer.

La historia que os voy a contar empezó hace 4 años en Bilbao, yo estaba allí por trabajo, por la tarde tenía libre y me acerqué a la sauna para ver si me encontraba con algún vasco de esos que quitan el hipo. Llegué pronto a las 4 de la tarde estuve tomando un café y me metí en la sauna de vapor, la verdad había poca gente y no interesaban mucho el tipo de hombres que por allí circulaban. Decidí tumbarme en una cabina a fumar un cigarro y en eso ví pasar una auténtica belleza delante de mi cabina. Me levanté y fui a inspeccionar a semejante ejemplar.

Estaba en la sala de vídeo con su paño tapando su secreto, pero lo que se veía era maravilloso, era un hombre de unos 57 años mas o menos de mi estatura y 120 kilos, estaba sentado con una barriga preciosa llena de pelos que la adornaban en toda su extensión, una cabeza redonda (me encantan las cabezas redondas) rapada y unas piernas como columnas perfectamente esculpidas. Me puse cerca y vi como se empezaba a tocar su paquete por encima del paño, aquello ya me empezó a excitar ya que no paraba de mirar la película porno que ponían en la televisón y a mi me miraba, estaba superconcentrado en jugar con su polla, como sería su polla? Me preguntaba. De repente giró y me miró, yo sentí estremecerme ya que su mirada estaba llea de lujuria, quería hacer lo mismo que estaba viendo en la película.

Yo me dirigí hacía mi cuarto a ver si me seguía y cual fue mi sorpresa cuando me senté en el cuarto y le ví allí de frente a mí en la puerta, la visión era maravillosa, aquel pedazo de hombre mirándome con cara de vicio, mientras se tocaba su polla por encima del paño.

Le hice entrar, lo cual hizo sin pensar, empezamos a besarnos, yo senti sus labios mojados de deseo empecé a meter mi lengua en su boca y sentí de repente una de las lenguas mas grandes que nunca antes había sentido, grande, húmeda, juguetona. Nuestras bocas estaban llenas de saliva y de lengua, yo empecé a sentir como mi polla empezaba a despuntar, estaba supercaliente deseaba comerme aquel pedazo de animal sudoroso.

Dejo mi boca y siguió por mi cuello con aquella lengua poderosa, llenándome de saliva, parándose en mis pezones, los puchaba y comía con fruición, siguió por mi barriguita y llegó por fín a mi polla que estaba a punto de explotar, sin pensarlo dos veces se la metío entera en la boca y empezó a chuparla como solo mi pareja me lo había hecho, me comía los huevos, recorría mi polla de arriba con su legua descomunal, yo sentía como una impulso eléctrico me recorría el cuerpo, yo le acariciaba su preciosa cabeza mientras el no paraba de mamarme la polla, yo estaba casi a punto de correrme, pero decidí que todavía no era el momento, asi que le levante y empecé a besarle en la boca mientras le sobaba todo el cuerpo su barriga maravillosa, su culo respingón y vigoroso.

Todavía no quería tocarle ni verle la polla ya que supuse que sería maravillosa, así que empece a hacer lo mismo que había hecho él hasta que llegué a la altura de su verga y dios mio aquello que apareció ante mis ojos nunca antes lo había visto antes, era una barra venosa de unas 26 cm, gorda, muy gorda con un capullo brillante con unas gotitas de liquido en la punta que rapidamente lamí dándome un gusto maravilloso, era la polla más grande y bonita que nunca antes había tenido en mi boca. Me dediqué a chupar como un loco aquel ariete casi no me cabía en la boca, era maravillosa la sensación de tener aquello en mi boca. Lamía y chupaba como nunca antes lo había hecho, era una golosina solo para mí, sus huevos eran como dos melocotones apenas me cabían en las manos, empecé a chuparlos, a masajearlos luego volvía a mi caramelo, estaba como poseído, él lo noto y me dijo que le encantaría que yo me lo follase, aquello me calentó todavía mas, mi polla estaba dura y deseosa de entrar en aquel pedazo de culo maravilloso. Le puse a cuatro patas y empecé a comerme aquel culo maravilloso sin dejar de tocar aquella polla y aquellas pelotas peludas.

Cuando tuvo el ojete lleno de saliva le apunté mi capullo a aquel agujero maravilloso empecé a entrar sintiendo aquel agujero caliente en toda la extensión de mi polla. Jon, que así se llamaba mi adonis, empezó a mover su maravilloso culo a la vez que decía: "No pares campeón, follamé sin parar no saques tu polla de mi culo" aquello me calentaba aún más yo seguía bombeando aquel culo espléndido mientras Jon me pedía que le pegara azotitos en el culo, lo cual hice con gusto.

De repente me dijo que quería verme la cara mientras se la metía, se la saqué le di la vuelta le levante las piernas y volví a introducir mi polla dura en su abierto y caliente ojete, aquello me excitó mucho porque podía cogerle su vergón y sus huevazos a la vez que me lo follaba, empecé a pajearle mientras mis embestidas eran cada vez más salvajes, Jon estaba como poseído, decía palabras que no entendía, su lengua se movía por fuera de su boca, aquello me incitó a pensar que le gustaría probar mi semen, le dijé que si quería sentir mi leche en su boca a lo cual grito Siiii.

Yo empecé el mete y saca más rápido, el decía correte ya no puedo mas quiero sentir tu leche en mi boca cabrón yo ya estaba a punto, pero la verdad no quería soltar aquel pollón que tanto me gustaba, pero llegó un momento en que empecé a sentir como mi leche llegaba a la salida, así que me levante me senté en su pecho y apunte mi polla a punto de estallar en su boca y empezaron a salir chorros de leche directamente a su boca, Jon abría la boca y me empujó para que mi polla y mi leche entrarán directamente a aquel agujero de placer, su lengua gigante empezó a succionar mi polla que no paraba de soltar leche yo estaba como loco sintiendo un placer indescriptible. De su boca salió parte de la leche que no le daba tiempo a tragar, yo ya no podía más pero él siguió chupando hasta que yo quedé seco.

Yo saqué mi polla de su boca, estaba agotado, empecé a besarle, me apetecía probar mis propios jugos, fue maravilloso sentir nuestras lenguas llenas de mi leche nos tragamos mutuamente toda la leche que tenía almacenada en su boca hasta que nuestras lenguas quedaron limpias.

Yo me recosté agotado a su lado, su pollón seguía duro como una piedra, le dije que ahora le tocaba a él, pero me dijo que descansara que ahora el quería probar mi culito, ante lo cual yo me quedé de piedra, "Dios mío tu verga es inmensa, me vas a reventar", el se río, a mi no me hizo mucha gracia, le dije que no estaba preparado para semejante ariete. Jon me miró y me volvío a besar esta vez con mucho cariño y me dijo "solo haremos lo que tú quieras hacer, pero que sepas que me vuelves loco y me gustaría darte todo el placer que tu me has dado"

Yo me quedé mirándole y pensé Porque no? Pero eso lo sabréis en la segunda parte.