Dos amigos, dos amigas

Un hijo disfruta de su madre, lo hace en compañía de su mejor amigo. Sorpresa al final, un nuevo miembro disfruta de la madura, ¿quién será?

DOS AMIGOS, DOS AMIGAS

Parte III

TOC, TOC, TOC

  • Mamá, por favor respóndeme – decía una angustiado Alex, angustiado de que no fuera el quien penetrara a su madre – sé que estás ahí, ¿estás bien, me escuchas?

  • ¿Pero qué?… escuincles malnacidos… ¿cómo? – decía el Casanova.

En la naturaleza a varios animales no les queda otra que esperar a que el cazador más fuerte y experimentado termine de comer para poder hacerlo ellos, por ejemplo las hienas, eso eran este par de amigos unas hienas que esperaban su momento para intervenir, así que mientras Lucrecia se entretenía en la cajuela del auto fingiendo buscar algo, los amigos escaparon, cuando lo notó ya nada pudo hacer por detenerlos.

Caminaban rápidamente, incómodos por llevar la verga erecta pero listos para hacer suya a Renata, la localizaron mediante una app que mostraba la localización de un teléfono al ingresar el número de este, en su camino al segundo piso en las escaleras se encontraron con Don Andrés a quien astutamente le dijeron a quién buscaban, el viejo, quien ya también se saboreaba a la borracha madura, sabedor de lo que estaba pasando no quiso verse involucrado en la situación, por lo que no tuvo más remedio que bajar rápidamente, el viagra que tomo aún mostraba efectos en su cuerpo, nada le hubiera agradado más que sacarle un poco más de provecho.

Los jóvenes llegaron en el momento oportuno, Enrique aún no se cogía a la zorra, en ese momento la madre se encontraba hincada dándole una tremenda mamada, inicio metiendo el glande en su boca, la misma boca con la que besaba a su hijo, con su mano izquierda subía y bajaba la piel del tronco, la verga era de un color prieto, color que se acentuaba más en la base, donde se acumulaba la piel, aclarando el resto que quedaba apenas cubierto. Los labios carnosos se adherían al glande como si de dos piezas que se complementan se tratara, metió un poco más del tronco en su boca, la verga era tan grande que no podía metérsela por completo, para dar mayor placer masturbaba el resto con su mano.

Entonces sacó todo el miembro de su boca, la parte que estuvo dentro se distinguía del resto por estar cubierto de saliva, con ambas manos tomo el tronco, masturbándolo, con su lengua lamia la cabeza del chile, con la saliva acumulada escupió en su mano para untarla en los huevos, contraídos por la excitación, volvió a chupar el glande, masturbando con una mano el resto, levanto el tronco para tener despejadas las oscuras bolas, las lamio, las chupo, cuando se separó de ellas dejó tras de sí un hilillo de saliva, estaba tan embelesada con el miembro viril que no le había despegado la mirada.

El Casanova se regocijaba observando que mientras la madre se comía su fierro se tocaba la concha – puta veras la cogida que te voy a meter – pensaba entre chupada y chupada, aunque Renata se hubiera negado no tenía las fuerzas para oponerse, pero siempre era mejor por la buenas, así es posible que vuelvan abrir las patas se decía.

El esfuerzo de la noche vería su recompensa en unos minutos cuando sonó la puerta, intento ignorar la voz que llamaba pero no podía arriesgarse a un escándalo, tuvo que abrir la puerta, su enojo aumentó cuando al despegar su miembro de la boca de la mujer ella intento aferrarse a él como un bebe que se aferra al seno que lo alimenta – espérame no hagas ruido, voy a ver quién llama, espérame calladita – muchas mujeres al verse en esa situación habrían buscado la forma de salir de la habitación para salvaguardar su honra, putas pero discretas, pero la madre estaba tan caliente que aguardo sumisa y obediente mientras su amante jugaba su última mano: intentar volver a alejar a los chicos.

Mientras se dirigía a la puerta con esfuerzo se guardaba el pene más que erecto, incluso con dolor al lograr meterlo en su pantalón.

  • ¿Qué crees que haces idiota? – cuando Enrique apenas salió recibió un empujón de Luis, agresión que respondió de la misma forma.

  • Cálmate escuincle – por un momento pensó en responder con un golpe, pero el chico tenía pinta de saber pelear, además estaba un poco borracho y el amigo podría interferir.

  • Sabemos que la señora Rodríguez está aquí – dijo Luis con tono de reclamo, mientras el Casanova se debatía en que opción tomar, cada una resultaba peor que la anterior: pelear, ganar para armar un escándalo, perder para hacer el ridículo, alejarlos, ¿con que excusa?

  • Claro yo la ayude, la metí para que descansara y se le bajara la borrachera.

  • “La ayude” – dijo Luis mientras veía el erecto pene del sujeto frente a él, Alex aun no pronunciaba palabra - bueno pues ya puedes irte – seguían buscando pelea el chico.

El seductor era importante pero el Sr. Rodríguez lo era aún más, no podía perder lo que había logrado por insistir en cogerse a su esposa, si estaba buena pero no más que cualquier otra que se hubiera o pudiera cogerse, además quienes querían dañar la reputación de esa dama eran sus compañeras no él, lo mejor era retirarse por ahora, la señora demostró que le gustaba su verga, quizá en otra ocasión podría follársela o porque no hasta era posible que ella lo buscara. NUNCA pensó que los chiquillos lo ahuyentaban para poder montar a esa yegua.

