Dos amores

El soundtrack de mi vida

Lo conocí desde niña, No hay un solo recuerdo de mi vida en el que Pepe no este. Siempre fuimos novios, le entregue mi virginidad y mi vida entera. Lo amaba tanto que sentía que el corazón se me detenía cuando lo veía. Era tan perfecto, tan guapo, a veces cuando veo la televisión, un joven actor cubano rubio me recuerda a ese gran amor. Creí que me iba a casar y a ser muy feliz con él, pero su papá se lo llevó a Estados Unidos en donde se enroló en el Ejercito y un día simplemente desapareció. Yo estaba en la Universidad y apenas me titulé me fui a Estados Unidos para seguir buscándolo. Mientras lo hacía entré a trabajar de lavatrastes a un restaurante, poco a poco fui subiendo de puesto, así pasaron 10 años.

En 2001 ya era gerente de un restaurante mexicano, seguía obsesionada buscando a José, aquel a quien juré amor eterno mientras me penetraba, aquel que fue mi compañero de juegos y de mil anécdotas en mi natal México. Nunca había tenido otro novio, ni pensaba tener, yo me consideraba totalmente de José y no me daba por vencida, sabía que estaba vivo y seguiría presionando al gobierno Estadounidense para no abandonar su búsqueda.

Un día, el mariachi que tocaba en el restaurante donde yo trabajaba, nos dejó, pusimos un anuncio en el periódico y entonces llegó Eduardo. Eduardo es moreno, alto (mide casi dos metros), y tiene un feeling muy especial cuando canta. Usualmente en los restaurantes mexicanos se contrata a cantantes de música ranchera, pero en mi concepto, la cultura mexicana no es nada más el folclore, aunque es lo más redituable en EEUU. Con Eduardo me arriesgue, desde que hizo la audición en el restaurante, la atmosfera se hizo diferente, Recuerdo que canto una hermosa canción de Mexicanto: "soy vecino de este mundo por un rato, y hoy coincide que también tu estás aquí, coincidencias tan extrañas de la vida, tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir"

Sentado en una silla, con su guitarra, debo confesar que mi hizo estremecer, entrecerraba los ojos cuando cantaba, entregado a su música. Desde lejos me pareció que tenía unos labios muy carnosos. Uf, que pena, tenía toda una vida que no me fijaba en un hombre. Me regañé a mi misma por estar sintiendo estas cosas. Y Pepe? Terminó la canción y aplaudí, no sólo yo, sino todos los presentes. La verdad es que valía la pena arriesgarse con un cantante tan bueno. Mi madre, que me ayudaba en el restaurante por las tardes, aplaudió a rabiar. Le dije a Eduardo que aunque la costumbre era contratar a cantantes rancheros y mariachis, lo iba a contratar a él en un periodo de prueba, para ver como funcionaba.

La verdad es que funciono muy bien, los clientes quedaban enamorados de la voz de Eduardo, quien variaba su estilo desde la trova hasta el son cubano, pasando por los boleros. Se hizo una costumbre que antes y después de su actuación nos viéramos en una mesa, yo lo contemplaba. Me gustaba mucho como cantaba. Él coqueteaba conmigo, pero yo me alejaba cada vez que él decía alguna broma o comentario al respecto. El no cejaba, me buscaba constantemente, se notaba en su mirada un fuego extraño que ardía cada vez que me veía. Muchas veces lo descubrí observándome, a veces de manera recatada, otras viéndome con deseo. Yo no sabía como reaccionar, y me hacía la que no me daba cuenta.

Y llegó el día de mi cumpleaños, desde hacia 10 años que no lo celebraba, y así pensaba seguir, sólo que esa noche, mi madre se había confabulado con Eduardo y al terminar su actuación, se aclaró la voz y dijo: "Esta noche quiero dedicarle una canción a la mujer que me dio la oportunidad de cantarle cada día, es una canción que me hace pensar en ella cada vez que la canto, Sol, esta canción es para ti, feliz cumpleaños" " Buenas noches mucho gusto eras una chica mas, después de 5 minutos ya eras alguien especial, sin hablarme sin tocarme algo dentro se encendió, en tus ojos se hacia tarde y me olvidaba del reloj. Estos días a tu lado me enseñaron que en verdad no hay tiempo determinado para comenzar a amar. Siento algo tan profundo que no tiene explicación no hay razón ni lógica en mi corazón. Entra en mi vida te abro la puerta, se que en tus brazos ya no habrá noches desiertas" .

