Don polo el señor de la tienda

Siempre me gustaba ir a la tienda por un pan pero un día don polo decidió cobrarme de otra manera.

Hola. Este relato sucedió cuando tenía 18, ya antes he mencionado que desde pequeña me sucedieron varias cosas que me llevaron a tener en mente que los hombres pueden tocar mi cuerpo si lo desean y que es un gran placer que se sientan atraídos por mi cuerpo.

Me gustaba saber que a don polo le gustaba, la forma en que me miraba y siempre me decía que era muy bonita y que iba a esperar a que fuera mayor de edad para demostrarme cuanto le gustaba

Don polo era en ese tiempo un señor ya mayor (con lo que siempre me han atraído los mayores) un señor muy aseado, flaco pero panzón, Moreno y de cabello negro que era por el tinte, no tenía barba pero sí tenía un bigote chistoso que siempre le pedía me dejara tocar.

-hola don polo. Vengo por mi pan, el que me gusta, ya sabe!

-hola nena! Que bonita estas como siempre, me entere que fue tu fiesta

-síii... El lunes cumplí 18 años

-ven acá entonces! Que te voy a dar tu abrazo preciosa! Ahora ya eres toda una mujercita, que desde antes ya lo parecías eh!

Me acerque a don polo que tenia los brazos abiertos hacia mí y me estrujo fuerte cargandome levemente ya que era muy ligerita de peso. Ese día llevaba unos leggins de licra y una blusa de tirante strech que dejaba que mi figura se marcará completa

-felicidades preciosa! Dijo don polo abrazándome y cargandome, pegandome a su cuerpo y pude sentir como a propósito puso su verga sobre mi panocha para restregarla un poco, sentía como aventaba sus caderas hacia mí cuerpo y la verdad es que me gustaba y me gustaba su perfume.

Así apretada como me tenía me beso en el cuello cerca de la oreja

-te conozco desde ya hace años preciosa y dejame decirte que estas más bonita que nunca

Ese beso había provocado una sensación de locura en todo mi cuerpo y había logrado comenzar a mojarme después del tallon de verga.

-ay don polo! Me hace cosquillas

-apoco no te gustó mi abrazo?

-sí me gustó! Usted sabe que es mi amigo y que lo aprecio

-gracias nena. Dijo mientras puso su mano en mi cintura y me miró sonriendo para ver mi reacción, yo le sonreí con algo de picardia y puso entonces su otra mano y empezó a subir y bajar por mis muslos

-me hace cosquillas don polo. Dije sonriendo

-jaja! Eres muy cosquilluda.

Y empezó a hacerme cosquillas y yo empecé a moverme como una loca cuando de pronto entre tanto manoteo sentí como pasó su mano por mi panocha disimuladamente de atrás hacia adante eso me había hecho estremecer. Sabía que estaba vuelto loco por tocarme

-me dan muchas cosquillas o algo siento raro

-donde preciosa? Te lastimé? Dijo queriendo parecer atento

-no sé. Aquí sentí raro. Dije señalando mi panochita y lo miré

-segura que ahí?

-sí ahí sentí raro como un calambre. Dije haciéndome la inocente

-te puedo sobar yo? Dijo don polo con una mirada tierna y mostrándome la palma de su mano

-aja! Moví la cabeza diciéndole que sí

Pegó su palma a mi panochita y empezó a sobarla de adentro hacia afuera con toda la palma, muy suavemente apenas y rosandola

-ay! Ay! Lo sigo sintiendo

-no te preocupes mi nena. Ahorita se te va a pasar el dolorcito

Don polo seguía sobandome la panochita que podía sentir increíblemente mojada, quería que iniciará a masturbarme como yo lo hacía todos los días.

-que sientes preciosa? No te lastimó?

Pensaba don polo que yo ignoraba todo sobre el hecho de que me estaba manoseando. Un hombre de 60 años aproximadamente sobandole la panochita a una chica de 18. Veía como lo disfrutaba y me encantaba por que yo también lo disfrutaba y mucho.

-ya se me esta pasando el dolorcito

-que bueno nena! Creo que estas un poco hinchadita de tus labiecitos, se sienten muy bonitos

-don polo!

-oye! No vayas a contarle a nadie esto eh! Un señor de mi edad no debería...

-sobarle la panochita a una chica? Dije interrumpiendolo. Se me quedó mirando sorprendido y lo mire sonriendole

No se preocupe don polo! Mañana vendré de nuevo por mi pan me guarda uno como siempre, le sonreía muy inocente y el convencido y loco por mi sonrió también

-te espero para mañana nena

Me fui en el momento indicado porque al salir de la tienda venía entrando una viejecita. Llegando a mi casa lo que hice fue masturbarme con el recuerdo de lo que había hecho don polo conmigo, me encantaba sentirme usada de esa forma.

Al día siguiente regrese a la tienda pero desde entonces lo hice con falda y calzoncito ligero para dejar que ahora son polo me masturbara y pudiera dedearme mas a gusto