El león había observado a su presa, le había lanzado una mordida al cuello y justo cuando iba a comérsela las hienas se la arrebatan sin más que haber conseguido un pequeño mordisco. Cuando Enrique llego a las escaleras Alex se acercó para ver de reojo hasta que el tipo desapareciera. Él Casanova acostumbraba terminar sus veladas con una mujer entre sus brazos pero esa noche se había roto su tradición, estaba tan molesto que se retiró inmediatamente sin avisar a sus cómplices del fracaso, ni siquiera intento buscarse otra pareja.

Las jóvenes hienas estuvieron consintiendo la participación del león para allanarles el camino pero ahora con el plato servido no necesitaban más de él. Alex y Luis entraron al cuarto, ya estaban seguros que Enrique los había dejado y notaron que nadie había visto la pequeña discusión ni los vieron entrar en la habitación.

Una vez dentro encontraron una erótica escena, la señora Rodríguez yacía con las nalgas sobre sus piernas, las rodillas dobladas, el alcohol la había vencido, se encontraba durmiendo a la orilla de la cama, los brazos cruzados sobre ella, encima de estos su cabeza con el cabello alborotado, un pecho presionado contra el colchón, estaba desnuda, tenía el vestido arremangado en la cintura. Su hijo se acercó para sacudirla ligeramente del hombro, ella apenas balbuceo el nombre de Enrique, los amigos se vieron, sabían perfectamente lo que el otro pensaba, el hijo y su amigo se cogerían a la prostituta mientras esta creía que tenía relaciones sexuales con otro, inmediatamente Luis corrió a apagar la luz, regreso para tomar por la piernas a Renata, mientras el hijo de esta la sujetaba por las axilas, con un poco de esfuerzo la pusieron sobre la cama.

  • Yo me la follo primero – dijo Alex – mientras tú espérame afuera para que me eches aguas si alguien viene.

  • Y si me ven ¿qué les dijo, que estoy atrancando la pared? Mejor nos quedamos adentro los tres, ya le puse el seguro y si alguien llega les decimos que nos quedamos dormidos cuidando a tu mamá.

No había tiempo para discutir, el hijo acepto la propuesta, los amigos rápidamente comenzaron a quitarse la ropa, Alex estaba por subirse a la cama cuando su colega lo detuvo, como movieron a la hembra a oscuras y con las prisas aun no le habían visto la vagina, por esta razón Luis alumbro, con la luz de una app en su teléfono, la intimidad de aquella maciza perra, los cómplices chocaron sus manos cuando corroboraron que solo llevaba un pequeño rectángulo de vello sobre el coño, lucia tan apetecible de un color rosa, los labios estaban hinchados por la excitación previa, nuevamente colaborando se situaron a los costados de la cama, cada uno tomo una pierna para separarlas.

Concluida la contemplación, Alex se situó con su verga frente al coño de su madre, con su brazo izquierdo se ayudó para levantar la pierna del mismo lado de la madura, – mmmhhh- soltó la hembra al sentir la penetración, entonces comenzó el hijo a meter y sacar, adelante, atrás, apenas empezaba a entrar en ritmo cuando se detuvo porque su amigo se acercó demasiado a un costado de la cama, por un momento parecía que buscaba meter su pene en la boca de la apenas consiente mujer.

  • ¿Qué haces?- susurro Alex.

  • Perdón, no me aguante la ganas de ver el vaivén de las chichis de tu mamá

  • Está bien, pero no te pongas tan cerca de la cama, aléjate.

Los grandes senos temblaban como gelatina ante las embestidas, se elevaban portentosos, el amigo obedeció, lo que no le había dicho es que esa no era su única intención le oculto que su verdadero propósito era grabar con su celular la cogida que iba a recibir la putita ejecutiva de Alex, así que amplio el zoom de la cámara para que el video captara solo la cara y tetas de la madre.

Alex no notó el mínimo detalle de esto, el seguía penetrando a aquella cualquiera, quien a su vez permanecía ajena a quien era el hombre que se la fornicaba, a tiempo que el hijo mantenía las metidas, apretujaba las carnosas tetas que tenía enfrente, lo que privó al amigo de ver como temblaban, la verdad era que él tampoco estaba tan mal dotado así que las arremetidas hacían que su madre soltara gemiditos de placer y algunas palabras inentendibles producto del alcohol, la situación eran tan morbosa que el muchacho estaba a punto de venirse, para evitarlo saco su miembro y le señalo a su colega que era su turno.

El chico sin dejar el teléfono se dirigió a suplantar a su amigo, este intento quitárselo pero se detuvo cuando escucho a su madre pedir por su amante – En…Enri...que, amor – Luis abrió sus ojos como diciéndole que lo dejara, entonces se puso en posición para con total valentía ensartar a la puta frente a él, a diferencia de su amigo el no sujeto las tetas, las dejo libres para observar como subían y bajaban ante cada embestida, era lógico que el repuesto al estar fresco arremetía con fiereza provocándole más placer a la culona madre, ellos notaban como la hembra empezaba a disfrutar más y mas, moviéndose en la cama, acompañando con sus caderas el mete- saca de aquel miembro nada despreciable. El joven extendió su mano para pellizcar el pezón derecho – así, hazme tuya – grito complacida Renata, las primeras palabras que se le volvían a entender eran sacadas mediante el placer.