Debo confesar que sentí cosas que quizá por tan añejas creí nuevas. Ese cosquilleo en toda la piel, esas sensaciones en los labios, en la cabeza, pero sobre todo, en el medio de las piernas. Guau, con una sola canción me había prendido tanto que me avergoncé. Caminó hacía mi en medio de aplausos del público que había sido testigo y cómplice de esa atmosfera tan extraña para mi. Con la luz siguiéndolo, Eduardo se paro frente a mi y me regaló un solitario tulipán, La gente seguía aplaudiendo y comenzó la música grabada, por lo que Edu pudo sentarse conmigo. yo no podía levantar la mirada, estaba como adolescente. No se me ocurría decir nada, afortunadamente para mi, Edu es tan simpático que ni siquiera me di cuenta como fue menguando mi timidez hasta convertirse en francas carcajadas. El tequila corrió, las canciones, los chistes también. Yo me sentía mareada, pero no sólo de alcohol, también de sensaciones casi muertas. Edu se levanto y me dijo "bailamos?" Yo no había bailado con nadie más que no fuera Pepe, primero por fidelidad, y luego, por que me la pasaba trabajando, Mi mamá me animaba, y bueno ¿por qué no? el tequila me hacía más ligera.

A una señal de Edu, la música cambio de ritmo y comenzaron los acordes lentos, él me dijo al oído: Esta canción la pedí especialmente para bailarla contigo, dice lo que quiero decirte y no me amino

" Hay algo que te quiero decir y no me animo.

Yo se que puede ser el miedo a que me digas que no,

pero hay algo en tu forma de mirar

que me lo dice todo sin hablar.

Hay algo que te quiero decir y no me animo.

No encuentro la manera de empezar contigo,

te busco por un camino que nunca he recorrido,

y se que en esa forma de mirar hay algo que me pides sin hablar.

Hay algo que te quiero decir y no me animo

Te quiero aunque me guardes en silencio,

te quiero aunque me digas que no es cierto,

te quiero aunque no hablemos nunca de este amor,

pero hay algo que tu forma de mirar que me lo dice

todo sin hablar, hay algo que te quiero decir y no me animo.

No encuentro la manera de empezar contigo,

te miro y te sonrio como un juego sin motivo,

te siento tan dificil de alcanzar,

aunque me este acercando sin pensar,

hay algo que te quiero decir y no me animo.

La música era lenta, nuestros pies casi no se movían del piso, Edu me veía a los ojos mientras me cantaba siguiendo el disco. Yo quería decirle de Pepe, de mi búsqueda, de mi soledad, de mi amor, pero él me dijo "lo sé, lo sé todo, tu mamá me lo ha contado, y aún así quiero pedirte una oportunidad de demostrarte cuanto me gustas". Evidentemente se había puesto de acuerdo con el dj, porque la siguiente canción también me la cantó al oído. El mundo parecía detenerse cuándo escuchaba esas frases

" Me gusta amanecer pensando que me quieres, soñarte se hizo ya el mayor de mis placeres, me gusta todo, como me gustas ".

Cuando la canción terminó, me dijo: "Ya le pedí permiso a tu mamá de llevarte conmigo a bailar a otro lugar ¿quieres venir conmigo? Yo le quería decir que no, pero no pude, su entusiasmo, su alegría me arrastraron. Lo único que acerté a decir fue que no quería ir a una disco, él me dijo: "no es ese el plan que tengo para nosotros"

Salimos del restaurante y por primera vez en mi vida yo no lo cerré. Edu me dijo que llegaríamos caminando, era un bar pequeño con salida al hermoso mar de Nueva York. Era Septiembre, y parecía que el fondo musical de nuestra caminata era con Elle Ftizgerald y Louis Armstrong.

El bar al que llegamos era acogedor, y según me dijo Edu, estaba muy cerca de su departamento. El ambiente era cálido, la luz a medias. Platicamos fluidamente, parecía que la declaración cantada no había dejado mella en nuestro animo. Yo estaba más que alegre y debo confesar que casi a propósito me derrame la bebida en la ropa. Edu se ofreció a llevarme a su casa para cambiar mi blusa. Mi respuesta afirmativa cambio para siempre mi destino.

