Dos bocas amigas
El cumplimiento de una fantasía
- ¿tienes alguna fantasía especial que creas que nunca se va a cumplir?
Yo no contesté inmediatamente. Bebí de mi copa un trago y encendí un pitillo. Notaba sus miradas sobre mí.
- Venga, nosotras hemos contado las nuestras
Estaba allí, sentado en mi butaca favorita, con María y Cristina, bebiendo una copa después de cenar. Sabía perfectamente cuál era mi fantasía incumplida y pensaba que con 38 años ya se me había pasado la oportunidad de hacerlo. Sin embargo, era tan simple que me daba reparo confesarlo. Las suyas sí que parecían realmente muy difíciles de llevarse a cabo.
- Que me la chupen dos chicas a la vez
Ellas se rieron y se miraron. No se lo creían. Eran amigas de mi ex novia y sabían que con ella había hecho un montón de cosas, incluido tríos, pero no sabían que los tríos fueron siempre con un chico en el papel de invitado. Esa revelación les sorprendió y empezaron a hacer preguntas sobre lo que había sucedido en esos tríos, si había hecho cosas con ellos. Les encantaron mis confesiones sobre mis experiencias homosexuales en los tríos. Me bombardearon a preguntas y acabé contando todas las cosas que había probado con mi ex. Cuando sacié la curiosidad de las dos, Cristina exclamó:
- Me parece increíble que con todo lo que has hecho nunca te la hayan chupado dos chicas
- A la vez- puntualicé yo, como justificando el hecho
- Bueno, está claro que la tuya es la más fácil- dijo María
- En apariencia porque la verdad es que ya abandoné toda esperanza- me lamenté
- Aun eres joven y seguro que sucede- quiso consolarme Cristina
- Pues yo creo que no. Con todo lo que llevo experimentado, si no ha pasado ya, lo veo tan complicado como las vuestras
- Pues si dentro de un año sigues igual yo te prometo que no pasará un día más- me dijo María muy seria
Cristina y yo la miramos, primero sorprendidos y luego riendo su ocurrencia. Ella también se rio pero dijo que hablaba en serio
- ¿Con quién más cuentas para hacerlo? Porque acepto encantado tu propuesta
- ¿Habláis en serio?- preguntó Cristina con incredulidad
- Yo sí aunque no os lo creáis- le respondió su amiga
- Yo me lo tomo en serio. Es más, ahora mismo lo apunto en la agenda del móvil- añadí sacando mi móvil
- Pues yo también que no quiero perderme el espectáculo-dijo Cris como apuntándose
- En el que vas a participar porque si no, no puedes mirar- le puntualizó María
Y entre bromas cambiamos de tema y la velada se acabó. A lo largo de los meses siguientes nos vimos varias veces pero no volvimos a hablar del tema, aunque yo me acordaba con frecuencia, sobre todo en mis momentos onanistas íntimos. Y pasó un año y sonó la alarma de mi móvil. Pasé el día entero pensando qué hacer, si llamarlas, si enviarles un sms para que fuera más suave la negativa o dejarlo pasar. María se había echado novio y daba por supuesto que no iba a hacerlo. A eso de las 10 de la noche, me armé de valor y le escribí el siguiente sms a María y a Cristina: “ha pasado un año y sigo sin ver mi fantasía cumplida”. Me quedé con el móvil en la mano durante media hora ansioso por leer enseguida sus respuestas, comprobando la cobertura llamándome al teléfono fijo de casa, encendiendo y apagando el móvil pero sin resultado.
Decepcionado aunque supiera en el fondo que todo era más una broma que otra cosa fui a la cocina a ponerme una copa antes de irme a dormir. Haciendo zapping acabé la bebida y apagué la tele. Cuando entraba en el baño escuché el sonido de un mensaje entrando en el móvil. Corrí al salón, sin encender las luces, guiándome por la luz del teléfono: “perdona pero es que no encontraba excusa para librarme de mi novio. En media hora estamos en tu casa”
El corazón empezó a latirme con fuerza. La palabra “estamos” me sonaba a gloria. Me preguntaba si vendría con Cristina o habría convencido a otra amiga. Pensar eso me volvió a crear una sensación de estupidez. Seguro que todo era una broma y solo querían ver la cara de tonto que ponía.
Sonó el timbre. Acabé de peinarme ya que me había dado una ducha por si las moscas. Los hombres tenemos esperanzas infinitas en algunas cosas y por mucho que mi mente me dijera que no iba a suceder, mi polla decía lo contrario. Abrí la puerta y allí estaban las dos. Vestían como de costumbre. Primera señal negativa pensé. En el egocentrismo masculino las mujeres tienen que vestirse especial para demostrar que quieren sexo. Entraron, las llevé al salón, les puse unas copas y les pregunté por las novedades en sus vidas. Pero María me cortó y dijo que solo tenía media hora, que le había dicho a su novio que tenía que ir a buscar a Cristina que había perdido el autobús y que si tardaban mucho iba a hacer demasiadas preguntas. Sorprendido por la brusquedad y las prisas no me quedó otra que preguntar:
- ¿cómo lo hacemos entonces?