Luis se detuvo cuando sintió que el semen lo tenía ya en el glande, listo para ser expulsado, su amigo quien resistía para no masturbarse, rápidamente entendió que era su turno nuevamente. Si la luz los hubiera acompañado habrían observado como por unos instantes se veía un agujero en el coño, que se cerraba al quitarle la verga que lo mantuvo taponado, también habrían notado como los fluidos corporales mantenían empapada aquella ya de por sí jugosa pepita.

La mujer al sentir vacía su cueva volvió a balbucear, enseguida cambio esas palabras inteligibles por gemidos cuando su hijo volvía a introducir su pene en su húmedo coñito, sin ninguna duda desde fuera cualquiera hubiera escuchado los alaridos de esa zorra, para esos momentos la excitación era tal que los chicos no hicieron nada por acallar a la puta, esta vez al estar más mojada la tetona buscando más placer se incorporó, entrelazando sus piernas detrás de la espalda de su amante, le pego sus chichis abrazándolo, fundiendo sus lenguas en un apasionado y profundo beso, mientras que las caderas de ambos se acompasaban para darse placer.

La acción tomo por sorpresa al hijo quien al sentir los labios, seguido de la lengua de su mami solo atino a abrir como platos los ojos, correspondiendo abrazando la sudorosa espalda de su hembra,

  • que rico lo haces… Alex –

Un momento de lucidez llego a la madre, quien ayudada por la cercanía, le fue inevitable reconocer a que macho cabalgaba, el temor se abrió paso rápidamente en el chico, quien por instinto intento separarse, como quien está al borde la muerte vio pasar su vida frente a sus ojos, el problemón que le iba a llegar. Aquella yegua no le permitió alejarse, lo abrazo más fuerte, al detenerse las estocadas fue ella quien movió sus anchas caderas para volver ensartarse dándose placer, el aun temeroso hijo se mantenía inmóvil.

– Alex, no te detengas –

Le susurro coquetamente al oído, un cumulo de emociones sacudía al adolescente, temor, apenas perdía su virginidad, lujuria, su madre llamaba por el pidiendo su miembro, no había duda, no se equivocó creyendo que fue un error de su mente cuando escucho su nombre, unos cuantos segundos para analizar todo esto, al diablo las consecuencias, si su progenitora quería verga quien era el para negársela, después de todo a eso estuvo aguardando desde que conoció el sentimiento de deseo a su madre, entonces decididamente retomo las penetraciones, clavando con más energía, poniendo mayor fuerza, más velocidad.

El conjunto de los movimientos, el beso, su madre llamándolo por su nombre y el sentir las grandes tetas pegadas a su pecho fue demasiado, no pudo contener los chorros de semen, chorros que inundaban la panocha de su progenitora. Ella sentía como un caliente liquido golpeaba su interior, ambos ahogaron sus gemidos en su interminable beso. Mientras el espectador había dejado el teléfono para concentrarse en la perversa escena que veía, no escuchó que entre tantos gemidos hubo palabras, para él los instantes donde su amigo se detuvo fueron causados por el hecho de querer durar más.

La sensación provocó que la caderona mujer se separara de su hombre dejándose caer en el colchón, ambos jalaban aire, un deslechado Alex como pudo se bajó de la cama para darle el relevo a su mejor amigo, este hirviendo por lo que acaba de pasar dejo caer todo su peso junto con su penetración, al instante su pene se cubrió con una mezcla de fluidos vaginales y el semen de su colega, los chicos lograron despertar el instinto de perra en celo de la dama, a quien no le duro nada la inercia, al sentir la nueva estocada giro para quedar arriba, los movimientos fueron tan rápidos que cuando el chico se dio cuenta estaba con el cuerpo sobre la cama, boca arriba, mientras que la amorosa madre lo montaba como un toda una experta, tenía las piernas dobladas, las redondas nalgas levantadas, se apoyaba con las manos sobre el colchón lo besaba con ternura el joven sentía como los tiesos pezones raspaban su pecho, como su piel se impregnaba con el sudor de la puta, mientras su dueña movía su cuerpo, la dama le dio un breve beso antes de levantar su cuerpo, sin sacarse la verga de su panocha, buscando cabalgar mejor aquel miembro, movía las caderas de izquierda a derecha y de adelante atrás succionando con su húmeda cueva la verga del amigo de su hijo.

Ambos amantes habían dado lo mejor de sí, uno aún lo daba, por lo que para esos momentos los gritos de placer de la tetona eran más sonoros, se la estaban fornicando tan bien que estaba a punto de correrse por lo que acelero los movimientos de su cadera…

  • ¡AAAAHHHH!- se escuchó al unisonó, seguido de exclamaciones de placer más cortas.

A la madre aún no se le terminaba de salir el semen de su hijo cuando su conchita volvía a llenarse de fluidos masculinos. Alex no pudo evitar sentir un poco de envidia de que su madre terminara gritando más con su amigo que con él. La verdad era que quien hubiera tenido ese turno le habría provocado los mismos gritos a la señora, nada tenía que ver con que el amigo fuera mejor amante.

Luis intentó desplomarse junto a la chichona, pero su amigo lo detuvo, la faena aún no estaba concluida, si querían perfección en el trabajo necesitaban limpiar su desastre. Ambos estaban completamente exhaustos, pero no era momento de descansar, apenas con fuerzas, con la boca, seca se vistieron rápidamente.

