Dormitorios compartidos de aquella pensión
Claro está hay colaboración por mí parte finalmente, ya no era por el acoso morbo y mi propia excitación, estaba tan caliente como este y deseaba también mí parte ooohhh.
Dormitorios compartidos de aquella pensión
Os voy a contar un hecho que lo tome y la verdad lo tomo como una anécdota, no fue mala y ni menos aún traumática, simplemente fue eso... una anécdota. Como os conté en mí anterior confesión “Una manera de perder el tiempo en un cine”, hacer el servicio militar no era problema para mí pues solo era un año perdido, sino el temor a que algo se me notara y más aún en las duchas compartidas.
Donde incluso en aquellos meses donde me toco hacer la instrucción pasa más miedo, pues los fines de semana que te toca quedarte… no me quedan otra que aguantar. Fin de semana que me tocaba servicio y tras cumplir este, buscaba un lugar donde descansar y perderme, lugar que en esos meses de tanta calor es peligroso, pues mí economía no me permitía precisamente un “NH”, tampoco los había. Ese lugar no era otro que una especie de pensión cuyas habitaciones eran compartidas, habitaciones que tenían desde dos camas hasta seis, habitaciones que eran más zulos que un dormitorio ventilado. En una de esta no me quedo otra y más bien sugerido por la dueña, sugerencia que no fue otra que descansar en ropa interior (calzoncillos), cosa que hice al final por la calor… uuuffff!!.
Aquellas semanas donde me alojaba en dicha pensión gracias a Dios no coincidí con compañero alguno, quizás de alguna manera hay al menos tuve algo de suerte. Pues en una de estos fines de semanas en que me tuve que quedar, cuando alquile la cama en ese dormitorio compartido con dos huésped más (tres camas). Escuche medio adormilado como abren la puerta y entra alguien, escucho pasos hasta detenerse en la cama de enfrente, cama que supe que era al escuchar el chirriar de los muelles. Supuse por el ruido de esta que este se estaría desvistiendo, notando acto seguido como posan una mano sobre mi brazo y preguntan…
- “¿Duermes?”.
Callo lógicamente ya que desde un principio fingía dormir, aparta la mano y cuando pensé que esta persona por fin me dejaría descansar. Noto como se acuesta en mi cama, cama por suerte que no chirria tanto como la suya. Pensé en un primer momento en darme la vuelta y formarle un “pollo”, pero luego recapacite llegando a pensar que quizás el ruido del somier le molestaría, le molestaría tanto que optaría a compartir cama a pesar de estar ocupada.
Como deseaba descansar… pase, continuando fingiendo que dormía… pues la verdad casi lo estaba. Noto como este se me pega demasiado y adormilado lo intento apartar, viendo la poca colaboración de esta persona, colaboración que una vez más… acabo por dejarlo estar. Notando como poco a poco me va llamando “Morfeo” a su lado, quedándome aún más adormilado por el tremendo sueño por culpa de la tercera imaginaria. Noto el calor que desprende esta persona, no notando precisamente solo eso… sino el olor nauseabundo del sudor.
Sintiendo en pocos minutos como soy acariciado… por llamarlo de alguna manera, pues noto como desliza las yemas de sus dedos desde mi hombro hasta llegar a mis nalgas… mmm. Mis vellos se erizan… mmm, poniéndose la piel de gallina… uuummm. Callo nuevamente más por temor, pues pensaba que si lo ignoraba acabaría este por marcharse, además no deseaba despertar al otro inquilino… no temor por despertarlo, sino que me viera en la cama con otro hombre. Aquellos dedos que se detuvieron en mis nalgas que por suerte llevaba calzoncillos, dedos que acariciaba mis nalgas en círculos… mmm. Transmitiéndome una extraña sensación de placer… mmm, sensación olvidada… aaahhh. Comencé a moverme con la idea de asustarlo y echarlo… cosa que no paso, pero aun así ese movimiento para mí, no fue otra que deslizarme hacía atrás… hacía el medio donde estaba hundida, movimiento que me permitió hundir un poco más mi rostro en la almohada y poderla morder sin delatarme.
