DOS HERMANAS Y UN AMANTE (Parte final)

"Ahh, cuantas noches de estrellas se me han quedao en el pecho, Como tiran los recuerdos... Pa que los viva de nuevo." (A. Cortés)

Al despertar mi desnudez hizo que regresaran los terribles recuerdos y mientras me duchaba tomé la decisión más dolorosa pero necesaria de mi vida ¡No volvería a ver a Pedro! y así lo hice. En un principio él me buscó pero siempre me negué a regresar a la pasión y rehuía la presencia de Claudia, mi situación se volvió insufrible así que decidí irme a vivir al norte del país a la ciudad de donde eran oriundos mis padres, ahí viviría en la casa que ellos tenían y me ganaría la vida haciéndome cargo de los negocios familiares junto con el hermano de mi papá, mi tío Rafael. Claro que conocí a alguien, pero no pasó de ser sexo y un año después y por muy absurdo que parezca regresé con Raúl… ¡Si!, tal y como lo leen. Raúl me buscó argumentando que después de haber vivido con otra se había dado cuenta de que yo era el amor de su vida y lo acepté

Nos volvimos a casar y tuvimos dos hijos varones, ya saben “más vale malo conocido…”. Claro que antes de casarnos nos confesamos la verdad, y él supo que había tenido varios amantes, pero nunca supo, ni el número de ellos, ni quienes fueron, mucho menos me atreví a contarle sobre las veces en que Claudia y yo cometimos incesto …. Por supuesto que él me preguntó quienes habían sido mis amantes pero mi respuesta fue clara y contundente “Yo no te pregunto con quién cogías, lo hiciste y punto, creo que lo mismo aplica para mi ¿O no? ... Si me buscaste fue porque de verdad me amas así que ¿Qué importancia puede tener con quien y en donde?”

¿Qué pasó con Claudia? .... Por lo que a nuestra relación de hermanas se refiere, “fumé con ella la pipa de la paz”, bueno, en realidad ella nunca supo que estábamos en guerra por culpa de mis celos, celos que superé para volver a “ser hermanas” y más unidas que antes, algo que se suponía lógico si se piensa que habíamos compartido los juegos de infancia, las emociones de adolescencia, los más aberrantes secretos de alcoba y el semen de un mismo hombre… En lo que respecta a su relación con Pedro, ella siguió acostándose con él por varios meses y al decir de ella misma, terminaron su relación pacíficamente y sin rencores para no volverse a ver, cosa que pongo en duda…. ¿De su vida? Ella terminó casándose con Mario, un buen muchacho que si bien era tan solo unos centímetros más alto que ella debo suponer que “Su pistola le llenó muy bien la funda” se casaron por lo civil y por la iglesia en una gran boda, con gran ceremonia y recepción, justo una de esas bodas que supuestamente ella odiaba, tienen tres hijos la mayor es una niña llamada Claudia, el segundo un varón de nombre Mario y un tiempo después tuvieron, “o ella tuvo”, a un varoncito al que bautizaron como Pedro

Con respecto a Pedro .... Lo último que supe de él fue cuando Claudia me platicó sobre su rompimiento y solo puedo asegurar que en lo que respecta a nosotras terminó como “El perro de las dos tortas”. Una “mexicanización”, si se me permite el término, de aquella fábula del perro que al ver su reflejo en el rio, soltó lo que traía en la boca por quitarle lo suyo al perro que veía en su reflejo y así se quedó sin nada

Si antes dije que dudaba que Claudia no hubiera vuelto ver a Pedro es por lo siguiente: Al morir nuestros padres yo heredé la casa del norte y los negocios allá, Claudia la casa de Acapulco y la de ciudad de México. Un día y de esto hace ya un tiempo me invitó a pasar una semana en Acapulco a la que fue su hijo menor con su novia. Fue al observar a ese muchacho, entonces con 21 años, en traje de baño cuando entendí la razón del porqué de su nombre y tuve certeza en lo que suponía, ya que al verlo de inmediato a mi mente regresó la imagen de Pedro en aquellas vacaciones de semana santa.

Si bien mi sobrino tiene los ojos azules como su madre y ella es muy alta, el muchacho mide cerca de los dos metros, su piel es blanca, su cuerpo es fornido, su pecho y sus nalgas son una copia fiel de esas inolvidables partes masculinas que despertaran tanta pasión en nosotras, pero sobre todo y muy en especial sus gestos, sus ademanes y esa presencia de “irresistible seductor” … Esa vez después de observar detenidamente a mi sobrino, volteé a ver a mi hermana con gesto de admiración y ella tan solo sonrió….

REFLEXION A MANERA DE EPILOGO

Hoy tengo 63 años y Claudia 61, soy viuda desde hace 3 años y Claudia enviudó el año pasado, ambas vivimos solas en nuestras respectivas casas ya que nuestros hijos son casados y ya somos abuelas.