En la madre pensaron usar un calcetín para limpiarle el semen, pero se decidieron por usar las sabanas al ser más suaves, nuevamente alumbrando con el teléfono mientras limpiaban la vagina, su dueña daba gemidos chiquitos, pidiendo a Enrique que se detuviera que la dejara dormir, al volver a ser entendibles las palabras de Renata los amigos apresuraron el paso. Primero levantaron de la espalda a la señora para subirle los tirantes, guardando a las niñas dentro de la tela, después uno levanto las piernas para que el otro jalara el vestido y cubrir la intimidad húmeda así como las nalgas de la mamita.

Escondieron la sabana con que limpiaron la panocha bajo la cama, como pudieron taparon con las sábanas restantes a la madre, abrieron la venta para dar un poco de ventilación a la recamará. Todo parecía volver a estar normal así que salieron satisfechos, sabedores de haber ocultado lo ocurrido apenas unos minutos atrás. Ya en el pasillo pensaron en ir por algo de tomar, sin embargo optaron por quedarse resguardando la puerta, no querían que algún suertudo encontrara a aquella mujer durmiendo, servida para que se aparearan con ella, nadie más se la cogería, bueno al menos no esa noche.

Pasaban de las tres de la madrugada cuando el señor Rodríguez encontró a su hijo junto a su amigo, ambos estaban durmiendo sentados recargados en la puerta de la recamara, donde dentro dormía plácidamente la señora Rodríguez. Al despertarlos ellos le contaron lo ocurrido, de Enrique, de su “ayuda”.

El descanso había sido suficiente para disminuir los efectos del alcohol en Renata, por eso cuando su esposo la movió para despertarla esta reaccionó con más cordura, primero se aseguró de quien era antes de decir el nombre de Enrique, como inconscientemente estuvo haciendo mientras fornicaba con los chicos. Mientras se incorporaba a su cuerpo llegaban los síntomas de la resaca, de la resaca y del Casanova endulzándole el oído, de caminar a la habitación con él, - ¡por dios!, le mame el pito – pensaba mientras caminaba rumbo a la salida del salón con su esposo, su hijo y el amigo de este – no, no, no, no, ¿qué hiciste mujer, dejaste que te cogiera? – Intentaba recordar - sí, me cogió – se dijo cuando en su mente empezaron a aparecer partes de la película de lo que pasó en la cama donde la encontraron, una mezcla de culpa y placer, culpa porque se corriera el rumor de que al fin alguien de la empresa se la había follado y placer por el orgasmo que su amante le saco.

Caminaba coqueta, mordiéndose la esquina labio del inferior, recordando la revolcada que le pusieron, iba tan desconectada que su esposo tuvo que detenerla del brazo para esperar a sus jóvenes acompañantes, quienes al ver refresco en una de las mesas vacías caminaron para calmar su sed, el señor pensó que a escondidas los chicos habían tomado algo de alcohol y empezaban a sentir sed la cruda, si supiera que lo seco de su boca se debía a otra cosa.

El esposo estaba tan molesto porque estuvo atrapado con Antonia revisando documentos que ni le dio importancia a que su esposa se emborrachara al grado de tener que dormirse. Durante el camino nadie lo escuchaba a pesar de que él contaba lo ocurrido, su mujer seguía clavada en lo sucesos pasados y los jóvenes había vuelto a dormirse, la tetona madre le había absorbido toda la energía con las corridas que les saco.

Renata había engañado a su esposo innumerables veces sin el menor remordimiento, pero por primera vez la imagen de esposa fiel estaba en riesgo de caerse. Recordaba los sonoros gritos que daba al recibir verga así que, ya en casa, detuvo a su hijo, por un momento pensó en preguntarle si había oído algo extraño al llegar a la habitación pero se decantó por no hacerlo, los chicos no habían mencionado palabra alguna sobre su guardia en la recamara, quizá no notaron nada, lo mejor era no despertarles sospechas.

Por un momento el miedo invadió a los amigos, pensaron que la madre recordó quienes la habían ultrajado esa noche, el alma les volvió al cuerpo cuando escucharon que no era nada, solo desearles que descansaran. Pronto el miedo dio paso a la lujuria, sintiéndose a salvo en el cuarto de Alex, cambiaron sus ropas por unos shorts y camisetas, con paciencia cerraron la habitación que tantas chaquetas había visto, solo para ser testigo de una más.

Los cómplices empezaron a reproducir el video donde tenían coito con Renata, para tener una vista más panorámica activaron una función para conectar el celular con la SmartTV, claro con mute puesto, inmediatamente empezaron a acariciarse el pene con la mano cuando vieron en la amplia pantalla plana el porno amateur que había grabado, ambos se recostaron en la cama para estar más cómodos haciéndose una paja.

En vez de que Alex, al haber cumplido su fantasía, se sintiera saciado, ocurría todo lo contrario, estaba como loco, poseído por la lujuria, el haber probado a su madre como mujer incrementó su obsesión, no quería que ningún hombre volviera a profanar aquella vagina, ni siquiera su padre, todos estos sentimientos ocasionaron que terminara más pronto que su amigo, volviendo a disparar un gran chorro de esperma del cual parte cayó sobre su mano, un poco más calmado espero a que su amigo se viniera para contarle su plan.