Esos dedos ante mi pasividad se convierten en una mano, cuyo magreo es más descarado… mmm, eso y el sentir como tira de mis calzoncillos hacia abajo al tiempo que notas su respiración en mi nuca… mmm. Notando como su respiración va descendiendo al tiempo que sus labios besar mi cuello, hombros y finalmente espalda. Hombre que permanece callado, hombre que por la textura de sus manos doy por hecho que es mayor, eso y por su áspero cuerpo… mmm. Los escalofríos han dejado paso al estremecimiento, mordiendo la almohada con fuerza y silenciar mis gemidos, suspiro hacia dentro cuando desliza sus dedos por entre mis glúteos… mmm, sintiéndolo acariciarme mi orificio anal… uuummm.
Para aquellos momentos mi miembro me delata y él claro esta… lo sabe, sabe que estoy despierto... sabe que estoy fingiendo, quizás eso le ponga aún más… aaahhh. Pues noto como separa mis piernas e introduce una de las suyas, notando como pega la totalidad de su cuerpo al mío, notando… mmm, sintiendo como pega e introduce su miembro viril entre mis muslos… ooohhh. Notando este duro, caliente y vibrante… uuuffff!!, dejándolo entre mis glúteos… uuummm, mientras me abraza y sus manos me masajean mi pecho… mmm, besando al mismo tiempo mi cuello, ascendiendo hasta mi oído y soltarme…
- “Me gustan jóvenes y tiernos… mmm, me ponen mucho cuando se dejan y callan por miedo… mmm”.
Son palabras que se me quedaron encajadas en la memoria, pude haberme soltado… gritado e incluso haber escapado… pero no. Me quede quieto y esperando a que acabara, me quede inmóvil sintiendo como se movía muy despacio, mientras su grueso miembro alojaba entre mis glúteos se deslizaba una y otra vez… aaahhh. Llegando a sentir como su glande que por cierto era bastante grueso golpeaba mis testículos… mmm, incluso su torpeza… quiero creer que era torpeza, cuando tras retroceder y volvía a embestir… mmm. Su glande se clavaba en mi orificio anal, sintiendo gran dolor por mi parte al menos… mmm, intento que fue repetido por este un par de veces más… ooohhh. Mientras este se entretenía también en besar cuello, lamer con su áspera lengua e incluso darme tiernos muerdos… mmm, llegando a clavar sus dientes en mis hombros… ooohhh.
Claro está que para esos momentos mí colaboración era total, no me quedaba otra que colaborar, ya no era por el acoso… sino por el morbo y mi propia excitación, estaba tan caliente como este y deseaba también mí parte… ooohhh.
Este durante un rato no dejo de simular la penetración conmigo, cuyos sonidos provenientes del somier me ponían los pelos de punta. Movimientos que di gracias a Dios cuando llegaron a su fin, pues escuchar su respiración acelerada y el dolor de sus dedos al clavarse en mi piel, respiración que iba acorde y compas de las embestidas. Acabando por hacérmelo notar al verme empapado en un líquido caliente y viscoso… mmm, líquido que me hizo constatar que por fin había acabado… ooohhh. Quedándose inmóvil abrazado a mí, mientras notaba como su virilidad iba perdiendo fuelle y fuerza, quedándome la sensación de impotencia y la repugnancia de verme lleno de semen, este no se apartó… simplemente se quedó pegado a mí, pegado durante un rato y escuchar su respiración pausada, respiración al compás de sus ronquidos. Ronquidos que dio fuerza para poderme mover un momento y descubrir que estábamos solos, movimiento que me sirvió de poco al verme de nuevo sujetado por esos fuertes brazos hacia su poblado cuerpo de vellos… mmm, hasta quedarme dormido más por el cansancio que otra cosa. Viéndome despertado por la agradable sensación del orgasmo, pues desperté y mi primera visión ver a un ser ahí abajo, ser que debía de ser esta persona agradeciéndome mi pasibilidad, mediante una mamada… ooohhh.
No pudiendo aguanta mucho más y correrme en su garganta… mmm, pues era tal mi excitación que la verdad aguante demasiado… uuummm. Este trago en su totalidad cada descarga que salió por mi glande… uuuffff!!, quedándome avergonzado en la cama mientras el desaparecía de la habitación. Cuando horas más tarde y tras la limpieza a fondo, me marche exhausto de esa especie de pensión, cuya despedida de la dueña fue…
- “Hasta pronto, espero que haya disfrutado del descanso”.
Acabando por decir ante mí silencio, como una coletilla…
- “Y de la compañía”.