- pues tu te desnudas y nosotras te la chupamos- me contestó María con la misma sencillez
- y cómo has convencido a Cristina?
- no hizo falta mucho, le caes muy bien y eso fue suficiente- respondió, como si chuparle la polla a un amigo solo porque tenga una fantasía tonta fuera lo más normal del mundo
Me levanté y empecé a desnudarme delante de ellas. Era la primera vez que me iban a ver desnudo y la duda de si sería una broma me recorrió el cerebro. Ante su mirada fija en mi cuerpo y su silencio tuve que decir algo:
- ¿alguna regla?
- Es una mamada, que reglas quieres
- No, era por si no puedo tocaros o algo así
- Bueno, eso no lo pensamos la verdad pero supongo que tampoco importa, no? –dijo María mirando a Cristina
- Sería un poco ridículo- dijo ella
Me quedé completamente desnudo con mi polla medio empalmada. Ellas se acercaron, me tumbaron en el suelo con la espalda apoyada en el sofá, se pusieron de rodillas a cada lado y María agarró mi polla con la mano. Estaba claro que era la que llevaba la voz cantante y me sorprendía que le costara tan poco serle infiel a su novio. Empezó a masturbarme despacio mientras Cristina me acariciaba los muslos y la barriga. Fui relajándome poco a poco y mi polla se fue endureciendo. Al ponerse dura de todo, María se la fue acercando a su boca. Notaba su aliento cada vez más cerca y luego noté su lengua paseando por mi glande. Cristina miraba a su amiga sin dejar de acariciarme. Puse una mano en su pierna y ella me miró. Le guiñé un ojo y ella se puso con el culo más cerca de mi mano y empecé a acariciarlo. María me la estaba chupando ya, se metía la mitad en la boca y la sacaba apretando mucho los labios.
- Te toca- le dijo a Cristina ofreciéndole mi polla en una imagen que nunca olvidaré
Cristina la cogió con su mano y se agachó hasta probarla en su boca. Igual de cálida pero con los labios más gruesos que María me daba más placer. María para ver bien a su amiga se puso más cerca de mí y pude acariciar su espalda y su culo. Ella me miró con picardía y se inclinó para darme un beso en los labios y susurrarme al oído: Disfruta. Al separarse se quitó la camiseta y conocí sus pequeñas tetitas para las que no necesitaba sujetador. Cristina seguía chupando maravillosamente mi polla y estaba en la gloria, tanto que no iba a aguantar mucho. Mi incredulidad a que aquello fuera a suceder hizo que me olvidara de masturbarme antes para disfrutar más tiempo de sus bocas.
María volvió a inclinarse y empezó a lamerme los huevos y fue subiendo por el tronco de mi polla. Ahora sí que tenía mi fantasía cumplida y dos bocas me lamían y chupaban la polla. Me incorporé un poco para ver mejor pero no me llegaba y me puse de pie. Dios, que imagen, aquellas dos mujeres lamiendo a la vez y chupando por turnos mi polla. Estaba a punto de reventar de placer y se lo dije. Ellas pararon y María me apretó fuerte la polla para que no me viniera antes de tiempo y me preguntó:
-¿Cómo quieres correrte?
-¿Puedo elegir?
-Claro, es tu fantasía
-¿Puede ser en vuestras bocas abiertas con la lengua fuera y luego me la seguís chupando?
Ya no contestaron. Abrieron sus bocas mientras María me masturbaba ahora muy rápido y fuerte. Luchaba por aguantar un poco más pero el detalle de que María apuntara a su boca y no a la de Cristina como queriendo indicar que quería ella recibir más de mi corrida me pareció tan excitante que me vine. El primer chorro fue directo a su boca, el segundo a su lengua y luego la puso encima de la lengua de Cristina para el resto. Cuando paré de echar, la lamieron a la vez las dos, dejando Cristina que mi semen se escurriera por la comisura de sus labios.
-¿puedo besaros?- les pregunté
Ellas asintieron y me puse de rodillas como ellas y les comí sus bocas, probando mi semen y lamiendo de sus caras alguna gota perdida hasta dejarlas igual de limpias que ellas habían dejado mi polla. Al acabar no pude más que expresar mi gratitud dando un gran abrazo a cada una.
- Has durado muy poquito- me dijo María
- No pensaba que fuera a suceder y me pudo la emoción- contesté- pero lo breve si bueno, dos veces bueno. De todas formas, si algún día queréis repetir, estaré mejor preparado
- Jajajaja- se rio Cris- podemos hacerlo una vez al año
Seguimos bromeando un rato más. Seguía desnudo pero estaba cómodo. María seguía sin camiseta pero también se la veía cómoda. El ambiente era genial y me quedé muy triste cuando tuvieron que irse.
Su despedida promete otro año de fantasías
- Nos vemos de aquí a un año