Habían pasado ya dos días del incidente en la fiesta, en esa mañana Renata y Fernanda se encontraban reunidas:

  • Te juro que no sé qué me pasó, siempre me había resistido con los conocidos de mi marido, dijo Renata con algo de vergüenza.

  • Te hubieras cogido a otro antes de ir la fiesta, para que no llegaras caliente, dijo Fernando en tono de broma.

  • En ese momento de manera inconsciente Renata pensó en Luis y Alex, los únicos dos que estuvieron a su alcance antes de salir para la fiesta, -aunque me hubiera cogido a dos, Enrique me habría vuelto a calentar, si tan solo lo oyeras, las cosas que dice y luego cuando tomo mi mano para ponerla en su duro pito.

  • ¿Cómo la tiene?, preguntó Fernanda con complicidad.

  • Grande, gruesa, apenas me cabía en la boca, por eso acepte ir a la habitación con él, porque solo se la iba a mamar.

  • ¿Y luego?

  • Luego, cuando sentía ya me la estaba metiendo, me daba duro con mucho entusiasmo, luego se detenía, luego volvió a darme duro, tenía la energía de un adolescente, hizo que me viniera como pocas veces me he venido, gritando y mojándome entera..

  • Se ve que te atendieron bien, zorra, hahaha.

Mientras las amigas reían tomando una taza de café, el señor Rodríguez en su oficina recibía un e-mail con este encabezado “la verdadera Renata”, era la quinta vez en el día que lo recibía, la décima en total, cansado de ellos, por fin decidió abrir uno y por poco y le da un infarto cuando vio el archivo adjunto, un video donde se veía a una mujer disfrutando de una buena follada, y la mujer era su ¡esposa! – ¡maldita PUTA! – gritó furioso, furia que se incrementó cuando escuchó en el video el nombre de Enrique.

Inmediatamente salió furioso en busca del tipo, caminaba rumbo a su oficina cuando se topó con Hernández, su mejor amigo, que al escuchar el grito acudió a ver qué ocurría. El amigo al verlo en esas condiciones lo detuvo para que le dijera que estaba pasando, el cornudo esposo le conto sobre el video, prueba de que su esposa lo había engañado. Hernández imaginándose a donde se dirigía su amigo lo convenció de ir a un bar cercano para que escuchara lo que tenía que decirle y ya con la cabeza más fría tomara algunas acciones.

Después de calmar los ánimos con un poco de alcohol, realizaron un par de llamada a algunos conocidos de Hernández y ya entrada la noche regresaron a la oficina para estacionarse cerca del edificio de la empresa, frente a ellos estaba otro auto azul oscuro con cuatro tipos que contrataron para golpear a Enrique.

Apenas Enrique salió uno de los hombres también salió del auto y se le acercó colocándole un arma en la nuca obligándolo a entrar al auto azul. Condujeron por un tiempo hasta detenerse en un terreno baldío, entonces bajaron a Enrique a golpes y siguieron golpeándolo hasta el punto de casi perder el conocimiento, en esos momentos también llegó el señor Rodríguez para darle un par de patadas más. Todos se alejaron dejando medio muerto al Casanova, quien días después encontrándose en el hospital recibió una nota amenazándolo con que si volvía a la empresa esta vez lo matarían.

El señor Rodríguez apenas llegó a su casa, indignado empezó a reclamarle a su esposa sobre la infidelidad cometida, la discusión fue bastante acalorada, los gritos despertaron su hijo quien se acercó a la recámara de su padres y se paró frente a la puerta semi abierta para observar y escuchar la pelea, aquella noche el esposo no durmió en su casa.

Al día siguiente el cornudo le mando los papeles del divorcio a la infiel, Alex sin el menor remordimiento y con malicia contemplaba como se derrumbaba el matrimonio de sus padres, se alegraba de haber cumplido parte de su plan, tendría toda la casa sólo para él y para la ramera de su madre, sólo era cuestión de tiempo antes de que la volvieran a fornicar.

Por otro lado, Renata sí quería a su pareja, solo que la monogamia no estaba en su naturaleza, todo el cariño que le profesaba a su hombre no era suficiente para calmar su calentura y sus constantes ansias de una buena verga, durante años logró ingeniárselas para mantener el amor de su esposo y sus raciones de sexo casual, pero no podemos tener todo en la vida, al fin había llegado el día en el que fue descubierta y su matrimonio había terminado.

Renata recordaba para bien o para mal la apasionante noche, pero no era la única, su hijo a su manera también lo hacía, veía una y otra vez aquel video, normalmente se la jalaba una o dos veces al día pero aquellos días estaba tan caliente que ahora lo hacía hasta cuatro o cinco veces, ya ni siquiera esperaba a llegar a su casa, se masturbaba también en el baño de la escuela.

Ahora el adolescente ya no disimulaba las miradas que lanzaba a su madre, descaradamente concentraba su vista en su escote, enfocaba la mirada en la silueta de su aureola, cuando Renata se daba la vuelta Alex clavaba sus ojos en su redondo culo y no retiraba la mirada hasta que Renata se movía o se daba la vuelta nuevamente, todo el día pasaba en una constante excitación.

