Don Juan

Nunca pensé que alguien mayor pudiera darme tanto placer, hasta que Don Juan apareció en mi vida.

Por esas cosas de la vida, termine trabajando en la oficina de mi abuelo, una pequeña pero muy rentable oficina de contabilidad, al lado de la casa de ellos, por lo que siempre almorzaba allí. Mis abuelos tienen una gran casa, con muchos dormitorios. Normalmente arrendaban las habitaciones a estudiantes, pero por alguna razón le había arrendado una de las habitaciones, la que se encontraba en la entrada de la casa a un hombre mayor, de unos 55 años, que trabajaba en una faena minera, él trabajaba por sistema de turnos por lo que semana por medio solamente llegaba a la casa. Don Juan, es un hombre educado y muy correcto, un caballero. Es alto, por sobre lo normal, con espalda ancha y manos grandes. Cabello castaños con unas canas a los costados y unos hermosos ojos verdes.

Yo jamás me había fijado en un hombre mayor, tengo 23 años, recién egresada de la universidad, me considero una chica normal, alta, un poco más rellenita del promedio por lo que tengo unos senos grandes, y caderas prominentes pero herede la cintura estrecha de mi madre. Tengo los ojos almendrados y labios gruesos.

Llevo poco más de un mes trabajando con mi abuelo, la primera vez que vi a Juan, me pareció un hombre amable, fue apenas un intercambio de saludos. A los 3 días de empezar a trabajar mi abuelo me comento que debían viajar al norte del país ya que su hermana estaba enferma, y confiaba en que yo podría llevar el negocio, así que decidí quedarme esos días en la casa de ellos y así ahorrarme el viaje. Así comenzó todo…

Juan al tener la habitación más cercana a la habitación de mis abuelos, ocupaba también el baño de ellos, que tenía dos puertas de entrada una por la habitación de ellos y otra por el pasillo. Una noche me levante al baño y al no estar acostumbrada a dos puertas cerré solo una con seguro, cuando me estaba lavando las manos Juan abrió la puerta de improviso. Yo me asuste y solo me quede ahí parada, lo mire y me di cuenta que el solo estaba con un bóxer ceñido al cuerpo, la verdad es que no estaba nada de mal para ser mayor, tenía un vientre plano y se notaba que ejercitaba, cuando por fin me di cuenta que lo estaba mirando mucho lo mire a los ojos y vi que él también estaba entretenido mirándome, como hacia tanto calor, yo solo duermo con un hotpants y una polera tipo musculosa bastante delgada lo que deja en evidencia mis pezones. Por primera vez vi en su mirada algo más que solo el hombre educado y distante, había algo animal y visceral en su mirada, sentí como recorrió mi cuerpo y cuando se detuvo en mis senos, reaccionaron de inmediato, mis pezones se endurecieron, y algo en el también reacciono, la atmosfera se cargó de deseo sexual por unos segundos. Hasta que el recobro la compostura y pidiendo disculpas cerró la puerta.

Yo quede parada allí, sin entender que había sucedido, porqué mi cuerpo reacciono así. La verdad es que me gusto saber que un hombre mayor se excitaba conmigo. Me fui a acostar con más calor aun, me toque y sentí mis pezones duros y mi vagina húmeda, me lo imagine besándome, lamiendo mis senos, lamiendo mi clítoris, metiendo un dedo en mi cuerpo húmedo y caliente, me lo imagine tomándome en el baño, sobre el lavabo frente al espejo, viendo como me follaba salvajemente, me calentó tanto verlo que no pude parar de masturbarme hasta que termine en un gran orgasmo. Me acurruque y mientras empezaba a dormirme sentí un crujido en la puerta, mire y no había nada, así que solo lo atribuí a la madera antigua de los marcos de la puerta.

Al otro día durante el desayuno, me encontré con Juan, me pidió disculpas por no haber tocado la puerta y volvió a ser el hombre seco y distante, me apeno mucho, pero la verdad es que él era mayor y probablemente era lo correcto.

Trabaje todo el día y cuando por fin terminó el trabajo, decidí darme un baño de tina, me relajó tanto que termine quedándome dormida, desperté con una suave caricia en mi cuello. Me sobresalte cuando lo vi, arrodillado junto a mí. Él se disculpó y me dijo que llevaba más de 30 minutos allí y que mejor me salía o me podía resfriar, la verdad es que el agua estaba helada pero en aquel momento yo sentía que hervía. Verlo allí y yo desnuda, el acariciando mi cuello, mirando mis senos con deseo…mmmmmmmm me acuerdo y siento como mi cuerpo se calienta.

