Doña Ines una peluquera con experiencia

Joven extremadamente timido, ve en la peluquera del barrio el camino para perder su virginidad ( fotos ).

DOÑA INES

UNA PELUQUERA CON EXPERIENCIA

La señora Inés era una de las tantas mujeres que vivían en el antiguo barrio donde vivía Matías. Quizás a nadie se le hubiese ocurrido jamás la atracción que sentía Matías por la señora Inés, pero una conversación que escucho el joven en su casa entre su madre y otra vecina, sobre la señora, le generó un deseo irrefrenable por estar con aquella madura mujer. Ambas mujeres comentaban sin darse cuenta que el escuchaba en la cocina, como la vecina le comentaba a su madre que había visto que uno de los repartidores de gas, había ido a entregar un balón y que se había demorado mas de una hora en volver a salir de la casa. Y que ya era conocida la fama de la señora Inés, ya que muchas veces su marido la había sorprendido, y la había golpeado en muchas oportunidades, enterándose todos los vecinos del motivo del la golpiza, la infidelidad de la señora Inés. Entre la conversación de las mujeres, la madre de Matías de alguna forma defendía a la señora Inés, diciendo que después que su marido había sufrido ese grave accidente automovilístico, que lo había dejado postrado en cama, prácticamente inválido y obviamente imposibilitado de cumplir como hombre, no era justo que ella tuviese que perder su sexualidad, mientras que la otra mujer también comprendiéndola, le decía que de todas formas ella tenía que tener un respeto por su casa, ya que no era posible en su propia casa y mas aun con su marido postrado en su cama.

Todos esos comentarios quedaron dando vueltas en la mente de Matías, que ya teniendo 18 años, con su extrema timidez no le habían permitido tener nada con ninguna de sus amigas, con las que ni siquiera se había besado. Mas, esta madura mujer, quizás no con un físico muy agraciado, era una mujer hambrienta de sexo, ya que como escuchó el vendedor de gas era un tipo ordinario, chico y gordo, y obviamente el se consideraba mucho mejor que el, además que siempre había escuchado la especial atracción que sienten las mujeres mayores por los jovencitos.

Fue a si como comenzó a asistir con mayor frecuencia a la improvisada peluquería que la señora Inés había montado en su casa, para aumentar un poco sus ingresos. Aprovechando que su estilo de peinado, que era en extremo corto, no levantaba sospechas en ninguna persona.

No era la primera vez que asistía a cortarse el pelo con ella, pero siempre tímido, nunca había entablado una conversación por interés de el, dejando que solo ella hablara y le preguntara o comentara cosas. Pero su interés por esta mujer lo llevo incluso a escribir y memorizar una serie de preguntas para entablar otro tipo de relación con la señora Inés.

La señora Inés notó algo extraño en el muchacho, siempre tan tímido, y ahora mucho más conversador que de costumbre. También notó algo extraño en su mirar, nervioso como siempre, pero ahora distinto. Más notando su aumento en sus cortes de pelo, y viendo como disimuladamente el joven vecino de ella, le brindaba grandes miradas a sus pechos, sorprendiéndolo ella a través del espejo. Eso le gustaba, la excitaba, sentirse deseada por un jovenzuelo como Matías, y comenzó a realizar un juego con el, apoyándole sus pechos en la cara cuando recortaba el pelo.

Como vieja zorra, se dio cuenta del interés de Matías por ella, y tener una vigorosa y joven verga, como la de su joven cliente no la dejaría pasar por ningún motivo. A si que luego de calentar bastante al muchacho con conversaciones y chistes subidos de tono, le comentó que compraría una maquina nueva, ideal para su corte de cabello, y que le gustaría que viniese el día lunes a las 4 de la tarde, para probarla con el , y que de echo no le cobraría nada. Matías inmediatamente accedió, quedando ambos de acuerdo de reunirse el lunes a la hora establecida.