La rubia había descubierto más de una vez a su hijo mirando su cuerpo, se sentía intranquila, no estaba bien que su hijo la viera como un objeto sexual, pero al mismo tiempo se daba cuenta que ella misma se había puesto en esa situación por andar de buscona con otro hombre, cuando Alex la abrazaba o la besaba en la mejilla ella se incomodaba, cada vez percibía menos cariño filial de parte de su hijo y más deseo carnal.

Todo lo sucedido hacia que ahora empezara a cuestionarse el vestir tan ligero, empezó a reemplazar la faldas cortas y ceñidas por algunas más largas y anchas o pantalones también holgados, sus actos reflejos también habían cambiado, cuando su hijo estaba cerca tocaba con una de sus manos el hombro contrario para cubrir sus pechos, se subía la blusa para tapar su canalillo o se cerraba la chaqueta o chamarra para cubrir su escote que de por sí ya era menos atrevido. Estos actos más bien eran advertencias, no del cuerpo de una mujer si no del de una madre gritando que debía hablar para volver a encauzar el amor que desbordaba su hijo, que debía orientarse hacia una mamá no hacia una hembra.

Por otro lado el proceso de divorcio sólo hacía que el chico viera más cercano el volver a tenerla entre sus brazos, representando muy poco apoyo moral o emocional para la atribulada madre, afortunadamente Renata lograba salir del abismo con el apoyo de su amiga Fernanda y su hermana mayor Alicia, quien al enterarse de la situación y conocedora de la simpatía que Renata tenía por los niños, le propuso que su hijo de ocho años Pepe, pasara unos días con ella y con Alex. La afligida tía dudo en recibir a su sobrino, por mucho que lo amara no se sentía en condiciones de tener visitas pero terminó por aceptar cuando Fernanda en una de sus ya rutinarias visitas hizo aflorar en ella el instinto materno recordándole los años más tiernos de Alex.

Llegó el día de la llegada de Pepito, aquella mañana, Renata, con su recientemente adquirido estilo más conservador optó por ponerse ropa interior, se puso un sostén a media copa y unos calzones que debido a la robustez de su trasero se perdían en su raja trasera, por un momento pensó en usar un bóxer femenino pero se sintió como marimacho, así que para disimular su forzada tanga se puso unos jeans de mezclilla que para su pesar se ajustaban como una segunda piel. Era un viernes por la tarde cuando su hermana mayor llego con su hijo.

Durante mucho tiempo Renata permaneció bajo la sombra de su hermana mayor, eran similares en belleza pero opuestas en discreción, la menorera la típica chica popular en la escuela, bonita, siempre arreglada, delgadita y golfa, todos conocían su re-puta-ción, Alicia odiaba escuchar los chismes sobre su hermana, ella era más reservada y pudorosa, aunque de igual manera era un hirviente volcán de lujuria pero solo con su novio de turno. El tiempo tuvo diferentes efectos para cada una, en la menor acentuó sus curvas y su puterío, por otro lado Alicia terminó gorda y descuidada.

Como las cosas tampoco estaban de lo mejor en su matrimonio, Alicia decidió aprovechar la ausencia de su hijo decidió tomarse un fin de semana para vacacionar con su también obeso esposo. Esta visita no hizo más que irritar a Alex, quien apenas se entronaba como el hombre de la casa y ahora tenía que soportar las idioteces de un escuincle, ¿pero qué cosa tan ridícula, verdad?

Pepe, si bien era un niño pequeño, también era algo precoz y la belleza de su tía no le era indiferente, así que el resto de la tarde transcurrió con Renata haciendo algunas labores de casa con el niño siguiendo a su tía o más precisamente al explosivo trasero de la rubia, no perdió detalle de cómo se le movían las tetas cuando cortó las verduras para la comida, en más de una ocasión se puso cariñoso y la abrazó acercando sus manitas a su culote, veía atento como se acomodaba el cabello tras la oreja, mientras Alex molesto estaba encerrado en su habitación, planeando con su amigo el siguiente movimiento.

La tarde pasó sin mayores incidentes, en la noche antes de irse a sus respectivos cuartos Renata acomodó a su sobrino en el cuarto de invitados dejando la puerta semiabierta para que en caso de que Pepe tuviera alguna necesidad, pudiese llamarla fácilmente, es así que a la media noche la rubia escuchó un grito proveniente del cuarto de Pepe, la tetona tía, se atavió con un corto salto de cama y corrió a ver qué pasaba, cuando entró al cuarto vio a su sobrino “llorando”, él le contó que había tenido una pesadilla y que tenía miedo de quedarse solo, la complaciente tía tuvo que llevar a su sobrino a su cama para que él pudiera dormir tranquilo. Alex no escuchó nada ya que dormía profundamente gracias a tantas masturbaciones que le generaron un cansancio extremo.

Es así que la puta ejecutiva, llevó cargando al mañoso niño a su habitación, ya dentro y sin bajarlo de sus brazos encendió la lámpara sobre la mesita de noche y una vez que lo arropó en la cama, apagó la luz, creyendo que la oscuridad era su compañera la mujer se quitó su salto de cama negro y se quedó sólo en su ropa interior que se veía diminuta debido a la opulencia de sus atributos, se paró a un lado de la cama y tomando su teléfono empezó a leer los mensajes de su hermana sin caer en cuenta que por las amplias ventanas del dormitorio entraba la luz de la luna llena, luz que permitió que el precoz niño observara el cuerpazo semidesnudo de su tía, estaba excitado y un poco confundido porque no sabía si ese calzoncito devorado por semejante culazo era hilo dental, ya que si bien dejaba a la vista la totalidad de los cachetes traseros de su tía, el grosor era mayor a los que había visto en las revista de su padre.