Y a pesar de mi edad hay noches en las cuales pienso en Pedro y me surgen varias preguntas, ¿Seguirá vivo?, ¿Será feliz?, ¿Cuántos hijos tendrá? Además, ¿Sabrá que ya es abuelo? ¿Pensará en mí de vez en cuando? …. No lo sé y ya nunca lo sabré, el caso es que no pierdo la esperanza de que tenga un recuerdo agradable de mí o tal vez, y dicho esto como un ambicioso deseo, que alguna noche sueñe conmigo

Hoy el mundo ha cambiado mucho, la tecnología se ha adueñado, o mejor dicho, ha esclavizado a las personas, tal parece que duele más perder el teléfono móvil que al ser amado, la vida es un torbellino, un ciclón donde todo corre en segundos, el amor, el sexo, el placer, ¡La vida misma! es atrapada por ese enorme huracán donde todo se mezcla y mucho se pierde, todos viven con prisa, nadie tiene tiempo para nada ni para nadie. Suelo ver a los jóvenes reunidos a la mesa de un restaurante y en lugar de hablar entre ellos se comunican a través de mensajes por el móvil (Tal vez y sin notarlo se estén sentenciando a quedar mudos). Recuerdo que a nosotros siendo jóvenes nos corrían de algunos lugares por hablar todos al mismo tiempo… Hoy nadie quiere hacer un alto en su acelerado camino para sentir en cuerpo y alma el calor de una sonrisa, la dulzura de un beso o la emoción de una caricia, un alto para extender la mano al semejante buscando dar y recibir un poco de ternura, un poco de amor.

Ya nadie “Quiere perder el tiempo”, así que no se dan el tiempo para el coqueteo, para la insinuación, para enamorarse, para dar, recibir y sentir todos esos detalles que nos llevaban al deseo, que al reprimirse, siempre hacía que la llama permaneciera ardiendo frente a la esperanza de que algún día se realizaría, hoy los chicos se acuestan recién se han conocido y a veces no se vuelven a ver

Yo sé que mi vida no ha sido un modelo para seguir, reconozco que ha sido muy desordenada, tuve amantes, hice tríos con otra mujer y un hombre y también lo hice con dos hombres, me entregué a los más aberrantes placeres de la carne, pero aun así y tal vez por mi avanzada edad, no puedo evitar repetir el gastado refrán que asegura que “Todo tiempo pasado fue mejor” o tal vez tan solo diferente

Al fin de cuentas hoy sé que Raúl me amó y que Pedro también lo hizo a su manera y sé que frente a la realidad actual debo aceptar las palabras de Raúl cuando me decía “¿Qué se puede hacer mujer?, así son las cosas en éstos tiempos, hoy es muy normal reconocer públicamente que como amigos o como novios se hace lo que nosotros hicimos a escondidas” Hoy por fortuna ya nadie presta interés por la virginidad de la mujer y ellas, las mujeres, son más libres de decidir su vida, sin embargo en lo que a mí respecta, lo acepto, pero no me conformo ya que hoy por hoy el sexo entre novios o amigos es una acción libre e inmediata que carece de consecuencias.

Antes tener sexo era toda una secreta aventura que se comenzaba a disfrutar con imaginarla, cuando nos lo pedían y nosotras aceptábamos, ya que la mujer nunca pedía, solo insinuaba y aceptaba, para después juntos y entre ardientes besos planear el momento y el lugar donde disfrutar de nuestra aventura en total secreto…. Antes los muchachos eran como los caballeros que “no tenían memoria”, ahora publican fotos o videos de la chica desnuda en el cuarto de un hotel para certificar que se lo hicieron

Confieso que me arrepiento de lo que viví y de cómo lo viví, muchas veces me esfuerzo en olvidarlo, sin embargo y muy a pesar de que mi juventud ya quedó muy lejos, metida en los cajones del olvido, no he podido perder mis recuerdos ya que cada vez que veo a mi hermana o a mi sobrino no puedo evitar pensar en él, en Pedro ….

Hace poco estando en una comida familiar observando cómo había crecido nuestra familia ya que como dije antes, somos dos mujeres mayores, me acerqué a mi hermana que estaba sola en la mesa y le dije

  • Estoy escribiendo una novela en la que narro lo que pasó entre nosotras, por eso quisiera oír tu opinión sobre el título… Dime ¿Qué te parece éste título? “Mi hermana tuvo un hijo de mi amante”

Claudia soltó una sonora carcajada que hizo que todos voltearan a vernos y su hijo Pedro se acercó a preguntar “¿Qué pasó má?” , ella le sonrió y respondió “Nada mi amor, solo que la loca de tú tía Aida dice que quiere escribir una novela erótica”, el muchacho se rio diciendo “¿A tu edad?, que viejita tan cachonda resultaste ser tía”, me dio un beso en la mejilla y al retirarse Claudia preguntó

  • ¿Y en esa novela aceptarías mi versión?

Hice una mueca con los labios y ella se levantó lentamente, como hacemos los viejos afectados por el reumatismo, me miró y en sus enormes ojos azules pude observar nuevamente ese brillo juvenil que reflejaba un dejo de dulzura y melancolía. Sin temor a sus palabras y con voz pausada me dijo

  • A pesar de que tu título sea verdad, no me gusta para una novela, déjalo tan solo en “Dos hermanas y un amante” y con paso lento se alejó