Don luis un viejon apetecible
Un dia lluvioso me llevo a que don luis mi nuevo patron, veiticinco años mayor que yo me diera una buena cogida en su camioneta.
Don Luis
Esta historia es continuación de mis anteriores relatos búsquenlos con mi nombre de autor BETTY MIA si los leen comprenderán mejor esta nueva aventura.
Había dejado atrás mi trabajo en las oficinas de la constructora, para aceptar un nuevo empleo en una oficina de una asociación ganadera.
Ya estaba iniciada en una nueva vida sexual julio había abierto en mi algo mas que mis piernas había despertado a la mujer que no tiene miedo de nada, que puede ser capaz de tener un buen encuentro sexual un revolcón, sin involucrar sentimientos ni amor solo el gusto por pasarla bien, me sentía a mis 19 años, una mujer nueva plena realizada capaz de tener con un hombre solo sexo, puro y sin compromisos.
Ya tenia algunos meses que había cambiado de empleo, muy a pesar mío sobre todo por no tener diariamente la compañía de julio y a mi disposición el hermoso miembro venudo que colgaba de el, y el cual llevaba disfrutando por algunos meses, había dejado ese placer en mi trabajo anterior, pero la verdad es que mi economía mejoro considerablemente con el cambio de empleo y eso para mi y para mi bebe era lo mas importante.
Aunque con julio teníamos aun comunicación y por supuesto algunos buenos encuentros, el tiempo y los horarios de trabajo complicaban mucho el que pudiéramos tener sexo con la frecuencia que deseábamos, y cada vez se hicieron más esporádicas nuestras aventuras muy a pesar nuestro.
En la oficina ganadera era otra actividad diferente y otro tipo de personas con las que trataba, allí iban a hacer negocios a vender a comprar y rentar sus sementales y todo tipo de ganado principal mente vacuno.
Era una oficina algo mas espaciosa, el lugar destinado par mi, contaba con un escritorio amplio su típica silla de rueditas y una sala de espera ubicada directamente frente al lugar donde yo estaba sentada, unos sillones cómodos para los clientes y rematada con una mesita de centro, algunos cuadros con imágenes de ganado por aquí y por allá y una ventana que daba al patio interior del lugar.
Era un entrar y salir de gente durante todo el día.
Casi todas las personas que visitaban el lugar eran hombres, jóvenes, maduros, de hecho de todas las edades.
Allí conocí a varios de ellos muy amables muy atentos pero siempre con secretas intenciones, uno de ellos era don Luis, el era uno de los ganaderos que acudían frecuente mente a la oficina para hacer negocios, era un viejón de unos cuarenta y tantos años, alto, fornido, muy atractivo y elegante siempre oliendo a loción fina, para disimular el olor a estiércol del ganado que manejaba.
Llegaba y me sonreía con una mirada picarona que a mi me hacia sentir bien, sabia que le agradaba.
--Hola Betty que linda amaneció el día de hoy y se chupaba los labios.
Yo solo contestaba el saludo haciéndome la desentendida.
--Hola don Luis buen día, y seguía con mi trabajo, el era para mi algo intocable ya que era casado y no quería exponer mi nuevo empleo por un mal entendido.
Se que mi juventud, mi cuerpo, mis curvas aunado a mi forma sexi de vestir, siempre vestidos o falditas cortas y zapatillas de tacón alto, llamaban tremenda mente la atención de los hombres y un hombre como don Luis no era la excepción, y la verdad a mi me ponía nerviosa o mas bien cachonda sus piropos y sus miradas me atraían.
Al paso del tiempo sentía como don Luis buscaba la forma de acercarse a mí de ser galante y la verdad aunque me gustaba mucho ese trato me daba miedo hacer algo imprudente.
En múltiples ocasiones lo sorprendí tratando de verme las piernas, o el escote de mi vestido, mientras me pedía que elaborara algún documento para el.
Yo haciéndome la desentendida jugaba con eso, dejaba ver un poco de mas de cada parte de mi cuerpo, sabia bien que el quería observar, giraba la silla de ruedas y como descuidada abría un poco las piernas para que se deleitara con la vista de mis muslos, pero solo eso y nada mas, el solo sonreía como que no pasaba nada.
