Dos hermanas y un pueblo en fiesta.

El alcalde invita a los dos matrimonios a comer, y no comen solo paella

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza,  giré la cabeza buscando a mi marido pero su sitio estaba vacío, Me daba vueltas la cabeza, el alcohol y el remordimiento me hundían en la miseria, no podía creer lo que había pasado, veía una y otra vez lo acontecido la noche pasada como si de una película se tratara. Nunca en mi vida me había comportado de esa manera, cuatro mocosos que podían ser mis hijos me habían manejado como quisieron, sin obligarme eso lo tenía claro, paso por qué yo quise que pasará, tenía la duda entre levantarme o quedarme en la cama el resto de las vacaciones.

_ Nena. ¿Levanta juerguista? La voz de mi marido me saco de mis pensamientos, estaba parado en la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, me lo quede mirando sin saber que decir, supongo que no sabía lo que su mujer había hecho la noche anterior pues si no seguro que esa sonrisa se le caería al suelo.

_ Voy cariño. Fue lo único que salió de mí.

_ Venga date prisa. El alcalde nos ha invitado a comer en su casa, ha dicho que llevemos bañador para bañarnos en su piscina.

_No estoy para piscinas. Dije malhumorada, más bien quería que la cama me tragara.

_ No podemos hacer el feo al alcalde. Insistió mi marido. Si tú supieras pensé.

_ Vale. Ahora bajo. Conteste de mala gana.

Me metí en el cuarto de baño para ducharme y al mirarme al espejo me repase de arriba abajo, igual que cuando te compras un vestido y te lo repasas en la tienda comprobando que te guste, mire mi culo luego mis pechos, y sin darme cuenta me vi sonriendo al espejo, joder con la madura, dos chicas y un chico en una sola noche me dije sin darme cuenta. Al momento me vino a la mente mi hermana y un vacio creció en mí, me senté en la taza del váter pues un mareo amenazaba mi cabeza, se me había borrado esa imagen, comiéndome la boca con mi hermana, esperando que dos muchachos repartieran la leche entre las dos, un calor frio recorrió mi cuerpo, y mi hermana ¿ qué pensaría de lo sucedido anoche?.

_ ¿ Cuánto te falta nena? Oí gritar  a mi marido desde el piso de abajo.

_ Voy. Conteste. Metiéndome en la ducha. Que sea lo que dios quiera pensé, total una mala noche o mejor dicho buena le puede pasar a cualquiera.

Me puse un bañador azul de esos que la braguita va atada a las caderas, una camiseta corta que me llegaba por encima del ombligo y un pareo, me volví a mirar al espejo para comprobar que no enseñaba mucho, recordaba cómo nos había mirado el alcalde en la visita que nos había hecho y no quería provocar más de lo debido, lo de anoche no podía repetirse.

Al bajar me encontré con los tres hablando con Pedro, iba a llevarnos a la finca del alcalde según parece estaba saliendo del pueblo a unos dos kilómetros, un calor me recorrió el cuerpo pensando que sus hijos estarían cerca, me sentía como un cervatillo esperando que dos leones saltaran sobre él en cualquier momento. Observe a mi hermana estaba riendo de algo que su marido le estaba comentando, no observé ningún tipo de remordimiento en ella, estaba fresca la muy zorra, como si no tuviera ningún tipo de culpa.

_ Buenos días. Parece que a alguien se le pegaron las sabanas hoy. Soltó mi cuñado.

_ A tu cuñada trasnochar no le sienta bien jajá. Dijo mi marido muy chistoso. Si supierais pedazo de cornudos pensé._ Creo que la comida de ayer no me sentó muy bien. Conteste con doble sentido mirando a mi hermana._ ¿Como estas tu tata? Con mi hermana siempre nos llamamos tata desde que éramos muy pequeñas.

_ La verdad es que me duele un poquito la cabeza, pero muy bien por cierto. Contestó.

