Donde los vientos se reúnen III.

Los intereses se comparten, no siempre de la misma forma ¿o sí?

Hola, espero que estén bien y puedan leer este relato, muchísimas disculpas por publicar hasta ahora pero no he tenido tiempo de escribir con este nuevo semestre, hasta ahora que he sacado un poco de tiempo.

Ahora quiero decirles que más personajes se irán presentando a lo largo de los capítulos, pues si pusiera introducción para cada uno me llevaría muchos, bueno, saludos.


Anthony

Me alegraba ver a esa gran sexy humanidad, Roberto, uno de mis mejores amigos, uno de los pocos que me apoyaron hace años cuando era un ser con baja autoestima, quien llegó a dar la cara por mi cuando intentaron golpearme en varias ocasiones.

Descubrí su orientación al mismo tiempo que él descubrió la mía, tranquilos, no de la forma que piensan, fue gracias a una amiga: Amalia, esa loca, bueno, esa es otra historia.

-Oye bonito, ¿qué hacías que nunca te vi conectado?- le pregunté.

-Uff es un horror, se descompuso el cargador de mi lap y mi celular lo rompió mi mamá y no tenía ganas de conectarme tampoco- me dijo sin su habitual tono seco que utilizaba con las demás personas.

-¿Qué sientes, crees que no te extrañé?- le dije haciendo un puchero.

-Sí, sí lo creo hahaha como si no tuvieras asuntos más importantes qué atender- me dijo contraatacando.

-Muere- miré hacía mi izquierda fingiendo enojo y vi al Jony salir de su salón junto a ese niño nerd.

-Muero, pero me pones flores y chocolates todos los meses en mi lápida eh- me dijo, lo volteé a ver sonriéndole –bueno ahora vuelvo que tengo que escoger asiento- me pico el costado con su dedo a lo que me sobresalté, él sabía que era una zona ultrasensible.


Jony

Le pedí a Leonardo que me acompañara a la cafetería antes de que pasáramos a formarnos para el homenaje aprovechando para que conozca el trayecto a ésta. Esperamos a que se disipara un poco la multitud para poder pasar.

-¿Leo, oye quieres algo?- le pregunté.

-No gracias y por favor ¿podrías no llamarme Leo?- me dijo, bueno, no lo llamo así y ya.

-Mmm ok…. ¿por qué no?- me miró con una casi imperceptible sonrisa.

-Solo permito que mis amigos me llamen por diminutivos- me sentí un poco mal por eso.

-¿Puedo ser tu amigo?-  le pregunté, a lo que él levantó una ceja.

-No lo sé, ¿puedes?- me dijo confundiéndome un poco.

-¿Cómo?-

-Piensa un poco, monigote- con un tono un poco más suave; le revolví el cabello y me alejó, buscó algo en su bolso y sacó un peine y pues…se peinó.

-¿Siempre preparado no?- le dije en tono jocoso -¿siempre te peinas así?- le pregunté

-No, claro que no, solo cuando vengo a la escuela, para disimular el largo de mi cabello- me respondió.


Roberto

Llegué a mi salón, por suerte había asientos libres en frente, nunca me ha gustado sentarme atrás, a pesar de mi altura nunca nadie me ha dicho nada, supongo porque siempre pongo atención en clase, no soy de sacar dieces pero con mi promedio es más que suficiente para no considerarme un alumno mediocre.

Charlé con unos compañeros, muy poco la verdad, en el semestre pasado no traté de hacer amigos, creo que solo es necesario llevarnos bien entre compañeros para realizar trabajos y evitar problemas, amigos, tenía a los que necesitaba.

Salí de mi salón y regresé al de Anthony, él estaba en el marco de la puerta viendo hacia la nada.

-Ya regresé, lo digo porque no te das cuenta ni del insecto en tu cuello- dicho esto abrió mucho sus ojos a la vez que se tensó y caminó hacia mí con cara de súplica -Tranquilo, no tienes nada- le die entre risas -me miró con una mezcla de vergüenza y enojo en su cara que se convirtió en una de gracia.