En diferentes ocasiones al salir de la oficina se hacia el aparecido montado en su camionetona del año y me ofrecía llevarme a mi casa pero como yo sabia la verdadera intención siempre de una buena manera me negaba y seguía mi camino.
Un día lluvioso de esos que ni llueve bien pero si mojan, Salí un poco mas tarde de la oficina por el exceso de trabajo, mientras iba caminando apresurada para tomar el autobús que me llevaría a mi casa, no se de donde salió don Luis en su camionetona del año, se emparejo a mi andar y se ofreció llevarme a mi casa.
--Sube Betty te llevo a tu casa.
De momento me sorprendió no lo esperaba.
-- le dije no muchas gracias don Luis esperare el autobús.
-- te vas a mojar y el autobús puede tardar por la lluvia.
Como cosa del destino empezó a llover más fuerte, la verdad es que no quería mojarme y no sabía bien que hacer.
--Sube volvió a insistirme te vas a mojar y te hará daño.
esta vez acepte la verdad no tan convencida pero al fin subí a la camioneta, inmediatamente me dio una franela limpia que traía en el asiento para que me secara algo de lo mojada que iba.
Por donde vives me pregunto, le di la dirección y emprendió el viaje, mientras yo admiraba su lujosa camioneta, era muy linda negra con llantas anchas y deportivas, los asientos color tinto cómodos y espaciosos.
Al subir y con la prisa no me percate que mi falda había subido mostrando más de la mitad de mi muslo, mi pierna y mis pantorrillas quedaban justo en el ángulo de su vista.
Al darme cuenta acomode un poco mi falda y agarre compostura, el no me quita la mirada de encima.
Con una sonrisita maliciosa me pregunto, que por que una mujer tan joven y hermosa como yo siempre andaba sola.
Le contesto con la verdad, le platico que mi marido se fue hace varios meses a estados unidos y en una promesa de regresar o mandar por mi lo estoy esperando, pero la verdad que pasa el tiempo y eso no se hace realidad que no se nada de el.
Por eso me vi obligada a trabajar para mantener a mi niña de dos años.
Eso lo sorprendí un poco y me repitió.
-- tienes una niña.
--Si don Luis.
Caray eso no lo sospechaba eres muy joven además tienes una figura deliciosa, hermosa y no habría adivinado que eras madre Betty.
Esas palabras me halagaron y me hicieron sentir bella y deseada.
El comenzó a manejar por una ruta mucho mas larga de lo normal para ir hacia mi casa, yo lo sabía pero no dije nada.
--Te puedo preguntar algo indiscreto Betty.
--Claro sonreí si puedo le contesto con gusto haber.
Todo este tiempo de espera has estado sola.
Claro que no con mi hija, haciéndome la que no entendía la doble intención de su pregunta.
Jajajaja no me refiero a eso, que si has salido con alguien con algún amigo o conocido algo así a dar la vuelta.
Ocultando mis amoríos con julio le respondí categóricamente, no don Luis como cree con nadie soy una mujer casada y decente, en espera de mi marido.
Eso encendió la llama de su mirada y chupándose nuevamente los labios me dijo.
-- Entonces no has estado con nadie todo este tiempo.
--No, mintiéndole respondí tímidamente.
Empezamos un juego peligroso sobre todo para mi, quien era la presa y quien el cazador, ambos jugamos nuestras cartas.
Esa plática comenzaba a hacer efecto en mí, sabia para donde se dirigía la ruta de la conversación y me estaba humedeciendo bastante, solo de imaginar el desenlace.
Llegamos a un semáforo y al detenerse.
Sin querer veo como se acomoda disimuladamente su bulto entre las piernas, y es ahí cuando por primera vez observe, dibujado bajo el pantalón de don Luis un bulto de muy buenas proporciones, esa imagen inmediatamente reboto en mi vagina soltando un buen chorro de lubricación, un estremecimiento me recorrió la espalda y sin querer solté un suspiro.
--Que sucede Betty.
Me pregunto.
Bajando la mirada le conteste.
-- Nada don Luis solo tengo un poco de frio.
