Doña Aurora,

Doña Aurora se deja prostituir por un gigante extranjero

Doña Aurora,

Doña Aurora se deja prostituir por un gigante extranjero

Había decidido acompañar a su marido a la convención que se realizaba el fin de semana en Madrid, y tras deshacer la maleta, y vestirse con un conjunto de chaqueta cruzada, y una falda a juego, de color beige, decidió bajar a la cafetería a tomar un café, pues ya era media mañana y desde las 5,45 de la mañana no había probado alimento alguno.

Al entrar en la cafetería, noto como se fijaban en ella los ojos de todos los presentes, y de alguna de las presentes también, pero con una mirada crítica, y no de deseo como la de ellos.

Se dirigió hacia donde estaban depositadas revistas y prensa, y tomo un diario de tirada nacional, se dirigió a una mesa que estaba frente a una ventana, y se sentó cruzando las piernas, y mostrando un muslo hasta el dejar ver el comienzo del dibujo de la parte elástica de las medias.

Era una mujer de las que no nacen para pasar desapercibidas.

Se llamaba, y se llama, Aurora, con algo más de 1,75 m de altura, con unas piernas torneadas e interminables, su piel era de un tono claro, su rostro alargado, sus mejillas marcadas, unos labios carnosos, pero no gruesos, largos y bien formados. Su melena larga, ondulada, caoba, con reflejos pelirrojos, sus ojos en un tono resultante de mezclar verde y gris. Se veía una mujer que desde su nacimiento estaba marcada para ser una “Señora”,

El personal a las órdenes de su marido, y el de servicio, así como en tiendas donde solía comprar, la llamaban Doña Aurora, si ningún tipo de familiaridad, no la consentía.

Hacia las personas de fuera de su círculo, Doña Aurora era una mujer distante y fría. Y también la envidiaban dada la fortuna que manejaba, directamente, que había heredado de su familia.  También era envidiada por su matrimonio. La posición de su marido, los negocios de compraventa, las inversiones, etc., hacía que ganasen más dinero en un día que más de 150 familias con un sueldo medio, en un mes.

Sin contar con que era envidiada por su belleza, no era modelo, pero si lo hubiese querido, lo habría podido ser, y seguro que por su belleza y porte, se encontraría entre las 10 mejores del mundo.

El camarero la devoraba, disimuladamente, con los ojos, le había servido un desayuno completo, incluida mermelada y mantequilla, y unas tostadas además del croissant, indiscutiblemente, no guardaba dieta alguna, otro punto a tener en cuenta para envidiarla.

Cuando terminaba de desayunar, se le acercó su marido, de 1,90 m., delgado, musculoso, sin una gota de grasa dada las tablas de ejercicios que realizaba en su gimnasio particular, que tenía en su despacho, al que entraba por una puerta lateral.

Indiscutiblemente, era un hombre que no tendría problema alguno en acostarse con cualquier mujer, con cualquiera que ella también quisiese, aunque sería él quien eligiese

Le dijo algo al oído, algo carioso, y Doña Aurora sonrió,

-          Que bobo eres cielo!

-          Me puedes hacer un favor?

-          No lo sé. Has sido algo malo!

-          Seguro que sabrás como castigarme para que sea bueno, pero…..

-          Si, pero qué?

-          Me toca dar el discurso, y seguro que me lleva toda la mañana, pero para después, para la comida, con los clientes, necesito el maletín que me ha quedado en la habitación, dentro del armario, en el suelo. Me lo puedes traer?

-          Por supuesto. Sobre qué hora crees que sería oportuno?

-          Desde luego hacia las tres de la tarde, antes no. Nos vemos en el restaurante del Hotel, pero cariño, mejor que no comamos juntos, es muy importante, y con lo atractiva que estás, seguro que me entretienes a los clientes y no firmamos nada!

-          Capullo

-          Gracias cariño!