Le pedí que me pasara la toalla y decidí salir de la tina el me miró asombrado por mi osadía, pero me paso la toalla y se fue, yo me sentí tan frustrada, una parte de mi quería que él me tomara allí mismo y la otra parte más cuerda me decía que debía alejarme de él. Solo me tendió la toalla y se fue.

Mis abuelos llegaron al otro día y todo volvió a la normalidad, como tenía todo en la casa de mis abuelos decidí quedarme esa noche, esa también era la última noche de juan ya que venía una semana que no se quedaría, dormí por un rato pero el calor no me dejaba, me levante a tomar un vaso de agua y vi una sombra en el patio, era él que estaba fumando un cigarro, Salí y le pedí uno, él se puso un poco nervioso y por un segundo vi esa mirada, pero duro poco. Nos fumamos el cigarro en silencio entre miradas cómplices pero el siempre distante, sentí nuevamente ese deseo, esas ganas salvajes de ser suya, me senté frente a él, yo solo iba con una camisa de dormir bastante corta, cruce las piernas lentamente, mirándolo a los ojos, vi como su mirada subía por mis muslos e intentaba ver más allá. Decidí comportarme como una guarra, abrí los botones de mi escote dejando ver gran parte de mi escote, el me miro un poco nervioso pero se sentó frente a mí y siguió mirándome, comencé a acariciar mis muslos y a subirme aún más la camisa hasta que él podía ver mis bragas. Sentía como crecía el deseo dentro de mí, esos pequeños calambres en mi interior, ese calor y humedad allí abajo, quería sentir sus manos sobre mi cuerpo y su pene dentro de mí. Pero él solo me miraba, pasaba su lengua por sus labios y solo miraba, yo lograba ver como su erección se hacía más evidente y como su respiración se aceleraba, decidí acercarme a él.

Me paré delante de él y toma su mano y la puse en mi cadera

Juan - ¿qué haces?, esto no es correcto, puedo ser tu padre…oh que suave tu piel

Intento sacar su mano,  pero la tome y la puse en mis tetas.

Yo – no eres mi padre, eres un hombre y yo una mujer y deseo que me toques- le decía mientras el sobaba mis tetas suavemente hasta llegar a mis pezones y apretarlos hasta ponerlos duros

Juan – que ricas tetas, mira esos pezones como se paran mmmmmmm, que caliente están.

Beso mis tetas sobre la tela, mojando mi camisa, haciendo que se transparentara aún más la tela, me encantaba su mirada de deseo.

Yo – quiero que me folles, quiero sentirte dentro de mí, necesito que me folles.

Juan – no puedo, eres una niña, tus abuelos…que… qué pensarían de mi…no… no puedo…lo siento… - dijo empujando a un lado, entro casi corriendo a la casa y se escondió en su pieza.

Yo me quede allí más caliente que nunca, no podía seguirlo, mis abuelos podrían verme, y ahí tendría muchos problemas.

Él se iría esa noche y no lo volvería a ver hasta una semana después, que frustrante no tener lo que quiero, siempre tengo lo que quiero, algo tendría que hacer para tener a aquel hombre.

La semana siguiente transcurrió normalmente hasta la noche del viernes en que llamaron a mi abuelo para avisarle que su hermana había fallecido, él me llamo para decirme que se iría por una semana para poder acompañar a su cuñado y a sus otros hermanos y así ver a la familia, volvería el viernes que viene y debía hacerme cargo yo del negocio y cuidar la casa, me dijo que si podía quedarme nuevamente ahí para poder ordenar la pieza de Don Juan ya que el volvería la noche siguiente. Yo por un apenada le dije que dejara todo en mis manos que el viajara tranquilo, pero por otro estaba feliz de pasar toda la semana a solas con Don Juan.

Al día siguiente empaque y me fui donde mis abuelos, los acompañe al aeropuerto y volví a ordenar todo. Solo faltaba una hora para que llegara Don Juan. Y quería preparle una sorpresa que no olvidaría.

Me bañé, me depile completamente, todo mi cuerpo, me eché una exquisita crema de vainilla para  oler dulcemente para él y deje mi pelo ondulado suelto…me puse una pequeña tanga y un corpiño de encajes negros, el contraste con mi piel blanca era exquisito. Y me acosté en su cama, no podría resistirse.

