Dos maduras y cuatro jóvenes
Cómo finalicé en el anterior relato, luego de esa experiencia increíble en la playa nudista con Silvia y Luisa, nos dimos los números de teléfono para seguir en contacto.
Cómo finalicé en el anterior relato, luego de esa experiencia increíble en la playa nudista con Silvia y Luisa, nos dimos los números de teléfono para seguir en contacto. El relato es un poco largo pero créanme que vale la pena. Gracias a todos por los mails y las valoraciones, por alentarme a seguir escribiendo.
Volvimos en el colectivo con Julio relajados luego de esa hermosa tarde y cuando llegamos al departamento nuestros otros tres amigos estaban tomando unas cervezas junto a unas chicas que habían conocido en la playa, por lo que no les pudimos contar nada de lo que habíamos vivido. Nos preguntaron cómo nos fue, si nos habíamos bañado desnudos, si había gente y muchas preguntas más que respondimos sin dar muchos detalles. Esa noche pasó como las anteriores con mucho alcohol, fiesta y algunos de los chicos tuvieron sexo con esas chicas. Al otro día nos levantamos tarde para la hora del almuerzo. Mientras cocinabamos empezamos a contar nuestra experiencia y nadie nos creía nada. Nos decían que lo que contábamos era de una película porno, que dejáramos de fantasear y muchas cosas más. Yo lo tomé con calma porque sabía lo que habíamos vivido pero Julio se enojó y les mostraba que teníamos los contactos de aquellas preciosas maduras. Pero las conversaciones quedaron ahí y después de almorzar fuimos a la playa para aprovechar un lindo día de sol.
Estaba muy relajado recostado en una toalla cuando se me da por mirar el celular y veo un mensaje de Silvia. Era una foto del rostro de ambas en la playa y un texto que decía "acá estamos otra vez en la playa, desnuditas y extrañandolos. Deberíamos repetir". Me quedé mirando el mensaje con una sonrisa y lo llamé a Julio para que viera. El me decía "muestraselos a los chicos para que nos crean" pero eso no me importaba. Quería ver cómo podíamos continuar con esas dos hermosas mujeres. Le propuse a Julio que las invitaramos para la noche del próximo día ya que esa misma noche habíamos quedado en ir a una fiesta en una casa alejada de la ciudad. Y que si a él le parecía podíamos dejar la puerta abierta a qué se sumen a participar el resto de los chicos. Julio no quería saber nada al principio, no se si porque le daba pudor o porque estaba enfadado con el resto de nuestros amigos pero lo convencí de que podía ser una buena fiesta con amigos de confianza y esas mujeres que a lo mejor les iba la idea. Parecían mujeres que les encantaba la fiesta y gozar a lo grande. No lo termine de convencer pero me dijo que intentara con la propuesta y que si a ellas le parecía bien lo pensaba mejor, pero me pidió por favor que no la cague y evitara que se enojaran con la propuesta.
