Dos enormes tetas de 55

Las mujeres maduras son mi perdición

Desde que te vi aparecer detrás de aquella puerta no pude dejar de mirarlas…

Tu marido ya se había ido y estábamos solos…

Desde aquel segundo esperaba tu respuesta a mi mirada…

Arreglamos nuestros asuntos ordinarios, papeles y poco más…

Estabas inquieta, yo también…

No podía dejar de mirarlas…

Esas enormes tetas me estaban volviendo loco.

Solo tu respiración las hacia moverse majestuosamente…

Parecías mucho más joven, cuando te pregunté la edad…

-          Tengo 55 años, y ya pasé todo lo peor…

-          Lo siento mucho… ¿Ya remitió la enfermedad?

-          Si… Ahora solo disfrutar de la vida…

Entendí que me dabas permiso y te besé…

Noté como tu corazón palpitaba…, acompasado al mío…

Nos acercamos a tu escritorio, abrazados y excitados…

Saqué aquellas dos tetazas de sus encorsetamientos y las adoré durante minutos…

Tus pezones querían mi boca a placer…

Lamí y devoré aquellos turgentes puntos endurecidos que te hacían vibrar enloquecidamente…

-          Fóllame…, no resisto más… (Me suplicaste)

Te bajé los pantalones…

Menudo culo aparecía…, blanco y radiante a pesar de estar cubierto aún…

El hedor de tus bragas era ya caliente…

Que piernas tan preciosas…

No pude esperar y besé tu coño aun arropado…

-          Fóllame…, por favor…

Te quité bruscamente las bragas asalmonadas que olían a tu coño ardiente, vicioso y necesitado de carne dura…

No pude dejar de saborearlas levemente mientras me las guarda en el bolsillo.

Serian mi primer recuerdo tuyo…

Te acoplé idónea con las piernas abiertas en el borde de la mesa, mientras con tu mano apartabas todo aquel papel de escritorio que nos sobraba…

No hacía falta lamerlo…, estabas chorreando…

Saqué mi polla, sobradamente endurecida…

Jugué un segundo con mi glande en tu lubricación a raudales…

Empujé hasta el fondo…

Dejaste salir un gemido profundo de placer.

Te follé salvajemente…

-          Córrete…, estoy dispuesta…

Solo esperaba esa orden tuya…

Me vacié dentro de ti…, con muchísimas ganas de poseerte, mientras miraba aquellas enormes tetas oscilantes fuera de su cárcel…

Al notar mi leche caliente como llenaba tu coño cincuentón y hambriento…, tu orgasmo salió rugiente mientras me apretabas el cuello con tus brazos y solicitabas un beso rematador…

Después de unos segundos de clímax…, respiraste agradecida…

-          Joder que gusto me has dado José Miguel…

-          Gracias ti a MariCarmen, me has puesto a cien con tus enormes tetas…

-          Serán para ti siempre que quieras…

-          Así lo deseo…

Terminaba de soltar mis andanadas secundarias de leche…

Noté tu vagina querer poseerme.

La saqué suavemente para evitar derramamientos innecesarios.

Apenas me agachaba a saborear todos nuestros fluidos…, cuando el timbre de la puerta sonaba…

Un trasportista quería entrar a descargar mercancía al almacén de tu propiedad…

Lamí y tragué precipitadamente.

No tenías más remedio que abrir el portón con el interfono.

Yo ya me había descargado absolutamente dentro de ti, y casi todo me lo llevaba también dentro de mi estómago, aunque lo había saboreado rápidamente…

Fue un viernes maravilloso de julio anteayer 03.07.2020 por aquel polígono industrial de aquella maravillosa ciudad del sur de Madrid donde te encontré…., y que no dudes MariCarmen que deseo volver a repetir con todas mis ganas…

Nos vestimos precipitadamente.

Pusimos cara de situación.

Él entraba…, yo salía…

Volví mi cabeza.

-          Adiós señora, recuerdos a su marido. (Te besé con mi mirada)

-          Adiós señor, de su parte… (Me besaste con la tuya…)

Aquellas enormes tetas de 55 años me habían dado el valor para decirte con mis ojos que te deseaba…

Hasta la próxima visita…, preciosas y sublime tetazas… (Pensaba mientras me alejaba. Me había quedado con michas ganas de ellas…)

PEPOTECR.