A los 15 minutos llego él, escuche como cerraba la puerta y arrastraba su maleta, mi corazón me latía en los oídos, mi adrenalina fluía por mis venas y mi excitación no daba más.

Cuando finalmente vi cómo se abría la puerta de su cuarto, y su cara de sorpresa era un poema.

Simplemente me miro, recorrió mi cuerpo completamente 1, 2, 3  veces de arriba abajo.

Juan- que… qué haces?... tus abuelos…no deberías…que hermosa eres…no deberías…

Yo – no te preocupes, mis abuelos se fueron por una semana, estamos solos. Quería sorprenderte, ven aquí.

Juan camino hacia mí y se sentó a los pies de la cama, yo gatee hacia él, moviendo mi culo lo más que pude, viendo como el vaivén lo hipnotizaba

Yo – espere tanto este momento

Juan – puedes ser mi hija…por favor no…vístete…no podre resistir eternamente…cúbrete

Yo – no te resistas, te deseo- le hablaba pegada en su oído, lamiendo su lóbulo, lamiendo su cuello, pase mi lengua por toda la línea de su mandíbula hasta que llegue a sus labios, pase mi lengua sobre ellos, esperando su reacción

Juan – te lo advierto, déjalo ya, no podre resistir mucho más.

Yo – no te resistas- lamiendo su cuello. Y cuando iba subiendo a su boca nuevamente, el me agarro por la nuca y me dio un beso profundo y húmedo, salvaje lleno de erotismo. Tiraba de mi cabello hacia atrás dejando más expuestos mis labios, me mordió fuerte haciendo que gimiera de dolor y placer.

Juan – te enseñare lo que las niñas como tu ganan por ser tan guarras

Tiro de mi cabello y me tendió sobre él, dejando mi vientre sobre sus piernas,  con una mano sobaba mi culo y con la otra sujetaba mi cabeza por el pelo, tirándolo suavemente.

Juan – que culo más rico tienes, tan joven y suave, se nota que nunca has recibido un castigo, por eso actúas como puta, tentando a todos sin mediar consecuencias. Ahora aprenderás que no puedes hacer lo que se te venga en gana

Cuando termino de hablar azoto mi culo con su mano. Chille más de la sorpresa que del dolor.

Juan – eso puta, te gusta cierto?, quieres más? Vas a aprender a no jugar conmigo.

Me excitaba tanto verlo así, él es siempre tan compuesto y caballero y ahora estaba siendo todo un macho salvaje.

Mientras tiraba mi cabello haciendo que girara mi cabeza para ver mi cara me volvió a azotar el culo.

Juan – así putita, veo que te gusta, tienes cara de guarra. Mmmmmmm pero que culo más suave, veamos si te gusta- dijo metiendo un dedo en mi tanga- uffff pero si estas mojadisima, y así peladita se siente más suave, que rica rajita tienes.

Yo por mientras me retorcía intentando meterme su dedo más adentro, no entendí por qué pero mi cuerpo reacciono excitándose aún más con esos azotes, me sentí sucia y puta, pero enormemente excitada. Quería más, trate de pararme pero no me dejo.

Juan – ah no putita, ahora soy yo el que te usará, soy yo el que toma las decisiones.

Se paró y me dijo que me pusiera a  gatas sobre la cama, mirando hacia el

Me quede mirándolo mientras se sacaba la ropa, primero la polera, mmmmm era tan grande, todo un macho. Y luego sus pantalones, lo hizo lentamente como tentándome poco a poco, pude ver como su erección se marcaba, y finalmente se sacó todo, liberando su erección.

Tenía un pene grueso, bastante grande en realidad, no extremadamente largo pero si grueso, se notaba lo duro que estaba, podía ver en la puntita una gota de semen, quería saborearlo ya,  pero él me observaba

Juan – veo que te gusta lo que vez, quieres probarla? Quieres verga?

Yo – sí, quiero probarla

Juan – pero que mal educada, como se dice? Con buenos modales se piden las cosas

Yo – si por favor, deme verga Don Juan.

Juan – muy bien guarrita, así se piden las cosas, aquí tienes tu verga- y la metió en mi boca.

Primero me dejo hacer, lamí completamente su verga, hasta la puntita, saboreando esa gotita,

La metí en mi boca, abriendo lo quemas pude, me costó meterla pero lo logre, comencé a meterla y sacarla, masturbando lo que quedaba fuera con mi mano. Era tan rica, dura y salada, caliente y húmeda con mi saliva que rico sabor!. El me agarro del pelo y comenzó a follarme la boca, cada embestida metía mas su verga, me producía arcadas pero a él no le importó, siguió fallándome.

