Don Ramón
Nunca pensé que desues de perder a mi mujer volviera a disfrutar del sexo.
Hola a todos me llamo Ramón, tengo 68 años y me quedé viudo hará unos dos años. La historia que os voy a contar me ocurrió al poco tiempo de morir mi mujer y fue una experiencia que jamás olvidaré y que marcó mi vida desde aquel momento en adelante.
Vivo en la misma casa desde hace 40 años, fui muy feliz con mi mujer y jamás pensé que algo así me ocurriera. Los vecinos nos conocíamos desde siempre, habíamos visto crecer a nuestros hijos y también como se iban a vivir sus propias vidas. Nuestro portero era Leandro un hombre maravilloso y trabajador que se jubiló al poco tiempo de morir mi mujer. Le sustituyó un sobrino suyo de nombre Juanjo, un chaval de unos 34 años, con cuerpo muy fornido, gordito pero fuerte, ojos verdes, brazos y piernas duras y fuertes y muy buena persona.
Después de perder a mi mujer mi vida entró en una monotonía bastante desagradable para mi, me aburría mucho, daba largos paseos y apenas me acordaba del sexo, ya que con mi mujer mi vida sexual había sido muy activa y ahora no tenía ganas de estar con nadie, de vez en cuando me masturbaba viendo alguna película porno que alquilaba en un videoclub muy lejano a mi casa, ya que me daba vergüenza que la gente de mi barrio supiera que hacía esas cosas.
Un día bajé a la calle y me encontré con Juanjo en la portería, iba vestido con un mono blanco y una camiseta debajo que le quedaba muy ajustada, estaba sudoroso ya que era verano y estaba limpiando y fregando el portal.
Hola Don Ramón, ya va usted a dar su paseo verdad?
Si Juanjo, a ver si hoy el día pasa rápido.- contesté
Le veo un poco triste.- dijo Juanjo
Si, es verdad desde lo de mi mujer soy otra persona.- dije
Pues debe usted animarse don Ramón que la vida es muy bonita y hay que
vivirla hasta el final.- respondió
Si tienes razón pero me cuesta mucho. Por cierto estas empapado, ya hace mucho calor no?.- pregunté
Si, jejeje, la verdad es que me viene para perder unos kilitos, tenga cuidado en la calle que hoy el sol cae de plano.- respondió Juanjo
OK Juanjo lo tendré, que tengas buen día.- me despedí
Así pasaban los días, mi vida era monótona y lo único que cada día me iba gustando más era ver mis películas y mis charlas con Juanjo, el cual cada día me iba diciendo más cosas para hacer en mi tiempo libre. Se preocupaba mucho por mí.
Estando en casa una mañana se me rompió el grifo de la cocina, yo soy un auténtico negado para el bricolaje y las cosas de la casa, así que pensé que a lo mejor Juanjo me podría ayudar antes de pedir auxilio a un fontanero que me iba a cobrar un dineral, así que bajé a hablar con él, me puse un pantalón corto, una camiseta y bajé, por cierto no me he descrito físicamente. Debo medir 1,70, estoy bastante gordito, peso unos 110 kilos pero estoy duro como una piedra ya que mi constitución siempre ha sido muy fuerte por naturaleza, tengo un pecho grande y peludo, soy calvo y llevo una barba que ahora es blanca.
Hola Juanjo, buenos días, me preguntaba si sabrías arreglar un grifo, se me ha roto el de la cocina.- pregunté
Claro don Ramón soy muy manitas, cuando le viene bien que suba?.- me preguntó a hora él
No sé, cuando tu puedas, tampoco quiero molestarte.- contesté
Pues subo en una hora estoy terminando de limpiar y enseguida estoy en su casa.- dijo
Muchas gracias Juanjo, te espero arriba.
Al cabo de una hora subió Juanjo, iba vestido como siempre con su mono blanco y su camiseta ajustada que le marcaba unas tetas muy bien formadas y se remarcaban mucho sus pezones y como siempre sudando.
A ver donde esta ese grifo?.- preguntó sonriente
Aquí es el del fregadero.- contesté
Juanjo se acercó al fregadero y empezó a mirar cual era el problema, se agachó para mirar a ver si era la tubería, se puso de rodillas para trabajar mejor y fue cuando yo sentí algo que nunca antes había sentido. Vi aquel enorme culo duro delante de mi y algo se movió en mi interior, me vinieron a la mente imágenes de mi mujer desnuda, de las películas porno que yo veía y noté como mi polla se movía dentro de mis bermudas, no le dí mucha importancia ya que hacía muchos tiempo que no tenía sexo con una mujer pero durante los siguientes días no pude parar de pensar en el culo de Juanjo.
Paso casi una semana desde el día del fregadero en casa, yo seguía con mi vida normal, con mis paseos y mis charlas con Juanjo, dejé de ver películas porno y empecé a masturbarme pensando en el culo de Juanjo, viéndole desnudo y penetrándole con mucho placer, aquello casi se convirtió en obsesión. Un día estaba en casa a punto de salir cuando sonó el timbre. Abrí la puerta y allí estaba Juanjo.