La cabeza y el culo pedazo de zorra, pensé con rabia, no me podía creer que después de lo de anoche la tía estuviera tan fresca, nos montamos en un todo terreno y enfilamos hacia la casa del alcalde. Pedro nos explico un poco la vida del alcalde, vivía en la capital pues al ser un pueblo muy pequeño no hacía falta que viviera en él durante el año, podía llevarlo desde su casa pues estaba a unos ciento cincuenta kilómetros del pueblo, su mujer tenía cincuenta años y al parecer no pudieron tener hijos con lo cual adoptaron a dos chicas que tendrían diecisiete años, se habían convertido en el tesoro de su padre pues al parecer su mujer llevaba años enferma y no podía hacer una vida normal. En veinte minutos llegamos a la finca, desde luego el alcalde se lo montaba muy bien pues era una finca muy hermosa desde la reja de la entrada se veía un gran viñedo atravesado por un camino que llevaba a una mansión de tres plantas, parecía que estábamos en Falcón crest( la serie). Aparcó delante de la puerta de la cual salieron al momento El alcalde acompañado de su mujer, la verdad es que la mujer parecía muy débil, unos cincuenta y tantos bajita y por su rostro la verdad que no parecía su mejor época, luego nos explicó que sufría de vértigo, al vernos el alcalde no tardó en hacernos un reconocimiento a las dos, mi hermana iba vestida con unos pantalones cortos, muy cortos para mi opinión que dejaban ver sus cachetes , un bañador para mí una talla menos de la suya que hacía que sus tetas tuvieran que hacer malabarismo para no salir de su sujetador, tapado con una camiseta sin mangas atada por encima de su ombligo, vaya toda una puta. Por supuesto llegaron los besos de presentación en los que el alcalde no perdió la ocasión de arrimarse más de la cuenta, tanto que pude notar su polla pegada a mi ingle, la verdad que tenía que ser un buen instrumento por lo que pude notar.

-¿cómo fue la primera noche en nuestro pueblo? Soltó a bocajarro mirándonos a mi hermana y a mí. Nos quedamos mirando sin saber realmente a lo que se refería. ¿Sabrá algo?  Dios ojalá no pensé.

  • La verdad es que fue una noche movidita. Dijo mi cuñado riéndose.

  • Creo que las cervezas corrieron demasiado, pero muy bien, para eso son las vacaciones. Agregó mi marido.

Para eso y para que se follen a tu mujer idiota, pensé. Estaba muy enfadada con ellos, nos habían dejado a merced de unos niñatos, mientras ellos hablaban de la dichosa pesca a la vez que se emborrachaban.

  • Pero pasen, no se queden hay, dijo la mujer encabezando la marcha seguida por mi cuñado y mi marido, quedando nosotras atrás con el alcalde, el cual se puso en medio de las dos y sin pensarlo pasando las manos por nuestra espalda las posó en nuestro culo apretando nuestras nalgas. Se me congeló la sangre y sin girar la vista seguí caminando con la vista al frente. Llegamos al salón momento en que apartó sus manos de nuestro culo como si no hubiera pasado nada. Era un salón grandioso decorado por la pasión de la pesca, tenía piezas disecadas, fotos suyas pescando, trofeos etc.

  • Por fin chicas, ya era hora de que aparecierais. Oí decir a la mujer.

Al girarnos casi me desmayo, eran las dos chicas de la noche anterior, se me volvió a pasar la película de anoche esas chicas comiéndome el coño las tetas, corriéndome como una zorra en la cara de la muchacha que ahora mismo estaba delante de mí. Anoche no pude apreciar muy bien a esas dos chicas pero ahora podía ver que realmente eran preciosas, la chica morena tendría sobre diecisiete años, era alta con unos pechos bastante firmes y unos labios carnosos los cuales mi coño ya había probado, la otra era rubia con rasgos nórdicos unos ojos azules y con menos pechos que su hermana parecían de la misma edad, allí estaban con sus bañadores sonriendo como dos angelitos, se acercaron y comenzaron a dar besos, en este pueblo se reparten muchos besos pensé, empezaron por nuestros maridos y cuando llego mi turno la chica morena que se llamaba Laura al darme un beso se acerco a mi oído y susurrando me dijo.

