Dominando a mi novia (1)

Salimos de fiesta un sábado por la noche, estábamos con todos los amigos, pero mi novia no paraba de intentar calentarme, bailaba sensualmente mientras restregaba su culo por encima de los pantalones, en cada roce debía notar lo excitado que me tenía.

Salimos de fiesta un sábado por la noche, estábamos con todos los amigos, pero mi novia no paraba de intentar calentarme, bailaba sensualmente mientras restregaba su culo por encima de los pantalones, en cada roce debía notar lo excitado que me tenía.

Ella se llama Verónica y tiene un físico de locura, pelo moreno y largo, alta y delgada, pero con suficientes curvas. Esa noche llevaba un vestido morado y bastante corto que dejaba ver sus largas piernas.

En un momento de la noche mientras me besaba por el cuello se acercó a mi oreja y sin dejarla de lamer me dijo suavemente:

-De mi ropa interior solo llevo el sujetador.

-¿Quieres que volvamos al hotel?

-No, aún no, quiero calentarte más, aunque parece que va a reventar.

Mientras me decía esto al oído con su mano derecha iba bajando por mi pecho hasta llegar hasta mi durísimo miembro y lo apretó en su mano.

-¿Parece que tienes ganas de jugar esta noche, no?

-Esta noche quiero que me hagas de todo, quiero ser tu esclava, tu puta personal.

La llevé a un rincón y le masajeé los pechos por encima del vestido mientras nos besábamos. Pase la mano por debajo del vestido y pude tocar su coño, lo llevaba completamente depilado y ya estaba algo mojado. Le introduje el dedo índice y lo moví un poco, ella gimió en mi oreja, luego saque el dedo y se lo di a lamer. Lo lamió suavemente mirándome a los ojos.

Nos despedimos de nuestros amigos y nos fuimos hacia el hotel. Una vez estábamos enfrente de la puerta de la habitación entre y le dije:

-Ahora quítate el vestido.

-Pero amo, me podría ver alguien.

-¿Quién eres tú para debatir mis decisiones?

-Tu puta.

-Pues hazlo.

Se quito el vestido rápidamente y fue corriendo a entrar, pero yo la paré:

-¿A quién has pedido permiso para entrar?

-¿Amo por favor, puede entrar su esclava en la habitación?

-Según lo mojada que estés.

Pase la mano por su raja y estaba muy excitada, le deje pasar.

-Quédate ahí parada en medio de la habitación.

Fui a por una caja que guardaba para estas ocasiones con diversos juguetes y le vendé los ojos. Desde detrás de ella fui pasando mis manos por su espalda y luego mientras le lamía la oreja llevé mis manos hacia sus pechos, tenía los pezones muy duros, los cogí con mis dedos y los pellizque suavemente, ella emitió un leve gemido. Me bajé los pantalones y puse mi polla entre sus nalgas. Llevé sus manos a la espalda y se las sujeté con unas esposas. Luego me senté al borde de la cama.

-Perra, ven hacia aquí a cuatro patas y chúpame la polla como tú sabes.

Ella obedeció al instante y mientras podía ver como brillaba su entrepierna por lo mojada que estaba.

Sin poder utilizar las manos fue buscando mi polla hasta que le golpeó en la mejilla, luego dio un beso en la cabeza y chupo la punta lentamente, poco a poco se introdujo toda y se quedó allí unos instantes mientras jugaba hábilmente con su lengua. Yo le cogí la cabeza y empecé a follarle lentamente la boca.

Le quite las esposas y la puse encima la cama a cuatro patas, para que siguiera chupando mientras yo tenía acceso a su coño y a su culo. Estaba muy excitada y mientras me la chupaba empecé a jugar por la zona de su coño y una vez tuve el dedo mojado se lo pase por el culo introduciéndolo un poco, ella chupaba sin parar y finalmente me corrí en su boca, ella siguió lamiendo hasta que la dejó bien limpia.

(Si queréis que la historia continúe, mandadme un correo a franzul7(arroba)gmail.com)