-          De nada bobo, son los franceses, no los soporto! Si son ellos se lo doy al camarero y que te lo entregue él

-          No, no, no, son escandinavos, no los conoces, son nuevos, por eso es importante, pues podemos entrar en un mercado nuevo, con un potencial muy importante.

-          Bueno pues ojalá que tengas suerte

-          Gracias  preciosa

Se retiró y Doña Aurora quedo sola. En la barra de la cafetería del hotel, había un hombre altísimo, pasaba de los dos metros de altura, se le notaba una barriga prominente, aunque se le apreciaba que algunos años atrás, tendría un cuerpo atlético digno de envidia.

Miró con descaro a la mujer y sin titubeos se acerco con una sonrisa hacia ella.

Por su aspecto, tenía apariencia de ser nórdico, su piel blanca, con coloretes en los mofletes, el pelo escaso rubio, muy rubio, ojos muy pequeños de un color azul cristalinos, y de una mirada fría

Se inclino hacia Aurora, apoyó las manos en la barra, unas manos gigantescas, y sonriendo le dijo a Aurora, con una voz terriblemente grave

-          Hola soñorita. Tu preciosa. Yo admiro cuerpo tuyo. En otro tiempo yo follo toda. Adiós linda.

Con la misma se retiró de su lado, dejando a Aurora con la boca abierta sin saber muy bien qué hacer, la descolocó en toda regla. Nadie se había atrevido a hablarle así. La indignación era tan grande que sabía que se había puesto colorada. Aún encima, las zorras que estaban en una mesa próxima, se habían enterado de cómo había sido tratada, y la miraban con una sonrisa burlona, con un gesto de superioridad, que no tenía otra intención que la de la simple ofensa.

Doña Aurora, retomó sus papeles, y recogió todas sus pertenencias de la mesa, dejando el periódico. No tenía que pasar por la mesa donde se encontraban esas mujeres, se puso derecha, sabiendo que su altura y porte empequeñecían a esas mujeres, y con un gesto que lo único que pretendía poner en su sitio, miró a su paso a esas pobres infelices, que no paraban de sonreír con malicia, y les espeto, sin gritos, sin levantar la voz, y sin cambios bruscos en sus movimientos

-          Está visto que hay que fijarse mas donde tengo que sentarme, no tenía ni idea de que las mujeres que se sientan por esta zona, se dedican a la profesión más antigua de todas.

El impacto que les causó fue tal, que inmediatamente se pusieron rojas de indignación y todas se miraron entre ellas sin que ninguna se atreviese a abrir la boca

Ahora sí que Aurora se sentía feliz, y con una sonrisa se dirigió hacia los ascensores sin importarle nada ni nadie en el mundo.

Se dirigió al primero en el que habían entrado algunas personas quedándose de cara a la puerta, dando la espalda a todas.

Paró en un piso donde al parecer se quedó vacío, se atuso la melena, y se colocó la chaqueta tirando de ella. Estaba arreglándose cuando escuchó a su espalda

-          Tú me miras y te sonríes cuando entro en ascensor! Mujer cachonda me vino a buscar para que yo la folle toda!. Pues yo voy a contentar a mujer preciosa. Yo follarte por todos sitios muchas veces y tu echaras de menos a este hombro. – dijo dándose palmadas en el pecho

Aurora se giró con la boca abierta  y le espetó

-          Pero que dices animal

-          Gata rabiosa gusta más a Marck

Y se lanzó a la mujer que cazó de improviso, la abrazo, y le poso las manos en el culo, levantándola hasta su boca que comenzó a besar de una manera golosa y salvaje.

Aurora la había tomado por sorpresa y no era capaz de reaccionar.

La lengua del gigante vikingo, le invadía completamente la boca, las manos le abarcaban todo el cuerpo, una le bastaba para tomar por completo su culo. Y otra le llegaba desde la mitad de la espalda hasta el cuello.

El silencio de ella lo tomaba no como sorpresa e intimidación, sino como consentimiento pleno.

