Dos copas de más
Mi nombre es Raúl, era sábado por la noche y había quedado con Marcos y Jordi para tomar algo en el Gato Negro, nuestro bar favorito de Barcelona. Éramos amigos del instituto, estábamos acabando la universidad y nos seguíamos viendo de vez en cuando para hablar de nuestras cosas.
Mi nombre es Raúl, era sábado por la noche y había quedado con Marcos y Jordi para tomar algo en el Gato Negro, nuestro bar favorito de Barcelona. Éramos amigos del instituto, estábamos acabando la universidad y nos seguíamos viendo de vez en cuando para hablar de nuestras cosas.
Con cerveza en mano nos pusimos al día y recordamos batallitas. Llevábamos varías cervezas y salió el tema de las tías, algo ineludible en nuestras quedadas. Somos unos tipos con buena presencia y siempre hemos tenido nuestros rollos. Jordi, el más alto de todos, mide casi metro noventa, es un tipo delgado pero bastante atlético, pelo moreno y corto, presume de piel tostada y es un poco pillo pero buen tío. Marcos es bastante ligón, es también algo alto, tiene media melena rubia y ojos claros, suele parecer un guiri en Barcelona a pesar de su pronunciado acento catalán, y vuelve locas a las chicas con su simpatía. Yo en cambio, siempre he sido el más discreto de los tres, pelo corto y castaño, ojos marrones, claro de piel y alto como Marcos, mi cuerpo esta muy bien cuidado pero nunca he tenido tanto éxito como Marcos.
-Pues hace dos semanas, me lié con una chavala que estaba muy buena, pero no quería venirse conmigo al coche, me dejó todo cachondo y me la tuve que pelar cuando llegué a casa. Explicaba yo entre risas.
-¡Vaya! ¡Veo que no paras! ¿Entonces lo de Clara lo tienes bastante superado? Hace dos meses que lo habéis dejado y ya te has liado con dos tías. Dijo Jordi.
-¡Por supuesto que está superado! Contesté sacando pecho. Pero eso era mentira, todavía pensaba en ella, no había encajado muy bien que me dejara después de cuatro años saliendo juntos. Aunque yo siempre he sido de los que ponen buena cara ante las adversidades.
-¿Y no te importaría que ella tuviera rollos con otros tíos? Preguntó Marcos.
-¡Para nada! Puede hacer lo que quiera, ella es libre. Dije orgullosamente.
-¿A que vienen tantas preguntas sobre Clara? Pregunté algo extrañado.
-Después de tanto tiempo con ella quizás todavía te afecta.
-Pues ya veis que estoy muy bien, no os preocupéis. Aclaré yo firmemente.
Así que seguimos bebiendo, hablando de viejos ligues y de nuestros mejores polvos. En los míos siempre aparecía Clara, mis antecedentes sexuales se limitaban prácticamente todos a Clara, y para ella también. Clara a pesar de ser una chica tímida y calmada, en el tema sexual es una bomba. Les expliqué mis polvos en las duchas, en la playa, incluso recordé una mamada increíble que me hizo en unos probadores de un centro comercial.
Ya empezaba a ser tarde y llevábamos un buen pedo encima por tanta cerveza y algún que otro chupito. La mezcla me había dejado bien tocado, la cabeza me daba vueltas y en mi cara se dibujaba una gran sonrisa con los ojos adormilados. Jorge y Marcos también iban bien finos. Me lo estaba pasando fenomenal, salir con ellos siempre era divertido y sinónimo de llegar a casa con una buena borrachera.
-Hay algo que te tenemos que contar Raúl. Dijo Marcos algo serio y mirando brevemente a Jordi para recibir su conformidad en el discurso.
-¿Y de que se trata?
-En verdad, hemos quedado contigo para explicarte una cosa. Sabemos que eres un tío razonable y que lo entenderá.
-Esa introducción me dejó algo cortado, pero mantuve la sonrisa en mi rostro.
-Es sobre Clara. Continúo Marcos.
-Hemos tenido algo con ella. Dijo secamente.
-¿Que habéis tenido algo con Clara? Contesté sin quitar la estúpida sonrisa de mi cara.
-Fue hace dos semanas, tú ya no estabas saliendo con ella.
-Pero… ¿Que coño decís? Interrumpí.