Llego el día lunes, el pelo de Matías ni siquiera había crecido lo suficiente como para un corte, incluso con su estilo, pero a el no le importó y llegado el momento, estuvo puntualmente en la casa de la señora Inés. Incluso le llamo la atención la hora en que la peluquera lo había citado, ya que era conocido que su horario era en la mañana y de ahí no abría su pequeño local al lado de su casa, hasta las 5 de la tarde. La mampara de la peluquería estaba cerrada, pero la puerta de la reja abierta, así que entró y dio un pequeño golpe a la puerta. No salió nadie, espero un rato, volvió a golpear ahora un poco más fuerte, y nada. Ya estaba a punto de irse, cuando la señora Inés aparece por la puerta de la casa. Hace pasar a Matías, y le dice que la espera un poco, que a su marido se le había ocurrido ir al baño y ella tenía que llevarlo, por que si no le tocaba limpiarlo. Le dijo que lo había dejado sentado en el baño y que había salido a ver si el había llegado. Que ahora iría a acostarlo nuevamente y que volvería con el.

Dejó solo a Matías en el local y volvió a atender a su marido. Pasaron como15 minutos, Matías estaba nervioso, daba vueltas por el local esperando que la señora Inés volviera. Luego de un buen rato, aparece la señora Inés, dándole las disculpas a Matías, diciendo que su esposo la había demorado más que de costumbre, pero que ya lo había dejado acostado. Se sienta junto a la silla de Matías, y le dice que ahora era toda de el. Matías se sentía muy nervioso. La señora Inés, que sabía claramente las intenciones de Matías, también sabía que el tímido muchacho no daría nunca el primer paso, a si que acariciándole el pelo, le dijo que su cabello aun no había crecido lo suficiente, pero que quizás a el le gustaría que le hiciese otra cosa.

Matías no respondió nada y ella tomando la iniciativa, se acerco al joven muchacho y lo besó. No recibió ningún rechazo por parte del joven, al contrario y menos al sentir como la mano de su madura peluquera, se metía entre las piernas de el encontrándose con su vigorosa verga completamente dura. La señora sintió como el inexperto muchacho le metía hasta el fondo de su boca la lengua, cosa que la calentó de inmediato

Sentía como la verga del muchacho tomaba una erección increíble, y al ver que Matías no se atrevía a tocarla, se puso de espaldas a el y tomándole ella misma las manos se las puso en los pechos. Matías no podía creer lo que estaba viviendo, eran los primero pechos de su vida, y para nada despreciables. Los toco a su antojo, escuchando como la madura mujer se quejaba sintiendo sus jóvenes manos sobre sus tetas, y como trababa de seguir tocándole la verga.

Matías se encontraba completamente extasiado al tener una mujer entre sus brazos, ardiente y dispuesta a satisfacerlo en todo, independiente de su físico y su edad. Su sueño siempre había sido chupar unas tetas y ahí estaba la señora Inés dispuesta a cumplir sus deseos. Por fin después de mucho tiempo de desearlo el joven juntaba sus labios con lo pezones de una mujer, además de acariciar por sobre del pantalón su primera concha.

No le importó ni un momento que el marido de la señora Inés permaneciera en la casa del lado, sabiendo muy bien que le era imposible moverse.

Se extasiaba tocando a su madura vecina, y escucharla gemir, incluso al punto de preocuparse un poco de que alguien los fuera a escuchar de la calle. Entre gemidos la señora Inés le decía, con una voz entera de caliente, lo mucho que le gustaba sentir que la tocara y que ella también quería tocarlo y sentir de una vez portadas esa rica verga en su boca. Sacándole la camisa, la señora Inés se sentó delante de el, deseosa de ver liberada la verga del joven Matías.

Como un delicioso manjar, poco a poco Inés le fue sacando la ropa al joven, guardando lo mejor para el final, mientras Matías, igual con algo de vergüenza, al verse desnudo delante de una mujer, pero dispuesto a probar todo lo que su experta peluquera le quisiera enseñar.

Pero un error de la madura mujer, fue no cerrar con llave la puerta de la reja y como ya eran las 5 de la tarde, una clienta llegó a golpear la puerta del local. Afortunadamente por lo vidrios que tenía el local no permitía ver hacia adentro, pero rápidamente ambos se vistieron y la señora no tuvo mas opción que abrirle a su clienta.

Ella muy natural saludó a su clienta, y despidió a Matías diciéndole que le había quedado muy bien el corte de cabello