Dos amigas

Dos Gay, se conocen entablan amistad y deciden mutuamente trasexuarse

DOS AMIGAS

Quiero con esta historia, relatar parte de la vida de dos amigas que conocí en un viaje por el extranjero, la cuanto según me lo contaron.

Se llamaban Monic y Josephine,

eran francesas pero esos no eran su nombre auténticos, los suyos eran Mauricio y José.

Mauricio, siempre fue un muchacho muy pulcro, delicado se cuidaba mucho su físico, desde pequeño siempre había presentado una tendencia algo peculiar, sus gustos no correspondían a un joven de 18 años, interesado por los deportes, el futbol o tenis, más bien le interesaban los actos culturales, como conciertos, ballet, exposiciones, sus amistades normalmente también tenían esas tendencias y sus apetencias sexuales no eran precisamente las mujeres, tampoco era y gay recalcitrante era refinado. Trabajaba en una empresa de cosméticos como asesor comercial, instruyendo a los vendedores así como asistiendo a simposios profesionales donde presentaba las novedades de la empresa, estaba muy bien considerado por sus jefes.

José, era muy parecido a Mauricio, pero en él se le veía con una tendencia más feminista, se maquillaba ligeramente y sus movimientos al caminar, lo declaraban como un homosexual, inscrito en registro. De vez en cuando, se le veía vestido con prendas femeninas, llegando en alguna ocasión a travestirse totalmente acudiendo de esa manera a alguna fiesta Gay o heterosexual. Trabajaba en una empresa de publicidad, lo que le permitía, relacionarse con modelos y copiar su manera de ser, caminar, vestirse

e incluso acompañarlas travestido.

En una de esas fiestas coincidió con Mauricio, como entre ellos, había una pequeña afinidad, entablaron conversación, una copa, chistes, un paseo, total que se hicieron amigos, vivían ambos en la misma ciudad Marsella, pero ambos viajaban con frecuencia por motivo de sus trabajos respectivos.

Un día coincidieron en un viaje a Lion, retomaron las conversaciones que habían tenido en varias ocasiones, al llegar a destino cada uno se dirigió a su hotel coincidencia, era el mismo hotel. Al registrarse Mauricio se encontró con la sorpresa de que su reserva había sido anulada por error y no tenia habitación. Enseguida José se ofreció a que compartiera la suya, sino tenia inconveniente, como ya tenían una pequeña amistad, Mauricio acepto, eso si pagando el 50% del importe de la misma.

Llegaron a un acuerdo, dejaron las maletas en la habitación y salieron del hotel cada uno por caminos distintos a su trabajo.

Por la noche, se encontraron en el bar del hotel, Mauricio acababa de regresar de una cena con sus jefes y antes de acostarse quería tomar una copa. José ya llevaba un tiempo en el bar, comentaron las peripecias del trabajo y después de varias copas se retiraron a la habitación.

José, fue directamente al baño, mientras Mauricio se ponía el pijama para acostarse. En eso José, salió del baño y sorprendió a Mauricio por su atuendo. Se había puesto una Negligé, conjuntada consistente en unas braguitas, color rosa con unos pequeños lazos en los laterales y uno mayor a la altura del pubis. Su torso lo cubría con un sujetador haciendo juego que ocultaba unos pechos postizos y un picardías para cerrar la exhibición. Y así apoyado en la puerta le dijo.

“Te gusta mi conjunto, cariño”? me lo he puesto para ti, lo estreno hoy.

Mauricio, quedo un poco cortado, sabia de las tendencias de José, pero no creía que llegase a tanto, a el que también sufría de tendencias similares, aunque no tan pronunciadas, le siguió la trama, y lo invito a sentarse en la cama. Le dijo:

“Ven José, siéntate a mi lado” y le contesto:

“Mi nombre es Josephine, no quiero que me llames José, para ti soy Josephine.”

Se cogieron de las manos, y poco a poco se fueron acariciando, las manos de Mauricio, comenzaron a rozar la cara de Josephine, le tocaba los labios y poco a poco fu acercándose a ellos y ambos unieron sus labios en un beso, profundo, sus lenguas se mezclaron en sus bocas, ya no era solo besos en la boca, las manos de ambos exploraban los cuerpos opuestos, Mauricio sobaba el sujetador de Josephine como queriendo apretar sus falsos pechos y meterlos en la boca.