-Raúl, íbamos muy bebidos y fue una tontería. Además, como tú dices, eso ya lo tienes superado. Simplemente creemos que debías saberlo. Aclaraba Jordi.
-¿Que habéis tenido algo con Clara? Volví a repetir.
-Vale que ya no estemos juntos pero fue mi novia durante cuatro años. ¡Mira que hay tías en Barcelona! ¡Y encima los dos! ¿Y por que? Mi tono y mi gesto habían cambiado de golpe.
-Oye tío, no te enfades. Ella ya es libre, tú mismo lo has dicho. Además, fue un accidente. No te lo tendríamos que haber dicho. ¡Eres un rallado! Se excusaba Marcos.
-No es que me enfade, pero creo que os lo podías haber ahorrado. ¿Y como ocurrió? Sí se puede saber. Pregunté todavía sorprendido. Quizás no había entendido bien lo que me acababan de decir.
-Es igual, no le des más vueltas, ocurrió y ya está. Se justificaba Jordi.
-Si sois mis amigos y me respetáis, quiero que me expliquéis qué coño ocurrió con Clara, y porqué. Dije con un tono bastante hostil.
Antes de que empezaran a explicarse llegó la camarera con los 3 chupitos de tequila que ya habíamos pedido. Desde que lo había dejado con Clara cada vez me emborrachaba más a menudo. Supongo que era para beber lo que antes no bebía o porque es lo que todos hacen cuando les dejan.
Nos tomamos los chupitos y después de un silencio, Marcos empezó con sus justificaciones.
-Te lo explicaremos porque nos lo pides, pero ya te anticipo que no te gustará. Fue una estupidez del momento, no pienses que fue algo premeditado, tú eres nuestro colega.
-¿Colega? ¡Pedazo de cabrones! Interrumpí yo.
-¡Si te vas a poner así mejor lo dejamos! Retomó Marcos.
-¡Sigue, sigue! Si tenéis los cojones de liaros con mi ex también tendréis los cojones de explicarme cómo.
-¡Vale! Pero intenta ser razonable y no nos faltes, que ya hemos hecho mucho esfuerzo explicándotelo.
-¡Ahora no me trates como un paranoico! Así que sigue con la historia, quiero saberlo todo, quiero saber como esa zorra y vosotros me habéis faltado al respeto. El alcohol siempre me deja adormilado pero en ese momento estaba alterado.
-Mira tío...Continuo explicando Marcos.
-Fue en la fiesta en casa de Julio, ella estaba muy bebida, como todos los que estábamos en la fiesta, y se empezó a poner muy cariñosa. Digamos que estaba en plan calientapollas. Yo estaba con él (señalando a Jordi) y vimos como hablaba con un tío que no conocemos. El tío no paraba de meterle mano disimuladamente. Así que para hacerte un favor, empezamos a hablar con ella para apartar al pulpo que había a su lado. Lo hicimos por ti, porque no nos gustaba ver a Clara calentado la polla al personal.
-Nos la llevamos de allí enseguida. Continuaba Jordi la historia.
-El caso es que nos la llevamos a la cocina con la escusa de servirnos otro cubata y empezamos a preguntarle como estaba después de haberlo dejado contigo. Ella nos dijo que te echaba mucho de menos pero que quería conocer otros chicos.
-¡Vamos! ¡Que quería follar con otros! Interrumpí yo algo alterado.
-Como iba diciendo... Retomó Jordi después de unos segundos de silencio.
-Estábamos en la cocina y nos pidió ir a algún lado donde sentarse porque estaba muy borracha. Como los sofás del salón estaban llenos, nos subimos a la planta de arriba y entramos en el cuarto de los padres de Julio, donde no había nadie. Nos sentamos y ocurrió eso. Concluyó Jordi rápidamente, bajando la mirada.
-¿Ocurrió qué? ¡Vamos! ¡Explica! ¡Si entonces no te cortaste, ahora tampoco tienes porque hacerlo! Estaba ansioso por saber todo detalle, necesitaba una escusa para enfadarme, para culpar a alguien. Tenía mucha tensión acumulada por los últimos días y yo siempre andaba poniendo buena cara, como si no me importara que esa zorra me hubiera dejado, esa zorra que todavía me quitaba el sueño y que me inspiraba cada noche en mis pajas.