_ Buenos días zorrita. Me quede helada.

Toco el turno de la rubia que se llamaba Maite y vi la misma operación el segundo beso y susurró.

_ Buenos días putita.

Estaba temblando,  Mi marido se quedo mirando _ ¿Te pasa algo nena? Pregunto al verme roja. No cariño es el cambio de temperatura. Hoy si te descuidas se van a follar a tu mujer pedazo de idiota, pensé.

Las chicas volvieron a ser angelitas en un segundo. La mujer del Alcalde que su nombre era Luisa le dijo a su marido que pasara con los hombres afuera para enseñarles la finca mientras las mujeres les enseñarían la casa a las invitadas. Así fue los hombres salieron fuera y nosotras empezamos el tour por la casa, yo miraba a mi hermana de reojo haber si a ella le habían dicho algo, y nada o era la persona más fría del mundo o la mas puta. Comenzamos a andar por el pasillo, mi hermana junto con Laura y Luisa iban delante, aprovechando que Maite y yo nos quedamos las últimas esta aprovecho para cogerme por la cintura y como el que no quiere la cosa decirme lo suficiente bajito para que su madre no la oyera.

_ Hoy me toca a mí comerte putita. Dijo a la vez que desataba mi fular dejándome con el bañador, aprovecho para tirar el fular por el camino y mirándome.

_ Huy ...se ha caído. Dijo con voz de picara.

Me sentía morir, volví a perder el control en menos de dos minutos, y lo peor es que me sentía una zorra y eso me estaba  empezando a gustar, mis pezones estaban duros y sentía una calor en mi coño que me lo demostraba, estaba Luisa enseñando la habitación de matrimonio cuando Maite me agarro dejándome en la misma puerta de manera que mi cabeza estaba asomando por la puerta pero mi culo quedaba afuera, sentí la mano de Maite bajándome el bañador a las rodillas y una mano pasando por debajo de mis piernas para alcanzar mis labios vaginales los cuales ya estaban mojados, y  acercando sus labios a mi oído.

_ Así me gusta putita mojadita, pero sabes estos pelos los vamos a depilar. Me dijo metiendo dos dedos en mi coño, la verdad que siempre me depilo dejando una fina línea en el  pubis supongo que por manía. Vi como Laura ayudaba a su madre en las explicaciones y me miraba con una sonrisa sabiendo lo que la puta de su hermana me estaba haciendo. Me estaba metiendo el tercer dedo cuando sentí que me iba a correr, Maite se dio cuenta  me cogió de la mano y sin darme tiempo a subirme las bragas me llevo al cuarto de baño que estaba al lado mismo.

_Mama voy a acompañar a Susana ( por cierto me llamo Susana y Patricia mi hermana) al lavabo. Dijo.

Y allí estaba yo andando por el pasillo con las bragas en las rodillas y apunto de correrme. Como había llegado a esta situación. Abrió la puerta del lavabo y apoyándome contra la puerta volvió a meter su dedo en mi coño mientras que con la otra mano me frotaba mi agujero del culo, sentía espasmos por todo mi cuerpo y sin darme cuenta agarre su cabeza juntando nuestras bocas y esta vez fui yo la que le busco la lengua, no quería soltar esa boca, sus dedos me estaban matando sentía que me llenaban, mi coño era una boca comiéndose esos dedos formando un remolino en mi ser, empecé a tener espasmos sentía que todo mi cuerpo se escapaba por mi vagina mojando la mano de Maite. Nuestras bocas se separaron quedándonos mirando a los ojos. Una sonrisa se dibujó en mis labios mientras mis ojos dejaban escapar alguna lagrima.

