Dos heteros, la pandemia y mucha calentura (3)

Final de la historia entre dos amigos que aprovecharon el confinamiento para disfrutar

Hola a todos!! Muchas gracias por los comentarios y los mails que habéis mandado. Os dejo aquí el final de la historia con mi compañero de piso.

Os dejo aquí las otras dos partes por si queréis enteraros de todo lo que ha ocurrido.

- Dos heteros, la pandemia y mucha calentura https://www.todorelatos.com/relato/170787/

- Dos heteros, la pandemia y mucha calentura (2) https://www.todorelatos.com/relato/170960/

Me senté sobre sus piernas totalmente desnudo y apoyé mis brazos sobre sus muslos. Su boca quedó pegada a mi oreja.

-Bueno me puedes explicar qué hacemos así (yo estaba súper nervioso)

-chssss calla. ¿Confías en mí? Tú relájate y ya verás. Piensa que está aquí Elena y yo me ocupo de todo lo demás.

Albert comenzó a acariciarme los brazos y el pecho mientras me decía guarradas al oído para que me imaginara que estaba con mi chica. Yo empecé a pajearme- El contacto con su piel, con su pecho fuerte y con pelos me estaba poniendo muy cachondo y tenerlo ahí hablándome tan cerca me estaba derritiendo.

“Buff tío me estás matando”, le solté cuando estaba ahí entre sus piernas. “Disfruta”, me dijo al oído. Yo empecé a sudar un poco y mis gotas caían en el pecho de Albert, lo que hacía que cada vez estuviéramos mejor sincronizados. Empezó a bajar sus manos por mi pecho y me hizo soltar el rabo para agarrarlo él. Comenzó a masturbarme muy lentamente mientras seguía diciéndome cosas al oído para que me imaginara que estaba con ella. Con su otra mano me acariciaba el brazo. Yo tenía una mis manos en su muslo y decidí pasar la otra por su cabeza para acariciarle la nuca y el pelo. La situación cada vez iba subiendo de nivel, yo notaba que su polla iba creciendo en mi culo y me movía despacio para notarlo y que se pusiera cachondo.

Estaba haciendo verdaderos esfuerzos por no correrme, pero quería disfrutar lo máximo posible. Albert comenzó a darme besos en el cuello y comerme la oreja y comencé a bufar y a rozarme cada vez más. Su rabo estaba ya totalmente empalmado y se clavaba en mi culo. Me movía para sentirlo. No para de decirme cosas de mi novia, de su culo, du sus tetas, que imaginara que estaba con ella, gimmiendo, gritando, metiendosela. Cuando estaba a punto de correrme giré un poco la cara y le busqué la boca. En ese momento comenzó un morreo brutal, una comida de boca a lo bestia que provocó que mi polla explotara. No era capaz de recordar si alguna vez me había corrido de esa manera tan tremenda, creo que fueron 8 o 9 lefazos. El morreo duró un poco más hasta  que nos separamos y recuperamos el aliento.

-Tío ¿te ha gustado?, menuda lefada, eh cacho cabrón, te has puesto perdido. Espero que te haya recordado a Elena

Yo le dije que sí a todo, que había pensado en ella y que se lo agradecía mucho. La realidad era otra bien distinta: no había pensado en Elena  en ningún momento, estaba cachondísimo por la situación que me había hecho vivir Albert. Me levanté como pude y me fui a darme una ducha para poder limpiarme. Estuve un buen rato bajo el agua para poder procesar todo aquello y solo pensaba en ese tremendo que nos hemos pegado, que bien besaba el cabrón.

Al salir fui para mi cuarto con la toalla anudada a la cintura, Albert se había quedado dormido en mi cama. Allí estaba el pobre tumbado bocarriba y medio roncando, pensé en irme a dormir a la suya pero después de todo lo que habíamos pasado creo que lo de menos era dormir juntos. Me puse al otro lado de la cama y me quedé allí acostado boca abajo, en bolas, a su lado. Al rato noté como se cambiaba de posición y se pegaba pero parecía que seguía dormido y yo intentaba descansar también. A los pocos minutos comprobé que lo que estaba era cachondo. Empezó a sobarme el culo.  Me hice el dormido para no cortarle el rollo. Cuando me hizo  la paja, Albert no se había corrido y seguro que estaba cargado como un mono. El tío se quitó los boxers y se pegó más a  mi culo. Empezó a hacerse un pajote y yo, que me moría del morbo, decidí hacer que me despertaba para unirse a la fiesta. Me giré:

-Albert tío ¿queé haces?

-Joder que me quedé cargado y no puedo dormirme.

  • ¿Quieres que te ayude?

-¿ Me dejas restregarme un poco?, es que tu culo me vuelve loco

Después de  lo que había hecho por mí no me podía negar:"Venga tío úsame, pero ni te ocurra meterla eh". Se levantó, pillo de la mesilla el bote de lubricante y se lo echó por  la polla y por mi raja, me puso boca abajo y comenzó a pasar su polla por mi culo, pero sin meterla. Estaba como loco sobándose conmigo. Me pegaba uno cachetazos en el culo que sonaban en toda la casa y seguía: "Tío no puedo más" , se levantó un poco y fue bajando hasta mi culo y comenzó  a hacerme una comida bestial, metía la lengua hasta el fondo mientras yo me retorcía de placer. Nunca me habían hecho algo parecido, a mi novia jamás se le habría ocurrido a hacerme algo igual.   Me agarraba el culo y comía como un loco. "Uff tío qué rico", me dijo mientras se volvía a tumbar sobre mi con su rabo presionando mi culo. " A qué sabe" le pregunté yo con toda mi ingenuidad.