Teniendo el visto bueno de Julio les respondí "hola chicas, acá estamos con Julio y nuestros amigos en la playa. Con muchas ganas de volver a verlas. Si les parece mañana pueden venir a nuestro departamento. Es amplio y cómodo. Y si les va la idea pueden conocer al resto de los chicos. Sino organizamos algo entre los cuatro". Luego de enviarles el mensaje pasó más de una hora y no respondían. No les volví a mandar nada para no quedar pesado pero por dentro pensé que la había cagado, que a lo mejor se asustaron, que había sido un atrevido, que había desperdiciado la oportunidad de volver a verlas y muchas cosas más. Pero cuando estaba desesperanzado y a punto de pedirles disculpas, llegó otro mensaje de Silvia: "lo hemos pensado con Luisa y nos gusta la idea. Nunca estuvimos en una orgía así y ustedes parecen buenos chicos. Lo único que pedimos es que nos respeten y que acepten si a algo decimos que no. Podemos disfrutar mucho o pasar un mal momento. Pero en principio nos encanta la idea y nos han puesto muy calientes". Lo leí y releí varias veces. No me lo podía creer! Se me aceleró un poco el corazón y le mostré a Julio que no le terminaba de convencer pero sabía que no había marcha atrás y sabía que yo le iba a insistir hasta que me dijera que si, por lo que terminó aceptando. Después de un rato cuando estábamos los cinco juntos tomando unos mates les conté a todos lo que había pasado y que si seguían sin creernos estaban los mensajes. El resto de los chicos empezaron a entender que lo que le habíamos contado había sucedido y empezó a cambiar su actitud. Sobretodo Paulo y Benjamín empezaron a preguntar detalles de lo que había pasado, que cómo eran las mujeres, su físico, su actitud, que les gustaba y más cosas. No lo podían creer y mucho menos que la próxima noche podíamos estar en una fiesta con ellas. Les aclaré lo que ellas nos habían respondido pero conocía bien a mis amigos y sabía que eran respetuosos. De todos modos les insistí mucho en eso y quedamos en confirmarles y que la noche nos sorprendiera. Que fluya y sucediera de la mejor forma. El que se notaba dudoso era Ignacio que a su vez era el sobrino de la mujer que nos había dado el departamento. Dijo que estaba conociendo a una de las chicas que nos habíamos hecho amigos en la playa y que tenía ganas de pasar los días que quedaban de vacaciones con ella pero que no tenía problemas en que utilizaramos el departamento y el se iba a otro lado y volvía a la madrugada. Benja le insistió pero el resto lo entendimos y agradecimos por el departamento. Le confirmé a Silvia y les dije que no se hicieran problema, que la íbamos a pasar bien con respeto y que estuvieran tranquilas. Quedamos en vernos en la noche del próximo día y que nosotros comprabamos las bebidas.
Transcurrió esa noche en la fiesta que teníamos y Paulo y Benja estaban muy ansiosos, volviendo a preguntar una y otra vez las mismas cosas. Paulo decía que se iba a tomar una pastilla porque no quería fallar esa noche y todas cosas así. Pero al otro día estaban más tranquilos y pudimos disfrutar de otro hermoso día de playa. Silvia me mandó algunos mensajes. Al principio preguntando si seguía en pie la propuesta, preguntando la dirección y esas cosas pero durante la tarde empezaron a ponerle clima al asunto. Nos mandaron algunas fotos desnudas en la playa, una de Luisa con una tanga en el departamento, otra de algunos juguetes que tenían para divertirse entre ellas. Fuimos teniendo conversaciones más calientes que demostraba que ellas también estaban con muchas ganas. Les pasamos fotos de Benja y Paulo que son muy lindos. Benja es morocho, mide 1,80 con un muy buen físico, espalda ancha y buenas piernas. Es el más joven de los 5 con 23 años. Paulo es rubio, de piel más blanca aunque había tomado algo de color en esos días en la playa. Tiene un rostro muy lindo con una boca grande y una sonrisa cautivante, ojos claros. Mide 1,75 aprox, con buen físico aunque más delgado que Benja pero también con buenas piernas y brazos sin estar marcado. Al ver la fotos Silvia y Luisa se sacaron todas las dudas si es que les quedaba alguna. Luego de la playa llegamos al departamento, nos bañamos y fuimos a comprar las bebidas. Tenía la impresión de que estás situaciones no resultan bien cuando están muy planificadas. Que se dan espontáneamente por lo que era importante que todos estemos a tono bebiendo algo y relajandonos. Les insistí mucho a Benja y Paulo que no sean pesados, que no se les tirarán encima apenas las vieran y que podamos disfrutar de la noche hasta que se empiece a dar la situación siendo que ninguno teníamos mucha experiencia o más bien nula en orgías.