Nada mas cruzamos la puerta, Edu me besó, asi, sin pedir permiso, y así continuó, quitándome la ropa y tocando lugares que pensé que no existían. Lo hacía tan bien, tan sensual. Aún así tuve un atisbo de cordura, de remordimiento y lo aleje. Le dije "Edu, yo estoy comprometida" El me interrumpió " Calla mi amor" "No me entiendes, él puede estar vivo" "Sol, tiene 10 años que desapareció, ¿no crees que es tiempo suficiente para pensar que si murió?" "De cualquier modo, esto no puede ser" "Esto? y me tocaba la pierna "Esto?" y me besaba el cuello. "Basta" pero no podía resistirme. "ya no sigas" y veía como me iba quitando el brassier y me besaba mis senos sedientes de amor, de caricias. "Edu me tengo que ir" me incorpore casi desnuda, él se levanto tras de mi acercando su cuerpo. WOW, sentí su erección, eso hizo que las piernas me flaquearan. "Sol, me encantas, no pienses en nada, déjate llevar" y me acariciaba los senos desde atrás, mientras movía su erección contra mi. "Sol, quiero estar contigo para siempre" "pero debo ser fiel" "mi amor, quítate esa idea de la cabeza, a quien le debías fidelidad ya no está" Y me bajo la falda, me asusté, tenía 10 años que nadie me tocaba, ni me besaba y mucho menos me veía así, semidesnuda. Me voltee hacía él y le dije "Dame mi…" Fue todo lo que alcancé a decir, su boca cubrió la mía y me perdí entre sus brazos, en esa telaraña de amor en la que me estaba encerrando, No supe como llegamos a su cama, sólo sentí que me empujo levemente y tuve una enorme sensación de placer cuando mis senos rebotaron al caer sobre la cama. Él cayó encima de mi, acomodándose entre mis piernas. AAAAyyy, sentir su erección me provocaba amnesia total. Uf, que sensaciones, su boca besándome, sus manos acariciándome, y su cadera empujando hacia mi interior. Me sentía protegida con mi tanguita, por eso, grande fue mi sorpresa al sentir que me la estaba quitando. Entre sus labios le dije "MMM, no, no me la quites" "El se reía francamente de mi. Me dijo, "Te prometo que no va a pasar nada, sólo quiero verte desnuda" Debí saber que era un truco masculino muy viejo. Me la quitó, y me quede completamente desnuda bajo de él. Se levanto un segundo, lo suficente para que yo tomara aire, justo cuando estaba por comenzar a decir de nuevo acerca de mi fidelidad, de mi amor, uffffff, sentí su lengua en mi clítoris. Pegue un grito, nadie me había pasado la lengua por ahí. Bueno, mi experiencia sexual era muy corta. Mi grito se convirtió en rugido, aún asi le seguí suplicando que no siguiera, hasta que un orgasmo me hizo callar. Era increíble sentir ese torbellino de sensaciones. Se incorporo un segundo, desnudo, lo suficiente para ver un cuerpo atlético, un enorme pene palpitante, pero la más importante: una mirada autentica de amor y de deseo. Se acostó nuevamente sobre mi, su pene entre mis piernas. Edu me pidió permiso para entrar en mi… según yo no le conteste nada, estaba perdida de placer y de dudas… cuando lo sentí dentro… no supe mas de mi, el calor, el placer, me hicieron olvidarme de todo. Sólo sentía. Fue maravilloso, él me penetraba a un ritmo frenético, pero su boca era un mar de dulzura, de ternura. Me sentía avergonzada, pero él me dijo mientras me besaba, todo lo que me amaba, me contó que desde que me vio se enamoro de mi. Me dijo que su máxima ilusión era que yo le correspondiera. Con esa voz tan sexi en mi oído, con su sexo taladrándome, creí que me iba a derretir. De repente, bajó el ritmo de sus arremetidas, para cantarme al oído, " te amare de punta a punta, palmo a palmo, beso a beso, así como imaginaba solo los dos en silencio, enredados en la cama. había soñado tanto este precioso momento, pero esto es lo máximo estoy entrando en tu cuerpo, siento tu pecho agitado y tu vientre como el fuego, los dos estamos temblando de amor y delirio de pasión y deseo, Abrázame, apriétame acaríciame y bésame que se queden fundidas mi piel y tu piel quiero amarte una vez y otra vez ."

