Don Pablo El Abañil; Marco Mi Vida Para Siempre 2

-O Dios Miii!! Llegue a pronunciar, cuando la gran mano derecha del impostor, el cual creía mi esposo tapa mi boca ahogando mi grito. Mientras con su brazo izquierdo inmovilizaba todo mi cuerpo aprisionándolo junto al del.

Si quieres entender y disfrutar este relato, debes leer el anterior publicado…

Me costaba asimilar la situación, parecía una historia de TODO REALTOS, una web donde los usuarios relatan historias increíbles pero muy morbosas. Inmersa en mis pensamientos, permanecía con mi mirada perdida en un punto infinito, mientras de fondo y a través de la puerta podía ver en segundo plano a mi esposo jugando con mis hijas en la cama, cuando una voz me regreso a la tierra..

-Amor ya está la cena? Dijo mi esposo con voz animada pero, aún agitada por haber estado jugando con mis hijas..

-¿Amor estas bien?  ¿Te pasa algo? Interrogo nuevamente mi esposo, mientras yo intentaba con todas mis fuerzas regresar a este mundo. Hasta que pude reaccionar..

-Perdón amor, es que no me siento muy bien hoy, creo que no dormí bien anoche, permíteme un segundo, veré si la cena esta lista..  Respondí con voz distraída. Me dirigí a la estufa donde se cocía la cena, tome una cuchara y me dispuse a probar como estaba de sal la comida. El guiso tenia buen sabor y denotaba que la cocción estaba en el punto justo. Pero el terror llegaría de nuevo a mí vida, cuando siento que alguien me toma por la cintura apoyándome todo su cuerpo.. la cuchara voló por el aire salpicando  toda la pared con los restos de guiso que quedaba aún en la gran cuchara y, sin poder evitarlo deje escapar un grito!!

-Ayyyyyyyy, grite aterrada, al girar vi que era mi esposo y al ver su cara, creo que estaba más aterrado que yo.

-¿Mi Amor que tienes? ¿Estás bien?, me estas asustando, dijo mi esposo totalmente desorientado.

-Si, si, solo que estoy… no se!! Dormí muy mal anoche, lo siento, ya se me pasara.. Trate de justificar mi estado lo mejor que me salió.

-¿Quieres acostarte? Yo me encargo de servir la cena. Siguió tratando de tranquilizarme mi esposo.

-No Amor, conteste más calmada

  • Creo que estoy bien, solo saldré a fumar un cigarro a la escalera, no tengo apetito, solo necesito distraerme, he estado todo el día encerrada. Dije mientras le daba un beso.

-Ok Amor aquí estaremos cenando, concluyo mi esposo mientras me devolvía un beso en la frente.

Salí al hall, dirigiéndome por la escalera a la parte de abajo, y me senté en un rincón obscuro de la entrada al hall del edificio, encendí un cigarro y mirando hacia la calle y hacia arriba, comencé a contemplar las estrellas. Volví a sumergirme en mis pensamientos añorando viejas épocas de soltera, cuando adolecente salía por las noches a ver las estrellas en el patio de la casa de mis padres.

De repente, me viene a la cabeza el problema que siempre tenemos con el vecino del tercer piso, que deja las bolsas abiertas de basura, ya que un olor repúgnate invadió el ambiente y pensé, mañana volveré a hablar con él, ya que no es posible que sea tan descuidado en los espacios comunes del edificio.

Escuche pasos lejanos bajando por la escalera, mi esposo seguramente vendría a buscarme para cenar, creo que después de todo cenare algo, aunque verdaderamente ese olor me quitaba las ganas de comer.

Me puse de pie, me acerque a la reja de entrada que separaba al edificio de la calle,  para arrojar a un bote de basura mi cigarro ya apagado, y permanecí mirando unos segundos más hacia el cielo.

Mi esposo ya estaba detrás de mí, cuando siento que pasa su brazo izquierdo por debajo de mi brazo izquierdo y su brazo derecho por arriba de mi hombro derecho, si bien estaba obscuro llegué a ver su camisa… sucia?

-O Dios Miii!!  Llegue a pronunciar, cuando la gran mano derecha del impostor, el cual creía mi esposo tapa mi boca ahogando mi grito. Mientras con su brazo izquierdo inmovilizaba todo mi cuerpo aprisionándolo junto al del.

