Donde menos lo imaginaba parte 3
Perdon por la demora, y por hacer esta parte tan larga, creo q se me fue la inspiracion y no supe como resumirla mas, en breve llega el final, espero que me encuentre mas inspirada, gracias a todos por sus comentarios, me hacen muy bien y me alientan a seguir escribiendo. Feliz 2012 para todos
PARTE 3
LA HISTORIA DE KATE
La medicina estaba en mi vida desde antes que naciera, mis padres no me dieron otra opción, y la verdad es que yo tampoco la hubiera querido, amaba ser médico y sobre todo cirujano, me sentía dentro del quirófano como si fuera la dueña del mundo, todo lo contrario a lo que sentía en mi vida.
Mi padre, un importante medico también, abandono a mi madre cuando yo tenía 14 años, la verdad es que no note su ausencia porque nunca lo veía, siempre estaba en congresos o trabajaba todo el día , y cuando estaba su trato hacia mi madre y hacia mí, era frio y distante, solo se preocupaba por mis notas y porque mi conducta fuera intachable, nunca entendió que era una niña, jamás, jamás, me abrazo ni me dijo, te quiero!!!, yo veía en los actos del colegio como los padres de mis compañeras iban a verlas, como las besaban y abrazaban, nunca existió nada de eso para mí. Mi madre, que decir de ella, era una sombra, besaba el suelo que mi padre pisaba y él ni la notaba, y cuando se fue, se refugió en la bebida. Al principio ni notaba que yo existía, Sara la mujer que me cuidaba desde niña se ocupo de mi, como siempre, pero con el tiempo mi madre se fue poniendo peor, más violenta, y yo empecé a rebelarme, ya no era la niña sumisa y tranquila, había crecido y me estaba volviendo incontrolable, en el fondo lo único que deseaba era que me amaran, y que me demostraran cariño. Mi madre empezó a golpearme cuando bebía, lo que sucedía cada vez más a menudo, un recuerdo de la hebilla de su cinturón es la pequeña cicatriz que tengo en la mejilla, llame a mi padre desesperada, pensando que vendría a salvarme.
Cuando apareció, interno a mi madre en un centro de rehabilitación y a mí me envió a un colegio carísimo de pupila y en las vacaciones iba a la finca de mis abuelos, ya que el no podía hacerse cargo de mí, porque viajaba mucho, y etc. etc. etc. Además en esa época, me di cuenta de que los chicos no me interesaban para nada, todo esto sirvió para que creara una coraza a mi alrededor, para que nadie pudiera acercarse, sabía que no podía contar con nadie, solo conmigo, a nadie podía contarle lo que me pasaba, tenía miedo de que me rechazaran , así que fingí que era normal, perdí mi virginidad con un muchacho del pueblo cercano al internado, y hasta yo misma trataba de negar lo que no podía seguir reprimiendo mas.
Comencé la universidad y mi vida cambio, por fin estaba haciendo lo que amaba, nadie me conocía, ni a mi familia y pude ser libre de elegir mis propias amistades., puede al menos aceptar mi sexualidad, pero el rechazo de mis padres, en fin creo que nunca lo superare. Veía a mi madre un par de veces al año, hasta que murió por problemas con el alcohol. Mi padre intento seguir controlándome, claro, ahora quería que la Dra., Butler lo hiciera sentir orgulloso, hasta que pude enfrentarme a él, tuvimos una pelea terrible, y además le confesé que era lesbiana, todavía recuerdo su cara de repulsión,, me dijo que desde ese momento no me considerara mas su hija, y que me desheredaba, me reí en su cara, le dije que hacía años que no era mi padre, me fui y nunca mas volví a verlo. En lo económico no tenía problemas, ya que tenia la herencia de mi madre y de mis abuelos, de ellos herede una finca, donde criaban caballos, e iba allí en mis vacaciones, me encantaba montar, salía a cabalgar por horas, allí me olvidaba de todo y era feliz.
Empecé a tener ligues en las discos y bares, era bonita, muy bonita a decir verdad, y tenía un aura de misterio, de intocable, que provocaba que quisieran conquistarme. Estuve en pareja 1 año con Laura, una enfermera del hospital , obvio que todo era secreto, era híper reservada con mi vida privada , además no tenía mucho que contar, esa era la realidad. Laura era muy bella, extrovertida, espontanea y súper alegre, todo lo contrario a mí, es mas en ese año, nunca le conté nada de mi vida, algo por lo que peleábamos frecuentemente, ella me reclamaba que yo no le contaba porque ella no me importaba, y algo de razón tenia, yo la quería mucho pero no la amaba, nunca sentí ese famoso click, nunca sentí que me perdía en la mirada de alguien y que a partir de ese momento no podía vivir sin los besos de esa persona, es más me creía incapaz de sentir amor, y mucho menos de darlo, como demostrar amor si no me lo habían demostrado a mi? Con el tiempo, las peleas se hicieron cada vez más frecuentes y decidimos terminar, yo no quería lastimarla, pero no podía darle lo que ella necesitaba, así que seguimos siendo amigas.