Entonces hubo un pequeño silencio, tomé aire y pedí 3 chupitos más de tequila a la camarera. Marcos y Jordi empezaron a hablar entre ellos sobre algo, seguramente sobre mi estado y mi enfado, pero yo había dejado de prestar atención a lo que decían. Mirando mi botellín de cerveza casi vacío, reflexioné sobre como estaba enfocando todo eso. Después de tomar más aire y mi chupito de tequila, llegué a la conclusión de que debía tomarme todo con otra visión, con más comprensión y con filosofía, que esa chica ya no era mi pareja y que enfadarme no me llevaba a ningún lado. Debía quitarle importancia, pensar que era una oportunidad para disfrutar de la soltería y de conocer otras chicas. Las cervezas de más producían cambios radicales en mi estado anímico y ahora quería enfocarlo como algo que ya no iba conmigo, que la indiferencia era el mejor remedio, y que incluso era algo positivo.
-¡Perdonad chicos! Siento haber estado un poco brusco, ella ya no es mi novia, tenéis razón, no os echo en cara nada. Yo yendo borracho hubiese actuado igual que vosotros, pero seguid con la historia, por favor.
-¿En serio? Preguntó Marcos algo extrañado y aliviado.
-¡Si! ¡Claro! Explicadme como os lo montasteis con el bombón de Clara. Dije con una gran sonrisa en la cara, esta vez más natural.
-Pues eso...Continuó Jordi.
-Estábamos los tres sentados en la cama, ella en medio. Empezó a decir que le gustaban otros chicos, chicos guapos como nosotros. Y mientras ella nos hablaba, nosotros estábamos babeando. Llevaba un escote increíble y una faldita muy corta. ¡Uf! ¡Que cocos! ¡Y que piernas!
Clara es un bombón. Era de lo mejorcito del instituto. Siempre me consideré afortunado de que saliera conmigo. Medía poco menos que yo, pelo largo, ondulado y castaño. Es muy dulce, tiene cara de niña tímida con ojos color miel, una sonrisa enorme y bonita, un tipazo increíble, y lo mejor todo, sus pechos grandes y firmes, talla 95. Todos los tíos del instituto soñábamos con esas tetas. Siempre estaban en boca de todos. Yo por entonces, también hacía comentarios sobre sus tetas, pues no sabía que acabaría siendo mi novia al empezar la universidad. A pesar de ser tan llamativa por su físico, ella ha sido siempre tímida y humilde, ha intentado ser discreta allá donde ha ido. Eso era lo que más me gustaba de ella como persona.
-Ella nos hablaba de una forma muy dulce y su cara se acercaba mucho a las nuestras al hablar. Continuaba explicando Jordi.
A todo esto, a mi se me había pasado un poco el cabreo, ahora estaba más concentrado en la narración de los hechos. Había entrado totalmente en la historia y notaba un cosquilleo de nervios por saber más.
-Ella nos tenía cogidos a los dos por la cintura, uno por cada lado, y nosotros le dábamos caricias que aparentaban ser inocentes. De golpe él (explicaba Jordi mirando a Marcos), empezó a darle un morreo increíble a tu ex. Yo estaba flipando, pero por la situación intuí enseguida que yo también podía participar ahí y probar de ese trozo de pastel. Sin pensármelo mucho empecé a besarle el cuello. A ella le gusto, porque se giró y me empezó a comer la boca a mí también. Luego Marcos tomó su cuello por el otro lado. La mano de Marcos acariciaba la barriguita de tu ex, y vi como la fue subiendo hasta llegar a sus enormes tetas. Naturalmente, yo no iba a dejar que Marcos fuera el único en sobar las famosas tetas de tu ex, y me puse también a tocar uno de sus grandes cocos.
Me imaginaba a mis dos amigos sobando las tetas de mi Clara y me producía una mezcla de celos y excitación. Echaba de menos poder tocar y besar esas tetas de nuevo.
-Ella se levantó como arrepentida y nos dijo que eso no podía ser, que nosotros éramos tus amigos. Nosotros nos levantamos también, pero íbamos algo tocados por el alcohol y nos había dejado tan cachondos que no podíamos dejarla ir así de fácil. Entre los dos la acorralamos y empezamos a sobarla de nuevo. Tu ex se resistió apenas unos segundo y nos ofreció sus carnosos labios de nuevo.