-Shhhhhh, nena!!, no creo que quieras molestar a tu esposo he hijas mientras cenan, así que, te vas a mantener obediente, de lo contrario deberé castigarte a ti y a tu familia, y tú no quieres eso verdad?  ¿Te vas a quedar quieta y calladita? Dijo con voz fría y agitada Don Pablo, a quien identifique por su voz pastosa, sus grandes manos y el inconfundible  olor a suciedad. Como pude asentí con la cabeza, lo que menos quería es que lastimara a mi familia, o descontrolara a mi esposo, las consecuencias podrían ser impredecibles.

Nuevamente estaba pérdida, ¿Cómo es posible? ¿De dónde salió este Maldito?, me preguntaba a mí misma en pensamiento desesperado sin querer aceptar la situación. Y de repente todo fue muy claro, el muy cabrón se había escondido arriba del edificio, en la terraza, al final de la escalera.

Me temblaban las piernas, definitivamente estaba aterrada de miedo.

-Hora me vas a escuchar calladita. Dijo el muy hijo de puta… mientras a mí, me costaba controlar mi agitada respiración, y algunos gemidos que se escapaban, anunciando que comenzaría a  llorar.

-No quiero que llores Yeguita, o tendré que castigarte ok? ok? ok? pregunto tres veces. Y yo volví a asentir con la cabeza. Y con toda mi alma y espíritu trate de controlarme.

-Quiero que sepas que estoy aquí por tu bien, y el de toda tu familia. Eres una linda hembra, creo que la mejor que ha llegado a nuestro territorio, y ya hay varios líderes que te han puesto el ojo, y ellos no van a ser buenos con tu familia, así que si te portas bien, y obedeces en todo, te voy a marcar como mi putita, así no los molestaran. Yo no entendía de qué hablaba ese hombre, ¿de qué nos quiere proteger?, ¿Cómo es eso de que me va a marcar? ¿Yo ser su puta? Diablos!!  ¿De qué habla este delincuente? Me preguntaba a mí misma.

En un movimiento brusco con su mano derecha, agarro la tela, jalo del escote de mi blusa para arrancarla, pero no pudo, necesito volver  a jalar una segunda vez para arrancar los botones y liberar a mis pechos que cayeron apenas la prenda de verano cedió ante tan animal fuerza, sentí como la blusa se abrió por mi espalda como hasta la mitad, quedando solo sostenida por mis hombros. Yo solté un gemido que fue imposible  retener. El me tomo mis cabellos fuertemente con sus manos como si me los fuera a arrancar, y me sacudió la cabeza diciendo..

-Putita te dije que no hicieras ruido.. Y soltó el cabello mientras lo agitaba, tal es así que me desbalanceé y casi me caigo, por lo cual el me volvió a sujetar con su brazo izquierdo, pero esta vez tomando con su mano uno de mis pechos. Mientras todo su cuerpo permanecía detrás de mí, pegado a mi espalda.

Acto seguido, con su mano izquierda, comenzó a acariciarme y pellizcar suavemente mi pecho derecho para lo cual tenía que cruzar todo su brazo velludo por sobre mi pecho izquierdo, esto provoco que mi pezón se pusiera extremadamente duro, más que el propio masaje, el roce hizo efecto sobre  esta parte de mi cuerpo que no sé cómo controlar, y el carbón comento..

-¿Te gusta Mija? Entre nervio y agitación yo estaba paralizada, perdida, mi temperatura subía pero de vergüenza.. Dejo de tomar  mi cintura con su mano derecha y escuche claramente, como se bajaba el cierre del pantalón, yo tense todo mi cuerpo, él lo percibió y dijo..