Pondré la calefacción al tiempo que la prendió me dijo ven arrímate un poco.
Yo ya estaba deseándolo y actuando tímidamente me acerque hasta quedar a su alcance.
El sin pensarlo mucho me puso su mano derecha sobre mi pierna y comenzó a acariciarme desde la rodilla hasta la parte media de mi muslo, diciéndome en forma tranquila ya veras pronto se te quitar el frio mi niña.
Mis pezones se endurecieron y se notaba sobre mi blusa aun húmeda lo paraditos que estaban.
En ese momento giro el volante de su camioneta, agarro ruta por una calle que no era la dirección hacia donde yo vivía.
Nuevamente me quede callada sin replicar el solo sonrió y yo esta vez le correspondí de igual manera.
Su verga ya no era discreta, se quería salir del su prisión y yo estaba observando como cobraba vida propia.
Don Luis en un leve movimiento tomo mi mano izquierda y la coloco sobre su falo erecto, se sentía durísimo desafiante, yo baje la mirada y solté un suspiro, pero no quite mi mano al contrario la apreté sobre el pantalón y comencé a acariciarla suavemente la verga de don Luis, al sentir mi disposición soltó un bramido y me dijo Betty te deseo desde que te vi por primer vez en la oficina, estas buenísima tu cuerpo tu carita de niña buena y esas piernitas tan sabrosas me encantas mamacita mmmmm.
Don Luis me da pena que pensara de mí.
Nada mami solo que eres una mujer hermosa que necesita atención y yo te la voy a dar si tú me lo permites.
Mentí nuevamente, don Luis yo nunca he estado con nadie solo con mi marido.
Eso parecía alentarlo mas en sus lujuriosas intenciones, el pensar que profanaría a una joven mujer de 19 años casada, abandonada y decente y sin experiencia.
Nuevamente dio un giro al volante y se adentro en una calle desierta por donde no transitaba casi nadie.
Estaciono la camioneta y tomándome de la mejilla me acerco a el y me beso de una manera deliciosa como lo hace un hombre experimentado de verdad, nuestras lenguas comenzaron a jugar y los suspiros no se hicieron esperar nos fundimos en un húmedo beso,
El acariciaba mis piernas esta vez hasta el comienzo de mi calzoncito y bajaba hasta acariciar mi pantorrilla es decir suavizaba todo lo largo de mis piernas.
Mmmmm yo ya estaba ardiendooo..
En un rápido movimiento se bajo el cierre de su pantalón y como pudo dejo salir al monstruo de su prisión.
Mmmmmmera una delicia ver esa verga gruesa venuda y con la cabeza amoratada era de muy buen tamaño pero sobre todo me impresiono su grosor, no la abarcaba con mi mano me estremecí nuevamente al imaginar como metería ese animalote en mi chochito.
Le sopese la verga con mi mano, para ese momento ya tenia la amoratada cabezota llena de liquido pre seminal y eso me permitía deslizar mi mano con cierta facilidad a lo largo del tronco de esa linda verga, don Luis me recargo en el respaldo del asiento y hábilmente con la experiencia que dan los años, abrió mi blusa y subió mi sostén, dejando al aire mis tetitas que aun que chiquitas estaban duras paraditas y el pezón erecto en son de guerra.
Don Luis no me hizo esperar y dirigiendo su boca a mis pechitos, empezó a succionarlos a besarlos y a lamerlos alternadamente arrancándome alaridos de placer mmmmm hhhagggg que rico don Luis que rico le decía mientras con un mano yo seguía masturbándolo y con la otra acariciaba su nuca acercándolo mas a mis chichitas, deseosas de ser acariciadas manoseadas y mamadas por ese hombre maduro, mmm que rico placer.
Se detuvo un instante y me indico que levantara un poco la cadera para retirar mi bikincito, yo reaccione y le dije que no que nos iban a ver pero el insistió y la verdad la calle estaba desierta y ya estaba totalmente obscuro, además los vidrios de la camioneta estaban totalmente empañados no se veía nada, por que aun llovía levemente.
