Don Pedro

Lo que os voy a contar es un echó real, algo que me impacto en su día, no por lo ocurrió sino como ocurrio o mas bien las palabras dichas.

Don Pedro

Os voy a relatar una nueva experiencia de mi adolescencia, es una de relatos anteriores y continuación de un echó vivido. Lo que os voy a El echo que os voy a contar es un echó real, algo que me impacto en su día, no por lo ocurrió sino como ocurrió o mas bien las palabras dichas.

Es el motivo de mi ruptura con Lidia, aunque en verdad nuestra relación no tardaría en romper. Mantenido lo nuestro cosa de algo mas de un año lo cual fue muy satisfactorio, salíamos con nuestros amigos según decían éramos la pareja ideal, pero la verdad lo que mas nos importaba era el terreno sexual, o sea íbamos a follar y disfrutar. Don Pedro es el padre de Lidia y marido de Rosa, este era un señor de clase social adinerada, el cual se casarón ambos casi por expreso deseo de sus familias sin apenas pensar en ellos. Bueno os voy a decir come es el sus rasgos es un hombre de unos 46 años, alto de 1,75cm, de complexión normal con algo de barriguita, con bigote y con entradas, de fuerte sentido de la competencia.

El curso iba a su fin y ya prácticamente el siguiente año entraríamos en la universidad. Nosotros estábamos a punto de cortar, pero siempre dudamos por si no era muy buena idea. Cierto día que fui a recoger a Lidia a su casa me encontré con don Pedro el cual me dijo -"Lidia no se encuentra sea ido con su madre a casa de un familiar, ya la veras otro día"-, con lo cual me gire para marcharme cuando don pedro de nuevo me llamo -"Jhos es como te llamas verdad, quisiera hablar contigo entra y sígueme"-. Nada mas entrar me indico que me dirigiera a su despacho lo cual lo hice, nada mas entrar cerro detrás mía y el se dirigió hacia su silla detrás de esa mesa enorme, por la decoración se notaba que era hombre de negocio aparte buen seguidor de los deporte de caza y pesca.

Nada mas sentarse, me sugirió que me sentara y me ofreció un cigarro o una copa, que por mi parte rehusé pues ni fumo y menos bebo. Después empezó a comentar -"lo contento que esta conmigo pues gracias a mi ayuda su hija esta acabando el curso con muy buena notas"-, hizo una pausa me miro y prosiguió, -"se que hija esta encarrillada contigo, creo que demasiado hasta se que habéis echo ya asta el amor. E incluso asta se que lo as echo asta con mi mujer"- rápidamente conteste yo -"No se equivoca, con su mujer no hemos echo nada" tartamudee bastante asustado.

Pero Don Pedro volvió a corregirme se notaba que estaba bastante seguro de lo que hablaba, volvió a comentar -"no te sirve de nada negarlo, Rosa me lo ha contado pues entre ella y yo no hay secretos. Además me ha contado que tienes un buen ejemplar y en verdad as sido su pupilo ya que sea dejado ir por mi culpa, ya que la tengo bastante olvidada"-. Mientras me hablaba miraba hacia mí alrededor mirando sus trofeos de pesca, un pez espada con el anzuelo y la caña cual utilizo, al fondo una vitrina llena de rifles y escopetas, cuernos de ciervo, dientes de jabalí y asta su cabeza.

Me saco de mi trance dando una palmada sobre la mesa -"estas o no estas aquí, que sigues negándolo" me dijo, solo pude decirle que -"si es verdad, pero aunque usted no me crea yo no quise". Bueno sigamos me dijo mienta se levantaba y dirigiéndose hacia mi colocándose detrás mía volvió a hablarme -"deseo... Aun mas te ordeno que dejes a mi hija, que dejéis esa relación la cual mantenéis si quieres quedáis como amigos os veis alguna vez pero ya esta, no te quiero volver a ver por mi casa"-, le respondí -"pero... ¿por que?"-, me coloco sus manos sobre mis hombros y siguió con su conversación -"te rogaría que me dejaras continuar y no me interrumpieras mas.

Mira te lo voy a explicar de una manera que lo puedas comprender, se que eres una persona inteligente, sabrás que mi familia somos de una posición social bastante elevada a la tuya y tu no estas ni por asomo dentro de nuestro circulo, para mi hija he pensado en un chico al que conozco a su familia desde hace bastantes años y el tiene apellido, dinero y seguramente todo aquello que tu nunca lograras".

Sus palabras duras me hacían daño no solo a mi ego sino a mi amor propio, pero Don Pedro no acabo ahí, prosiguió con su dialogo con cada vez mas daño hacia mi persona, sin importarle lo que yo podría decirle o lo que sintiera. Me levante de mi sillón por que me sentía incomodo e impotente el no poder defenderme, ya que todo lo que decía era verdad.