OOOOOOOHhhhhhhh, fue glorioso, el orgasmo brutal, esa fórmula de pasión, amor y canciones al oído me resulto irresistible. Sentí que el mundo se detenía y luego el espasmo fue tan fuerte que llegue a pensar que todo el mundo se había dado cuenta, pero no, fue un momento que compartimos sólo él y yo. Él tampoco resistió, sentí su orgasmo incendiar mi vientre. Lo abracé y lo besé, no sé cuánto tiempo estuve así, como en el cielo. Fue tan impactante, tan fuerte, que contrario a todas mis costumbres, hábitos y educación, me quede dormida. Y no me desperté hasta que el ruido de movimiento, de agitación me hicieron abrir los ojos. Me horroricé al darme cuenta de que ya era de día, me levanté corriendo al baño y Edu también se despertó. Yo estaba literalmente encerrada en el baño, hasta que él me fue a tocar la puerta para darme mi ropa, por supuesto, con un sueter suyo porque mi blusa estaba manchada. Dios mio, ¿Qué hice? La cruda moral me golpeó de pronto. Ayer a esta hora, al igual que toda mi vida en mis 28 años me había despertado pensando en Pepe y ahora…. ¿Porqué? Salí después de mucho pensarlo, meditando cuidadosamente lo que iba a hacer. Le iba a decir que ¿Qué? Gracias por el sexo, fue delicioso. NOOOOOOO. ¿Qué? Adoro que me quieras de esta manera. No. Decirle "Sigo quieriendo a Pepe". No, no es adecuado. "Nos vemos al rato en el restaurante". No.

No me dio tiempo de decir nada, lo vi sentado frente al televisor con cara de espanto. Me acerqué y sin que el me dijera nada vi la imagen, no entendí de primera instancia hasta que leí. Creo que tardé en reaccionar. Un avión se había impactado contra el World Trade Center. Lo que siguió fue un horror. Edu me llevó a mi casa, yo quería saber que mi mamá estaba bien.

Mi mamá me dijo: Ya no quiero estar aquí m’hija, vámonos para México, aquí la cosa se va a poner peor, peor para nosotros que siempre la pagamos.

Él nos llevó a nuestro departamento y nos pidió permiso para quedarse ahí. No quería estar solo, y nosotras tampoco. Se quedó en la sala. Antes de dormirnos, hablamos a México, nuestros familiares estaban muy preocupados por nosotros, Mi mamá les aseguró que se iba a regresar. Cuando colgó, le dije a Edu que hablara también con su familia. Me sorprendió la manera tan amorosa en que se dirigía a sus padres. Su mamá le dijo que se regresará, que los momentos de angustia que habían vivido la iban a matar. Yo no pensaba regresarme, cómo iba a seguir buscando a Pepe? Mi mamá se metió a mi cuarto y me dijo en voz baja "que buen muchacho es Edu. Cuéntame, porque no llegaste a dormir anoche?" Mamaaaaaaaaá, no, no te voy a contar nada, pero no pasó lo que tu piensas. Mi madre sólo sonrió y me dijo "Más sabe el diablo por viejo que por diablo". Me dejo sola y me quedé profundamente dormida, mi último pensamiento fue una oración por toda la gente que de manera tan injusta había muerto ese día.

A partir de ese terrible día, Edu y yo sostuvimos una relación poderosamente sexual. Mi inexperiencia y mis años de sexo dormido hicieron estragos, estaba excitada todo el tiempo y él sabía bien como calmar mi sed. No quise pensar, no quise teorizar, ni averiguar si lo amaba, si sólo me acostaba con él o si era sólo una evasión a tantos años de sufrimiento. Lo cierto es que Edu era cariñoso, amoroso, y en la cama me dejaba más que satisfecha. El nunca me pregunto "¿qué somos?" ni yo lo hice. Sólo cuando me tenía debajo de él, loca de placer, me cantaba al oído canciones que, hacían que me derritiera. No hacíamos el amor diario, ni cada tercer día. Hacíamos el amor los viernes y los domingos. Era una cita concertada, toda la semana él me cantaba y me regalaba flores. Siempre he pensado que por eso mis orgasmos eran tan fuertes, tan bestiales, sentía que el mundo entero vibraba junto conmigo. Edu, antes de salirse de mi cuerpo, me besaba tiernamente en los labios y me decía "eres mi complice".