Volvió a insistir y esta vez mi respiración se acelero, levante la cadera obedeciendo su orden, metió su mano bajo mi falda que ya se encontraba enroscada en mi espalda y agarro el frente de mi calzoncito al hacer esto rozo mi chochito húmedo yo pienso que fue apropósito por que soltó una picara risita y se chupo los labios.
Se me puso la piel de gallina al sentir el roce mis piernas temblaron por un acto reflejo mmmmmmm.
Lo deje deslizar mi prenda intima hasta ser retirada totalmente de mi cuerpo, me tenia excitadísima, el hombre la tomo en sus manos y la llevo a su cara pegándola a su nariz y aspirando el olor a hembra producto de la humedad acumulada que había soltado mi chochito hasta ese momento.
Sus dedos comenzaron a darme placer, los movía hábilmente a lo largo y ancho de mi rajita después hacia círculos sobre mi clítoris y sobre los labios vaginales, solo para volver deslizar a lo largo de mi mojada rajita, rozando y ensanchando los pliegues internos de mi vagina.
haggggg que ricooo mmmmmmm don Luis que ricoooo.
Yo gritaba de forma escandalosa y el me detenía para que no se me ocurriera separarme.
Como si quisiera dejar ese placer.
Así me tuvo un buen rato, mamando mis chichitas y acariciando mi chochito y la entrada de mi culito yo me dejaba hacer disfrutando tanto placer hasta que mi orgasmo no se hizo esperar.
Mmmmmmmmmmmm hhayyyy siiii don luisss mmmm
El hombre me dejo terminar agusto disfrutando mi venida.
--Tu turno Betty.
Que dijo pregunte, aunque yo sabía bien a que se refería.
Ven me insistió y dirigiendo mi cara hacia su entre pierna me ofreció lo que yo ya me esperaba, quería que le diera una mamada a su hermoso garrote.
Con temor por el tamaño de esa cosa me acerque y fui tocando con mis labios dando besitos al glande de don Luis mi panochita palpitaba de deseo y yo seguí con mi encomienda, lamí poco a poco el tronco y acariciaba sus bolas con mi manita, olía a hombre pero no me era desagradable mas bien dicho encendía aun mas mi deseo, la verdad esa rica verga no cabía en una sola de mis manos me asustaba.
Lo que al principio fue una mamadita suave poco apoco se convirtió en una señora mamada subiendo y bajando a lo largo de su gorda y venuda verga incluso había tiempo de lengüetear sus testículos, el hombre soltaba unos gruñidos de placer intenso y me acariciaba le nuca la espalda y las nalgas al mismo tiempo deje que me cogiera mi boquita, pero la verdad no era mucho la que entraba no exagero al decir que era una verga muy gruesa.
Así transcurrieron unos minutos pero el me pidió parar un poco, no quería terminar todavía y menos en mi boca.
Me enderezo con cariño, solo para hacer el intento de penetrarme.
En un movimiento me senté de rodillas sobre su pelvis, me monte frente a el, mientras su miembro quedaba punteando mi cosita. Me sentía una mujer nueva plena realizada, deseada orgullosa de ser deseada por los hombres.
Le ofrezco mis tetitas con la mano y me acerco a su rostro para que las mame, una de sus manos me sujeta la cabeza mientras la otra acaricia toda mi espalda.
Empezó a querer penetrarme, pero el vergonon de don Luis y mi pequeño chochito aunque bien lubricado, parecía que no eran compatibles, no embonaban, yo hacia lo posible para dejarlo entrar pero era muy grueso y me lastimaba.
El hombre se estaba desesperando y yo aullaba de deseo, en un intento mas abrazados como estábamos, el empujaba y yo dejándome caer sobre su palo, por fin sentí entrar un poco de verga en mi interior hayyyyyyy.
Pero en eso el destino nos ayudo.
Sin querer empuje la palanca de velocidades con mi pierna, poniendo la camioneta en neutral, esta se movió unos pocos centímetros y se detuvo de golpe contra la banqueta.
Mi peso y la abundante lubricación que ya tenía, fundieron en un solo empujón, el palo de don Luis y mi panochita y por fin se unieron de golpe.
Hhayyyyy haaggggggg
Mi boca se abrió sin decir palabra solo un haaagggg entre dolor y placer, denotando el gustazo por lo que estaba recibiendo.