-Yo estaba detrás de ella. Explicaba ahora Marcos.
-Desde ahí pude apreciar bien su culito y le di una buena sobada por encima de su faldita negra mientras le daba besos por su cuello. Su culito estaba tan firme y redondito que no pude evitar meter las manos por debajo de la faldita y sobar bien sus nalgas gracias al tanga que llevaba. Cuando te empiezas a liar con un bombón como Clara enseguida quieres más y más, y naturalmente mis manos se desplazaron hacia delante acariciando su cintura hasta sobar bien su chochito por encima del tanga. A ella le encantó porque abrió ligeramente las piernas facilitándome las cosas. Dio un suspiro de placer que rozó el chillido. Noté como tenia el chochito calentito y el tanga ya algo humedecido. Jordi estaba delante y no perdía el tiempo, estaba comiéndole los morros a tu ex y manoseando sus grandes tetas. El tío (mirando a Jordi), viendo el percal le quito la camiseta y un sostén negro que le quedaba de muerte, dejando las famosas tetas de Clara al aire libre.
-¿Te estás rallando, Raúl? Quizás te estamos dando demasiados detalles. ¿Quieres que paremos de contarte esto de Clara? Me preguntó Jordi interrumpiendo la historia de Marcos.
Desde hacía un rato yo ya no decía nada, tenia los ojos bien abiertos y un nudo en el estomago que me producía una sensación de tristeza e incredulidad. Pero a pesar de todo, quería saber más, quería saber todo. Eran tan claros los detalles que me imaginaba la historia y era como si estuviera yo ahí viendo en primera persona como mi ex novia se liaba con mis dos amigos. Para mí, era como si Clara continuara siendo mi novia. La ruptura era muy reciente. Todo eso era muy duro de oír, pero lo más raro era que me había puesto cachondo al oírlo y imaginarlo. Naturalmente no estaba contento de escucharlo, pero estaba ansioso de saber más.
-Seguid, por favor. Dije secamente.
-Jordi me llamó para que yo pasara delante. Retomaba la historia Marcos.
-Jordi quería que yo también viera esa preciosidad de tetas. Sin duda las tetas de Clara estaban esplendidas, grandes, firmes y tenían unos pezones pequeños y duros. Su vientre plano hacía que sus pechos parecieran más grandes si cabe. Le contamos que medio instituto se pajeaba pensando en sus tetas. Ella se puso roja al oír esas palabras y se tapó tímidamente los pechos con las manos, nosotros apartamos sus manos y empezamos a besar sus pechos como unos bebes sedientos de leche. No había por qué preocuparse, Clara tenía tetas para los dos. Ella respiraba profundamente, se notaba que se estaba poniendo bastante cachonda. Entre los dos desabrochamos su faldita y esta calló por su propio peso, deslizándose por sus preciosas y suaves piernas.
-Ahí estaba ella, solo con un tanguita negro. Con su tipazo desnudo y sus enormes y firmes pechos al aire. Clara parecía una modelo de revista. Añadía Jordi a la explicación de Marcos.
Ese conjunto de sostén y tanguita negro del que hablaban se lo había regalado yo a Clara para nuestro tercer aniversario y solo se lo ponía para las noches especiales. Era un conjunto que le quedaba de vicio. Se me hacía raro imaginar a Jordi y Marcos disfrutar de mi ex con ese conjunto.
-Me puse de rodillas frente Clara e empecé a bajarle el tanga. Explicaba Marcos.
-Clara quiso evitar que yo hiciera eso, pero Jordi se adelantó y aguanto sus brazos que ofrecían una resistencia más bien simbólica. Esa resistencia era simplemente para no sentirse culpable.
-Lo que vi debajo del tanga me volvió loco, tenía una chochete precioso y pequeño, su bello púbico estaba depilado por los costados, tipo ingle brasileña. Mis manos fueron primeramente a sobar su trasero redondito y mi boca fue directamente a besar todo su chochito buscando el encuentro de mi lengua con su clítoris. Luego mi dedo del medio entró en su vagina, cosa que la mataba de gusto, y el de la otra mano jugaba con su orificio anal, eso pareció molestarla al principio pero luego fue todo lo contrario.
-Mientras yo me besaba con ella. Continuaba ahora Jordi.