Por fin llegó la noche y nosotros estábamos bebiendo en el balcón cuando llegaron Silvia y Luisa. La verdad que tanto las dudas que ellas habían planteado como nuestra inexperiencia nos habían hecho pensar más en los preparativos y olvidar que eran unas mujeres muy sueltas y que sabían bien lo que estaban haciendo. Entraron con una sonrisa, saludando a todos como si vinieran a una reunión de amigos. Silvia traía un vestido negro, corto y apretado, con un escote que dejaba ver sus grandes tetas. El vestido dejaba notar algo de su barriga pero también esos muslos grandes y potentes que nos volvieron locos. Luisa traía un vestido veraniego suelto pero también corto que apenas uno pasará su mano por debajo podía tocar sus grandes nalgas blancas y hermosas.
Estuvimos un poco más de una hora bebiendo, riendo y conociéndonos mejor. Realmente parecía una reunión de amigos, no había tensión en el ambiente y ellas llevaban muy bien la situación. Benja y Paulo estaban un poco inhibidos pero el alcohol los empezó a soltar. Era evidente que los cuatro les gustabamos, se sentían a gusto con nosotros y de a poco empezaban los roces y miradas lujuriosas. Estábamos sentados en ronda en dos sillones. Silvia conmigo y Paulo y Luisa con Benja y Julio. Yo tomé la iniciativa apoyando una de mis manos en los muslos de Silvia mientras seguíamos hablando como si nada. Seguí bajando por sus piernas hasta colocarla entre ellas por debajo del vestido sin llegar a su entre pierna. Silvia emitió un suspiro y se dejaba hacer. Me miró a los ojos y nos empezamos a besar. Abrió sus piernas invitandome a qué la toque por lo que se subió su vestido y dejó a la vista de todos una tanga negra de encaje. Nos seguimos besando mientras le empezaba a tocar su vagina depilada por fuera de la tanga. Se la notaba muy caliente. Dió vuelta su cara y lo empezó a besar a Paulo a la vez que empezaba a tocar su pija por encima de su pantalón. Yo seguía tocandola pero ahora corriendo su tanga y masturbandola. Acariciando su clítoris y metiendo dos dedos. Su concha no paraba de largar jugos. Mire hacia el frente y la situación era muy caliente. Luisa estaba en cuatro en el sillón chupando la pija de Benja que empezaba a cobrar tamaño y me sorprendi de su tamaño. Una pija gruesa y grande, de unos 21cm. Luisa chupaba despacio, sin apuros, mientras que Julio le había subido el vestido dejando sus nalgas desnudas. Tenia su tanga baja y la cara de Julio metida entre sus nalgas haciendole sexo oral. Silvia se paró frente a nosotros, terminó de subir su vestido a la cintura y se sacó su tanga dejándonos la visión de su concha depilada y sus grandes nalgas bronceadas. Parada como estaba agarró de la mano a Paulo e hizo que se arrodillara frente a su concha para que le de sexo oral y mirándome me dijo "vos chupame la cola pendejo". Ahí estábamos con Paulo arrodillados uno de cada lado haciéndole sexo oral a esa madura que empezó a gemir cada vez más fuerte. Junto con chuparle la cola le iba introduciendo dedos por el culo mientras que Paulo lo hacía por la concha. No tardó mucho en acabar con fuertes gemidos. Se ve que le gustaba mucho lo que le estábamos haciendo. Después de eso se fue al baño y vimos como Luisa seguía en la misma posición pero esta vez chupándosela a Julio que ya estaba desnudo y recibiendo verga de Benja que estaba quieto y era Luisa quien se movía golpeando sus grandes nalgas contra él mientras que esté las agarraba como queriendo abarcar semejante cola y le daba nalgadas. Yo me saqué la ropa y me empecé a pajear en el momento que Silvia salió del baño desnuda y caminando hacia nosotros dejando sus grandes tetas que se movían al