Comentario que no recibió por mi parte contestación, quizás porque la vi muy sonriente cuando me alejaba. Os podría decir que no volví más a esa pensión, pero os mentiría… pues volví. Volví porque no me quedaba otra, pues era la única pensión que económicamente me podía permitir, pues tanto el precio… casi tres mil quinientas pesetas, y el tiempo que dura el trayecto… unas cinco horas y media, tiempo que apenas disfruto. No quedándome otra que aguantar en quedarme allí, aunque para ello tuviera que soportar ser el objeto sexual de esos degenerados, pues por desgracia no fue el mismo no fui objeto de uno solo, sino de varios. Siendo lo peor no cuando hay otra persona en la cama contigua, persona que nos increpa e “invita” a irnos a otro lugar, pensando que estábamos practicando sexo cuando no había penetración, aunque poco faltaba para ello… mmm.
Cuando digo… poco faltaba para ello, lo digo por un hecho en concreto, no siendo otro que tras haberse descargado, dejando mi entrepierna, mis muslos y sobre todo el canalillo entre mis glúteos, impregnando de su orgasmo… mmm. Hubo momentos en que tras sentirme aliviado al haber terminado este, sentí confusión al notar como la colocaba de nuevo, quedándome con la duda si era de nuevo este o quizás otro haya cogido las riendas… uuuffff!!. Piensas…
- “Ese no puede ser, lo conozco y sé que tras venirse se queda sin erección alguna”.
Pero cuando la notas como se aloja entre mis impregnados muslos… mmm, sientes como este vuelve a emular la penetración… ooohhh. Volviendo a sentir con gran dolor como su glande golpeaba mi orificio anal, intentando por cada movimiento y presión entrar… uuummm, mordiendo con fuerza la almohada al tiempo que me moví, movimiento que me hizo quedarme tumbado boca abajo y muy a mi pesar, quede en una manera que facilito su placer… ooohhh, placer… si… placer pero no penetración… mmm, pues este volvió a correrse.
Pero a veces no era lo peor esas “horas de descanso”, sino aquellas en que me iba a poder limpiarme, pues los aseos no eran unitarios del todo, ya que estaban separados algunos mediante simples cortinillas. En uno de esos días en que me marche a la ducha a modo de poder asearme, estaba disfrutando de esa ducha cuando la cortina se abrió, apareciendo un hombre en la entrada. Hombre que yo sabía que era militar al haberlo visto en el cuartel, pero por suerte el a mí no, recuerdo a este hombre por dos motivos, uno por el color de su piel y la segunda por lo que le colgaba… mmm. Cuando este comenzó a hablarme, daba la sensación que me habría visto con alguno en los dormitorios, pues ya no solo era su manera de hablar sino también de comportarse, este me hizo saber…
“Te he estado observando durante algunos días e incluso fines de semanas, te he visto como dejas que otros se proporcionen placer con tu cuerpo… mmm”.
“Placer que deseo yo también experimentar”.
Hombre… en verdad no quería realizar nada con este, no porque fuera de color y menos por ser el brigada del cuartel, sino porque me acostumbre a dejarme hacer en la oscuridad y en la cama. Acabe por llegarle a contar mis motivos, desde que no me ha quedado otra que asumir el acoso, explicándole que todo esto era obra de la dueña de la pensión, cuyos seguros beneficios se los guarda y que era un complot. El recuerdo de esta persona no fue porque me decía que lo comprendía, sino porque me obligo en las duchas a arrodillarme y comérsela… menos mal, pues viendo esos músculos y esa fuerza, si hubiera querido me podría haber sometido allí mismo y violarme.
Bueno aunque ese día suerte la mía no fui penetrado… mmm, sí que fui usado al día siguiente en el catre, donde pude comprobar el listón que tenía este entre las piernas… mmm. Esta humillación la tuve que soportar durante dos meses, y aunque sé que podía haberlo evitado… ignoro la causa de no haberlo hecho. Pero bueno… continúo, tras haber dejado estos dos eternos meses de instrucción, continúe con mi servicio por la patria fuera de este municipio español de la región de Murcia, servicio que me hizo llegar a Alcalá de Henares (Madrid). Donde como he mentado que tras mí paso, tras el miedo inicial y luego las dudas, acabe contento… contento sí, pero de haber acabado de cumplir con mi patria.
- “Seré lo que tú quieras que sea, me llamare como tú desees, hare todo aquello que quieras, seré tu juguete y hare realidad tus fantasías. Tú pides y yo obedezco… mmm”.
Espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email (lógicamente todo junto) es… Jhosua 1974 @ Gmail . com