_ Te lo has pasado bien zorrita. Me dijo Maite

_¿ Y tú no, zorra? Le dije, había controlado la situación y si me lo había pasado bien, a partir de ahí supe que era una zorra y mi marido un cornudo gilipollas. La volví a besar pero esta vez dulcemente, nos arreglamos y fuimos a reunirnos con las demás cogidas de las manos. Ya habían salido al jardín, nos soltamos y fuimos hasta la mesa riendo como si no hubiera pasado nada. Estaban sentados en una gran mesa en medio del jardín, a unos cincuenta metros estaba la zona de la piscina que estaba rodeada de césped con seis hamacas. Al llegar a la mesa sentí la mirada del alcalde adivinando de donde veníamos, se había añadido Pedro y como ya era costumbre los cornudos estaban hablando de la pesca, gilipollas!!

En un lado de la mesa se pusieron los hombres y al otro las mujeres quedando las dos en medio de Maite y Laura. Habían traído del pueblo seguramente Pedro una gran paella la cual Luisa estaba repartiendo. Al vernos sonrió, no sé si Luisa sabía que pasaba con sus hijas o simplemente lo ignoraba.

_ Hola Susana ¿Estas mejor? Pregunto Luisa.

_ Si Luisa, tu hija me ha ayudado. Dije mirando a Maite. Sabiendo el doble sentido de la frase. Creo que fue un golpe de calor pero ya estoy bien. Me senté al lado de mi hermana, llevaba toda la mañana sin decir nada, me estaba crispando los nervios, todo esto empezó por su culpa por calientapollas, esto se iba a acabar, la comida pasó sin más ,  sacaron vino y sangría de la que no quise abusar cosa que mi hermana y por supuesto los cornudos “sí a partir de ahora los llamaré cornudos” si aprovecharon, alguna mirada perdida del alcalde, unas frases de doble sentido de Laura pero nada más , al acabar de comer Luisa se excusó pues no se encontraba muy bien, las chicas fueron a preparar café, vi que los cornudos acusaban el vino y la sangría  y aproveché para sacar la puta y calentar a mi hermana, no le gusta calentar pues se iba a enterar, comencé a poner una mano sobre su muslo mientras la miraba a la cara, note que se tensaba  fue bajando y subiendo lentamente por su pierna, giró su cabeza para mirarme directamente su mirada preguntaba ¿Qué estás haciendo? Le guiñe un ojo y subí mi mano hasta la ingle, notaba su cuerpo tenso intentó frenar mi mano pero con la otra mano se la retire, mis dedos hacían círculos cada vez más grandes, apretó las piernas con fuerza, eso no lo iba a permitir, me acerqué a su oreja y en un susurro.

  • Abre las piernas puta o le digo a tu marido lo zorra que eres, lo de anoche pasó por tu culpa calientapollas.

Se quedo helada, sabiendo que tenía razón desde que habíamos llegado no había dejado de provocar, poco a poco fue abriendo las piernas, hice una visual de la situación y comprobé que los cornudos seguían hablando con Pedro y el alcalde de pesca, este último era el único que seguía bastante sereno, pero él me daba igual, al final sabía que nos iba a follar, cosa que en ese momento hasta me daba morbo, sentía mi coño hambriento de sexo, desabroche los pantalones de mi hermana que permanecía mirándome.

  • Quítatelos zorra. Le volví a susurrar, no me reconocía ni yo misma, pero el poder me daba morbo y cada vez estaba más caliente, disimuladamente se bajó los mini pantalones quedando estos en el suelo, cosa que aproveche para meter mi mano por dentro del bañador tipo tanga, y empezar a pasar los dedos por sus labios, en esto que llegaron las chicas con café y licores y al sentarse me vieron dedeando a mi hermana la cual empezaba a mojar mi mano, Laura me miró asombrada  le respondí con un guiño y enseguida junto su mano en el coño de la zorra de mi hermana, Maite empezó con mi coño sobándole por encima la mire saque la mano del coño de mi hermana y lo lleve al de Maite , estaba depilado, tenía uno labios vaginales abultados, la verdad simplemente por el morbo de la situación tuve un orgasmo.