El chiquillo veía como cada firme nalga se mantenía elevada y como un poco más abajo se unía a esos turgentes muslos. El brassier también era negro, la copa estaba dividida en dos colores, una mitad tenía una tela más brillante que la otra parte y ejercían presión sobre sus tetas haciendo que se vean bien paradas y más inmensas de lo que ya eran, al menos así lo recordaría él, cuando la mujer al fin terminó de responder los mensajes y se metió a la cama.

A la mañana siguiente cuando Renata se despertó estaba de costado, con la cara hacia el centro de la cama, su sobrino con su cara frente a la de ella aún dormía, cuando ella se levantó se percató que ambas copas del sostén se habían bajado ocasionando que sus pezones quedaran al descubierto, ella pensó que debido a que esa noche hizo mucho calor ella se movió mucho y terminó pasando aquello, se levantó y sin ponerse su salto de cama dando elegantes zancadas se metió en el cuarto de baño para darse un buena ducha.

La presencia del niño en su casa dio el resultado esperado, ella se mantenía ocupada cuidando sus travesuras, quizá demasiado ya que después de la cena terminó bastante agotada, ese día ella, para estar cómoda se puso ropa un poco más informal, unos leggins violeta con una playera un poco holgada, tanto Pepe como Alex no perdieron detalle del culo de la zorra contoneándose de un lado al otro al realizar las labores del hogar o de las tetas temblando bajo la playera mientras realizaba la limpieza. Como en ese día el pequeño rebelde se la pasó corriendo, la anfitriona considero que era necesario que tomara un baño antes de ir a dormir.

La tía vio como más conveniente que el niño se aseara en el baño de su recamara, cuando estuvo lista el agua le ordenó que entrara, mientras ella se sentó en su cama para distraerse en Youtube.

Cuando Pepe estuvo listo llamó a su tía para que le ayudara a secarse pero cuando ella se acercó notó que el niño aún desprendía un olor a sudor, era bastante obvio que no se había aseado bien, su hermana le había dicho que su hijo ya se bañaba solo, pero al parecer no lo hacía bien.

  • Pepe, todavía no te salgas de la ducha

  • ¿Por qué?

  • ¿Por qué? – dijo sarcástica – porque me parece que no te bañaste bien, es necesario que te metas nuevamente a la regadera

  • ! ! No, no quiero! –dijo el niño, intentando salirse de la ducha pero su tía se interpuso en su camino.

  • Obedece Pepe, es muy rico bañarse, anda, tienes que darte prisa porque yo también me voy a duchar… es más – lo pensó -, me voy a meter contigo para asegurarme de que quedes bien limpio.

Vaya que sabía cómo obtener lo que quería de un hombre, ya sea entre sus sabanas o en situaciones como esta, la ardiente tía no quería seguir discutiendo así que pensó que la mejor manera de solucionarlo era meterse a bañar con él, más que nada como un gesto de empatía ya que la mujer ni en sus sueños más depravados se imaginaría que su sobrino la viese como algo más que su tía.

Ante tal “ofrecimiento” el niño se dio cuenta de las ventajas de tomar un nuevo baño y rápidamente volvió a abrir las llaves de la ducha, entonces giro la cabeza para ver como Renata se quitaba la playera, haciendo que sus mamas se bambolearan, empujando con sus talones la mujer se sacó los tenis, después con suavidad se bajó los leggins color violeta, descubriendo sus torneadas piernas. Por un momento dudó si desnudarse por completo o quedarse en paños menores, pero concluyó que sería absurdo tomar una baño con ropa interior, así se decidió por encuerarse – es solo un niño – se dijo, cuando su hijo era pequeño ella hacia los mismo, así que dejando el pudor de lado se desabrochó el sostén, quedando con las tetas al aire mostrando a su sobrino sus rosadas aureolas y puntiagudos pezones, después de esto y sin darse cuenta se puso de espaldas a su sobrino y lentamente se bajó el calzoncito, Pepe quedó anonadado viendo cómo la tela poco a poco se iba despegando de ese grandioso surco trasero, Renata lo retiró de sus tobillos y desnuda llevó las prendas que se había quitado a un cesto verde con ropa sucia, se dio la vuelta y viendo a su sobrino con los ojos como platos le preguntó:

  • ¿Por qué no te has puesto jabón?, ándale empieza – regañó cariñosamente a su invitadito.

  • Está muy fría – dijo el niño dando un saltito juntando sus brazos, entonces la madura se puso a su lado y giro las llaves para incrementar la temperatura del agua – así está más rica, ¿no crees?

El chiquillo no podía pronuncia palabra, debido a su corto tamaño sus ojos quedaban a la altura del ombliguito sexy de la doña en medio de ese plano abdomen, estaba quieto bajo el chorro de agua, como no se movía, su tía pensando que seguía sin querer bañarse le puso champú en el cabello, lo sujeto de las manos y las puso en su cabeza para que empezará a lavarse, sin conciencia el infante empezó a moverlas observando como la madura enjabonaba su cabello, después la mujer empezó a pasar la esponja por todo su excitante cuerpo lo hacía lentamente como acariciando cada centímetro de piel, Pepe veía el agua caer sobre ese voluptuoso cuerpo limpiando todo rastro de jabón. La señora notaba que el niño se mantenía inmóvil así que tomo la esponja, y se puso en cuclillas, provocando que su rajita se abriera ligeramente, para empezar a lavar al hijo de su hermana.