Un día me llamaron del hospital, me adelantaron el caso de una paciente grave, que seguro habría que operar, vi su historia y los estudios y en verdad era complicado, pero era la mejor en lo mío, lo sabía y necesitaba sentirlo, necesitaba ese poder dentro del quirófano para hacer milagros.
Cuando entre a la habitación vi fugazmente a la paciente pero me perdí en una mirada color miel, la más dulce que vi en mi vida, aunque reflejaba miedo e inseguridad. De inmediato adopte mi pose habitual, fría y dura, pero mientras hablaba con la paciente no podía evitar sentirla allí en la habitación, mi radar detecto enseguida que me miraba intensamente, era obvio que le gustaba, así que decidí ignorarla, aunque me tomo un gran esfuerzo.
Cuando salí de la habitación, ella me siguió preocupada, era muy común en los familiares de los pacientes, y en general los escuchaba y aclaraba todas las dudas que tuvieran, pero en cuanto me voltee y la vi, ella me sonrió, y todo se detuvo, eso que no creía q existiera , ese famoso click, lo sentí tan fuerte en mi pecho que no pude respirar, la trate con arrogancia e indiferencia para que no se diera cuenta de que me derretía por ella, Dios mío, tendría que pensar solo en la cirugía que tenía en menos de una hora, en la operación de su tía precisamente y solo podía pensar en sus labios suaves, el perfume de su piel y de su cabello, y que me moría por besarla.
La operación fue un éxito, salí agotada, pero en lo único que pensaba era en darle a Erin ( hasta su nombre era dulce) la buena noticia, estaba sentada con dos hombres jóvenes, que rápidamente se levantaron a recibirme, la mire sonriendo pero ella me miro severa y ni se paro, así que me dirigí a sus primos, les explique que todo estaba bien y que solo restaba esperar la evolución, me agradecieron felices pero ella no me miraba, seguro estaba molesta por como la había tratado y tenia razón, me demore hasta que ella levanto su mirada y quise demostrarle que sentía haberla tratado así, pero una vez más, mi escudo protector fue más fuerte y me aleje rápidamente.
El tiempo paso, solo la vi un par de veces pero siempre junto a su tía, enfermeras etc., a pesar de eso, podía sentir como me miraba, siempre esperando algún gesto mío que le hiciera saber que tenía alguna chance, pero no me animaba a dar el siguiente paso, todo lo segura que era como profesional, en mi vida privada era un desastre , siempre tenía miedo del rechazo,
Un fin de semana me fui a la finca y salí a cabalgar como solía hacerlo, no podía parar de pensar en ella, esa mujer me estaba consumiendo, y ni siquiera había hablado con ella, no podía seguir así, decidí que esa semana la buscaría, seguro en el hospital tenían los datos y la invitaría a tomar un café, lo que fuera para poder estar con ella. Estaba tan absorta pensando que no me di cuenta de que se había formado una gran tormenta, empezó a llover intensamente y apure el paso del caballo, cuando ya estaba cerca de la casa, un rayo cayó sobre un árbol y una rama grande se cayó delante nuestro, mi caballo se asusto, se alzo en sus patas y me tiro, con tanta mala suerte que resbalo y cayo con todo su peso encima de mi brazo izquierdo, si hubiera caído encima mío, seguro me mataba.
Me desperté en el hospital del pueblo, sentía un dolor terrible en el brazo, parecía que me lo arrancaban, inmediatamente me durmieron y me trasladaron a mi hospital. Allí empezó una larga serie de operaciones para reconstruir mi brazo, no quiero ni recordar la cantidad de clavos y placas que tengo, al principio nadie me lo decía pero al ser medica no podían engañarme, yo sabía que nunca iba a poder mover el brazo normalmente ni recuperaría la fuerza, en el mejor de los casos, podría agarrar una taza con la mano, para cualquiera seria una bendición después de lo que paso, pero para mí , que necesitaba de mis manos para operar, era lo peor que podía pasarme. Además no tenia familia que me apoyara, solo Laura, que se porto como una verdadera amiga, ella y Rachel, su actual pareja se transformaron en mi familia, después de cada operación me iba a su casa, y me cuidaban y mimaban como nadie lo había hecho, pero no podía dejar de pensar en Erín, si no hubiera pasado el accidente, quizás, solo quizás hubiera podido hablar con ella y ahora estaría a mi lado, pero ahora no podía buscarla, era una lisiada, no quería que tuviera lastima de mi, era lo último que necesitaba, me repetía a mi misma que siempre me las había arreglado sola y así lo haría esta vez,
Empecé la rehabilitación en mi hospital, iba todos los días, y era realmente duro, salía dolorida, angustiada y furiosa con lo que me había pasado, así que empecé a ir a un bar que quedaba camino a casa, el lugar era bonito, de buen ambiente y me hice medio amiga del encargado, solo quería pasar el rato, para evitar estar sola en casa. Mis días eran siempre iguales hasta que de pronto todo cambio, estaba en el bar, luego de una sesión agotadora, el brazo me dolía horrores y mi médico me dijo que ya estábamos llegando al final, y mucho no iba a poder mejorar, estaba deprimidísima, la angustia me cerraba el pecho, así q decidí pasar por el bar para despejarme un rato, en un momento sentí que alguien a mis espaldas me miraba, pero no le hice caso, ya estaba acostumbrada, de repente, no sé porque levante la mirada hacia el vidrio que tenía delante y me tope con su mirada, desee que el suelo me tragara, si había un día en el que no quería encontrarme con ella, era en este, sonrió pero su sonrisa no llegaba a sus ojos y me dijo en un tono altanero -Dra. Butler, bienvenida a mi bar!!!!, porque de todos los bares de la ciudad, había tenido que ir al de ella, si ni siquiera sabía en que trabajaba, lo poco que quedaba de mi ese día no resistió al verla, me di vuelta, le señale mi brazo que estaba inmovilizado en un cabestrillo, le dije, que ya no era doctora, y salí huyendo de allí, antes de que las lagrimas inundaran mi rostro.