Este movimiento sin esperarlo fue lo que acabo de introducir toda la verga de don Luis en mi chochito, hhummmmm haayyyy
Nos quedamos inmóviles un momento Su verga reposaba al tope en mi interior, el viejo de don Luis cerro los ojos y me apretó con fuerza yo recibía con gusto todo ese amor.
Empezamos casi inmediatamente el proceso de entrar y salir, era lento por lo mismo apretado, pero poco apoco empezó a aumentar la velocidad, en unos momentos mas la lubricación había echo lo suyo, don Luis taladraba deliciosamente mis entrañas con su mete y saca.
Hhaaggggg mmmmm ammggggg siiiii .
Avecés eran de golpe sus embestidas profundas y otras lento despacio para que las disfrutaramos, ponía sus manos en mis nalgas y las acariciaba con fuerza acompañando los movimientos, se sentía delicioso.
El me decía que rica estas que bien aprietas Betty mamacita.
Don Luis acariciaba, mamaba, lamia, todo lo que podía de mi cuerpo de vez en vez sobaba la entrada de mi culo aumentando mi placer.
Aminora el ritmo no quería terminar yo lo sabia, pero no por eso dejaba de hacerme gozar me sentía toda una hembra en celo.
Movía mi trasero en círculos subiendo y bajando a la vez, con su verga entera en mi interior el solo me sostenía de la cadera de las nalgas acompañando mi movimiento.
Mis tetitas se tambalean al ritmo de mis sentones.
Me sentía usada también un poco avergonzada, pero a pesar de todo, mi excitación era mayor a cualquier sentimiento.
De pronto don Luis empezó a bufar como toro, me agarro de la cintura y me hundió toda la verga en mi interior.
-- me vengooo Betty me vengooo hayyyy hayyy tomalosss Betty haaayyyyy
Eso me encendió de tal manera que al sentir los latigazos de su semen dentro de mi, explote por dentro, esa sensación tan deliciosa me hizo terminar al mismo tiempo que el, las convulsiones de ambos nos fundieron en un fuerte abrazo mesclado de amor y placer, apreté fuertemente los puños, pero también apreté mas mi vagina alrededor de la verga de don Luis quería sacar hasta la ultima gota de esa rica lechita, subí y baje a lo largo de su garrote dándole la ultima ordeñada con mi chochito.
Despues de unos momentos de reposo, baje lentamente de mi montura y como era lógico escurrió un hilito de semen de mi interior cayendo directamente en el asiento.
Ahí fue cuando don Luis reacciono diciendo Betty te cuidas con algo.
A buena hora don Luis reí, para su tranquilidad y la mía aun traigo puesto mi dispositivo si no jamás hubiera permitido que pasara esto.
Eso lo tranquilizo.
Me vestí como pude y trate de borrar todo huella de la batalla que acababa de librar.
Don Luis hizo lo mismo sin dejar de mirarme y de relamerse los labios por el logro obtenido.
--Mmmmm don Luis que ricoo pero muero de pena que pensara usted de mi.
--No te apures Betty esto no sale de aquí y la verdad yo te orille a esto, pero quiero que sepas que de hoy en adelante no estas sola cuenta conmigo para lo que gustes.
--Por favor don Luis le ruego sea discreto.
Claro Betty pero solo recuerda que quiero mas de esto tan delicioso y apretado que tienes, que dices.
--Ya veremos mas adelante, por lo pronto lléveme a mi casa que ya es tarde.
Nos terminamos de acomodar la ropa y esta vez se dirigió directamente a mi domicilio.
Al bajar de la camioneta frente a la puerta de mi casa, me despedí discretamente de don Luis, por que siempre hay un vecino que mal interpreta las cosa, que ve de mas y yo no quería perder mi buena reputación en la colonia donde vivía.
Ya en la soledad de mi dormitorio , la humedad en mi vagina y lo adolorido de mis chichitas me recordaban la inesperada y deliciosa tarde que había pasado con don Luis, sabia bien que era la primera vez solamente y si el hombre era discreto seguramente habría mas encuentros para el placer de el pero principalmente para el mío propio.
me gustaria conocer sus opiniones ...