Dominando a Carlota 3.5

La celebración de la decisión de Lara.

Recomiendo leer las partes anteriores de esta historia, para comprender lo que viene; próximamente iré subiendo más partes, estad atentos.


Lara quería celebrar la que iba a ser su nueva vida desde ese momento, así que, Inés, no tuvo más remedio que aceptar hacer un trío conmigo y con Lara.

Inés y Lara me la empezaron a chupar a dúo, se iban alternando con mi polla, lo que me produjo un gran placer, a pesar de que, a Inés, no se le daba del todo bien, debido a la falta de experiencia chupando pollas; Lara se dio cuenta y pensó en que, cuando estuviera con los sumisos que, Ama Mónica, le fuera suministrando para su entrenamiento como Ama, le pondría a Inés la tarea de chupar cada una de sus pollas (Las de los sumisos), para que mejorase en ese aspecto tan importante de la sexualidad en una mujer, como es dar sexo oral al hombre con el que está.

Cuando me corrí, lo hice especialmente sobre la cara de Inés, con la intención de humillarla un poco, pues era la primera vez que me corría en su cara, y quería ver su expresión facial al verse cubierta con mi semen.

Lara comenzó a lamer su cara, para limpiar mi semen de ella, y, de paso, tragárselo y disfrutarlo.

Después, Lara, buscó por los cajones, y dio con un arnés, con una polla de plástico bastante grande, se colocó el arnés, y me dijo al oído, que me follase por el coño a Inés, mientras, ella, se la follaría, a la vez y con el arnés, por el culo.

Antes de empezar, Inés pidió una mordaza, para poder ahogar los gritos de placer y de dolor (En especial, al ser introducida la polla de plástico tan enorme en su culo), que iba a proferir durante la sesión de sexo con nosotros dos.

Lara no encontró ninguna mordaza en el cajón, pero sí pudo dar con una máscara, que dejaba la boca tapada, al igual que privaba de la visión, era una máscara de látex, con solo dos pequeños agujeros para respirar, a la altura de la nariz.

Le pusimos la máscara a Inés, nos costó un poco, pero, al final, lo logramos, y comenzamos los dos a follarnos a Inés, que, a pesar de la máscara, comenzó a gemir y a gritar, en especial cuando, Lara, le metió la polla enorme de plástico por su culo, cuando le dio la primera embestida, pese a no ser muy fuerte, Inés emitió un sonido, casi como un aullido, que, por poco, nos deja sordos a Lara y a mí.

Por si fuera poco, el dolorido culo de Inés, por los palazos recibidos en el club de alterne, como castigo por la broma de los pimientos, no ayudaban demasiado a que, la experiencia con el sexo anal de Inés, fuera demasiado placentera, o, al menos, no demasiado dolorosa.

Finalmente, yo me corrí en el cuerpo de Inés, calculé sacar mi polla a tiempo, antes de correrme, para no hacerlo dentro (Al menos, hasta que, Inés, fuera al ginecólogo y le pusieran un DIU, algo que habíamos quedado con Ama Mónica que sería una de las condiciones, tanto para Lara como para Inés, y que se haría al día siguiente por la mañana, como asunto de prioridad máxima).

Era ya algo tarde cuando acabamos de follarnos a Inés, así que, decidí que era mejor ir ya a dormir, y le prometí a Lara que, antes de regresar a Madrid, me la follaría, tal y como habíamos quedado (Pensaba hacerlo en la ducha al día siguiente).

Lara y yo, nos metimos en la cama, dejamos a Inés durmiendo en el suelo, como si fuera una perrita, pues fue ella misma quien nos lo pidió, para pasar el mayor tiempo posible a nuestro lado.