Llame Laura, necesitaba hablar con alguien, pero no estaba en la ciudad, así que quedamos en que me esperaría en casa cuando volviera de rehabilitación al día siguiente, estaba realmente preocupada, jamás me había escuchado llorar ni decirle que la necesitaba. Esa noche se me hizo eterna, solo podía pensar en ella, y en su sonrisa burlona, seguro ahora estaría sintiendo lastima por la doctora que opero a su tía.
Al otro día fui al hospital y las enfermeras me comentaron que ella les había llevado regalos de parte de su tía, y que había preguntado por mí, que necesitaba ubicarme para entregarme el mío, obviamente nadie le dijo donde vivía, sabían que protegía mi vida privada celosamente, ese día no fui al bar, fui directo a casa, Laura salió a recibirme muy preocupada y me derrumbe en sus brazos, por primera vez le conté a alguien toda mi historia, el desamor de mis padres, mi incapacidad de demostrar mis sentimientos, y mi historia, si es que había una historia con Erin. Laura me escucho sin interrumpirme, creo que por miedo a que me cortara y no pudiera seguir hablando, al terminar, sentí un gran alivio, toda esa mierda que tenia dentro mío, salió y me dejo limpia, me sentía mucho mejor, Laura me hablo como a una hermana, como la que nunca tuve, y saber que tenia a alguien que me quería y se preocupaba por mí, aunque no fuera de mi sangre, me llenaba de alegría, pero esa clase de heridas son muy profundas y no sanan rápidamente, aun así me animo para que fuera a buscar a Erin y hablara con ella, que le diera una oportunidad a esa historia, y si no funcionaba, que siguiera adelante, a regañadientes pero animada por ella fui
Para cuando llegue al bar, todo el ánimo que me había dado Laura, había desaparecido, mi temor volvió a apoderarse de mí, el miedo al rechazo y a que tuviera lastima de mí, me hizo dar la vuelta , estaban cerrando, pero Mick me vio por los ventanales y casi me obligo a ir a su oficina. Me arme de coraje y entre, ella creyendo que era Mick, me hecho, pero respire profundo y cruce la puerta. Se notaba que había estado llorando, que le habría pasado?, odiaba verla sufrir, pero no sabía cómo acercarme, le pregunte porque estaba averiguando sobre mí en el hospital, y se puso muy nerviosa, me dijo que se preocupaba por mi ya que le había salvado la vida a su tía. El ambiente estaba cargado, parecía que íbamos a estallar en cualquier momento, para aliviar la situación comencé a bromear con ella sobre mi regalo, el dialogo se volvió más sugestivo y percibí que yo también le atraía, no pude aguantar más y la bese, se me fue la vida con ese beso, quería sentirla, no separarme nunca de su lado, el corazón se me detuvo cuando vi que miraba las cicatrices de mi brazo y quise retirarme , ella me dijo con dulzura que no quería lastimarme, pero que no pensaba detenerse. Hicimos el amor, con ternura, pero a su vez de forma salvaje, no me importaba el dolor que sentía, solo quería sentirla a ella. Por primera vez me sentí completa, sentí que con ella no me haría falta nada mas, nos quedamos abrazadas , ella intento hablar, pero yo no podía, sentía un nudo en la garganta y en cualquier momento rompería en llanto, así que como pude le pedí que me abrazara. así espere a que se durmiera, lentamente me levante , la mire dormir un largo rato, y sentí que la amaba como nunca había amado ni amaría a nadie, pero no quería su lastima, mi vida era un caos, y no podía arrastrarla conmigo, lo que menos quería era hacerla sufrir, le deje una nota pidiéndole que no me buscara, y con el corazón destrozado, me fui.