Dos buenas cogidas
Otro encuentro sexual con mi amante canino que considero vale la pena compartirles
¡Saludos! Vuelvo después de estar casi un mes ausente y es que he estado algo ocupada en el trabajo pero eso no significa que no haya estado pasando nada en casa con Max, todo lo contrario él ha sido quien me ayudo a llevar más tranquila y satisfactoriamente esa carga. Así pues durante este tiempo realmente considere algunas ocasiones en las cuales me hizo suya como dignas de relatar, pero al final terminaba por no escribirlas por una u otra razón. Por eso hoy vengo a describirles una de nuestras últimas experiencias la cual espero que les agrade tanto como a mí, entonces sin más comencemos.
Todo paso un domingo por la tarde el cual aprovechaba para terminar unos encargos del trabajo, lo cual lo hacía sumamente aburrido. Después de terminarlos verdaderamente no me paso por la cabeza intimar con mi amante ya que lo único que quería era descansar aunque fuera un poco pero el, por otro lado se mantenía expectante a mí, como esperando a que le diera una señal para que me hiciera suya.
Y es que ya está acostumbrado a que cada cierto tiempo toca ponernos calientes y al parecer estaba ansioso por ese momento, cuando por fin estaba descansando sentada en el sillón Max se acercó a lamerme las piernas ya que yo tenía puesto un mini short el cual, creo yo, hizo desde un principio hizo que se viera interesado por mi todo lo que iba del día. Poco a poco me lamia más y más arriba mientras yo lo acariciaba y teniendo una sonrisa en mi rostro, hasta que llego a mi entrepierna y como sintió que ya no era piel lo que saboreaba comenzó a restregarme su hocico instigándome a quitarme el short.
“Tienes ganas de hembra verdad…hay que darte el gusto” le dije mientras me ponía de pie quitándome el short, después me senté en el suelo abierta de piernas y recargada en el sillón “¡Ven! Lamela” le dije mientras me daba golpecitos en la vulva, enseguida hizo lo que le pedí y empezó a recorrer mi vagina dándome placer con cada lengüetazo mientras yo me abría más de piernas y lo acariciaba. Él se emocionaba cada vez más al saborear mis jugos que ya empezaba a botar por sentir su lengua ir más rápido y más profundo, mientras yo metía mis manos dentro de mi blusa para tocarme mis tetas con los pezones ya bien parados, no paro y finalmente no pude resistir y tuve un orgasmo diciendo extasiada “¡Si mi amor que rico me la mamas!” , avente un chorro pero a él poco le importo que le empapara la cara ya que siguió lamiendo pero yo lo quite poco después para poder hacer algo más.
Entonces me levante y me quite mi blusa mientras lo observaba, el ya jadeaba y no era por cansancio obviamente si no que estaba bastante excitado solo con el olor y sabor de mi puchita, inclusive su verga ya estaba afuera votando un poco de lubricante. Mirar eso me hizo ponerme más caliente e incluso sentí que me sonrojé “Quiero esa vergota en mi boca” pensé mientras me ponía debajo de él agarrando su miembro dirigiéndolo a mis labios, empecé a recorrer todo su pene con ellos saboreándolo bien para después meterlo a mi boca rodeándolo con mi lengua y mamándosela hasta que Max comenzó a moverse y embestir. Así comenzó a cogerme la boca mientras yo resistía sus empujes y me atragantaba con su verga, a la vez que me metía un dedo en mi vagina hasta que, con su verga tiesa y palpitando decidí quitarme su miembro de la boca.
Me recosté en el suelo aun debajo de él mirando como seguía con sus movimientos e incluso alcanzo a venirse un poco y esa lechita tibia me caía en la cara, agarre esa poca con mis dedos y luego los metí en mi boca para saborear su néctar. Poco después Max me dio algo de espacio que aproveche para levantarme del suelo y quedarme sentada, él se acercó a lamer mi cara e intercambiamos besos con lengua un rato, entonces le dije como mimándolo “¿Quieres metérsela a tu mami? Si mi bebe eso es lo que quieres” así pues me puse de rodillas mientras él se ponía atrás de mi gruñendo y rebuznando hasta que dio un leve brinco poniendo su peso sobre mí para que me pusiera en cuatro.
“Listo ya puedes hacerme tu perra mi amor, ¡Métemela!” dije mientras Max se posaba completamente sobre mi sosteniendo fuertemente mi cadera hasta que sentí como su verga atravesaba mi puchita y comenzaba a embestir rápidamente, a lo que yo decidí sostener su bola para que no quedáramos pegados aun, él ni lo noto pues siguió en su labor de satisfacer a su dueña con su vigor mientras lanzaba gemidos y unos cuantos gritos. Escuchaba mi panocha húmeda ser arremetida haciendo ese erótico sonido el cual seguramente saben cómo suena, y yo solo aguantaba apoyando solo una mano en el suelo ya que la otra estaba ocupada y en mi lujuria le grite “¡¡Vamos cabrón cógeme, soy tu puta hembra!!” en ese momento sentí como me llenaba con su semen caliente mientras me gruñía y mordisqueaba el cabello.
Entonces cuando dejo de embestir le solté la bola y él se bajó para lamer mi vulva de nuevo de la cual escurría su néctar pero en ese momento le dije “¡Móntame ya! Hazlo otra vez que aun te quiero adentro” entonces me di una fuerte nalgada y fue cuando entendió que su perrita no había quedado ensartada y que esta vez tenía que pegarse. Me empine poniendo mi cara contra el suelo, alzando mi pomposo y gran culo a lo cual Max no dudo en comenzar a disfrutar de su hembra, de nuevo introdujo su roja verga dentro mío y esta vez no detuve su bola la cual entro casi de inmediato y yo ya estaba vuelta loca con mi amante “¡¡¡AHHHH METEMELA, METEMELA!!!...Soy tuya, ¡Tu puta!” le dije mientras me cogía rápida y duramente arremetiendo contra mi vagina haciéndome su posesión, yo me venía de nueva cuenta y me daban espasmos por mi cuerpo después de mi segundo orgasmo, Max por su parte aprovecho mi posición para poner sus patas en mi espalda como lo hace de vez en cuando mientras acababa de empujar. Al final quedamos unidos esperando a que todo acabara y cuando por fin me la saco él se fue exhausto a recostar y yo comente “Así se coge a una perrita” mientras recogía mis cosas y le daba un beso.
Y eso fue todo, la verdad tenía tiempo sin aplicar lo de agarrar su bola para que no entrara a la primera y debo admitir que me encanto, quizá lo haga así más seguido. Antes de despedirme quiero comentar que tengo unas experiencias que muy rara vez repito y que me estoy guardando por si les interesa, además pueden sugerirme alguna forma que quisieran que lo hagamos (Forma de vestirme, posición, etc.), también he leído que quieren saber de nuestra primera vez así que díganme si de verdad les gustaría o prefieren que les cuente lo reciente que viene incluido con más experiencia por parte de ambos, bueno como siempre comenten que les gusto y que no para saber en qué mejorar, sin más que decir ¡Bye!