Nunca me habían tratado así, pero la verdad es que estaba más excitada que nunca. Sacó su verga y me pegaba en la cara, la restregó por toda mi cara, la pasó por mis labios mientras yo trataba de chuparla pero él seguía frotándola en mi cara, me encantó cuando me hizo sacar la lengua y me pegaba con su verga.

Me la metió y yo procure lamer lo más que pude, metérmela hasta yo misma causarme arcadas, trague toda su verga, era tan rica…quería más…quería tenerla más dentro…la metía y saque de mi boca succionando su glande con fuerzas mientras lo masturbaba.

Juan – mmmmmm pequeña chupa vergas, que rico, que placer. Métela más adentro. Cómetela toda, eso mmmmmm que rica putita me encontré.

-          Para putita o me harás acabar… y tengo otros planes.

La saco de mi boca e hizo que me recostara en la cama, se subió sobre mí y comenzó a besarme y sobarse conmigo, sus besos húmedos, su lengua explorando mi boca, sus manos en mi culo moviéndolo para que su pene frotara mi vagina, yo solo gemía en su boca. Tomo mis muñecas y las puso sobre mi cabeza, comenzó a besar mi cuello, mis tetas, mordía mis pezones que estaban duros y solo pedían más pasó su lengua plana por mis pezones alternando con mordiscos…mi excitación subía y subía, sentí como algo crecía dentro de mí, su pene frotando mi clítoris, mis caderas moviéndose al compás de sus caderas, otro mordisco, otra embestida, y sentí como llegaba mi orgasmo, como mi piel se erizaba y mi cuerpo se contraía, un mordisco más y sería mi perdición y justo en ese momento él se detuvo.

Juan – putita aun no…quiero que tu orgasmo sea de otro mundo, aun no- dijo mordiendo mis labios.

Yo me sentí frustrada, pero ya había caído en sus redes, haría todo lo que quisiera.

Juan – voy a hacer que me supliques. Que tetas más ricas tienes y esos pezones duros pidiéndome más.

Me sacó la ropa y me acostó en la cama, me dejo en la orilla de la cama se arrodillo frente a mí y abrió mis piernas

Juan – que rica rajita tienes, peladita y mojada, la mejor combinación, vamos a saborear este manjar

Y pasó su lengua por mis labios una, dos, tres veces hasta que metió su lengua encontrando mi clítoris, paso su lengua por el arriba y abajo, haciéndome sentir de nuevo el orgasmo cerca…metió su lengua dentro mío saboreando cada rincón, mordiendo mis labios y el clítoris suavemente.

Yo – aahhhh sigue, mmmmmm sigue ahhh Juan…ahhhhhhhhhhhh grite cuando me mordió más fuerte.

Juan – te recuerdo que soy mayor que tú y me debes respeto, Don Juan putita.

Yo – ahhh don Juan, sigua, por favor.

Juan – ahí si putita, ven párate.

Él se acostó en la cama e hizo que me subiera sobre él.

Juan – metete mi verga tu solita, como una guarra, quiero sentir como me follas.

Me senté en cuclillas sobre él y tome su verga y apunte hacia mi rajita, estaba tan mojada que a pesar de ser súper gruesa entró suavemente, tuve e ir bajando de a poco para que mi vagina se acostumbrara al grosor, cuando finalmente la tuve toda dentro subí mi culito y comencé a meterla y sacarla, subía y me dejaba caer sobre su verga.

Yo – ahhhh q rico! Mmmmmmm

Juan – eso putita, salta arriba de mi verga, salta, muévete como la puta q eres, mira esas tetas como rebotan, puta tetona rica- decía mientras apretaba mis tetas y las hacia saltar más.

Yo solo subía y bajaba sintiendo como me abría, como entraba apretada por mi raja.

Juan – gírate puta, pero sin sacarte mi verga, quiero ver ese culito rico.

Me gire como pude sin soltar su verga y me quede mirando hacia sus pies y comencé a subir y bajar nuevamente, desde ese Angulo sentía como su pene llenaba aún más mi vagina y saber que el tenía la visión de mi culo y de su pene entrando y saliendo de mi vagina me excito aún más, sentirme expuesta, como una puta real.