-Tranquila nena, solo quiero que conozcas algo.. Acto seguido comencé a sentir su pedazo de carne duro taladrando mis nalgas por debajo de mi falda de tablones, corta y de color negro que traía vestida, la cual ya estaba toda levantada por la parte de atrás, dejando mi culo libre.  Comenzó a lamerme el cuello, parecía literalmente como que desesperadamente fuera a devorarme; su respiración comenzó a agitarse y el muy bestia comenzó gemir mientras  restregaba todo su cuerpo en mi espalda; comencé a sentir como sus fluidos preseminales salían por su pene humedeciendo mis nalgas, y comenzó a empujarme, para lo cual tuve que apoyar mis manos en los barrotes de la reja que tenía al frente, para lograr sostenerme. Y otro movimiento brusco me exalto, con su mano derecha, había tomado rápidamente mi panty, la bajo un poco y la jalo hacia atrás para arrancarla, la prenda no cedía, y jalo tres veces bruscamente hasta que la arranco, mientras no paraba de decirme…

-Shhh shhhh shhh, Tranquila!! Tranquila!!. Yo solo rogaba que ese infierno terminara rápido, no quería que mi esposo me viera en esa situación. Para lo cual intente ser lo más fuerte que mi espíritu me permitía. Don Pablo comenzó a meter su pedazo de carne entre mis piernas, restregándolo en mis genitales, para lo cual me obligo a abrir las piernas. Hecho esto, hizo algo que comenzó a cambiar todo el panorama que tenía en mi cabeza hasta ese momento. Una vez que abrió mis piernas con su mano derecha, la pasó delante de mí y comenzó a masajear mi clítoris, esto provocó algo que al día de hoy, aún no me explico a mí misma.

Jamás me habían tocado ahí de esa forma, mis piernas perdieron fuerza y casi pierdo el poder de sostenerme en pie. Algo me estaba pasando, trataba de controlar esa sensación, pero lo juro, fue imposible, lo que estaba sintiendo no solo me gustaba, me controlaba. Sin dejar de comer y babear mi cuello, Don Pablo comenzó a notar que yo me estaba mojando como si abriera una llave de agua y dijo..

-Lo estás haciendo muy bien Sabrina, si sigues así, en pocos días te marcaré.. y siguió tocándome, besándome y estrujando mis pechos, mientras me apretaba con más fuerza hacia el sin parar de entrar y sacar su verga entre mis nalgas y piernas, yo me sostenía cada vez con más fuerza de los barrotes de la reja de entrada. Comenzó a introducir sus dedos en mi vagina, y fue cuando yo perdí el control definitivamente y comencé a gemir y a soltar  toda la agitación y ritmo de respiración que llevaba contenido por muchos minutos, y comencé a arquearme sin soltar las rejas, el de vez en vez dejaba de introducir los dedos en mi vagina para metérmelos en la boca y que yo se los chupara, eso me disparo en un fuerte gemido, que provocó me diera una nalgada y dijera.

-Yaaa!!! Mamacita, se buena puta y aguanta sin hacer ruido.. Yo asentí inconscientemente con mi cabeza y dije..

-Está bien!!, está bien!! Sollozando  casi como murmullo

De pronto comencé a sentir algo extraño en mi cuerpo, estaba comenzando a meterme un dedo por mi ano, tarde unos instantes en darme cuenta que ocurría, hasta que sentí un poco de dolor, y gemí quejándome.. El dijo..

-Yaaa!! Mamacita, si te vuelves a quejar te madreo!! Shhh

-Yo ya había perdido cualquier voluntad que pudiera tener en mi cuerpo, creo que en ese momento, no sé, si producto del miedo, o de la forma en que me tocaba ese hijo de puta, pero comencé a moverme hacia los lados cada vez que él se detenía y paraba de tocar mi clítoris, para seguir intentando dilatar mi ano, como pidiéndole que regresara a mi vagina. De repente, sentí como si fuera a orinarme, una sensación estrepitosamente indescriptible me invadió como ola de calor en todo el cuerpo, y creo tuve un orgasmo como jamás había tenido en toda mi vida, mis piernas se aflojaron totalmente y si Don pablo no me sostiene con ambos brazos, me daba yo misma, la cara contra los barrotes de las rejas. Al ver esto Don Pablo volvió a insistir..

-Espera!! Espera Yegua Puta!! Aguántame un poco más Mamacita!! Y viendo que yo ya comenzaba a poder sostenerme por mi misma, me abrió las nalgas con ambas manos y apoyo la punta de su verga en mí ya dilatado ano, escuche como escupía sobre mi culo, dejando caer de su boca toda la saliva que fuera posible, y comenzó a empujar, sentí una sensación muy pero muy extraña, placer mezclado con ganas de ir al baño y un dolor muy intenso,  mientras me decía al oído entre mis gemidos..

