Don Silvio (3)
Don Silvio me llevó no solo a lugares increíble sino que me dió la mejor sesión sexual de mi juventud.
Habían pasado dos días de mi aventura con Don Silvio, yo no me lo podía quitar de la cabeza a aquel hombretón maravilloso que me había follado la boca y me había dado mi primer trago de leche que jamás podré olvidar. Durante esos dos días no ví a Silvio ya que no habían bajado a la playa porque tuvieron una visita de amigos y fueron a recorrer diferentes lugares cerca del pueblo.
Al tercer día bajé a la playa como todos los días y allí estaba mi hombre tumbado en la toalla con su barriga al sol y con un nuevo bañador que marcaba todavía más sus enormes huevos.
Buenos días Silvio
Buenos días niño como van las vacaciones?
Jejeje bien cada día mas contento.- contesté
Le voy a pedir a tus padres a ver si te dejan venir conmigo mañana a una calita preciosa a unos pocos km de aquí donde se cogen unos cangrejos magníficos.
Yo me excité al momento ya que estaba seguro que Silvio lo estaba preparando todo para que estuviéramos el y yo solos y así poder gozar el uno del otro sin prisas y sin ser vistos.
Al cabo de unos minutos se levantó y se lo preguntó a mi padre, el cual dijo que si y que tuviéramos cuidado.
mañana quedamos a las 7 de la mañana en el parking ya que a primera hora es el mejor momento para pescar los cangrejos.
OK .- contestamos mi padre y yo a la vez
Esa noche apenas pude dormir pensando en Silvio y yo solos durante todo el día y me tuve que hacer un par de pajas ya que continuamente tenía mi polla dura como el mármol.
Al día siguiente ya estaba yo esperando en el parking, apareció Silvio con unos pantalones cortos de color que remarcaban su culo y una camiseta de tirantes pegada al cuerpo lo cual hacía que sus pezones y barriga estuvieran completamente marcados y una gorra que acentuaba todavía más su preciosa cara.
Buenos días Carlitos, listo para una jornada de pesca?
Claro que si Silvio.- contesté yo con una sonrisa de oreja a oreja
Montamos en el coche y nos encaminamos hacía la cala de la cual me haló Silvio por el camino.
Es un sitio precioso, te va a gustar mucho Carlitos, es un lugar difícil de encontrar y complicado de llegar, lo descubrí el año pasado, no hay nunca nadie, a veces llega alguna lancha pero siempre hacía la hora de comer.
Al cabo de 20 minutos en el coche me sorprendió que no me hablara nada sobre lo que había pasado hacía tres días ni siquiera me tocó y apenas hablamos. Yo estaba muy excitado, mi polla subía y bajaba dentro de mis bermudas, pero Silvio apenas me miraba, estaba muy pendiente de la carretera.
Tras otros 20 minutos de silencio llegamos al lugar, dejamos el coche y nos encaminamos por un frondoso bosque de pinos de muy difícil acceso, al cabo de otros 15 minutos andando llegamos a una especie de acantilado muy escarpado desde el cual se veía una pequeña cala, yo no veía la manera de bajar a aquel precioso lugar, pero Silvio si. Apartó unas enormes ramas y apareció una especie de entrada a una caverna, entramos y encendió una linterna que llevaba en su mochila, el lugar era increíble nunca antes había visto una caverna así. Al cabo de unos minutos vimos la salida de la cueva que daba directamente a la cala, el lugar me sorprendió, el agua del mar estaba en calma y era de un color verde increíble, la arena blanca y muy fina, parecía una playa del Caribe.
Silvio dejó la mochila en el suelo y empezó a desnudarse, se quitó sus pantalones cortos y dejó a la vista sus enormes pelotas y su polla gorda colgando, también se quitó la camiseta y se mostró ante mí completamente desnudo. Yo no sabía que hacer ni que decir, solo noté que mi polla estaba a tope de dura luchando por salir de mis bermudas.
Venga Carlitos quítatelo todo que los cangrejos esperan
Yo no entendía nada, ese hombretón desnudo delante mío hablando de los cangrejos como si no hubiera pasado nada entre nosotros, aún así me desnudé con mi polla tiesa y me encaminé junto a él hacía una zona de rocas. Empezamos a ver cantidad de cangrejos que poco a poco y con cuidado fuimos cogiendo y metiendo en una bolsa de plástico duro que había traído Silvio.
Al cabo de una hora larga de pesca yo seguía muy muy excitado y Silvio ni siquiera me miraba, sólo estaba pendiente de los cangrejos, yo estaba de tras de él y por lo menos me deleitaba con la visión de su culo enorme blanco y sus pelotas peludas colgando. Aquello hacía que mi erección se mantuviera constante, pero ya no pude más me paré y me empecé a tocarme la polla mientras veía el cuerpo de Silvio sudoroso y desnudo delante de mí. Silvio se percató de que ya no le seguía, se dio la vuelta y vió como yo me estaba pajeando.