-Bueno, acompáñame a la cafetería, ya casi inicia el homenaje- nos dirigimos a la cafetería, tenía sed pues me levanté tarde por lo que apenas me dio tiempo de arreglarme.

Llegando vemos como era costumbre a muchas personas, unas comprando otras solo obstruyendo el paso, bien, será mejor formarnos.


Leonardo

-Jony, ¿puedo preguntarte otra cosa?- Estábamos de vuelta al salón para recoger nuestras cosas para salir a formarnos para el homenaje.

-¿Otra cosa? Ah, claro me acabas de preguntar, bueno pregunta-

-En el callejón… ¿No crees que fue un poco ridículo y tonto haber entrado así?- La verdad fue de las cosas más relevantes que ha pasado ésta semana, eso y el incidente del gato.

-Bueno, lo que pasa es que estoy en algo así como un grupo de ayuda comunitaria en mi colonia junto a mi papá, no es la primera vez que pasaba algo como eso- Bien, si no era la primera vez era muy temerario -Mi hermanito debe vivir en un mejor lugar, él tiene autismo- escucharlo hablar de esa forma hace que me enternezca…si no me detengo empezaré a hablar delicadamente.

-Sabes, nunca había estado con un corazón así dentro de un cuerpo como el tuyo- muy tarde, la extrañeza de su cara seguida de esa sonrisa por escucharme hablar así me avergonzaba, espera esa chico que viene no es, claro, solo a mí me pasan estas cosas, bueno supongo que no me reconocerá.


Anthony

-Oye Leo…Leonardo, será que me puedas acompañar a un lugar.

-¿Un lugar?

-Sí es...- no soy de escuchar conversaciones ajenas pero es que me intrigaba la relación que tenían estos dos, Jony es extrovertido pero nunca anda solo con nadie que no sea de su grupo cercano de amigos y a él nunca lo había visto ¿lo invitó a salir? Debo hablar con ese chico, debo ver si son algo para ver si no tengo oportunidad o si solo son cosas mías.

-Ese chico se me hace conocido- Roberto me sacó de mis pensamientos.

-¿Cómo?

-Sí, se me hace conocido pero no recuerdo muy bien de dónde, bueno, vamos rápido que ya sonó la campana para que nos vayamos a formar- Creo que haré pucheros.


Davis

-¿O sea que no se lo entregaron?- Ya es la cuarta cosa que no acepta, estábamos en la escuela, no tendremos homenaje porque les tocaba a los de la tarde este mes, me gusta esta escuela, tampoco tendremos la primera hora, hay junta de maestros así que aproveché en hablar de mi encargo.

-Sí, pero llegó un tipo confundiendo las cosas al final él se lo dio al tipo y no sabemos qué hiso con eso- si esto sigue así me iré al rincón a picar el suelo -¿Cómo que se lo dio a un tipo?- la verdad no que imaginarme.

-Sí llegó un tipo, dijo algo así como que las drogas son malas y de ahí se volvió un lío con el “pequeño”, la verdad no sé qué ves en él, no es porque no esté guapo si no que da miedo de civil y de uniforme parece teto- Dominic hizo que me sonrojara, es cierto es extraño Leonardo pero pocos sabían cómo era en el interior, claro sin albur.

-Dominic, yo sé cómo es en realidad así que por favor no juzgues mis gustos- No podía evitar mirar al suelo, no me gustaba que me vieran con la cara como tomate.

-Dave, lo siento pero ya es la cuarta vez que rechaza lo que le envía, bueno esta vez lo recibió de mala gana y se lo dio al otro tipo, ¿no crees que debas conseguir a alguien que te quiera en serio?- Dominic y Tristán eran mis mejores amigos, estudiaban en otras secundarias pero siempre nos llevamos bien, ahora que compartimos escuela y salón nuestra relación mejoró- Bueno, sabes, dijo que en todo caso por qué no se lo enviabas tú- Lo miré a los dos con cara de incredulidad.

