Dos amigas descubren su atracción

Dos amigas descubren que no solo son amigas sino que se atraen sexualmente.

DOS AMIGAS DESCUBREN SU ATRACCIÓN

Luz y Mónica eran dos mujeres de unos treinta años que llevaban a sus hijos a la misma escuela, se conocían porque sus dos hijos eran amigos y además eran casi vecinas porque los portales de una y de la otra estaban separados por setenta metros pero lo que nunca se imaginaban era lo que iba a pasar aquella mañana.

Habían quedado que después de dejar a los niños en la escuela se iban a ir de compras ya que los chavales no saldrían hasta las cinco de la tarde y además sus maridos también llegarían por la tarde, así que tenían todo el día para ellas.

Luz la invitó a subir a su casa antes de ir de tiendas, la iba a enseñar unas fotos y así mientras su amiga las veía ella aprovechaba para ducharse, subieron a casa, la sacó las fotos y se fue al baño para ir a la ducha. Estaba duchándose cuando Mónica tocó con los nudillos en la puerta para si iba a tardar mucho porque tenía ganas de ir al baño a orinar, la mujer la dijo que un poco todavía pero que si no la importaba podía entrar y mientras ella se duchaba orinar.

Mónica aceptó y pasó, la taza del wc estaba frente a la bañera, una bañera semicircular en uno de las esquinas del cuarto de baño, Luz se estaba duchando, Mónica la veía mientras orinaba y hablaban, Luz era morena de pelo rizado con el cabello por debajo de los hombros, ojos negros y labios carnosos, pechos pequeños rematados por dos pezones color café pequeños y el pubis un pequeño mechón negro, el culo como pudo ver era redondito y duro, siempre se lo había piropeado por lo bien que la quedaban los pantalones. Cuando acabó se secó e iba a salir cuando Luz la pidió por favor si la jabonaba la espalda, Mónica cogió la esponja de crin que tenía su amiga que era como una manopla y se la puso y empezó a frotarla la espalda por los hombros, en un descuido de su amiga se mojó la camisa, las dos mujeres se rieron y Luz la dijo que mejor que se la quitara y que casi era preferible que se desnudara, se ducharan las dos y así terminaban antes, la propuesta partió de una forma muy inocente pero iba a tener unas repercusiones distintas. Mónica aceptó, se desnudó por completo y entró de nuevo en la bañera, Luz se dio la vuelta para dejarla pasar para que se pusiera debajo del grifo de la ducha y se rozó con ella quedándose las dos paradas y Luz observando a su amiga.

Mónica era pelirroja, pelo rizado de la misma largura que la otra mujer, ojos marrones, piel clarita, cara de rasgos muy agradables, pechos pequeños pero apuntando los pezones rosados y pequeños hacia arriba, el pubis pelirrojo y el culo también como una pequeña manzana dura. Como atraídas por una fuerza eléctrica se acercaron la una a la otra y se fundieron en un fuerte y apasionado beso.

Se separaron de repente como asustadas y se intentaron pedir excusas pero la excitación pudo a la vergüenza y se volvieron a besar esta vez más apasionadamente mientras el agua caía por sus cuerpos empapándolas enteras, Luz fue besando el cuello de su amiga con suaves y tiernos besos mientras sus manos acariciaban la piel de la mujer buscando sus zonas más erógenas fue deslizándose la mano por la espalda hasta el nacimiento de las nalgas mientras los besos fueron llegando a los pezones rodeándoles lamiendo la piel en torno ellos para luego con los labios hacerlos estirarse consiguiendo de la otra mujer un gran gemido, ninguna de las dos tenía ninguna experiencia con otra mujer, de hecho se consideraban hasta ese día completamente heterosexuales pero se comportaban como si fueran amantes desde hace mucho tiempo y supieran los puntos débiles de cada una.

Luz ya estaba en cuclillas e iba bajando hasta el sexo de Mónica, con los dedos jugueteaba con su vello púbico, y llegando al clítoris lo acaricio rozando las yemas de los dedos con él pero sin tocarle de lleno, con los dedos frotó muy cariñosamente los labios vaginales para luego darlos pequeños besos y meterla dos dedos en el coño y empezar a follarla con ellos, Mónica gemía cada vez más. Mónica cogiendola de las axilas la levantó para ella repetir la misma operación como si fueran la misma imagen pero reflejada en el espejo, las dos estaban a mil, se levantaron, estaban bajo el chorro de agua caliente mientras se besaban apasionadamente, sus lenguas jugaban una con la otra y los dedos acariciaban los clítoris respectivos con movimientos acertados que sacaban gemidos placenteros a las dos amigas hasta que en un gran beso que puso sordina sobre un gran jadeo llegaron a un enorme orgasmo que las dejó exhaustas.

Salieron de la ducha y se secaron mutuamente muy cariñosamente y desnudas, Luz como perfecta anfitriona y emborrachada de deseo la condujo hasta su habitación, cerró la persiana y puso una música muy suave y sensual a bajo volumen, las dos se empezaron besar de nuevo muy delicadamente primero pero luego fue subiendo la lujuria, los besos pasaron de ser simples picos a profundos morreos y ardientes muerdos donde las lenguas exploraban sus bocas.

Las manos de Mónica derribaron con cariño a Luz sobre la cama mientras ella no dejaba de besarle el cuello y acariciar su cuerpo. Quedaron las dos mujeres tumbadas en la cama en un abrazo en el que se entrelazaban labios, brazos, piernas, etc.

Estaban como en un sueño Mónica se puso encima de su amiga y dirigió su boca al coño de Luz poniendo a su vez el suyo sobre la boca de su amiga, Luz con un movimiento ágil sacó de debajo de la almohada un consolador de látex de color rosa chicle y olor a fresa y lo fue pasando por la raja de su amiga muy lentamente. Esto hizo que su amiga con el ronroneo del aparatito en su conejito emitiera varios gemidos. Ella a su vez fue pasando su lengua por los muslos apenas rozando la piel de su partenaire.

Con las manos la fue abriendo las piernas mientras ella era ensartada por el consolador en el coño, mientras el instrumento hacía su misión en la cueva de placer de Mónica y Luz lo cambiaba de marcha a voluntad, la misma Luz fue pasando la lengua desde el coño hasta el ano suavemente apenas rozando la piel del perineo haciendo que Mónica entre lametón en el coño de Luz y caricia jadeara y gimiera como una autentica loca.

El placer aumentaba, Luz se centró en el esfínter anal de su amiga lamiéndoselo en círculos mientras durante unos segundos ponía la velocidad del pene de látex a la máxima velocidad consiguiendo que Mónica estallase en un orgasmo y todavía pidiera más. No tardó Luz en llegar al suyo y se enzarzaron en una especie de lucha sexual lamiéndose las dos mujeres.

Estaban casi en un orgasmo continuo del deseo que las quemaba por dentro y la excitación del momento, Luz extrajo el consolador del coño de su amiga y lo introdujo con suavidad en su ano, la vibración del aparatito hizo que su amiga se excitase más y mientras follaba a su amiga con dos dedos la lamiera también el ano.

Estuvieron así durante un tiempo que cuando cesaron tras varios orgasmos impresionantemente placenteros se quedaron ligeramente dormidas una abrazada a la otra hasta las dos de la tarde en que despertaron y comieron las dos desnudas como dos amantes.

A partir de ese momento se convirtieron en amigas inseparables y amantes.

Este relato es imaginario pero si queréis podéis escribirme a:

Picante100@hotmail.com