Josephine, comenzó a bajar sus manos hacia el pantalón del pijama, buscando el pene de Mauricio, al encontrarlo, sonrió, tenía en su rostro la satisfacción de haberlo encontrado, y le dijo.

“Que gordo lo tienes mi amor, te lo voy a comer” y dicho y hecho comenzó una mamada descomunal, el pene engordaba paulatinamente, Mauricio entraba en trance, tuvo que decirle que parase.

Entonces Josephine, se puso de rodillas sobre la cama, se saco la ropa quedando desnuda ante Mauricio, y puso en sus manos la enorme verga que colgaba entre sus piernas, Mauricio al ver semejante regalo no desperdicio un minuto y se la metió en la boca, mamando como si de una teta se tratase.

Tumbados en la cama, tomaron la postura del 69, satisfaciéndose mutuamente llegando ambos a una eyaculación al mismo tiempo. Al despegar sus labios del pene Mauricio le dijo.

Quiero que me llames Monic

Rendidos, descansaron tumbados sin dejar de acariciarse.

Josephine, le dijo, que su deseo era ser un transexual, con unas hermosas tetas y que se la metieran bien metida por el culo, pero eso sí, no quería dedicarse a la prostitución, quería tener una pareja estable y vivir con ella.

Mauricio, le dijo que siempre le había gustado las cosas femeninas pero tenía que ocultarlo ante sus padres hasta que se independizo, aunque vivía como un hombre hacia el exterior, en su casa, en su intimidad, vivía como una mujer, se vestía con ropa interior de mujer al llegar para encontrarse más cómoda y sinceramente había pensado más de una vez en hormonarse.

Se confesaron sus secretos pero no sabían cómo reaccionaría cada una. La noche fue transcurriendo las caricias proseguían, Josephine saco de su maleta un tubo de lubricante y se embadurno su ano generosamente. Después de meterse en la boca el pene de Monic lo embadurno también y tumbándose en la cama, de espaldas, poniéndose un almohadón bajo sus caderas que hacía que su ano quedase a la altura del pene de Monic, tomándolo entre sus manos, lo acerco a su ano y le dijo:

“Cariño, probemos haber como me penetras totalmente”

“Dilátamelo primero con los dedos y te diré cuando estoy preparada”

Monic, comenzó a masajear el ano de Josephine, primero con un dedo, lo introducía lentamente, girando la muñeca varias veces, metía y sacaba el dedo, después fueron dos dedos con el mismo juego entraban con facilidad gracias al lubricante que se había puesto con los tres dedos que le siguieron, Josephine le dijo que ya estaba preparada, Monic se acerco mas puso su pene a la puerta del ano y suavemente comenzó a penetrarla, poco a poco, primero el glande y después el resto.

Al estar introducido en su totalidad, Josephine, dio un pequeño grito de dolor, era la primera vez que le penetraban, la había desvirgado, con un mete y saca, lento pero constante, su rostro se mostraba lleno de satisfacción, le llenaba todo el culo, y entre pequeños gritos le decía.

Así cariño, hasta el fondo, dame mas lléname el culo con tu polla, no la quites la quiero para siempre.

Monic, no aguanto más, los gritos que daba Josephine la excitaban de tal manera que eyaculo dentro del culo de Josephine.

Así cariño, calentita tu leche alimenta mi culo, decía Josephine llena de satisfacción y de esperma que salía por los extremos de su culo.

Ambos quedaron nuevamente agotados, y así desnudos los dos se durmieron.

Al día siguiente, Josephine se levanto primero, y tras lavarse, se acerco a Monic despertándola con un beso en la boca. “Buenos días Cariño” ¿Cómo descansaste?, fue una noche maravillosa, tenemos que repetirla. ¿Tienes mucho trabajo hoy? Yo quedo libre a partir de las 6 de la tarde, te parece que te llame y cenamos juntas y luego continuamos con la fiesta.

Monic asintió con la cabeza, al mismo tiempo que le daba un beso en la boca. Se levanto y directamente al baño, tras hacer un pis se metió en la ducha, Josephine le siguió, se ducharon las dos juntas, una enjabonaba a la otra al mismo tiempo que se limpiaban con la lengua los penes opuestos.

Se vistieron y bajaron a desayunar, posteriormente y a la puerta del hotel se despidieron dándose la mano al mismo tiempo que se deseaban un buen día de trabajo.

Continuara.