ritmo de sus pasos. "Están calentitos amores? A ver, por qué no le dan un poco de leche a mami?". Y así como vino se arrodilló entre nosotros chupandonos la pija alternativamente mientras nos pajeaba. "Como la estas pasando Lui?", le preguntó a su amiga quien sacándose la pija de Julio de la boca le dijo "no sabes la pija que tiene este pendejo". "A ver?" respondió Silvia que se paró, fue donde estaba Luisa y acariciando su culo y abriendo sus nalgas le dijo a Benja "me mostras bebé?" y Benja la saco y Silvia chupaba mientras se la agarraba y ayudaba a qué se la volviera a meter a su amiga. Silvia seguía ahí pero inclino su cola para que la cojieramos. Le dije a Paulo que lo haga primero y eso bastó para que de apartado y por detrás de Silvia la empiece a comer por la concha. Mientras Luisa se sacó la pija de Julio de la boca y empezó a gemir más fuerte y diciendo "acabo, acabo, que rico bebé" y tuvo su primer orgasmo. Se salió de los dos y quedo sentada en el sillón con sus piernas abiertas y besándose con Julio que tenía una gran erección. Benja estaba arrodillado, siendo mamado por Silvia mientras ella recibía las embestidas de Paulo. El morocho no aguantó más y le empezó a llenar la boca de leche a Silvia. Paulo la sacó y empezó a acabar potentes y abundastes chorros de leche sobre las nalgas de Silvia que sonriendo dijo "me llenaron de leche, me limpias amor?" le dijo a Luisa. Silvia se fue al otro sillón, se puso en cuatro parando su cola y Luisa en la misma posición detrás suyo le limpiaba la leche. Yo que estaba sin actividad me ubiqué detrás de Luisa y empecé a cogerla. Luego las dos se arrodillaron en el sillón mirando a la pared y Julio la cogía a Silvia y yo a su amiga. No daba más de calentura y estaba por acabar. Les dije que me corría pero Silvia me dice "espera bebe". Se salió de Julio, lo agarró de la mano y a mi también y me interrumpió la cogida diciéndole a la amiga "perdón amor, ya vengo". Y llevados de la mano nos llevó a una de las habitaciones, me acosté boca arriba y se subió a mi pija mientras que Julio por detrás le hacía la cola. Se ve que le gustaba mucho la doble penetración y entre gemidos de los tres y acabamos casi juntos en un orgasmo intenso. Julio salio y se dirigió al baño y Silvia se quedó recostada encima mío sin sacar mi pija de adentro y dándome besos. "Que linda cogida que me pegaron pendejos".
De a poco nos levantamos y fuimos para el comedor donde estaba el resto. No había acción, Julio estaba sentado bebiendo y conversando con Paulo, Silvia recostada sobre el sillón pero Benja y Luisa estaban parados en el medio del salón desnudos y besándose. Benja la tenía parada pero Luisa pasaba sus manos por su espalda y agarrando su cola. Se la notaba de nuevo caliente y se día a recostar al lado de Silvia abriendo sus piernas invitandolo a Benja a qué se la chupe. Silvia se levantó y arrodilló junto a Benja pidiéndole compartir a su amiga. Paulo que no sabía de la bisexualidad abierta de las maduras se lo notó atento a la escena y su pija empezó a reaccionar. Julio y yo mirábamos pero sin hacer nada aún. Paulo se acercó y Silvia fue a su encuentro mientras que Benja se ponía un forro para coger a Luisa pero esta se arrodilló en el sillón parando su enorme cola y le dijo a Benja "chupame la colita, quiero que me metas esa pijota". El morocho empezó a chupar y meter dedos para dilatar mientras que Silvia y Paulo se besaban. Esta le dijo algo al oído que descolocó un poco al rubio y luego se arrodilló junto a Luisa mientras que Silvia le daba sexo oral en su cola. "Me encanta tu colita bebé" le decía mientras la agarraba con sus manos y hundía su lengua