Buenos días don Ramón perdone que le moleste, pero es que se ha roto la ducha del apartamento que tenemos en la portería y no voy a poder ducharme antes de irme a casa, le importaría que luego suba a darme una ducha? Ya sabe como sudo y no me gusta irme asi a mi casa.- me dijo
Yo me quedé que no sabía que contestar ya que no tenía claro si quería verle en mi casa desnudo o no.
Claro que si Juanjo sin ningún problema, sabes que puedes contar con mi casa para lo que necesites.- le respondí sin saber muy lo que había dicho
Mil gracias don Ramón, subiré como a las 8 de la tarde, adiós
Aquel día no pude parar de pensar en el cuerpo de Juanjo bajo la ducha de mi casa, me masturbé dos veces y estuve nervioso hasta que sonó el timbre de nuevo a las 8 de la tarde. Era Juanjo, subía sudoroso como siempre, pero ya sin el mono blanco, llevaba unas bermudas que enseñaban sus muslos perfectamente y una camiseta sin mangas que marcaban sus pechos, sus pezones y su barriga a la perfección.
pasa Juanjo, eres puntual.- dije sin saber que decir
Gracias don Ramón es usted muy amable, mire como vengo chorreando de sudor.
Ven vamos al baño mío que es el más grande, ya tienes la toalla preparada
Entramos en el baño, le expliqué como funcionaba la ducha y le dejé ducharse, yo mientras fantaseaba en el salón pensando que yo me duchaba con Juanjo que le enjabonaba su cuerpo y su culo y bajo la ducha lo follaba como un loco. Mi polla estaba dura como una piedra, estaba muy caliente, esperaba no perderla compostura cuando saliera de la ducha. Seguía con mis pensamientos cuando oí:
Ya estoy don Ramón.
Abrí los ojos y me encontré a Juanjo desnudo solo con la toalla a la cintura, tenía un pecho precioso sin pelos, una barriga redonda y dura, yo no daba crédito.
Que gusto da darse una ducha después de un día de trabajo, muchas gracias don Ramón.- me agradeció
Quieres beber algo?.- pregunté
No quiero molestarle.- contestó
No es molestia Juanjo.-
Ok, pues una cerveza sería genial.- me pidió
Fui a la cocina a por una cerveza, cuando volví lo encontré sentado en el sofá totalmente desnudo, se había quitado la toalla, vi perfectamente sus preciosos y duros muslos y por supuesto una enorme polla, muy ancha y colgándole unos huevazos enormes llenos de pelos.
me he quitado la toalla para no mojarle el sofá con la toalla, espero que no le moleste verme desnudo no? Estamos entre hombres jejejeje.- me dijo de una manera muy natural
No, en absoluto.- contesté de pie con la cerveza y mi polla dura marcándose en mis bermudas.
Joder don Ramón que le pasa en los pantalones? .- preguntó con una cierta sonrisa
No supe que contestar, es más no me pude ni mover, en esto Juanjo se levantó del sofa se acercó a mi me cogió la cerveza la dejo en la mesa y me empezó a besar con una dulzura y una maestría inigualable, yo me quedé totalmente paralizado, me dejaba hacer, mi polla estaba a punto de romper las bermudas. Juanjo siguió besando el cuello, me quitó la camiseta dejando al descubierto mi pechos y mis barriga, la cual empezó a acariciar mientras lamia mis pezones, fue bajando hasta llegar a la altura de mis bermudas que con mucho amor y cuidado me quitó dejando al descubierto mi polla dura como una piedra,.
Joder don Ramón que pedazo de verga que tiene.- dijo mientras se la empezaba a meter en la boca con dificultad ya que tengo una polla muy gorda y de unos 20 cm.
Y que huevos.- se relamió Juanjo
Yo estaba paralizado, Juanjo se chupaba la polla como nadie lo había hecho, jugaba con pelotas tambien y acariciaba mis muslos y mi culo, yo seguía inmóvil pero ardiendo de placer, al cabo de un rato de chuparme la polla yo ya no podía más así que casi sin darme cuenta empecé a correrme en la boca de Juanjo, el cual empezó a tragar mi leche que saltaba a borbotones dentro de su boca. La tragó toda y siguió lamiendo mi verga hasta que la dejó limpia de leche, luego se puso de pie y empezó a besarme yo notaba el sabor amargo de mi leche en su boca y me gustó, me acarició durante un buen rato palpando cada cm de mi cuerpo hasta que se quedó frente a mi con su pollón totalmente duro y me dijo:
Esto era lo que quería don Ramón?
Yo seguía mudo pero de repente reaccioné lanzadome a por él y besando todo su cuerpo sus preciosos pechos sus enormes pezones, su barriga y sobre todo acariciando su culo, tenía un culo enorme y respingón y duro como una piedra. Juanjo se reía se dio la vuelta y se puso a cuatro patas delante de mi.
Y ahora me va a follar verdad don Ramón?.- preguntó riendose.
Yo estaba ya casi a punto de nuevo mi cuerpo estaba deseoso de follar a aquel hombre, nunca antes había sentido nada igual pero eso será en la próxima entrega.