Como una muñeca, que a cada vuelta balanceaba las piernas como si las tuviese muertas, como un cuerpo inerte, sin esfuerzo alguno, como quien lleva en el aire de forma rara un abrigo, sin dejar de besar a Aurora, la introdujo en su habitación.

La soltó encima de la cama, y Aurora cayó de espaldas como peso muerto.

Le subió las piernas, le recogió la falda, tomo su tanga de encaje, y se lo quitó lo olió profusamente, y dijo

-          Esto recuerdo Marck

-          No no suelta, no …. No …. Quieto…. No …. No ….. yo….. no

-          Tu buena estupenda y yo como coño tuyo

-          No no suelhhhhhahhhaaaaaa

El gigante se había arrodillado e introduciendo con violencia la cabeza entre sus piernas, comenzó a hacer una comida de coño, como nunca en la vida le habían hecho, dejándola sin voluntad alguna y estremeciéndose y convulsionando como una quinceañera en su primer orgasmo.

-          Tú rara no portas como puta…., tú te portas como vieja novia tenia

-          No soy puta cerdo!

-          No importa no discuto como coño

-          Aaaaaaayyyyyyy agaff

No podía hablar era algo superior a ella. La lengua del gigante vikingo hacia que su voluntad desapareciese, la llevaba a un orgasmo terrible, nunca en la vida había sentido eso. Enloquecía.

Tal era la satisfacción y el placer que el dejo exhausto, la dejo sin fuerzas, la dejo semiinconsciente. Volvió en sí y se vio que estaba con la chaqueta desabrochada, el sujetador, que era sin tirantes, y lo llevaba por coquetería pues en verdad tenía unas tetas bien firmes, pues bien el sujetador no lo tenía puesto y no sabía dónde estaba, miró hacia abajo, y vio que tenía toda la parte inferior al aire con la falda remangada, se le veía desde la cadera y perfectamente el coito depilado con una fila de vello hacia su clítoris que veía perfectamente sobresalir de  entre sus labios vaginales, se fijó y lo notaba latir, notaba como se movía a cada latido, lo tenía de un color clarito, por norma general, pero con la sesión que había recibido ahora se encontraba como irritado lo tenía más oscuro que lo normal.

Una mano le tomo de la cabeza, y la giró de repente hacia el hombre. Al girar por la fuerza, vio delante de su boca la polla del gigante vikingo, blanca, color casi lechoso, con un capullo rojo, y brillante por estar mojado de líquidos pre-seminales. Era enorme a juego con el tamaño del vikingo. Parecía un brazo que le salía del bajo vientre.

El susto de Aurora fue tremendo, y queriendo gritar inundada por el pánico, abrió la boca lo máximo posible, y el hombre, considero que admitía a la felación, con una sonrisa gritó

-          Bien a Marck gusta de cojones. Chupa bien polla zorra, a mi gusta

-          Goffkno ssdiiosd.

-          Calla tu solo chupa

No le entraba prácticamente nada en la boca de Aurora, que no tenía ni idea de cómo hacer eso, pues en la vida había metido una en la boca, ni en sueños. No se le ocurriría a su marido pedirle semejante atrocidad.

Cansado de una mala mamada, se dirigió  a entre las piernas de Aurora, poniéndose de rodillas entre ellas, apuntó y dirigió su miembro, por llamarlo de una manera suave, y lo posó en la entrada de la vagina de Aurora, que sorprendida con la boca abierta miraba el atributo del hombre, y miraba la punta que empezaba a  separar los labios vaginales.

Parecía un pez en un acuario abriendo y cerrando la boca, seguro que quería protestar, negarse, avisar a al vikingo de su error y que la dejase en paz.

De golpe echo la cabeza hacia atrás al sentir entrar en su cuerpecito ese monstruo

-          Aaaaaayyyyyyyy dueleeeeeeee paraaaaaaaaa cabroooooooon!!!!