Pero algo cambio, se coloco detrás mía temí por si me golpeaba aunque se veía resignado por los cuernos puesto por su mujer conmigo. Me sentí observado, pero de nuevo me hablo diciéndome -"como te dije antes espero que a la finalización del curso dejes a mi hija, sino lo haces me tendré que ver obligado a contarle a mi hija tu relación con su madre, pero se lo contare de tal manera que fuiste tu quien te aprovechaste por la confianza dada en ti, casi la forzaste eso si previamente seducida"- le mire con cara de ira, -"no será capaz, destruirá la relación de su hija con la madre por salirse con la suya", colocando su mano sobre mi hombro me dijo -"no creas, a no ser que tu me hagas un favor, o para ser mas exacto que tu me lo devuelvas", retirando su mano sobre mi hombro la bajo asta posarla sobre mi bulto, empezando a frotarla sobre mi pantalón.

Emitiendo un sonido de exclamación, me comento -"buen aparato, sácatela y enséñamela la quiero ver, además creo que vas a hacer algo por mi"- me dijo indicando algo con su dedo, de nuevo continuo -"mira te vas a colocar delante mí, me vas a abrir la bragueta e introducirás tu mano dentro, cojeras mi verga y la sacaras fuera, de acuerdo"- me decía mientras me miraba. Abriéndose un poco de piernas volvió a indicarme -"quiero que me la menees un rato, me la masturbes y después que te la introduzcas en la boca, pero cuidadito con que me claves los dientes, me la vas a chupar asta que me vengas, y meditare si estamos en paz".

Me sentía acorralado no sabia que decir y menos que hacer, el me presionaba no solo el sentir su mirada, sino insistiéndome y el estar detrás mía con sus manos en mis nalgas me manoseaba y me pellizcaba cada vez mas fuerte. Don Pedro me volvió a decir -"su no te decides pronto, en el momento que aparezca Lidia por la puerta se lo cuento todo, pues haber que hacemos"- me dijo en tono amenazante. Sus palabras hicieron en mi, el no pensármelo mucho mas. Me gire hacia el, dirigí mis manos hacia mi bragueta abriéndola y bajando la cremallera, introduciendo mi mano dentro asta chocar con mis calzoncillos echándolo a un lado para coger y agarrar mi miembro asta sacarlo fuera.

Pero Don Pedro indicándome con su dedo mi pantalón exclamo -"bájate el pantalón y los calzoncillos, y hazlo rápido", por lo que soltándome la correa y desabrochando el botón de vaquero lo deje caer junto a mis calzoncillos dejándolos en mis tobillos. Don Pedro se quedo perplejo como si no hubiera visto nunca una, mi miembro se encontraba fuera totalmente erecto ya que la situación me había puesto caliente. Sus manos que estaban en su cintura en forma de jarra, bajando o dirigiendo una hacia mi tronco agarrándola fuertemente, como si no quisiera que se la escapara para empezar a moverla de arriba hacia abajo, llevándose mi prepucio con el, daba la sensación como si ya lo hubiera echó antes se le notaba practica y no precisamente con la suya, incluso me hizo pensar.

Notando mi cara de asombro por la manera de como me lo hacia, la soltó indicándome que ahora debía de ser yo quien seguiría. Le mire a la cara con ojos de tristeza haber si le daba pena y me dejaba marchar, pero al contrario de lo que pensaba me insistió aun mas, acercándome a el y dirigí mis brazos hacia su cintura asta colocarla sobre su bragueta he

hice los mismos movimiento que hice, le baje su cremallera hacia abajo e introduje mi mano en el interior de su pantalón, chocando con sus calzoncillos echándolo hacia un lado para encontrarme con su verga la cual estaba ya bastante parada, se notaba que estaba emocionado y excitado por el echo.

Una vez fuera su verga no era muy grande de una longitud de 14cm y de unos 4 de diámetro, su grande es cabezón y prominente hacia afuera. Una vez agarrada en mi mano y frotarla entre mis dedos, empezó a desprender liquido preseminal. Don Pedro me sujeto de mi muñeca controlando mis movimientos exclamando algún que otro gemido, colocando su mano libre sobre mi pecho por encima de mi camisa bajándola recorriendo asta mi hombrigo para introducirse debajo de esta y volviendo a subirla asta mi pecho sintiendo sus dedos, la palma de su mano sobre mis mamas.

Sacándomela la coloco sobre mi hombro presionando hacia abajo haciéndome comprender lo que pretendía, me arrodille ante el con su verga cogida con la mano me la lleve hacia mi boca, introduciéndomela dentro chupándosela y jugando mi lengua con su grande y recorriendo su tronco con la punta, le hice suspirar colocando el una de sus manos sobre mi nuca controlando la mamada y su otra mano me la coloco sobre mi cuello acariciándomelo, inclinándose sobre mi recorriendo mi espalda asta alcanzar mis nalgas, su acción hacia que me introdujera su diminuta verga y su barriga chocara contra mi nuca.

