Don Angel
Un matrimonio por diversas circunstancias se ve obligado a ponerse al servicio de su jefe
Seria muy largo de contar como Cristina, mi mujer, y yo mismo acabamos en poder de don Ángel, que ya era nuestro jefe en la empresa en la que trabajábamos, lo que no olvidare es el primer dia de nuestra nueva situación.
Trabajamos en distintas secciones, yo en la nave y Cristina en las oficinas, don Ángel nos cito para las nueve de la tarde en la nave central, a esa hora ya ha salido todo el mundo y solo queda el vigilante en la garita.
A la hora convenida apareció don Ángel, y desde luego no se anduvo con rodeos.
- A que esperáis ¡¡ desnudaos!!
No teníamos más salida que obedecer, una tras otra nuestra ropa fue a parar a un montón ante nosotros,
Cristina a pesar de sus 40 años es una mujer voluptuosa con un culo y unas tetas que hacen volver la vista a los hombres y yo para mi edad no estoy mal,
Nos quedamos allí de pie totalmente desnudos temiendo que el guarda pudiera pasar haciendo su ronda,
Don Ángel nos observaba y entonces empezó a dictarnos algunas de las normas que a partir de ahora regirían nuestras vidas.
- La próxima vez que estéis desnudas ante mi no quiero un solo pelo en esos cuerpos de
Putas que no sea en la cabeza ¿entendido?
- si. Contesto Cristina
El bofetón resonó seco en la silenciosa nave, la cara de mi mujer se giro violentamente por el impacto del golpe
- Si amo, se contesta zorra
-En cuanto a ti – me dijo poniéndose frente a mí, - no quiero para nada un maricon cornudo, de modo que te llamaras Vanesa y serás igual de puta que tu mujer
Si amo. Me apresure a contestar
Bien veo que la putita con polla aprende rápido, eso te ahorrara algunos castigos.
Volvió a sentarse enfrente.
- De ahora en adelante siempre y en todo lugar haréis lo que os ordene, no volveréis a acostaros juntas, las putas no follan entre ellas, yo decidiré la ropa que llevareis en cada momento, si es que debéis llevar alguna, los castigos corporales estarán a la orden del dia, tanto para corregir las faltas cometidas como por que me la ponga dura coseros el culo a correazos, estaréis dispuestas a ser usadas sexualmente cuando, donde y como me venga en gana, a ver tu…. Puta sin polla ponte de rodillas.
Cristina obedeció rápidamente.
- Ven aquí – le ordeno
Cuando llego ante don Ángel la bofetada resonó más fuerte y seca que la anterior si cabe
¡¡ si amo!! Se dice siempre que me dirija a ti.
Si amo – balbuceo Cristina entre sollozos.
La hizo colocarse a cuatro patas y coloco sus pies sobre su espalda como si de una mesilla se tratase, para seguir más cómodamente con su charla.
- Ahora tu puta sin tetas, vas a coger del suelo la ropita de esta perra y te la vas a poner
De la forma mas rápida posible me puse las braguitas negras que antes había llevado Cristina, me abroche torpemente el liguero a la cintura y me ajuste lo mejor que supe las medias también negras, el sujetador fue mas complicado, por mi falta de practica, pero conseguí ponérmelo y termine con la ajustada falda y la blusa blanca que ese dia había elegido mi mujer,
Don Ángel se levanto, se acerco a mí y me soltó tal bofetón que me retumbo toda la cabeza,
- ¡¡ Si amo ¡!, que voy hacer para que os entre en la cabeza
La humillación era terrible, “vestida” con bragas y sujetador delante de mi mujer que desnuda y a cuatro patas veía como un viejo me abofeteaba ¿ que más podía pasarme?
- Estas muy “guapa” Vanesa, asi que te cojes los bártulos de fregar deese armario y le vas a limpiar la garita a Pascual
Durante un segundo creí morirme, pero soportar el dolor no es mi fuerte precisamente, y no quería recibir otra bofetada
- Si amo – dije y me dirigí a por las cosas de limpiar sin saber como iba a afrontar aquello
Cuando Salí asi “vestida” al aire libre con el carrito y a pesar que desde la calle no se me veía creí que me moriría de la vergüenza;
vi. como Pascual me observaba llegar tras el cristal de su garita; me asome a la puerta tímidamente y me di cuenta de que estaba al tanto de todo:
- Pasa, pasa puta que aquí hay faena . me dijo socarrón.
-Si amo – le dije para curarme en salud
Pascual media 1,90 y era el doble que yo aproximadamente asi que la bofetada me mando contra la pared
- Tu amo es don Ángel, no yo
Empecé a limpiar lo mejor que sabia mientras Pascual se sentaba en su sillón y me observaba, a los quince minutos di por terminado mi trabajo y asi se lo dije a Pascual.
- Creo que falta algo – me dijo alargando hacia mí sus negros zapatos de vigilante,
Me arrodille echando mano de una gamuza para limpiárselos cuando me corto en seco.
- Con el trapo no idiota, con la lengua, como la perra que eres
A cuatro patas, “inclinada” sobre sus zapatos me aplique durante otro cuarto de hora en lamer su calzado, hasta que me indico su satisfacción con el resultado, empujándome con un pie,
Mas “avergonzada” aun que cuando entre, Salí de allí para dirigirme a la nave.
- ¡¡ mueve ese culo de puta que pareces un tío ¡! – me grito desde la puerta de la garita.
Asi que contoneándome ridículamente entre en la nave mientras tras de mi aun se oían las risas de Pascual.
La escena que me recibió también tenía un trago,
Cristina permanecía de rodillas ante don Angelcon una mano extendida donde el depositaba la ceniza de un costoso habano, su cara estaba embadurnada de semen, los ojos, la boca, tal era la cantidad que el viejo había derramado sobre su rostro que había llegado a sus generosos pechos.
- Guarda el carrito puta sin tetas, y devuelvele la ropa a esta cerda que ya me aburrís.
- Si amo. – conteste sumisamente.
Me quite la falda y la blusa y cuando iba a quitarme la ropa interior don Ángel me interrumpió.
- No, las bragas, el sujetador y lo demás te lo quedas y te pones encima tu ropa de cornudo, y tu cerda ni se te ocurra limpiarte la cara.
De modo que yo con la ropa interior de Cristina, ella sin nada debajo de la suya y con la cara llena de semen fuimos enviados a casa.
Y esto no había hecho más que empezar.