-          Tu grita a Marck gusta que mujeres griten

Y noto como si se rompiese algo, noto como entró sin piedad en ella, despacio, poco a poco, sin pausa, sin que nada ni nadie pudiera evitarlo….., y así fue

Con los ojos llenos de lágrimas, vio como tenía enterrada toda la polla en su vientre. El vikingo para su sorpresa, tiro de sus brazos, y la tomó en el aire.

Ella para no perder el equilibrio, se agarró a su cuello.

Se vio así en el espejo, su cara desencajada, y su melena despeinada.

A través de ese espejo, se veía la parte de su espalda gracias a un espejo enfrentado a éste en la otra pared, y veía como algo inmenso salía de su vagina y volvía a entrar.

Las palmas de las manos sujetaban las nalgas y los muslos de Aurora, y notaba, pues ella no tenía fuerzas, como la subían y bajaban.

De repente ese movimiento paró, y a media altura y fue el vikingo quien con un grito y jadeos empezó un frenético movimiento, entrando y saliendo de Aurora

Como era posible que se quedase sin poder reaccionar, no podía ser, que un hombre la agarre en el ascensor la bese y la folle sin mediar apenas palabras, y ella sin poder decir ni una sola palabra.

No podía mantener la cabeza en alto, se sentía convulsionar, se sentía saltar con cada empuje del hombre, saltaba por la fuerza del envite, y notaba como la polla del hombre golpeaba sin piedad el fondo de la vagina.

El dolor era fortísimo, pero el placer lo estaba desplazando

No reconocía el reflejo de la mujer que veía en el espejo. Sabía que era ella, que era esa que clavaba las uñas en la espalda de ese gigante, que le dejaba bien visibles las marcas de las uñas en una espalda completamente blanca

No podía centrar la mirada, tenía los ojos entrecerrados, y la boca completamente abierta. Tenía toda la base de los labios vaginales empapados, y no sabe cómo veía que algunas gotas escapaban y caían en el suelo, fruto del placer inmenso que sentía, no era un solo orgasmo era una cadena de orgasmos, que no podía contar, no sabía bien si llevaba 9 o llevaba 14.

Volvió a sentir algo extraño que provocó un estremecimiento, algo extraño dentro de ella. El gigante empezó a correrse en su interior y los chorros de esperma le chocaban en el fondo de su cuerpo, enmudeciéndola, y haciéndole perder sus fuerzas.

El hombre acompañó su orgasmo de gritos, gruidos, y apretones de culo, clavándole más aún en su interior la polla, y soltando toda la corrida, a base de chorros continuos, espesos, lubricantes, relajantes, placenteros

-          Aahaahaahhjggghhh

Sólo pudo decir eso y se desmayó. Menos mal que estaba junto a la cama, pues cayó de espaldas en ella, el gigante no pudo sujetarla pues lo tomó despistado.

En cuestión de 5 segundos, abrió Aurora los ojos y vio al gigante que le seguía bombeando sin sacar la polla, con su corrida dentro que expulsaba a cada envite, y que provocaba un sonido vulgar, ordinario y molesto

Quería lavarse, quería que parase de follarla, quería que todo parase y lloro de rabia e impotencia, y el hombre que la vio le grito

-          Tú no llores. Tú disfrutas solo si te miro. Si yo solo toco tu orgasmo de puta inmensa!

-          Para por favor

-          Yo te pago bien tu folla bien temprano hasta las tres tenemos horas para follar!

-          No puedo para

-          Si puedes no paro… y después de este follar cambio y follo culo

Los ojos de pánico de Aurora no tenían comparación

A las cuatro de la tarde, salía de la habitación, le habían tratado como una puta, le habían penetrado por todos sus agujeros, y cuando le ripió el culo el gigante le dijo entre jadeos al oído

-          Tu puta rara tienes culo vierjen buen regalo para mi yo te pago mucho bien. Tu contenta y yo también

Después de correrse y tras decirle que esperara llamo por teléfono en un idioma que no conocía y hablo durante unos minutos con alguien

-          Todo arreglado tenemos para dos polvos

Se dirigía hacia su habitación para darse una ducha, cuando le sonó el teléfono

-          Menos mal, llevo llamándote un montón de veces

-          Lo siento

-          Déjate de cosas, ahora no me traigas el maletín quedamos en la cafetería del hotel a tomar café a las 5,30. Y es cuando me traes el puto maletín. Menos mal que no se presentó el director y no está nada perdido.