Pero no mucho mas de 10 minutos sentí le temblaban sus manos era la indicación que se iba a correr, intente sacarme su verga sin conseguirlo ya que me tenia bien sujeto contra el, empecé a sentir como un chorreón choco contra mi garganta era caliente y sabia amarga, fue corriéndose dentro de mi boca. Mi lucha en querer y no poder desprenderme de el, solo hizo que se excitara aun mas por lo que tuve que tragar mas por resignación que por otra cosa. Las dimensiones de su pene no tenía nada que ver con el tamaño de sus genitales los cuales daban la sensación que hacia meses que no se corría, pues apenas pude tragar en su totalidad saliéndome por mis comisuras de mis labios su semen recorriendo mi barbilla hacia mi camisa.

Una vez finalizo se coloco derecho sacando su flácida verga de mi boca, acabándola de limpiar sujetándome por la camisa y limpiándosela, después se la guardo dentro de su pantalón, cerrando su bragueta y dirigiéndose de nuevo hacia mí, me exclamo -"al final lo as estropeado, con lo bien que ibas al final no as cumplido"- me dijo, dirigiéndose de nuevo hacia la mesa se sentó de nuevo en su sillón de oreja, indicándome con la mano que me acercará hacia el de nuevo me comento -"se me ha ocurrido una cosa que vas a hacer, quiero que te acerque hacia aquí y te coloques sobre mis piernas tumbado, deseo darte unas palmadas sobre tus nalgas en forma de regañinas".

Acercándome de nuevo hacia el, pero antes me retiré el pantalón y los calzoncillos quedándome como única prenda la camisa y calcetines, una vez ante el me eche sobre sus piernas y Don Pedro poso la palma de la mano sobre mis nalgas, la sentí suave me acariciaba, recorría la unión de mis glúteos pasándome el dedo por el canalillo. En un momento deje de notarla pero de nuevo las sentí caer con fuerza después de varios azotes empecé a notar sobre mi estomago como algo debajo de mi le crecía se estaba de nuevo empalmando, le gustaba eso de golpear a un chico joven o acaso le gustaban los chicos.

Después de varios golpes, retiro sus manos para de nuevo sentirlas sobre mis nalgas doloridas, empezando de nuevo a acariciarme pero con mucha ternura y suavidad, bajando su mano hacia mis testículos volviendo a subiera pasando por mi orificio anal presionando fuertemente, solté un quejido pues no lo esperaba. Dejo de presionar exclamando -"te duele no, creo que seguramente me he pasado en mis golpes, te voy a untar una crema que tengo aquí para suavizar la piel"- me dijo, sentí como se movía hacia un cajón cogiendo algo y sintiéndolo sobre mis nalgas, era frió y húmedo.

Empezó a untarlo por mis nalgas no dejando ni un milímetro sin recorrer, de nuevo sus manos bajaron hacia mi ojete el cual empezó a trabajar introduciendo un dedo al principio asta la mitad del dedo notando su nudillo, lo retiro y sentí como intentaba abrir mi ojete con dos varios dedos para verter en mi interior la crema acertando. Solté un suspiro, volviendo a presionar sobre mi ojete, sentí como su cuerpo se echaba sobre mí, para mas tarde notar sus labios sobre mis glúteos y mordisqueo varias veces, pero sin dejar de oprimir mi ojete entrando sus dedos en mi interior.

Notaba mi reacción de sumiso volviendo a mover su rostro sobre mis nalgas. Yo permanecía callado, dejándome hacer me gustaba esa sensación y ese placer el cual me estaba proporcionando. Me hizo incorporarme girándome a la vez dándole la espalda y echando mi cuerpo sobre la mesa, pero su mano con varios sus dedos en mi interior no dejaba de penetrarme. Escuche como se levantaba echando hacia atrás y chocando su silla contra la pared, oía como se abría a duras penas el cinturón, abría su pantalón y bajaba sus calzoncillos, escuche como rasgaba algo, por el reflejo de la vitrina me di cuenta que se trataba del preservativo abriéndolo con la boca.

Don Pedro exclamo con tono bastante excitado -"te voy a dar un castigo que vas a aprender"-, sacando sus dedos de mi interior, note como fue introduciendo su miembro en mi interior, notaba como estaba enfundada en un preservativo, coloco ambas manos sobre mi cintura para de un golpe seco me introdujo asta su base, de esta manera controlaba la culeada con mayor facilidad empezando a acelerar sus embestidas asta de

nuevo al cabo de 10 minutos de nuevo, correrse en mi interior pero esta dentro del condón, dejando caer su cuerpo sobre el mió, sintiendo el peso de su cuerpo y su bigote sobre mi cuello.

Una vez recuperado, se puso de pie se la guardo y desapareció por la puerta diciéndome -"si quieres asearte ya sabes donde esta el baño, sino cojeé la puerta. Ya le diré a Lidia que as estado aquí"-, me incorpore y cogiendo mis ropas me dirigí al baño donde me vestí un momento para mas tarde marcharme a casa.

De camino a casa me encontré a Lidia, la cual me comento -"precisamente voy hacía tu casa, quiero saber que te ha dicho mi padre"-, no quise decirle nada en ese momento, por lo que le comente –"hoy no quiero hablar, mira mañana nos vemos en mi casa si quieres, no quiero ir a tu casa a recogerte, vale". Y de esta manera quedamos, ya os contare como acabe mi semana con ella.