Donde Hubo Fuego…La Puta Queda II

Así con la verga del garzón clavada en mi trasero, el negro levantó despacio mi cuerpo, colocó su verga en mi conchita y ...

Donde Hubo Fuego…La Puta Queda II

Como les comente en mi relato anterior (Donde Hubo Fuego…La Puta Queda), recibí la llamada del garzón brasilero, el me dijo que le había encantado la follada de la noche anterior en la discoteca y que el y su amigo querían repetir la follada, con el teléfono aún en la mano no sabia que decir, mi cuerpo empezó a decidir por mi, fue como un relámpago de deseo que recorrió todo mi cuerpo, el recuerdo del placer que me dio tener su enorme verga clavada en mi conchita hicieron que esta empezara a mojarse de deseo.

Respire hondo, quería aparentar que no estaba interesada en repetirlo, con la voz temblorosa de deseo le dije que no, que mi esposo no estaba, y lo de la noche anterior había sido algo que no volvería a suceder.

El brasilero en su medio español intentaba convencerme, no necesitaba hacerlo yo lo deseaba, pero no quería que piense que estaba frente a una mujer deseosa de ser cogida por el.

Después de una larga conversación, donde el iba y venia en argumentos sobre sexo y placer, me vino un temor, ya no quise seguir negándome, tuve miedo de que el desistiera, quería y necesitaba sentirlo dentro mío.  El me dijo que si por lo menos podían visitarme un instante, eso me abrió la puerta, ya no argumente mas, le dije que vengan al hotel por la puerta que da al garaje, que entren rápido y que dejaría sin seguro la puerta del garaje, y también la del departamento, que entren al departamento y suban a la planta alta para que nadie los vea desde el jardín, en realidad quería que suban directamente al dormitorio.

Busque entre mi ropa, quería ponerme la ropa interior mas sexy que tenía a la mano, mi cuerpo estaba deseoso de sentir placer, era algo inexplicable, quería sentirme hermosa, sexy, deseada para ellos.

Mientras buscaba en mi ropa, escuche que cerraban la puerta en la planta baja yo todavía estaba desnuda buscando que vestir, me puse una tanguita de encajes, una bata transparente, y pensé en ponerme algo mas que me cubra.

Ellos me ganaron, ni bien salí del vestidor, me encontré cara a cara con el brasilero, era mas grande de lo que recordaba, se me acerco y empezó a besarme, me tomo en sus manos y se puso a acariciar mi cuerpo, en dos segundos estaba desnuda sobre la cama y siendo tocada y besada de arriba abajo por el negro brasilero, subió sobre mi, su cuerpo cubría todo mi cuerpo, mi cuerpo prácticamente se perdía debajo de su cuerpo, acariciaba mis senos con una mano, mientras la otra no dejaba de masajear mi clítoris.

Bajo su cabeza al encuentro de mi conchita y empezó a chuparla, su lengua era grande como su verga, empezó a follarme con su lengua, yo empecé a gemir de placer, entonces sentí otras manos sobre mis senos, en mi placer, había olvidado la presencia del otro garzón.

Yo estaba sintiendo un placer loco, el otro garzón acariciaba mis senos mientras el brasilero me follaba la conchita con su lengua, besaba mi conchita y luego introducía su lengua dentro e imitando una verga empezaba a meter y sacar su lengua dentro de mi conchita, para después de un momento así empezar a lamer, besar y chupar mi clítoris.

El negro si sabia como encender mi fuego y mi deseo, una y otra vez repetía sus movimientos en mi conchita y mi clítoris, yo estaba en las nubes disfrutando al máximo de ese placer, pero el negro  se detuvo y se levanto, yo dije ¡NO!, no quería que pare, pero el negro sin decirme nada, se hizo a un lado y le dijo al otro garzón que yo ya estaba lista, tomaron mi cuerpo y me colocaron al borde de la cama, yo estaba con mi cuerpo inclinado hacia delante apoyada en la cama, el garzón se colocó detrás de mí, y empezó a meterme su verga en mi conchita desde atrás.

Su verga fue entrando y entrando reemplazando la lengua del negro, así fue dándome mas y mas placer, empujaba su verga dentro mío lentamente hasta que cuando me metió toda su verga paro un instante y luego empezó a moverse en un mete y saca frenético, yo tenía los ojos cerrados, estaba disfrutando al máximo el placer de estar siendo follada por el garzón.