entre sus nalgas. La verdad es que Paulo tenía una cola lampiña, carnosa y bien parada y la madura morbosa la quería probar. Se lo veía un poco inhibido pero se dejó hacer. Está le quiso meter un dedo pero se sobresaltó diciéndole que no pero la madura insistió diciendo "relajate hermoso. Te va a gustar mucho. A los nenes le gusta mucho el placer por acá. Estamos entre amigos" le decía mientras le acariciaba la cola y la espalda para que se relaje. Paulo fue accediendo y la verdad que me dio mucho morbo la escena. Yo me incorporé estando bastante caliente y me acerqué a Luisa que estaba recibiendo la pija de Benja en su cola y gimiendo para que me la chupara. Ya la tenía muy dura y le pedí cambiar a Benja pero ella tenía otros planes y lo recostó sobre el piso cabalgandolo y me pidió que le haga la cola. La segunda doble penetración de la noche con estás ricas maduras. A los pocos minutos Luisa estalló en un fuerte orgasmo expulsando mucho líquido de su concha que cayó sobre el abdomen de Benja y en el piso. Pero ningún de nosotros había terminado. Me salí de a poco de la cola de Luisa y volví mi mirada sobre el resto y lo que vi me puso muy caliente. Silvia ya no sólo le metía un dedo en la cola de Paulo sino un juguete que había traído con ella mientras que Julio la cogía por la concha. Me calentó mucho la escena. Me acerqué a ver más de cerca y Silvia me dijo mirándome "te gusta lo que ves? Querés seguir vos?". La verdad que no me lo esperaba pero tenía mucha curiosidad. No quería dejar pasar la oportunidad de probar cosas nuevas con esas mujeres. Le dije "puede ser" con una sonrisa que invitaba a qué haga lo que quiera. Ella le dijo a Paulo "a ver papi, te voy a sacar el juguetito de la cola que tú amigo lo quiere". Se ve que Paulo estaba disfrutando mucho. Se salió de Julio, me agarró de la mano y me volvió a llevar para una de las habitaciones y lo agarró a Benja de la mano. "Vení, acompañanos le dijo". Paulo y Julio quedaron con sus pijas paradas a la mitad del goce pero seguro que Luisa los iba a aprovechar.
Apenas entramos me dice Silvia "acostaré boca abajo y relájate. Vos también bombón". Con Benja nos acostamos uno al lado del otro. "Paren las colitas" nos dijo y así lo hicimos. La situación era caliente por demás y siento cómo Silvia empieza a meter su lengua entre mis nalgas. Lo hacía suave y con paciencia. Sin ningún apuro. Iba intercalando entre mi cola y la de Benja. El cerraba los ojos y lo disfrutaba. Nos metía sus dedos y se sentía un poco raro pero ella nos iba explicando "son un poco incómodos los dedos pero es para que no les duela. Ya van a disfrutar. Estuvo así bastante tiempo pero no quería que terminara. Era una sensación hermosa y empieza a sentir que apoya algo en mi cola y hacia presión. La dilatación que tenía hizo que ese juguete se pudiera abrir paso con facilidad y la sensación me encantó. Ella lo metía despacio mientras apretaba mis nalgas y daba golpecitos con su otra mano. Luego lo repitió con Benja que emitía leves gemidos. Yo quería más. Y después de unos minutos me lo volvió a meter y ahora movía mis caderas para recibir ese juguete y acompañar el ritmo del mete saca. Silvia sin dejar de metermelo se acostó arriba mío y empezó a decirme al oído "te gusta bebe? Viste como disfrutamos con Lui entre chicas? Querés probar con tu amiguito? Estamos solos acá, podemos hacer lo que queremos". Yo estaba en la gloria y me calentaba mucho todo lo que me decía Silvia. Jamás se me había pasado por la mente ninguna relación con mis amigos pero en ese momento me daba mucho morbo. Yo sin pensar que estaba diciendo asentí con la cabeza y fue como la luz verdad para