-Su lengua dulce y escurridiza jugaba con la mía. Como noté que sus manos ya no se oponían, pude soltarlas y dedicarme a jugar con sus tetas. Marcos estaba haciendo un buen trabajo con su lengua y ella chillaba de placer.
-Clara se apartó ligeramente de mí y yo me quité la camiseta rápidamente. Marcos se puso de pie y se empezó a quitar la camiseta también. Luego vinieron los tejanos y cuando ya solo nos quedaban los calzoncillos, y como si ya hubiera un guión escrito, ella se agachó, se puso de rodillas enfrente de los dos y encarándose a mí paquete, me bajó los calzoncillos. Su mirada fue directa a mi pollón que estaba tieso como un palo, lo agarró con las dos manos y se lo llevó a la boca. Noté el frescor de su lengua y sus labios en la punta de mi polla. Su lengua jugaba con mis testículos y me moría de gusto. Sin dejar de chuparme la polla con mucha suavidad, empezó a bajarle los calzoncillos a Marcos que también tenía su enorme polla bien dura. Mientras me la chupaba a mi, pajeaba a Marcos. Luego intercambió los papeles, así varias veces. Nunca había visto a ninguna tía chupando una polla con tantas ganas y entusiasmo como Clara. Estaba realmente muy cachonda. Me decía Jordi mirándome.
-Que suerte has tenido de haber salido estos años con Clara. Es como si comer pollas es lo que más le gustase en este mundo y no todas lo hacen así de bien. Decía Marcos sonriendo.
Yo no sabía si tomarme ese comentario como un cumplido o como una vacilada. En parte, no me sorprendía la fogosidad de Clara. Siempre que ella bebía un poco se ponía muy cachonda, y lo de chupar la polla con tantas ganas era más que sabido por mí.
-Yo tenía la polla a punto de estallar. Retomaba Jordi la historia.
-Así que me ofrecí ser el primero en penetrarla. Marcos se tumbo bocarriba en la cama y Clara continuó comiéndole la polla a él. Con su culito en pompa empecé a penetrar el chochito de Clara por detrás. Nunca la había metido tan fácil, y es que estaba super mojada. Ahí estaba yo, penetrando a Clara con la polla bien hinchada y muriéndome de gusto, y ella mientras a lo suyo, chupándosela a Marcos. Mis ojos se cruzaron con los de Marcos y tuvimos una mirada de complicidad, sabíamos que no era lo más leal del mundo lo que te estábamos haciendo, pero aquella situación sexual era brutalmente placentera. Además, tanto Marcos como yo, sabíamos que la oportunidad de montar un trío con un pivón como Clara no se iba a repetir. La situación se había dado así, y tú ya nos estabas con ella, de ser así, te hubiésemos respetado.
-Con la gran mamada que me estaba haciendo Clara, estaba cerca de correrme. Retomaba los hechos Marcos.
-Así que intercambié mi posición con Jordi, no quería que este cabroncete (mirando a Jordi) fuera el único en penetrar a cosa tan fina. Yo ahora estaba detrás agarrándola por su cadera, y la empecé a penetrar con fuerza, tenía la polla bien dura y apunto de reventar. Ella no paraba de chillar, intercalaba los gemidos de placer con los ruidos que produce una boca salivando y chupando una polla como la de Jordi. En ese momento Clara llegó a un orgasmo que hasta incluso se podía oír desde el salón de abajo. Pero después de eso, ella seguía y le daba igual ese escandaloso ruido, parecía como si no tuviera suficiente. Esa actitud tan fogosa por parte de ella y ver como a Jordi le estaban haciendo la mamada de su vida, me acabó de matar de gusto a mí.
-Me voy a correr le dije, avisándola. Y ella me dijo que no parara, que me corriera dentro. Así que con su consentimiento, mis chorros de semen abundantes entraron con presión por su concha, hasta quedar yo extenuado. Luego me explicó que continuaba tomando la píldora anticonceptiva. Ahí acabó mi papel. Concluía Marcos.
-Y yo, viendo como Marcos se corría de gusto, no pude evitar correrme en la boca de Clara casi de forma sincronizada. Explicaba Jordi.
-Me estaba dando tanto gusto esa mamada, que era como estar en el cielo. No pude avisarla pero parece que no le molestó mucho ya que se trago todos los chorros abundantes hasta dejarme bien limpio el sable y dejármelo sin fuerza alguna.