  • Chicas porque no nos damos un baño,  y dejamos a los hombres con su pesca. Dijo Laura todavía con dos dedos dentro del coño de mi hermana.

  • Por mí bien. Contesté

Nos levantamos las cuatro y nos dirigimos a la zona de piscina, al quedar fuera de vista de los hombres agarre a Laura y la morree dejando claro que yo mandaba, por supuesto que no se molesto al revés me miro como una puta, estaba escogiendo a mis putas, iba a follar cuando quisiera y con quien quisiera, al llegar a la zona de la piscina, nos fuimos directamente a la ducha que había para ducharte antes de entrar al agua por el cambio de temperatura, cogí de la mano a mi hermana  poniéndonos las dos debajo de la ducha, le quite la parte de arriba del bañador y  empecé  a chupar sus pezones con una mano mientras que con la otra le baje la parte de abajo del bañador, Maite me ayudo acabándoselo de bajar y tras levantar sus pies se lo quito del todo, ahora mismo estaba desnuda por completo, Maite se metió entre sus piernas y empezó a comerle el coño, la zorra” a partir de ahora llamaré zorra a mi hermana” como decía la zorra empezó a mover sus caderas de placer buscando la lengua de Maite, Laura se sentó en el suelo con las piernas abiertas y empezó a masturbarse. Salimos de debajo de la ducha tumbe a mi hermana boca arriba en el suelo abrí mi piernas poniéndole mi coño en su cara.

-Empieza a comer zorra. Le dije cogiendo su cabeza en mi coño, la cual empezó a lamer despacio.

Maite estaba agachada  entre sus piernas metiéndole dos dedos en el coño acompañando la comida de coño, a la vez Laura se había tumbado boca arriba y le estaba comiendo el coño a su hermana, estuvimos un rato hasta que me volví a correr en la cara de la zorra la cual ya estaba disfrutando y sentí  que se había corrido un par de veces.

Al levantar la vista vi al alcalde parado delante nuestro con la polla en la mano, se estaba haciendo una paja.

-Vaya, vaya. Cuatro zorras en mi casa.

Laura se levanto y gateando se acerco hasta su padre y agarrando ese as de bastos empezó a chupar despacio y poco a poco consiguió engullirla toda, él le ayudaba con la mano moviendo su cabeza para llegarle hasta el final, eso sin dejar de mirarnos, bombeaba la cabeza de su hija con violencia, cuando se canso le saco la polla de la boca de su hija y dirigiéndose a nosotras pregunto.

-          A cual me follo primero. Dijo con un mástil en sus manos.

-          A esta zorra, romperé el culo. Dije señalando a la zorra.

-          No, por favor..empezó a decir.

No le valió de nada pues Maite la giro y  metiendo su mano entre sus piernas le levanto el culo, el alcalde no lo pensó dos veces, se hecho saliva en  su mano y empezó a meterle el dedo, no le costó mucho pues la noche anterior ya había sido usado, empezó un mete saca, la zorra en un principio se quejaba pero al rato ya movía su culo follandose ella misma, cuando creyó que había dilatado lo suficiente fue metiendo despacio el capullo poco a poco dejando que el ano se acostumbrara a su polla así hasta que la metió entera y empezó a follarla con fuerza, mientras yo me estaba comiendo el coño de Laura, oía de  fondo el ruido que hacían los huevos del alcalde chocando con las nalgas de la zorra. Laura se corrió en mi cara y al sentir su corrida me volví acorrer, me había corrido en dos días más que en un mes joder con el pueblo, sentí  bufar al alcalde estirando el cuerpo se avecinaba una corrida, apretó las caderas de la zorra dando estacadas mas fuertes hasta que se paro llenándole el culo de leche.

Nos vestimos y volvimos con los cornudos que seguían con la pesca.

Y mañana habría toros pero no sé quien tendría más cuernos los toros o los dos cornudos.

Pero eso lo dejo para otro día.