ella. "Mmm...que lindo. No sabes cómo me gustaría ver eso. Ponete en cuatro así te sigo metiendo el juguete". Estaba en cuatro al borde de la cama y ella sentada al lado mío me lo seguía metiendo. Me lo saca y va con Benja y le dice algo al oído. Este se da vuelta quedando boca arriba con su pija muy parada muy cerca de mi cara mientras yo seguía en cuatro esperando no sé qué cosa. Pero eso era una señal. Silvia me acariciaba la cabeza y suavemente la comenzó a acercar a la pija de Benja. El estaba quieto y no se movía. No sabía bien lo que estaba por hacer pero la calentura de la situación hizo que no pensara mucho y empezara a chuparle la pija a Benja. Silvia tenía su cara al lado de la mia y seguía con sus guarradas "disfrútala, es rica la pija. Estamos entre amigos". Ella le agarraba la pija a Benja y se la chupaba también. La compartíamos pero Benja se ve que estaba muy caliente y empezó a acabar de una manera salvaje con fuertes chorros de abundante leche que nos llenó la cara. Mientras estábamos los dos en cuatro con nuestra cara en la pija de Benja y nuestras caras llenas de leche entró Luisa. "Uuyyy de que me perdí! Que divino esto!". Y se acercó a nosotros. Se ve que le calentó mucho la escena y nos empezó a limpiar nuestras caras con su lengua y entre las dos me recostaron y me la empezaron a chupar. Estaba en el cielo por cómo me la chupaban esas maduras y volando de calentura hasta que acabé entre fuertes gemidos con un orgasmo que lo sentí hasta en el último rincón de mi cuerpo. Luego de haber estallado y empezar a relajarme caí en lo que había hecho con Benja. El se había ido al baño y luego fui yo a ducharme. Creo que había sido la calentura del momento. Cuando salí estaban Luisa y Silvia en otra de las habitaciones que tiene la cama más grande. Estaban en un 69 con Silvia abajo y Luisa con sus grandes nalgas tapando la cara de la rubia. Una escena muy caliente pero decidí ir con amigos. Fui al comedor con un poco de vergüenza pero la situación era de lo más relajada. Ninguno de mis amigos podía creer la noche que nos estábamos pegando. Benja me acercó una cerveza con una cara y una sonrisa que decía "aca no pasó nada" pero al pasar por delante de él acarició suavemente mi cola que me hizo correr un frío por la espalda pero seguí como si nada. Los otros dos bebían y se reían y de a uno se fueron a duchar mientras escuchábamos como Silvia y Luisa disfrutaban entre ellas.
Luego de eso seguimos bebiendo todos juntos y volvimos a coger. Hicimos una doble penetración juntos en la misma cama. Silvia conmigo y Paulo estando el por detrás y Luisa encima de Julio y Benja llenandole la cola con su pijota. Luego acabamos yo cogiendola a Luisa en cuatro mientras se la chupaba a Benja que le termino en su boca y Paulo y Julio pajeandose en la cara de Silvia. Acabaron apenas unas gotas al igual que nosotros. Yo me recosté con Luisa en el medio de la cama y Benja del otro y Silvia fue a dormir con Julio y Paulo. Estaba amaneciendo y habíamos tenido una noche muy intensa. Nos despertamos al mediodía. De a poco nos fuimos levantando y desayunando. Estábamos todos vestidos pero hablando como amigos de toda la vida. La verdad que no entraba en mi mente la linda noche que habíamos pasado y al verlas de nuevo me volvían a calentar como si hiciera una semana que no había cogido. Silvia nos dijo que ellas se iban a ducharse a su departamento y luego iban a la playa nudista por si queríamos venir. Nosotros habíamos quedado con Ignacio para encontrarnos junto a otras amigas en otra playa pero dijimos de vernos al día siguiente en esa playa nudista. Pero lo que pasó ahí lo cuento en otra historia...