Carlitos que estas haciendo? Para de hacer eso ahora mismo
Yo no daba crédito, Silvio me estaba regañando y se mostraba casi enfadado. Se acercó a mi con cara de pocos amigos pero moviendo su enorme barriga y sus pelotas como nunca antes había visto. Se puso enfrente mio, yo me quedé petrificado, mi polla se quedó floja de inmediato, me esperaba lo peor cuando Silvio esbozó una sonrisa y sin mediar palabra empezó a besarme como nunca, muy despacio y muy tierno jugando con su lengua por encima de mis labios a la vez que empezó a acariciarme mi espalda, mi culo, mi pecho, yo estaba como en el cielo, mi polla volvió de inmediato a ponerse durísima, Silvio seguía besándome, ahora su lengua jugaba con la mía dentro de mi boca, yo empecé a acariciarle también, su enorme barriga, sus tetas sus pezones, sopese sus huevazos peludos, acaricie su capullo hinchado y lleno de gotitas de semen, así estuvimos un buen rato, descubriéndonos mutuamente, explorando cada cm de nuestro cuerpo. Silvio dejó de besarme la boca y empezó por mi cuello, bajó hacia mis pechos, lamió mis pezones llenándolos de saliva, bajo por mi barriga hasta que llegó a mi polla, le pasó la lengua a lo largo y ancho de ella, lamió mis huevos, volvió a mi polla y poco a poco se la fue metiendo en la boca y empezó a hacerme una mamada muy lentamente, yo estaba en éxtasis total.
Silvio me vuelves loco, te quiero, te deseo, nunca mas me vuelvas a hacerlo pasar tan mal.- dije entre suspiros
Silvio continuó mamando con una maestría y dulzura increíble, yo no quería terminar todavía, aquello estaba siendo algo maravilloso para mi.
Silvio quiero hacerte el amor.- imploré yo
Silvio sin decir nada paró de chuparme, se levantó me volvió a besar y se tumbó en una toalla boca arriba, yo me puse encima de él y le comí entero, sus pezones duros como piedras, me deleité durante rato con su barriga hasta que llegué a la hermosa pelambrera blanca que anunciaba su enorme polla coronando esos huevazos colgando, le chupe la polla lamiendo esas gotitas de su punta, me metí poco a poco sus huevazos en mi boca, volví a su rabo que chupé con maestría y dedicación, empecé a jugar con mi dedo en su culo, el ayudó y se abrió un poco de piernas, yo bajé y lamí su ojete peludo, lo cual ayudó a que mi dedo se fuera abriendo paso. Mientras Silvio se apretaba el mismo sus pezones, se los pellizcaba, resoplaba, sudaba como un auténtico animal, sus ojos cerrados, estaba totalmente entregado.
Carlitos mi niño, fóllame de una vez me tienes a 1000, quiero sentir tu verga de niño en mi culo, hazlo ya.- gritó
Sin pensar más levanté sus preciosas piernas las apoyé en mis hombros, su ojete se abrió aún más, apunté mi capullo en su culo y muy lentamente le fui metiendo mi polla, aquello me produjo una sensación que muy pocas veces volví a experimentar.
Si Carlitos quiero sentir cada centímetro de tu polla, hazme tuyo quiero que me folles como nadie, quiero sentir tus huevos chocar contra mi culo, quiero que me revientes, me vuelves loco niño.
Aquello me animó a de un solo golpe meterle el resto de mi polla y empezar un mete y saca brutal, Silvio tenía los ojos como en blanco, seguía pellizcándose los pezones, su barriga se movía al vaivén de mi mete y saca, su polla seguía dura como el mármol, mientras me lo follaba jugaba con sus huevazos y le tocaba la polla muy muy despacio. Ni yo mismo me creía todo el tiempo que estaba sin correrme, pero no quería que se acabara. Silvio dejó sus pezones y empezó a jugar con los míos.
Niño quiero sentir tu leche en mi culo, llénamelo, quiero llevarte dentro.
Aquella frase y sus juegos con mis pezones adelantaron la corrida que Silvio esperaba, después de tres fuertes golpes en su culo sentí como un torrente de leche iba a salir de mis huevos.
Silviooooooooo, me corro, te quiero
Un primer golpe de leche salió de mi polla dentro del precioso culo de Silvio.
Joder Carlitos que chorro de leche acabas de meterme, me quemas el ojete
Aquello llevó a que soltara toda la leche que acumulaban mis huevos desde hacía dos días y mi propia excitación hizo que me corriera como nunca. Aquel torrente de leche en el culo de Silvio hizo que sin tocarse la polla de Silvio empezara a escupir chorros de leche que fueron directamente a sus tetas y a su barriga, Silvio se retorcía de placer, era un maravilla ver correrse a mi hombre sin tocarse, aquello hizo que mi erección continuara un poco mas y siguiera follando el culo de Silvio.
Al cabo de un rato no pudimos más y yo caí rendido sobre la barriga llena de leche de mi amor maduro. Nos besamos muy dulcemente y nos abrazamos durante un largo rato. Unos minutos más tarde Silvio me miró se sonrió y me dijo:
Es lo mas bonito que me ha pasado en la vida Carlitos, nunca nadie me hizo disfrutar tanto.
Nos levantamos y fuimos directos al mar desde aquel día Silvio se convirtió en un amante increíble y nuestras aventuras sexuales no pararon nunca.