Llegados a este punto, se podía decir que ambos se habían animado más de la cuenta con la historia y que no habían tenido ningún tipo reparo dándome detalles. Yo les había mostrado mi lado tolerante y razonable, e incluso les asentía con la cabeza cada vez que me explicaban algo. Había exigido detalles, y ahí los tenía, haciéndome daño. Habían esperado a que yo les diera mi visto bueno para, incluso, sentirse orgullosos de haberse follado a mi exnovia. Tenía un nudo en el estomago, pero lo más raro de todo, es que me había puesto muy cachondo al imaginar a mi Clara follándose a dos tipos, y que además eran mis amigos.
Mi exnovia había sido protagonista de una escena de trío típica de película porno. Me la imaginaba, por fin, satisfecha sexualmente. Clara nunca había llegado al orgasmo mientras yo la penetraba. Y ahora escuchando la historia se podía decir que quizás yo no la follaba bien del todo. ¿No tenía yo un miembro viril suficientemente grande y duro? Quizás era porque yo no lograba aguantar más de cinco minutos penetrándola antes de correrme. Siempre había tenido este complejo, y apenas unas semanas después de dejarlo, ella se montaba un trío y se corría como si nada.
Siempre tuve la duda de si Clara me había sido fiel como pareja. Ella y sus amigas, se emborrachaban bastante a menudo, y sabiendo lo cachonda que ella se ponía con dos copas de más, me quedaba la duda. Viendo la facilidad con la que se metía en la boca las pollas de mis amigos, llegaba a la conclusión de que probablemente se habría follado a otros tíos estando conmigo. Muchas veces se iba con las amigas de la universidad de fin de semana y de juerga, y lo que pasaba solo lo sabían ellas.
-¿A cuantos se habrá follado estando conmigo? Me preguntaba en voz alta.
Jordi y Marcos se miraron.
-Esto lo hemos hablado Jordi y yo. Dijo Marcos.
-Y no es por putearte, pero por como actuó en todo momento y por su iniciativa, creemos que no fue su primer trío. Desde el primer momento de la noche se veía con ganas de follarse a alguien.
Ese comentario ya me dejó con la autoestima por los suelos. ¿Había vivido en una burbuja durante cuatro años? Seguramente más de una vez me habría engañado.
-Que te dejara es lo mejor que te puede haber pasado. Apuntaba Marcos, intentando animarme.
-Es una putada esto que te hemos explicado, y probablemente ella te la ha pegado más de una vez, pero tampoco lo mires así. Te has follado a un monumento de mujer durante cuatro años, eso te lo llevas contigo y no te lo quita nadie. Además, estaba claro que no era la mujer de tu vida, sois muy diferentes y tú eres muy joven. Ya tendrás tiempo de encontrar a una que valga más la pena que ella, y no te será difícil. Clara es una golfa.
Ese comentario de Marcos me había animado ligeramente, en ese punto tenia razón. Estar con una tía así no me convenía, y al menos había estado follando durante cuatro años con un bombón. Se notaba que ellos no habían tenido nunca pareja estable, ellos nunca habían tenido una conexión emocional con ninguna chica, por eso para ellos todo parecía más fácil. Es como si para ellos ese polvo con mi ex solo fuera sexo con un bombón y nada más, en cambio para mí supuso una decepción, una humillación, y en cierto modo, una infidelidad.
El bar cerró y nos despedimos con un abrazo entre los tres y sus disculpas, pues sabían que a pesar de todo lo que yo aparentaba, estaba afectado.
Al día siguiente, me desperté con una resaca increíble, después de dos minutos de desubicación en el mundo, asumí que lo que me habían explicado el día anterior era cierto, no había sido una pesadilla. Durante esa noche, en mis sueños aparecía Clara follándose a varios amigos en una orgía, fue uno de esos sueños que se tienen cuando uno está borracho.
Obviamente, borré todo tipo de contacto con Clara, Marcos y Jordi. La parte positiva que había sacado esa noche de cervezas se esfumó fácilmente de mi cabeza los días siguientes. Aún me vienen a la cabeza imágenes de Clara follándose a dos conocidos y chillando de placer como nunca antes lo había hecho conmigo. Imágenes que nunca vi pero que las recreo en mi cabeza perfectamente y me excitan.