La verga del garzón entraba y salía de mi conchita arrancándome gemidos de placer,  entonces sentí algo duro pero carnoso en mi boca, abrí los ojos y me encontré con la gran verga del negro brasilero intentando meterla en mi boca como intentando follarme por la boca.

Estaba tan excitada que no me importo nada, simplemente abrí la boca y empecé a chupársela, esa verga era tan grande y gruesa, que solamente una mínima parte ocupaba toda mi boca y garganta, mi placer fue aumentando y aumentando al ser follada en mi conchita por el garzón y en mi boca por el negro, yo estaba enloqueciendo de placer.

El negro le daba instrucciones al garzón, le decía que mientras me coja no deje de acariciar mis senos y de moverse rápido que eso era lo que me gustaba, mi conchita empezó a convulsionar de placer haciendo que el garzón me llenará de su placer, el sentir su eyaculación me produjo un orgasmo que tuve que soltar la verga del negro para poder gemir de placer.

No tuve tiempo de recuperarme, el negro hizo que me ponga en pié y nuevamente empezó a acariciar mi cuerpo, empezó besando mi boca y fue recorriendo todo mi cuerpo de arriba abajo, yo estaba como drogada de deseo, sabia que si no tenía su verga dentro mío nada me calmaría.

Le dije que pare de acariciarme y que me folle de una vez, el negro no dejaba de decirme que era uma boa piraña, tomo mi cuerpo, lo recostó sobre la cama, levantó mis piernas sobre sus hombros y colocó la punta de su verga a la entrada de mi conchita, el negro se quedo ahí, no hacia nada, mi deseo de ser penetrada por esa verga era tal que le pedí nuevamente que me folle de una vez.

El brasilero sonreía al ver mi excitación y desesperación por tenerlo dentro, yo intentaba clavarme su verga moviendo mi conchita a su encuentro, pero el se movía hacia atras y no lo permitía, lo que aumentaba mas mi deseo.

Entonces su rostro cambio, sonrió de deseo, acercó su verga a mi conchita y empezó a meterme su verga, era tan grande y gruesa que parecía que me estaban clavando un tronco y no una verga, empecé a pedirle que me meta despacio que me estaba haciendo doler, el me dijo que no me preocupe, que solo me daría placer y nada de dolor.

Mientras su verga se abría campo en mi conchita, el placer iba aumentando, era un placer loco, diferente, el sentir su gran verga en mi conchita me producía una mezcla de dolor y placer alucinante.

Fue metiendo y metiendo su verga en mi conchita haciendo que yo vibre de placer y le pida que no pare, que siga, el negro sabia moverse con su gran verga dándome un placer que iba aumentando y aumentando, siguió así hasta que me metió toda su verga.

El negro paro unos instantes con toda su verga clavada en mi conchita, y luego empezó a moverse, despacio pero a un ritmo exquisito llenándome de placer y locura.

Yo ya estaba a esta altura totalmente loca de placer, el se movía metiendo y sacando su verga dentro mío ocasionándome gemidos de placer, yo gemía y gemía y le pedía mas y mas, en medio de esta locura de placer, el negro se detuvo, me hizo girar, se echó en la cama de espaldas con su verga dura y grande apuntando hacia arriba, tomo mi cuerpo y lo condujo a sentarme sobre el, me acomodó sobre como cabalgándolo, en esa posición me acomodo sobre su verga y me la clavo en mi conchita.

Nuevamente sentía que su verga me estaba partiendo en dos, en esa posición su verga me entro hasta lo más profundo de mi ser, quise levantarme pero me tomo de la cintura y mi hombro y despacio empezó a empujarme hacia abajo, si bien sentía placer, pero en esa posición sentía que su verga era mas gruesa, mas grande, mas dura, que antes, estaba montada sobre su verga, me quede quieta hasta que me acostumbre a su verga y empecé a sentir nuevamente un gran placer pese a que a ratos parecía que me partía en dos, por lo que nuevamente intente levantarme, pero al impedirlo, el negro me jalo mas fuerte hacia abajo y esta vez de un solo golpe me clave completamente su gran verga en mi conchita, solté un grito de dolor, el negro empezó a acariciar en esa posición mi clítoris con una mano y con la otra mis senos, empezó a moverse dentro mío suavemente lo que hizo que el dolor se convierta en placer.