Pepe tenía un panorama incomparable de las tetas de su tía, tomó con sus pequeñas manos un poco de jabón de su cuerpo y osadamente las puso sobre las chichotas de Renata para empezar a moverlas sobre toda su extensión– yo también te lavo, tía – entonces la mujer se levantó un poco contrariada por la osadía del muchacho – no es necesario yo ya me limpié bien y tú también ya estás listo,- ambos permanecieron otro ratito bajo el chorro de agua.

Después de esto la nalgona cerró el agua y tomó una toalla para secar a su sobrino, después puso crema en su cara y cuerpo, cuando terminó el niño felizmente salió corriendo del baño, la señora repitiendo la rutina, procedió a secar todo su cuerpo y untarse crema al igual que hizo con su pareja de baño, desde el dormitorio el sobrino observaba cómo semejante mujeron acariciaba su cuerpo con la crema.

Cuando salió del baño se encontró con su sobrino ya dentro de su cama, apareció frente a él sólo con una toalla que dejaba al descubierto la mitad de sus mamas, apenas tapaba el coño, que por cierto estaba un poco más cubierto de vello, con todo lo que estaba pasado no había tenido tiempo ni ganas para ir a que se lo depilaran.

El atuendo hubiera sido mucho más erótico en otras circunstancias, sin embargo ella acababa de bañarse así que decidió que dormiría desnuda.

Cuando estuvo a punto de decirle a su sobrino que se vaya para su cuarto, él le soltó la excusa de que donde iba a dormir estaba muy grande y que todavía tenía mucho miedo igual que la noche anterior, ella dio un suspiro antes de aceptar que se quedara.

Como su invitado la vio sin ropa hace pocos minutos continuó con su decisión de dormir encuerada, así que después de apagar todas las luces se quitó la toalla dejándola en el cesto verde y se metió a la cama junto a su sobrino, quién al estar junto a semejante hembra no pudo pegar ojo, esperó a que su tía se durmiera y muy lentamente empezó a acercar su manito al voluptuoso cuerpo de la rubia, sintió el calor de su piel y empezó a amasar sus turgente chichotas, ella no salía de su ensoñación así que Pepe un poco más envalentonado empezó a bajar su mano por el vientre de la hembra y empezó a acariciar el coño de su tía tocó sus labios suaves y arrugados, ella empezó a moverse lentamente, él siguió con las caricias empezó a meter lentamente uno de sus dedos en la ardiente raja de la puta, Renata automáticamente salió de su ensoñación y notó el tacto de la mano de su sobrino, abrió los ojos un poco confundida pero vio que él estaba durmiendo, así que un poco sorprendida y contrariada asumió que él estaba soñando y para evitar crearle un trauma y evitar un momento incómodo le dejó seguir metiendo sus dedos en su raja, seguro pronto dejaría de hacerlo, el niño metió primero uno y luego un segundo dedo explorando la caverna de Renata, ella muy a pesar suyo empezó a sentir algunos chispazos de placer y su cotizada concha empezó a soltar una buena cantidad de fluidos, muy lentamente y con mucho cuidado empezó a mover su cadera siguiendo el ritmo de la mano de su sobrino, Pepe muy disimuladamente movió su mano y encontró el clítoris de su ardiente tía el cual empezó a acaricia en forma circular, Renata empezó a morder sus labios para evitar que algún gemido se le escapara poco a poco empezó a sentir que le endurecían los pezones y que le estaba empezando a encharcar a concha, se dio cuenta que si esto seguía tendría un potente orgasmo que despertaría a su sobrino y tendría que inventar un buena mentira sobre lo sucedido, por esta razón reuniendo toda su fuerza de voluntad tomó delicadamente la mano de su sobrino y la puso lo más alejada de ella.

Pepe no intentó tocar a su tía nuevamente y Renata se dio la vuelta y envuelta en confusión, placer y algo de culpa nuevamente cayó en un profundo sueño apuntando con sus nalgas a la humanidad de su hábil sobrino

A la mañana siguiente el frio hizo que ella se despertara, ¿la razón?, estaba con las sabanas hasta los pies, ella se encontraba boca arriba, su sobrino le daba la espalda, volteo a ver el reloj, aún era demasiado temprano, así que volvió a taparse para dormir un poco más.

ESPACIO DEL ESCRITOR

Continuo haciendo de su conocimiento esta historia, esperando que ustedes como yo: cada vez mas calientes con cada capitulo.

Esta vez quisiera saber:

  1. ¿Hasta donde han llegado para calmar su calentura?, así como fantasías o experiencias eróticas que hayan o tengan con alguna mujer u hombre de su familia.

  2. ¿Alex y Luis llegaron demasiado lejos? Sobre todo el primero por ser el hijo y ¿qué piensan que será lo que planean?

  3. Hubo un cambio en la forma de vestir de Renata, ¿será que ahora ella tomara el papel de la recatada y su amiga el de puta?

Agradezco el tiempo de lectura y a quienes siguen escribiendo a mi e-mail, recuerden respuestas los viernes horario de mi país. Paciencia con las siguientes partes.