Dos cogidas después de Media Noche
Tras tener una platica que me dejo caliente decidí que mi perro me metiera la verga
¡Hola! Ha pasado tiempo ya desde la última vez que escribí y para ser sincera ya no quería volver a relatar ya que, mi último relato no tuvo muchas lecturas ni comentarios al respecto (Considerando que me venían pidiendo esa experiencia desde que inicie por aquí) lo cual me desmotivo a seguir escribiendo ya que parece no interesarles lo que cuento últimamente. Pero les contare la que quizá sea la última que escriba aqui a ver que tal es recibida esta historia. Bueno sin más vamos a lo que es interesante.
Pues bien poniéndolos en contexto, yo muy de vez en cuando platico mis experiencias en chats con personas interesadas en saberlas; un día compartí una anécdota con la cual de verdad quede muy excitada al recordarla y mientras la contaba no pude evitar el meterme un par de dedos dentro de mi vagina para darme gusto. Después de que termine con esa historia había quedado algo mojada e iba a dormir pues ya era pasada la media noche, pero pensé “Y si dejo que me la meta ahorita” y de verdad la calentura me domino en ese instante así que llame a Max a mi cuarto e hice que se subiera a la cama, le puse mi mano llena de mis jugos en su hocico a lo que él empezó a lamerla para después dirigirse al origen de lo que había saboreado.
Yo traía puesto una blusa de tirantes y un mini short que uso para dormir por lo que no podía probar mi puchita pero sí que podía olerla, poniéndose como loco restregando su hocico en mi entrepierna y gruñendo puesto que era consciente de que yo estaba dispuesta ya que mi olor me delataba y yo sin más lo retire un poco para poder quitarme ese short, además como no tenía nada debajo de este pues simplemente se puso a complacer a su mami. Me abrí completamente de piernas para que Max me lamiera la vagina y él no se la pensó dos veces, comenzó a lamer tan solo me vio abierta y le dije “Cómeme bebé, uyyyy así, comete a tu mami” mientras me complacía con su lengua abriendo mis labios con ella e introduciéndola lo más que se pudo, a su vez yo me aferraba de las almohadas mientras gemía y tenía unos cuantos espasmos al sentir su áspera lengua dentro mío.
Después de un rato saboreando lo que le pertenece se detuvo, yo estaba bastante agitada y lo mire notando que estaba jadeando y tenía la punta de su roja verga fuera así que le dije “Pues creo que tengo que devolverte el favor” . Me puse a su costado acariciando su lomo mientras jalaba su pito diciéndole en el tono con el que lo consiento “¿Te gusta bebé? Si te encanta que tu mami te jale la verga…Y ahora hay que mamarla” y es que no fue difícil sacarle el resto de su miembro, así pues me recosté debajo de Max y me acomode al nivel de su verga para poder tenerla en mi boca y comencé a darle unos cuantos besos en la punta para después lamérsela y poco a poco ir mamándosela. Movía mi cabeza de arriba hacia abajo rápidamente mientras con mi lengua le rodeaba toda su verga saboreándosela a mi macho y, cuando ya la tenía muy dura me la lleve hasta la garganta para atragantarme y sentí como aventaba unos chorros de lubricante los cuales me trague gustosa.
Ya habiendo ajustado cuentas seguía el plato fuerte y ambos lo sabíamos “Ya quiero que me la metas mi amor, ya quiero ser tu perrita” le decía mientras me quitaba la blusa debajo de la cual no traía nada tampoco, para eso ya me había quitado de estar debajo de Max pero volví a ponerme abajo esta vez viéndolo de frente. Él me lamia la cara y un poco mis pequeñas tetas mientras yo ponía mi puchita a la altura de su vergota y luego ayudándolo a meterla, cuando lo tuve por fin dentro arremetiendo con fuerza hacia mí no podía evitar gemir cada vez que entraba y salía a lo cual le dije “Ese es mi macho, dame duro…¡¡AHHH!! Me encanta” , yo estaba apretando y rasgando las sabanas mientras escuchaba el rechinar de la cama y uno que otro golpe que esta daba en la pared a su vez que me mordía los labios y cerraba los ojos disfrutando de mi perro. Me encantaba el ritmo que tenía Max era lento pero fuerte con cada metida la verdad es que rara vez hace eso.
Así se mantuvo hasta que su mami no resistió mas y tras unas pocas metidas más rápidas comencé a tener un orgasmo, yo solo gemía bastante bajo aguantando las ganas de gritar ya que podrían darse cuenta los vecinos de quien es mi amante. Mientras me chorreaba pude sacarme su verga y dedearme el clítoris un poco viendo como botaba chorros y el seguía moviéndose como si aún estuviera dentro mío. “Ahora quiero que me termines de hacer tu perrita mi amor” le dije mientras él se lamia su pene ya recostado en la cama; yo le di la espalda y después me puse en cuatro abriéndome de piernas, arqueando mi espalda, parando mi redondo culo y agachando la cabeza mostrándome más que dispuesta al apareamiento.
Supe que Max notaria eso y no tardaría en montar a su mami la cual pasaría a ser su perra y la debía preñar. Pronto mi amante ya se había parado y acercado a mi oliéndome por unos pocos segundos la vulva y después procediendo a montarme, de inmediato sentí su verga dentro pues es experto en tenerme a cuatro “¡Ahhh! Si métemela toda, eres un buen macho mmm” le dije mientras él me embestía rápidamente mi vagina la cual sonaba con cada metida, luego entro su bola para que quedáramos abotonados a la vez que la cama se estremecía y golpeaba con más fuerza esta vez la pared. Entre gemidos le dije ya bastante excitada “Cógeme, cógeme…soy tu puta hembra, tu perrita…Uhhh que sabroso” y yo sentía su respirar en mi cuello mientras intentaba morder mi cabello para que me quedara claro que era suya, entonces alce mi cabeza para que pudiera hacerlo y cuando me sujeto sentí como su verga comenzaba a palpitar para después bombear leche caliente dentro mío. “Soy tuya, lléname de lechita, déjame preñada…” le decía entre gemidos mientras sentía algo de leche escurriendo por mis piernas, la cual agarre para llevarla a mi boca y saborear su néctar.
Quedamos pegados evidentemente como perro y perra, Max se quedó encima mío mientras yo solo estaba ahí con una sonrisa dibujada en mi rostro sabiendo que soy toda una perra. Después de despegarnos no paso ya nada pues el quedo agotado y solo bajo de la cama y se tendió a un lado de esta, mientras yo me tragaba la leche que escurría de mí y que mancho mis sabanas, cuando me la acabe solo cerré los ojos para ya dormir.
Bueno eso habría sido todo espero les guste y lo demuestren con el número de lecturas y comentando que les pareció. Si noto que este relato no tiene un buen recibimiento pues será el último que publique aunque sinceramente espero que ese no sea el caso, pero de ser así estaré probablemente dejando en los comentarios mi correo por si a alguien le interesa que le escriba alguna experiencia que vaya teniendo, así que a aquellos que sé que les gusta lo que escribo estén atentos a eso de ser el caso. Sin más por ahora solo deséenme suerte y ¡Bye!