-¿En serio dijo eso, Tristán, es cierto?- la cara de ellos era de gracia y de condolencia, creo que les dolía verme en esta situación de amor no correspondido.

-No, Dave, bueno sí, pero creo que deberías dejar de enviarle cosas, sí tampoco ha aceptado tus invitaciones al cine o a cenar pero porque no lo has hecho en persona, y ya dejó de hablar contigo por Facebook de tanto que le insistías- tenía que clavar más la estaca, bueno, creo que los hechos son hechos.

-¿Creen que si lo invito personalmente acepte?

-mmm no lo sé, no lo conozco ni un poco- me dijo Tristán.

-Pues avísale que es para aclarar las cosas, así puede que acceda- Pues sea lo que sea que Leo piense lo que hay aclarar, será una buena forma de aclararle mis sentimientos, él debe pensar que soy un chavo egocéntrico y creído, admito que en mi pasado lo fui pero desde que conocí a Leo fui cambiando poco a poco, dejé de estar con el grupo con el que andaba de otros salones, deje de escuchar la música que escuchaba ya que solo lo hacía porque los demás lo hacían, la verdad era música hueca y sin sentido.

Empecé a hablar con quienes nunca había hablado porque no eran de mi “clase social” y me llevé mucho mejor con ellos.

Con solo recordar me pone nostálgico.

-¿Creo que eso haré, en cuanto a que quieren que vaya, no significa que ya no quieren ir de mandaderos verdad?- los miro con cara de pocos amigos pero por dentro sabía que ellos eran los que sufrían por verme así -Tranquilos, y muchas gracias por estar junto a mí- les sonreí y ellos suspiraron y me sonrieron.


Roberto

Cierto, no reconocí esa cara pero me llamaba la atención, sé que en algún lado la he visto pero no recuerdo de donde, no es una cara común, no es guapo, para nada por eso lo recuerdo.

El primer día como siempre, solo se presentaban los profes y en caso de que haya nuevos alumnos se presentan, ahora me arrepiento de haber venido.

Pero ya estábamos saliendo, me encontraba en la salida esperando a Anthony.

-¿Roberto en qué piensas? no creo que sea en mí hahaha- Anthony era un muchacho demasiado diferente a como era antes, antes creo que se orinaría en sus pantalones si alguien lo encaraba, ahora es capaz de encarársele a alguien y con las palabras humillarlo, darle en el orgullo aunque a él no le gustase.

-Bobo, obviamente no en ti, oye ¿has ido a la veterinaria “Eclipse”?

-mmm no, nunca la había escuchado, ¿por qué?

-Es que ayer llevé a Littlebell y es muy lindo, es como una casa, y su recepcionista tiene nuestra edad, quería ver si…

-Te gustó, entonces querías saber si yo lo conocía para presentártelo no, lástima hahaha

-No es eso, bueno en parte, no me gustó simplemente quería saber quién era- era guapo sí, y agradable, pero no era para tanto.

-Ajá, por qué simplemente no vas de nuevo para conocerlo, Robert, eres demasiado rígido para esas cosas- Lo piqué en su costado - ¡No, sabes que no me gusta, deja de picarme, no quiero!- era gracioso verlo retorcerse.

-Qué ruidosos son- dijeron a nuestras espaldas.

-Buenas tardes jóvenes.

-Maestra Alicia, buenas tardes- era la maestra de manualidades, uno de los clubes a los que se debe asistir en la escuela en el cual estábamos Anthony y yo -¿Cómo está?

-Muy bien, jóvenes, cómo se la pasaron en las vacaciones, espero que bien, bueno los dejo, los clubes inician la próxima semana- vaya, tan apurada como siempre.


En serio una gran disculpa y un gran abrazo, sé que muchos pasan por momentos difíciles, en serio les mando saludos