El negro con su verga totalmente clavada en mi conchita y mi cuerpo a su disposición continuó a masajear mi clítoris para que el placer apague el dolor de la clavada de su verga, mi cuerpo empezó a reaccionar y yo empecé a gemir de placer, el brasilero empezó a mover mi cuerpo de arriba abajo, que locura, yo misma no podía creer, mire al espejo del tocador frente a la cama, estaba como una perra arrecha, con esa verga descomunal clavada dentro mío y moviéndome de arriba a abajo buscando mas y mas placer, en el espejo podía ver su negra verga entrando y saliendo de mi conchita, el verme así, traspasada por esa enorme verga negra aumentaba mi deseo y mi placer, me sentía su mujer, quería ser su mujer.

En medio de esa locura, el negro sin dejar de moverse, me pregunto si ya me habían comido mi trasero, le dije que no, y que no quería hacerlo, el no me dijo nada, volvió a aumentar el ritmo, me tomo de la cintura y me subía y bajaba como el quería sobre su verga clavada en mi conchita.

El otro garzón se colocó detrás de mí y empezó a acariciar mis senos y a besar mi cuello, yo volví a gemir de placer, les pedía que sigan, que no paren que quería mas y mas.

En medio de esa locura, no me di cuenta de sus intenciones, en un instante, hicieron que incline mi cuerpo hacia el brasilero, el, tomo mi cabeza y empezó a besarme, saco mas de la mitad su verga de dentro de mi conchita sin dejar de besarme y sujetar mi cuerpo contra el, entonces sentí que el otra garzón estaba untando algo húmedo en mi trasero, era una crema o algo así, quise levantarme, pero el negro me sujeto y me dijo que era mejor para mi relajarme y disfrutar.

Entendí lo que querían hacer, quería salir de esa posición, pero era imposible, entonces el negro me sujeto en la posición que estaba con una de sus manos, y con la otra empezó a masajear mi clítoris, la situación y mi inmovilidad, así como el deseo de ser cogida como perra por atrás tomaron control de mi, me relaje y les pedí que lo hagan despacio, el negro me soltó y dejo que me acomode, saque su verga de mi conchita y me prepare en esa posición sobre el cuerpo del negro a recibir la verga del otro garzón en mi trasero.

El garzón se acomodó detrás mío, colocó su verga en la entrada de mi anito, y empezó a meterme despacio su verga, mientras iba entrando, yo iba sintiendo mas dolor que placer, al ver mis gestos, el negro empezó a besarme y a acariciar mi cuerpo, mientras masajeaba mi conchita con su verga.

La verga en mi trasero entraba poco a poco hasta que la sentí toda dentro, entonces el garzón le dijo al negro que podía metérmela, así con la verga del garzón clavada en mi trasero, el negro levantó despacio mi cuerpo, colocó su verga en mi conchita y por el peso de mi cuerpo unido al garzón por mi trasero empezó a entrarme la verga del negro.

Parecía que mi cuerpo se iría a partir en dos, creí que no iría a aguantar, pero estaba equivocada, la verga del negro entraba y entraba en mi conchita, era increíble, tenía la verga del garzón clavada en mi culo y la verga del negro brasilero ya estaba terminando de entrar en mi conchita.

Al fin, la verga del negro me entro casi toda, entonces los dos dijeron algo que no entendí y empezaron a moverse. Se movían con tal ritmo que mientras uno empujaba su verga dentro mío, el otra la sacaba hacia fuera y nuevamente hacían lo mismo una y otra vez, ese movimiento dentro mío removió mi dolor dando ligar a y una sensación de placer inigualable y diferente, yo empecé a gemir de placer, estaba como drogada de placer, era una follada increíble, una locura de placer.

Ellos manteniendo su coordinación en sus movimientos de mete y saca empezaron a aumentar el ritmo de sus vergas dentro de mi concha y culo, yo empecé a temblar de placer, el negro me pregunto si me gustaba, le dije que si, me decía si quería seguir, ya totalmente descontrolada por el placer gemía y les pedía mas y mas y que no paren, ambos empezaron a moverse mas y mas rápido, era una locura de placer el que había tomado control de la situación.