Mi madre, no hizo mas preguntas, ni me explico sus planes, sólo un día de febrero, me dijo que se regresaba a México. Le rogué que no lo hiciera, que sólo nos teníamos la una a la otra. Ella me dijo que no soportaba vivir en un país en el que es delito ser moreno y hablar español. No tuve más argumentos. Realmente es terrible vivir en un país en el que, por más que lo intentes, no te asimilan.

Mi madre me aviso que se regresaba en abril. Esa noche me sentí muy mal en el restaurante, lo atribuí a la enorme tristeza que me provocaba saber que mi madre se iba. Casi al cierre, Edu llegó a la cocina, y me dijo muy serio: quiero hablar con ustedes. Mi mamá hizo a un lado los trastes que estaba acomodando y dijo muy seria "Digame usted". Yo temblé, Edu no me había dicho nada. Él nos dijo tranquilamente, que le habían ofrecido un trabajo en Cánada, en Alberta, que le iban a pagar muy bien en un restaurante que iban a abrir. Volteando a verme dijo "también necesitan una gerente". Caminó hacía mi y me dijo "Ven conmigo" volteö a ver a mi mamá y le dijo "Con su permiso señora" se hincó frente a mi, yo no sabía que hacer más que apretar las manos, Edu como en un cuento, sacó un anillo modesto y me lo ofreció: "Cásate conmigo, vámonos a Cánada". Mi mamá lloraba y yo, yo pensé en Pepe, sin saber que hacer, me fui llorando.

Llegué al departamento, y antes de hacer cualquier análisis o reflexión, corrí al baño, tantas tensiones habían deshecho mi estomago, por lo menos eso quería creer. Eso quería creer, la verdad que me veía a los ojos a través del espejo me gritaba otra cosa. No me había hecho ninguna prueba, pero lo sabía. Mi cuerpo entero lo sabía, no lo quise ver hasta ese momento, con los ojos llorosos frente al espejo del baño. Mi madre que había salido atrás de mi, me encontró así, se lo dije: "estoy embarazada"

Creí que iba a reaccionar de otra manera. me sorprendió cuando me abrazo y me llevo a mi cama. Me arropó como cuándo era niña y rezó por mi, por mi alma. Yo lloraba y repetía sin césar "y Pepe?" hasta que me quedé dormida.

Al día siguiente lo decidí, le hablé por teléfono a Edu y le pedí que nos viéramos en el Central Park, ahí, sentados en una banca a las 8 de la mañana le dije "Tú sabes, porque nunca te lo negué, que siempre he estado enamorada de Pepe, que vine a este país con la esperanza de encontrarlo y que siempre he albergado la idea de que él está vivo" él me dijo "no sigas, sé perfectamente tu situación, y aunque me duele, lo comprendo. te pido que me des la oportunidad de hacerte feliz, de formar una familia" yo le dije " Acepto casarme contigo, pero quiero que sepas una cosa, aunque ya no buscaré a Pepe y me voy contigo a Cánada, lo sigo queriendo, perdón por decírtelo. Lo voy a intentar contigo, porque de verdad quiero la paz y tranquilidad que hace muchos años que no tengo y además… porque… porque estoy… porque estoy embarazada" " ¡Qué! ¿estás embarazada? Sol, esa es la noticia más maravillosa que he recibido en mi vida, mi amor. Mira, yo entiendo que me metí en tu vida sabiendo que estabas enfrascada en una búsqueda. No quiero aceptar tus condiciones, quiero que estés conmigo completa, sin que tu mente esté pensando en el pasado. Quiero una familia estable y feliz. y si tu sigues empecinada en buscar a ese tipo, no vamos a lograrlo nunca." Le dí la razón y le prometí algo que no podía hacer: dejar de pensar en Pepe.