-¿ Quieres saber a qué sabe?  Pues ven aquí

Me cogió la cara y me plantó un morreo de la ostia, comenzamos otra vez a comernos la boca mientras Albert seguía presionando con la punta de su polla en mi culo.  Yo estaba tan concentrado en devolverle el morreo que no me di cuenta que empezó a meterla un poco. La mezcla de lubricante con toda la saliva que me había dejado ahí ayudó bastante. Me separé un poco para decirle que parara, que no me la metiera, pero él volvió a comerme la boca y a meterla un poco más. Notaba un poco de dolor, pero su polla entraba bastante bien. Empecé a hacer movimientos para que la quitara pero él siguió a lo suyo, tuvimos un poco de movimientos como peleandonos pero yo en esa situación era incapaz de defenderme y empezó a follarme, estaba tan cachondo que el pobre aguantó dos a tres embestidas hasta que se corrió.

-Buaa tío qué pasada, menudo culazo tienes es que me vuelve loco tan suave   y duro.

  • Serás cabrón, ni puto caso me haces, espero que por lo menos te hayas quedado agusto y podamos dormir algo

  • De lujo, eres un campeón

Yo le di la espalda y él se me acercó por detrás y me abrazó y antes de dormirse me dio las gracias. Por la mañana nos despertamos en la misma postura. Había dormido como un niño, pero volvía a tener al otro con el rabo morcillón haciendo presión en mi culo.  Antes de comenzara otra vez la historia me fui a la ducha. Me metí debajo del agua y se me olvidó todo .  Entre el calorcito y  lo cachondo que me había dejado la nochecita con Albert empecé a empalmarme y comencé a hacerme un pajote. Mientras estaba dándole me llevé un susto de muerte porque apereció por detrás.

-Ya estás dándole otra vez sin vergüenza !!! nunca he visto cosa igual. ¿Me dejas pasar?

Albert  estaba fuera de la mampara con la polla dura y mirándome con cara de pena. Abrí la ducha y tiré de su brazo. Me abrazó y lo primero que hizo es otra vez sobarme el culo.

  • Te encanta eh

  • jajajajajaaj mucho

Empezamos a morrearnos otra vez, cómo besaba el tío. Era una bestia. Estuvimos así un rato hasta que me dio la vuelta y me apoyó contra la pared y se agachó para volver a comerme el culo. El tío iba a saco, yo volvía a disfrutar muchísimo, nunca imaginé que eso me podía gustar tanto. Me pegaba otra vez unos cachetazos y seguía metiendo la boca. Volvió a subirse conmigo y me volvió a pedir permiso mientras metió un dedo en mi culo, ni me escuchaba con lo salido que estaba. Echó gel en su polla y comenzó a meterla. A mí no me dolía nada, pero tenía miedo a aquello, pero él estaba fuera de sí y comenzó a follarme. Se me puso dura con las embestidas. Lo tenía bufando en mi oído mientras me empotraba contra la pared. Estuvo así un buen rato, me movió un poco para poder agarrar mi rabo  y hacerme un  pajote. Con tanto movimiento nos corrimos a la vez. Albert se corrió dentro y cuando sacó la polla empezó  a caerme su lefa por mis piernas. Nos limpiamos y él se preocupó mucho por si me había hecho daño, pero la verdad es que no tenía ningún dolor. Nos duchamos juntos y nos dejamos bien limpitos.

A partir de ahí nuestra relación cambió bastante. Por el día, mientras hacíamos ejercicio y trabajábamos la cosa seguía como siempre, pero por la noche todo se descontrolaba. Albert seguía obsesionado con mi culo y me pegaba unas folladas tremendas, nunca me hizo daño y le fui pillando mucho disfrute. Pillamos una rutina de placer que era increíble, nunca había disfrutado tanto con el sexo, ni Albert tampoco, era una cosa animal. él lo decía siempre, que estaba alucinante y que se volvía loco. Sabía lo que le ponía y él conmigo hacía lo mismo. Nostaba como se esforzaba para que me lo pasara bien y yo también lo hacía con él. Nunca hablamos del tema, ni pensamos en lo que estaba pasando. Solo disfrutamos. Ni comidas de olla, ni rollos de sentimentos. Era puro sexo.

La situación duró todo el mes siguiente. Mientras estuvimos en el confinamiento follamos como locos. Era solo sexo y muy heavy.

Cuando se levantó el confinamiento y volvieron nuestras novias la cosa se enfrió bastante. Mi relación con Elena evidentemente no aguantó.  Yo no quería seguir y ella se dio cuenta. Albert y Lucía aguantaron un poco más pero tampoco resistió todo aquello. Lo dejaron este septiembre. Ese día llegó a casa y me lo contó todo y además...

Bueno chicos hasta aquí la historia con mi compi. Espero que me comenteis qué os ha parecido. Acepto críticas y consejos para mejorar. Un abrazo a todos.