A momentos a ambos se movían rítmicamente con sus vergas dentro mío, y cuando ambas vergas estaban bien clavadas dentro de mi, se detenían y el negro se ocupaba de besarme y acariciarme y el garzón se concentraba en masajear y acariciar mis senos y mi cuerpo, luego como enseñados empezaban a moverse nuevamente con su mete y saca de sus vergas dentro mío  enloqueciéndome nuevamente de placer, en esa locura sentí el semen del garzón inundando mi trasero, y casi al mismo tiempo sentí convulsionar la verga del brasilero llenándome de líquido caliente dentro de mi conchita, ambos me abrazaron al terminar, el garzón se me abrazo desde atrás y el negro termino la follada dándome un beso increíble.

El garzón retiró suavemente su verga de mi trasero, se levanto y se retiro al baño, el negro pese a haber terminado, aún mantenía su verga dura dentro de mi conchita, yo todavía temblaba de placer, el negro me preguntaba si me había gustado, yo le decía que si, el como si fuese mi enamorado, me acariciaba el cuerpo, los cabellos y me besaba, yo correspondía agradecida por todo el placer recibido.

El negro sin sacar su verga de dentro de mi conchita empezó a moverse, y a moverse, entonces sentí que su verga estaba nuevamente lista, el sentir esa virilidad y pese a todo el placer recibido, hizo que nuevamente desee ser follada por el.

El negro tomo mi cuerpo en sus manos, y sin sacar su verga de dentro de mi conchita, me hizo echar de espaldas, colocó mis piernas sobre sus hombros y empezó a follarme nuevamente. Ambos estábamos tan excitados que cuando empecé a sentir un nuevo orgasmo, sentí como nuevamente el negro me lleno de su placer, haciendo rebalsar mi conchita con su semen y mojándome toda.

El negro se levanto y me dijo algo en portugués que no entendí bien, yo no podía moverme, me sentía partida, cansada, agotada, pero totalmente satisfecha.

Salieron del baño ya vestidos, ambos me dieron las gracias, primero bajo el garzón, el brasilero se me acerco, paso su mano por mi cuerpo desnudo, me dijo que esa noche podíamos repetir la follada en la discoteca y que si no iba, entonces me llamaría al día siguiente para repetir la follada, me dio un beso de despedida y se fue.

Yo estaba realmente agotada, pero sentía una satisfacción increíble en mi cuerpo, solo atine a taparme con la sabana y quedé dormida ahí mismo.

Estaba profundamente dormida, me despertó el teléfono, era mi esposo para avisarme que llegaría mas o menos en una hora y que esa noche saldríamos a cenar con unos amigos de su trabajo y que este lista para esa hora, cuando quise levantarme, me sentí toda mojada, de mi conchita aún salía el semen del negro y mi trasero estaba totalmente cubierto del semen del garzón.

Al levantarme de la cama y ver como estaba, no me quedó mas que echar una gaseosa sobre la cama para disimular el líquido pegajoso de las sábanas y después solicitar a la camarera que por favor cambie toda la ropa de cama de mi dormitorio.

Entre a bañarme, no hubiese querido salir a ningún lado porque realmente me sentía partida, cuando caminaba, me dolía el trasero y tenia una sensación especial en mi conchita, ahora la sentía como vacía, era como si algo faltara dentro de mi conchita.

Estuve bañándome mientras arreglaban mi habitación, cuando salí del baño, la camarera que retiraba las últimas cosas, me miro como diciéndome que lo que estaba en las sábanas era mas que gaseosas.

Me arregle, me puse un vestido que le gusta a mi esposo, el siempre me dice que con ese vestido me veo muy sexy, ahora quería arreglarme para él.

Mi esposo llegó, elogio mi cuerpo, mi ropa y me dijo que como estaba vestida parecía que quería salir de conquista y quería volver a "jugar" como la noche anterior.

Le dije que no, que no quería jugar y ni nada,  salimos del departamento para ir a la cena con sus compañeros de trabajo, mientras caminábamos, mi culito aún me dolía, le dije que tenía una especie de dolor muscular y que me gustaría tomar algo para el dolor, me dijo que si me sentía mal podía quedarme, pero que el tenía que ir. Tome el calmante y me sentí mejor, si bien el dolor en mi trasero había disminuido, la sensación de vacío en mi conchita aún persistía, era como si necesitara llenarla.

Fuimos a un restaurante, sus colegas estaban con sus esposas, así que fue una cena bastante divertida, la conversación iba subiendo de tono, primero con los chistes y después ya por las bebidas que tomaban los comentarios fueron aumentando poco a poco de color.