Nos fuimos a Cánada. Mi embarazo resultó ser de alto riesgo, mi mamá se quedo en casa conmigo y Edu se fue a trabajar. No pude ser la gerente del restaurante, así que él laboraba jornadas dobles. Estaba empecinado en comprar una casa grande, con 4 habitaciones. Una para mi mamá, otra para el niño, otra para la niña y otra para nosotros. A mi me daba mucha risa, ni siquiera sabíamos el sexo del primero, y él ya hacía planes del segundo. Pero resultó tener boca de profeta, nació Lalito y dos años después nació Solecito. Reanude mi vida laboral y por fin pudimos comprar la casa de 4 habitaciones que todos soñábamos. Mi madre encontró un trabajo perfecto para ella y aunque siempre amenazaba con buscarse un departamento aparte, cuando nacieron los niños no pudo separarse de ellos, mis hijos la atraparon. Nuestra familia era perfecta, Lalito era idéntico a su padre y Solecito a mi. Cuándo mi hijo nació mi madre me dijo: "Ahora si vas a saber porque naciste" Tarde en entender lo que me quiso decir.

Todo iba muy bien, Edu y yo hacíamos el amor de una manera deliciosa, antes de dormir me abrazaba y me cantaba una canción, siempre me decía que éramos cómplices. Resultó ser un excelente padre y un maravilloso esposo, aunque en realidad, por todo el trabajo, los embarazos, etc. habíamos postergado la boda. Del pasado no hablábamos, yo a veces de manera secreta buscaba en internet su nombre. El corazón casi se me salía cuándo lo hacía.

En general la vida era muy buena, hasta que la vida dio un giro. El 23 de mayo del 2006 a las 10:00 horas, cuándo estaba sola en casa, a punto de salir a mi trabajo, tocaron la puerta, cuándo la abrí, casi me desmayo. Ahí, ahí estaba Pepe. Estaba idéntico. Di unos pasos hacía atrás mientras él avanzaba hacía mi. Me abrazo, fue un instante maravilloso, los dos llorábamos. Él no paraba de decir que creía que jamás me iba a encontrar. Sus lagrimas se confundían con las mias, llorábamos, hablábamos, reíamos. Lo pasé a la sala, me contó lo que le había pasado. Yo no pude escucharlo bien, mi mente era un terremoto de emociones, oí palabras como "estado de coma" "rehabilitación". Pero sólo podía verlo, se veía tan guapo, siempre había sido mi hombre ideal. Nos habíamos sentado juntos, en el mismo sofá. No me di cuenta en que momento comenzamos a besarnos. Fue un beso con lagrimas, cómo el último que nos habíamos dado. Yo no paraba de llorar, le dije que siempre supe que estaba vivo. Lloraba con el corazón, lloraba de coraje, de rabia contra todos. Contra el destino. Le dije, Pepe, tengo que decirte algo. Él me dijo uniendo sus labios a los mios: Desde que me dijeron donde vivías, me lo advirtieron, tu tía me dijo que tenías dos hijos, de hecho ella me dijo tu dirección desde hace 1 año, pero no sabía si buscarte, me daba miedo verte. Yo sabía que me seguías amando, algo como lo nuestro no se puede olvidar tan fácilmente. Decidí venir a verte para que tu fueras la que me desengañara, yo no puedo vivir sin ti, juramos que nos íbamos a ser fieles y yo lo cumplí, quizá no cuente mucho, porque estaba en estado de coma, pero desde hace 3 años que me recupere, tú has estado en mi mente, nadie mas que tu. Fue terrible saber que mis padres habían muerto y que tu estás con otra persona. Pero vine a que tu me lo digas en la cara, para ya no seguir pensando en lo que pudo ser. Sí lo quieres a él, yo me voy, pero si me sigues queriendo como yo a ti, no me importa nada, Tus hijos serán los mios y luego tendremos los nuestros. Sé que no estás casada y veo en tus ojos el mismo amor que nos teníamos hace 15 años, Sol, dime que me quieres y movemos mar, cielo y tierra para estar juntos.

Yo no quise responder, me levanté del sillón y tranquilamente me dirigí hacía el teléfono, avise que no iba a asistir ese día a trabajar. Regrese con él y lo besé. Lo besé con toda el amor que guarde para él en 15 años, lo besé porque sabía que él me seguía amando. Él me tomó de la mano y me llevo hacía afuera. Tomamos un taxi, yo le dije el destino al taxista: un hotel bellísimo. Antes de entrar en la habitación. me cargó, me deposito en la cama con tanto amor que me hizo llorar. Me desnudo lentamente y comenzó a besarme todo el cuerpo, me sentía como una Diosa. Mis manos comenzaron a despojarlo de su ropa y entonces, sonó mi celular, por el tono supe inmediatamente quien era. Era Edu, que a esta hora me llamaba diario para saber como había llegado a mi trabajo, para decirme que me amaba y para despedirse diciéndome que eramos complices.