-Aguáteme putita!!  Aguánteme!!, Solo un poco más!!, No se me quiebre!!, y fue muy claro cuando cambio de posición sus manos y dejo de abrir mis nalgas, para poder  tomarme con ambas manos por mis caderas y empujar de una sola vez, hasta sentir sus huevos pegar por primera vez en mis nalgas, silencie mi grito con un…

-mmmmmmmmmmhhhhhhh para que Don Pablo no se volviera a molestar.. pero él dijo..

-La puta madre!! Aguántame cabrona!! Aguántame!! Y Comenzó a bombear chocando en cada embestida  sus huevos contra mis nalgas, de repente cambio el ritmo de cómo me estaba bombeando, comenzó a hacerlo de forma más lenta pero con un fuerte empujón al final de cada embestida, mi ano ya estaba totalmente abierto  y comencé a sentir algo que jamás sentí, supongo que una especie de orgasmo, instintivamente,  solté uno de los barrotes, liberando mi mano izquierda y tome fuertemente su mano izquierda que estaba clavada en mi cadera, lo tome tan fuerte, que sentía como mis uñas penetraban la carne de su mano, y él Seguía insistiendo hablándome al oído..

-Te digo que aguantes mamacita!! Deja que tu macho haga su trabajo pendejaa!!! Pero fue inútil, mi cuerpo comenzó a temblar como convulsionado y volví a tener otro orgasmo, mientras clavaba con todas mis fuerzas mis uñas en su mano y el comenzó a gritar pero casi en silencio, ahogando el sonido con su boca todo lo que podía, con su mano derecha tomo mis cabellos haciéndome toda la cabeza para atrás, para que yo aguantara de pie  un poco más y no volviera  a doblar las rodillas y caerme, cuando sentí como algo como liquido caliente comenzaba a entrar en mi cuerpo, Don Pablo cambio la frecuencias de sus alaridos susurrados, y me lleno por dentro. Ambos caímos de rodillas en el piso, y yo aun temblando y solo sosteniendo mi cuerpo colgando de mi mano derecha que había logrado seguir sujetada a la reja.

Don Pablo se levantó detrás de mí, retirando lentamente su verga de mi culo, y comencé a sentir como el semen se deslizaba por mis nalgas escurriendo de a poco hacia mis piernas.

Mientras yo seguía temblando arrodillada en el piso. Don Pablo dijo.

-Mañana te veo temprano, ve a descansar Sabrina, te hará falta, tenemos mucho que hacer y hablar mañana.

-Si Don Pablo conteste susurrando.. Don Pablo se agacho, me jalo del cabello bruscamente hacia atrás y me dijo..

-No me llames Don Pablo cuando estemos solos, me llamaras.. Mi Señor, ¿De acuerdo? ¿De acuerdo? ¿De Acuerdo? Pregunto tres veces mientras me jalaba fuertemente el cabello cada vez que preguntaba.

-Si, si, si Mi Señor, lo siento!! dije.. Y Don Pablo abrió cuidadosamente la puerta de rejas sin hacer ruido y se alejó rápidamente caminando por el medio de la solitaria y aún sin pavimentar calle de tierra.

Viendo que ya no veía la silueta de Don Pablo a lo lejos, estire mi otra mano para volver a tomar los barrotes, y con un gran esfuerzo me queje y puede levantarme, tome los restos de mis ropas regados por el piso, y semi desnuda, sujetándome del barandal de la escalera, como puede, comencé a subir escalón por escalón, mi cuerpo estaba destruido, mi ano,  pecho y vagina me ardían, mientras que los restos de semen ya estaba alcanzando la altura de mis tobillos.

Mire a través  de la ventana, para ver en que parte de la casa estaba mi esposo, y vi sombras a lo lejos, detrás de la puerta de la habitación de las niñas, seguramente las estaba acostando, debía entrar pronto hacia el baño, antes que saliera a buscarme, abrí lo más lento que pude la puerta de entrada y literalmente salte al baño, cerré la puerta del baño con seguro y abrí la regadera, cuando sentí el agua tibia, me pare debajo de la lluvia y apoyándome en la pared de azulejos, me deslice hacia abajo, dejándome  caer lentamente, hasta sentarme  en el piso mientras comenzaba a llorar..

Continuara...