Uno de ellos sugirió ir a otro lado, unos decían a un lado y otros a otro, al final solo quedamos tres parejas y decidieron ira una discoteca, mi esposo dijo que conocía una donde habíamos ido la noche anterior y que era bastante tranquila, reservada y discreta, y que ahí podíamos volver a ser como adolescentes porque la planta alta era bastante oscura.

Llegamos a la discoteca, nos llevo al mezzanine un garzón que no era ningún conocido, respire aliviada, supuse que los otros dos estarían en su día de descanso.

Estaba equivocada, al rato llegó otro garzón a tomar el pedido, era el negro brasilero, los hombres pidieron una botella de ron.

El nivel del alcohol iba aumentando en la mesa, tanto los tres hombres como las dos esposas tomaban como en campeonato, pidieron otra botella, y como las dos esposas vivían allí se conocían y conversaban animadamente, intentaban en su borrachera distraerme de rato en rato, pero yo quede prácticamente olvidada.

Uno de esos instantes dirigí mi vista hacia un corredor que creo que llevaba a los baños o no sabía ese momento a donde, y vi al brasilero ahí parado, mi cuerpo se estremeció, mi conchita automáticamente se humedeció, y esa sensación de que algo faltaba en mi conchita creció, entonces entendí que el vacío de mi conchita solo podría ser llenado por la verga negra del brasilero.

El brasilero disimuladamente me hacia señas para que vaya hacia donde el estaba, me llamaba con una mano y con la otra se tocaba disimuladamente la verga sobre su pantalón, comprobé que en la mesa donde estaba nadie se daría cuenta si me levantaba de mi ausencia, le dije a mi esposo que iría al baño, el estaba tan animado con sus colegas de trabajo que creo que ni me escucho, con el pulso acelerado por el deseo y la excitación al máximo en mi conchita me fui acercando hacia donde estaba el negro.

Ni bien entre al corredor, el negro me tomo del brazo y me condujo mas adentro, donde el corredor estaba mas oscuro, el negro me tomo en sus brazos, y mientras me besaba y acariciaba mi cuerpo, hizo que me eche en el piso aprovechando que era alfombrado, le dije que ahí no, que era peligroso y que podían vernos, a el no le importo, no me escuchaba, levantó mi vestido, libero mis senos, arrancó mi tanguita y sin mas colocó su verga a la entrada de mi conchita, el sentir su verga en la entrada de mi conchita me callo, mi conchita ya estaba mojada de deseo, el fue empujando su verga en los labios de mi conchita y empezó a follarme.

Era una locura, yo estaba ahí recostada sobre la alfombra de la discoteca en un corredor oscuro pero a pocos metros de donde estaba mi esposo con sus amigos de trabajo siendo follada por el garzón de la discoteca.

El negro con su verga en mi conchita me decía que yo era una puta, su puta, yo le decía que si que era su puta, entonces el negro fue aumentando el mete y saca de su verga en mi conchita mas y mas hasta que juntos terminamos en un fuerte abrazo.

El brasilero me dijo que le encantaba follarme y que le gusto que esa noche hubiese ido a hacerme follar nuevamente, yo me arregle como pude, fui al baño y volví a la mesa.

El nivel del alcohol en la mesa era tal, que nadie se dio cuenta de mi ausencia.  Al rato, apareció el otro garzón que me había follado esa tarde en el hotel, como quien deja mas hielo, me dijo disimuladamente al oido que como ya me había dejado follar por el negro, ahora le tocaba a el, le dije que no, que era peligroso y que los de la mesa podían darse cuenta, entonces al oído me dijo que podía follarme ahí mismo y que nadie se daría cuenta, y que como el negro me había follado la concha, el me comería el culo, porque la concha era del negro y mi culo era de el.

No se porque, pero sus palabras despertaron en mi un deseo de sentirlo dentro mío, pero como el me decía por mi culito. Empecé a perder el control de mis actos, me levante, en la mesa nadie se percataba de mi presencia o de mi ausencia, tome disimuladamente el brazo del garzón, el entendió que estaba dispuesta a ir donde el me llevara.