-          Lo siento note fallaré, aunque me encuentro fatal

-          Pues ya me dirás porque, te has enfriado?

-          No

-          Toma precauciones y si ves que tal me la envías por el camarero.

-          No, no te preocupes que la bajaré yo misma

A la hora señalada se presento en la mesa donde su marido, moreno, destacaba entre tantas cabezas rubias y todos de color blancuzco

-          Aurora que bien ya estás aquí. Señores permítanme que les presente a mi esposa.

-          Aurora te presento a estos representantes de la empresa de la que te hable, el director es Marck…..

Se miraron, y la cara de asombro del gigante vikingo no tenía parangón, Aurora se puso tremendamente seria, y se hizo un silencio molesto para todos.

-          Comprendo todo ahora, - dijo en tono bajo mirando a Aurora que estaba completamente roja y le temblaban las piernas de miedo

-          Yo –decía Aurora

-          Soy torpe me quedo sin palabras. Amigo mío tiene una esposa hermosa, parece modelo, estoy encantado con todo es placer mas que no esperado

-          Muchas gracias – dijo con doble sentido Aurora

-          No gracias tu trabajas

Todos se quedaron en silencio y aurora volvía a temblar

-          Si si si…., tu trabajas, cada vez que marido viene a mi país tú también venir si no no hay tratos

-          Por supuesto que si eso está hecho!

-          Pero yo…..

-          Aurora si Marck quiere que trabajo te cuesta mujer tú te vienes y todo va bien

-          Bueno si tú me lo pides

-          “Rora” tu sienta aquí conmigo, ellos aburridos solo hablan trabajo y no gusta

-          Muchas gracias

Dándole unos golpes con la palma de la mano en una de sus rodillas, el gigante le dijo a Aurora

-          “Rora” creo ser afortunado por ti, ahora si hacer negocios con marido tuyo, pero solo si tu quieres, si tú no quieres nada de negocios tu qué dices

-          Que por mí no va a ver ningún tipo de problemas, pero sería justo que también viniese usted de ved en cuando a España, y no que tengamos que ir solo nosotros

-          Claro que sí que es así “Rora muy inteligente”

Todos afirmaron dándole la razón y cuando el marido de Aurora iba a hablar le interrumpió Marck

-          Revisa contrato, quiero pedido mayor mucho mayor, tu encargas de ventas del 90% de lo que yo compro aquí en España, es pedido de más de 100.000.000 € por seis mesies así que todo cambia y lo firmamos en Escandinavia la semana próxima ¿parece bien amigo mío?

-          Naturalmente que si Marck – contestó Aurora, y ya que tengo que trabajar con mi marido, seré yo misma quien lleve el nuevo acuerdo para que lo firmes, y se hará todo, todo, todo, como tú digas te parece bien?

-          Maravilla, estupenda mujer. Y complaciente.

-          Brindaremos por eso

-          Y me pones sueldo

-          Si no hay más remedio

-          No

-          Te lo has ganado, no sé cómo pero te lo has ganado

Tomaron sus copas y brindaron, y Aurora, Doña Aurora, aprovechó la ocasión para acomodar mejor su trasero, pues el escozor, y dolor eran importantes, y le molestaba cada vez más

Al brindar el gigante vikingo y Aurora se miraban, y después de separar la copa de sus labios, se relamió de una forma coqueta, sugestiva y provocadora, solo para su gigante vikingo, que tan solo rio gustoso y complacido