Juan – que rico orto tienes puta, y mira como me traga la verga tu vagina, eres toda una putita

Sus palabras me excitaban, saber que estaba caliente por mí, que yo estaba haciendo que el disfrutara me motivaba aún más. Sentí su dedo jugando en mi ano, primero uno, me lo metió justo cuando me penetraba la vagina, me gusto sentirme llena por ambos lados, nunca nadie me había tocado el culito. Me pidió que no me moviera y que me inclinara hacia adelante, sentí como jugaba con su dedo en mi culo, moviéndolo en círculos, era una sensación extraña, rica pero extraña, sentí un pequeño dolor cuando metió un segundo dedo pero deje que siguiera, estaba decidida a ser completamente suya

Juan – uuuyyyy pequeña que orto más apretadito…nunca han disfrutado de este rico culito y hoy será mío

Yo – no don Juan, me va a doler.

Juan – créeme putita, te va a encantar- decía mientras me metía otro dedo.

Jugó un momento más con sus dedos, dilatando mi ano, para luego poner a lo perrito. Me empujo para que dejara la cabeza en la cama y pusiera el culo más en pompa. Y ahí sentí su lengua lamer mi culito, era una sensación muy placentera y a la vez sucia, tórrida. Me mojó bien el culo para poner la punta de su pene en mi orto, sentí como hacia presión hasta que por fin cedió mi esfínter, grité porque a pesar de estar dilatada sentí como me rompió el culo, me ardía,quemaba,solo quería que saliera de allí

Yo – don juan por favor, duele mucho, sáquela, por favor, deje mi culo

Juan – uuuffff putita tienes el culo más prieto que he probado, no la saco por nada, solo espera, una vez que te acostumbras te va a gustar.

Estuvo quieto por un par de minutos mientras  sobaba mis tetas y besaba mi espalda, se me había pasado el dolor, comenzó a moverse suavemente y de nuevo volvió a mi esa sensación de ardor, no quería más, solo quería que sacara su verga de mi culo

Juan – espera putita, ya va a pasar, mastúrbate, frota tu clítoris, veras que eso ayuda, HAZLO!

Comencé a tocarme mientras él seguía con movimientos suaves, y yo comenzaba a disfrutar, ya no dolía tanto, y lo poco que dolía me producía tal morbo que me excitaba más, teñí el clítoris tan sensible que basto con un rato y ya estaba al borde del orgasmo, mientras don juan me embestía con más ganas cada vez

Juan – ayyy putita como me pones, q orto más caliente, que puta más rica. No vas a poder sentarte mañana, te acordaras todo el día de mí. Pero que puta más buena. Venga follate tu misma – decía mientras me tomaba de las caderas y tiraba de mi hacia su cuerpo, yo empujaba lo más que podía mi culo hacia él.

La verdad era que estaba  disfrutando como nunca.

Juan – eso puta, ah que te gusta que te culeen. Para tener el orto virgen estas disfrutando mucho, venga mueve ese culo que voy a llenártelo de lefa, voy a regar mi leche en tus entrañas maldita puta. Muévete zorra, muévete más.

Su trato me ponía a 100, quería sentir su leche en mi culo, empecé a sentir como su verga palpitaba en mi interior, saber que lo iba a hacer llegar me elevo al cielo, sentía mi orgasmo llegar

mmmmmmm, ahhhhh, siiii don juan, folleme, deme duro ahhhhhhhh

en cuanto llego mi orgasmo, involuntariamente mi orto comenzó a cerrarse, a palpitar y lo último que sentí fue su leche entrar como un chorro caliente en mi culo, caí sobre la cama mientras don juan tenía su orgasmo

juan – joder puta, como aprieta tu culo, siento tu orgasmo en mi verga, toma mi leche puta, llénate de lefa de macho caliente. Joder!

Ambos nos quedamos unos minutos sin hablar, tratando de regularizar nuestra respiración, con su verga aun metida en mi culo, el besaba mi espalda, suavemente. Acareaba mis caderas, mis nalgas.

Cuando por fin recuperamos la movilidad, el salió de mi culo dejando un reguero de semen, me gire y me metí su verga en mi boca, la chupe y lamí hasta dejarla reluciente, mientras él me miraba embobado. Me miró como queriendo decir más, queriendo pedir disculpas quizás, sintiéndose culpable, no lo sé…

Finalmente me tomo de la cara, y me dio un beso profundo y sincero, como agradeciendo el polvo que habíamos tenido, pero la verdad es que era yo la que  tenía que agradecer, me había estrenado el culo y había sido el mejor polvo de mi vida. Hasta ese momento