Me llevo por el mismo corredor donde minutos antes el negro me follara, abrió una puerta y

bajamos por unas gradas, llegamos a un patio, entonces abrió otra puerta y entramos a un cuarto, ahí estaba un guardia, el dijo algo al oído y este salió, en cuanto estuvimos solos, el garzón me quitó el vestido y pasó a besar mi cuerpo, entonces me hizo echar en la cama y colocó su verga en mi conchita y empezó a follarme, yo estaba totalmente excitada, le dije que quería que me de por el culo, me dijo que tenga un poco de paciencia, se levanto, yo estaba ya totalmente desnuda, ahí echada en la cama a disposición del garzón, entonces abrió la puerta e hizo entrar al guardia.

Comprendí que no ganaría nada con reclamar, el guardia se sacó el pantalón, subió mis piernas sobre sus hombros y empezó a follarme, yo estaba tan excitada que empecé a gozar de placer y a gemir pidiendo mas y mas, luego el guardia me hizo girar sobre la cama, se colocó detrás mío y volvió a clavarme su verga en mi conchita en esa posición, aprovechando la situación el garzón colocó su verga en mi boca para que se la chupe.

Empecé a chupar la verga del garzón mientras el guardia me follaba la conchita, entonces el garzón le dijo que a mi me gustaba ser follada por delante y por detrás al mismo tiempo, hizo que el guardia se eche sobre la cama y me hizo sentar sobre su verga clavándomela toda, entonces el garzón le dijo que la saque y luego de pasar una crema en mi culito, empezó a meterme su verga por atrás, el dolor empezó a apoderarse de mi culito, yo le dije que no iba a aguantar, pero entre los dos me sujetaron hasta que entro toda la verga del garzón a mi trasero.

Mi culito se acostumbro a la verga del garzón, entonces yo empecé a pedirle que se mueva, que me folle que me parta, al escuchar eso, el guardia empezó a meterme su verga en mi conchita, el guardia era torpe y me lastimaba, pero mi excitación era tal que no me importaba, los tres empezamos a movernos, las dos vergas dentro mío me estaban enloqueciendo nuevamente de placer, yo pedía mas y mas, ya no solo gemía, gritaba de placer, pedía mas y mas, decía que quería ser follada como una puta, que quería ser una perra arrecha, que me follen y no paren de follarme, estaba descontrolada de placer.

Estábamos así todos concentrados en nuestro placer, entonces me sentí inundada por el semen de ambos adelante y atrás, grite nuevamente de placer, creo que me excedí en mis gritos de placer, porque entro otro de los guardia y nos encontró así, yo todavía con las dos vergas clavadas en mi culo y en mi conchita y totalmente desnuda, no fue necesario decir nada, sabia que la única forma de que ahí no pase nada era dejar que este guardia me folle, el guardia y el garzón se levantaron dejándome sobre la cama, yo simplemente me quede ahí desnuda, el guardia que entro, solo se bajo el pantalón, saco su verga y empezó a follarme, no demoró mucho y termino.

Yo me vestí, fui al baño a arreglarme, ahí encontré a las otras dos esposas, una de ellas estaba realmente mal, había bebido demasiado, y la otra estaba también tan pasada de alcohol que mal podía ayudarla a regresar al salón, así que volví con las dos borrachitas a cuestas, cuando los hombres nos vieron llegar creyeron que las tres estábamos pasadas de tragos, menos mal, así nadie se dio cuenta de mi ausencia.

Los hombres estaban tan borrachos, que decidieron que era mejor pedir taxis, despachamos primero a los amigos de mi esposo en un taxi, y mientras esperábamos que llegue el nuestro, los guardias hicieron que mi esposo se siente en la silla de su caseta, entonces entre los dos me llevaron detrás de la caseta y empezaron a meterme mano, yo les decía que no, que mi esposo se daría cuenta, ellos me decían que mi esposo no se daba cuenta de nada y continuaron manoseándome a su antojo, uno de ellos saco su verga y me empujo contra la pared, yo no tenía donde escapar, el guardia levanto mi vestido a la altura de mi cintura y ahí, a un lado de la puerta de la discoteca y en plena calle empezó a follarme, yo empecé a excitarme mas y mas, pero entonces las luces del taxi acercándose nos volvieron a la realidad, tan solo tuvimos tiempo de arreglarnos la ropa para no ser vistos así por el taxista.

Cuando subíamos al taxi, salió el garzón para decirme: mañana por la tarde te llamaremos y tendremos una gran sorpresa para ti putita.

CONTINUARA…

Autora: dosxdos

Email:  dospordos2006@yahoo.com