Doña Hermeregilda, el yerno y más cosas

Las aventuras de Hermeregilda con su yerno el pintor

"A cualquier mujer le gustaría ser fiel. Lo difícil es hallar a con quién serlo"

Dietrich, Marlene 1901- Actriz Alemana

Doña Hermeregilda queria pintar la habitación del fondo de su gran casa. Pero por una cosa u otra nunca encontraba el momento Además que tampoco le apetecía pagar lo que pedían los profesionales de la brocha y el rodillo. Como su yerno era pintor, decidió esperarse a que su hija y su marido viniesen 8 días de vacaciones, asi eso no le costaría ni un centimo. Aunque le jodiese al yerno las vacaciones “Si se jode que se aguante” pensaba ella.

Tan pronto como llegaron a la casa, la suegra le eplicó al yerno su cometido. Verás Mariano, si he esperado a que vengas tú es porque manos como las tuyas no las hay. Los que vinieron hace 3 años la dejaron hecha un asco. Le dijo como si fuera el Goya aquel de Aragón.

-Si lo trabajas bien te haré un regalo de los que a tí te gustan- Le dijo como si fuese una vendedora de Feria. El yerno que no tenía pelos en la legua le dijo:

-¿Ese regalo será que me dejarás arremangarte las faldas en el cuarto de las escobas?

La suegra ni le contesto,y se fue dando media vuelta meneando su culo como una jaca,mientras le reía la gracia.

Mariano por dos veces, en las vacaciones pasadas ya estuvo a punto de arremangárselas pero siempre aparecia algún inconveniente.

El marido de Doña Hemeregilda llevaba ya más de medio año fuera dando la vuelta al mundo con su Suzuki. Tan pronto como lo jubilaron en el banco decidió cumplir el sueño con el que llevaba décadas soñando.  Había pasado tanto tiempo entre las mismas 4 paredes que necesitaba respirar aire de los 5 continentes y paso tirarse a alguna que se pusiera en el camino. Si para el fue una liberación largarse por estos mundos para Doña Hemeregilda lo fue más aún Ella también quería hacer lo que siempre había soñado y si el marido estaba lejos, mejor. Habia cosas que eran muy personales y se tenían que hacer si que nadie se enterase. Para el tiempo que vivimos si se aprovecha mejor decía ella.

Su mujer le dijo a Mariano que el olor a pintura la mareaba y que se iba a dar una vuelta por las tiendas de ropa.

-Tenga cuidado no vaya a resbalar con una piel de plátano- le dijo el yerno.

No había pasado ni media hora cuando la suegra estaba asomada en la estancia que estaba pintando.

-Eres un artista Marianin- le dijo la suegra más contenta que unas castañuelas- ¿Todas las cosas las haces con ese esmero?

-Las hay querida suegra que incluso las hago mejor

-¿Y cuál  es esa especialidad?- preguntó con sonrisa maliciosa

-Pues para eso tendríamos que ir al cuarto de la plancha

-¿No querrás planchar algo querido yerno?

-Planchar, lo que se dice planchar no. Pero me gustaría jugar al escondite con la luz apagada.

-Bueno si solo es eso, vamos a probar a jugar, yo hace años que no juego pero es algo que me gusta mucho- Dijo ella con  una sonrisa pícara.

Dos minutos después con las manos limpias y sin el mono de pintar entraron en la habitación de invitados. Doña Hermeregilda cerró la puerta tras ella y también todas las ventanas que daban a la calle, se quedo todo oscuro como la noche

-¿Donde estas Marianito?- dijo mientras le buscaba a tientas por la habitación

-Estoy bien escondidito – dijo el con la voz apagada- Tengo una cosita para ti que te gustarà mucho.

-¿Y qué será Marianin?

-Un cucuruchito suegrecita muy rico

-y como es frio o calentito- le contesto la suegra

-Caliente, caliente suegrecita

-Estoy emocionada por probarlo mi Marianin

-No tardaràs en tenerlo mi chochito loco

-¿De verdad Marianin?- Le preguntó ella- ¿Quieres a tu suegrecita?

-Mucho

Esta vez Mariano se dejó encontrar, sujetando su cipote amorosamente

-¿Pero Mariano que es esto tan duro y para quién es?

-Es todo para ti, para que chupes y chupes

La suegra sentada en la cama y su yerno frente a ella,así se la fue chupando. Este no tardo en cogerla por la cabeza, casi ahogandose se la tragaba con lujurioso placer mientras su mano le acariciaba los huevos.

Despues de un largo descanso y tumbados en la cama fue Mariano quien se implicó en usar su lengua en su peluda cueva mientras ella no paraba de ronronear palabra sin sentido mientras llegaba al orgasmo.

Doña Hermeregilda se quedó dormida con el cipote de Mariano en la boca que no tardó en comenzar a roncar.

3 horas más tarde, Mariano se despertó por si su mujer llegaba antes de lo previsto. Su suegra le dijo que su hija aún tardaría en llegar.

-Mira Mariano en el culo hace años que no me entra nada ¿No crees que ua es hora?

Todo y a oscuras, Mariano consigió empujar su priapo por aquel agujero en el que no hizo falta poner saliva. Con cada embestida, Doña Hermeregilda estaba mas exicitada hasta que no pudo levantar la cabeza del colchón y notó como Mariano descargaba todo su semen dentro de ella.

Cuando llegó la mujer preguntó a su madre donde estaba Mariano

-Ahi está dándole a la brocha –contestó ella

-¿Cómo se ha portado?

-Tienes un marido que no tiene precio-dijo ella sonriente pensando en que se la había metido por todos los agujeros.