No pude seguir, no contesté el teléfono pero me aleje de Pepe. Los dos estábamos desnudos y en una cama, excitados . Pero soy la complice de Edu, él y yo somos compañeros, llevamos juntos sobre los hombros la responsabilidad de una familia. No es tan guapo como Pepe, pero es el hombre que ha estado conmigo todos estos años, en las buenas, en las malas y en las peores. Recordé como trabajaba doble jornada y aún así llegaba a ponerme crema en la barriga, a cumplir con mis antojos de media noche, a arrullarme con canciones para que me durmiera. Entonces me di cuenta: Amo a Edu, si, lo amo. Creí que era sexo, comodidad, que era el padre de mis hijos, pero la fuerza de su amor se me presentó en todo su esplendor. Junto con esa certeza me llegó otra: también quiero a Pepe, lo he amado desde niña, amo su recuerdo y amo el dolor que me ha hecho sentir. Los amo a los dos.

Todo esto se lo estaba diciendo a Pepe conforme lo iba pensando, ahí desnudos sobre la cama. Él me dijo que era imposible amar a dos personas al mismo tiempo. Yo le respondí serenamente: "Es tan posible que ahora mismo lo estoy sintiendo, pero a pesar de ello, quiero decirte que aunque los ame a los dos, no puedo estar con los dos. De ti, amo lo que pasó, de él, amo el presente. Él es el padre de mis hijos y mi complice, mi compañero, juntos estamos criando a dos hijos con mucho esfuerzo en un país que no nos acepta del todo (mientras le decía eso yo me levanté de la cama y comencé a vestirme)

Le dije "perdóname por no haberte esperado, el destino se ensaño con nosotros, si no te hubieran llevado a Estados Unidos tus papás, si no te hubieras enrolado en el ejercito, si no te hubieras perdido tantos años, si no hubiera llegado Edu a avasallarme con su amor, sí no tuviera los dos hijos más hermosos del mundo, yo sería la mujer más feliz junto a ti. Pero no sucedió así, y no fue culpa tuya ni mía. Yo te quiero, pero no puedo irme contigo, tengo una familia, Vine aquí sin pensarlo mucho, pero no puedo acostarme contigo, Edu me ama tanto y la confianza es tan frágil que… " No pude seguir hablando, Pepe me puso un dedo en la boca, ay Dios mío se veía tan guapo, tan apetecible, que estuve a punto de olvidarme de todo y entregarme a esas sensaciones que me consumían. Estaba desnudo, yo ya estaba medio vestida con mi sostén y mis braguitas. Me besó otra vez y me dijo "regálame este día y luego me desaparezco para siempre" Me decía sin separarse de mi, que ganas de quedarme ahí, de disfrutar ese momento y recordarlo para siempre. Pero conocía muy bien a mi hombre, y a mi misma. Aunque ver a Pepe tan guapo con esa erección me resultaba tan difícil. Me separé de él y le dije "Es imposible que me olvides, te pido que me recuerdes siempre, yo estaré pendiente de ti toda mi vida, sin secretos, porque aunque mi marido es muy celoso, estoy seguro de que entenderá mi interés por ti que no pienso ocultarle. Estoy segura de que encontraras a quien amar y con quien ser feliz, recuerda que te quiero y que Dios sabe cuanto me cuesta esta decisión, pero al fin comprendí para que nací: Para mi familia. No me despido amor, que Dios te bendiga",

Salí de ahí feliz, feliz de que Pepe estuviera vivo, feliz de haber descubierto cuanto amaba a Edu. Apenas me subí a un taxi le llame, me contestó con un "hola mi amor" al que yo le respondí así. "No sabes cuanto te amo, tengo una pregunta urgente que hacerte, voy hacia tu trabajo" y colgué.

Cuándo llegué al restaurante corrí a abrazarlo y le dije "tengo muchas cosas que contarte, pero antes quiero preguntarte ¿te quieres casar conmigo?" y nos abrazamos. Le conté todo, nos casamos y seguimos siendo tan felices como siempre. Hace poco me enteré que Pepe también se casó, me lo contó él por el teléfono. Nos invito a la boda pero fue en México y no pudimos ir, ojalá sea tan feliz como lo soy con Edu, ojalá siempre me recuerde como yo a él.