Dominando a Carlota 2.3

Viernes por la tarde-noche. En mi casa, llega el reparto de la cena.

Recomiendo leer las partes anteriores de esta historia para poder entender todo bien.

Próximamente iré subiendo más partes de esta historia, estad atentos.


Ya en mi habitación, a la que, Lara y yo, habíamos subido tomados de la mano, para hacer esa primera vez lo más romántica posible (Yo no tenía muy claro cómo iban a ir las cosas, además, sospechaba que, Lara, iba a ser más Ama que sumisa, por lo que, el trato, no es el mismo).

Lara y yo, nos comenzamos a besar de nuevo, y comenzamos a desnudarnos, le quité con cuidado el vestido negro que llevaba, vi que no llevaba sujetador, porque le gustaba tener las tetas libres, los pezones estaban erectos, por la excitación que llevaba Lara, y, el tanga que llevaba, de color negro, no presagiaba la línea de pelo fina que, Lara llevaba en su coño y que, yo, con una maquinilla de afeitar que tengo para esos casos, le quité de un solo golpe de máquina, dejando en el suelo los pocos pelos que habitaban, hasta ese momento, en su coño. (Teniendo en cuenta lo morena que es Lara, me esperaba tener que segar casi un jardín en su coño, por suerte, no fue así, además, Lara entendió que me gustan los coños sin nada de pelo, y prometió ir depilándose esa zona con frecuencia).

Ya con el coño de Lara libre de pelos, le metí un dedo por su coño, estaba bastante húmedo, sin duda, había ganas de follar, pero, primero, decidí que era mejor masturbarla un rato, y tratar de que se corriera así, antes de tener un segundo round, metiendo allí mi polla.

Me costó un buen rato tener que masajear y masturbar su coño, primero con suavidad, después ya subiendo la intensidad, lo que hacía que, Lara, fuera emitiendo gemidos de placer, que fueron, poco a poco, subiendo también de volumen, aunque sin alcanzar en ningún momento el nivel de decibelios de los gritos de Carlota.

Logré que, Lara, se corriera una primera vez, pero, sin darle tiempo a que descansara, llegó el momento de meter mi polla, ya muy dura por su coño; Lara me dijo que prefería hacerlo sin condón, ella se encargaría después de tomar anticonceptivos, pues le gustaba más sentir el semen del hombre con el que follaba, dentro de su coño.

Le introduje mi polla por el coño a Lara, y, con suavidad, fui metiendo y sacando mi polla, al principio, a Lara le dolió un poco, pero, poco a poco, el placer fue ganando al dolor, y, unos minutos después, mi semen, estaba ya dentro de su coño.

Justo en el momento en el que, mi semen, era descargado directamente en el coño de Lara, me sonó el móvil, era un mensaje de

Whatsapp

de Sara, para que bajáramos cuando pudiéramos, porque, entre unas cosas y otras, era ya casi la hora de cenar.

De nuevo sin dar tiempo a Lara para que se recuperase, y sin permitir que se vistiera, salvo por el calzado, (Yo también me quedé desnudo por completo), bajamos al salón, donde, Sara, ya algo más relajada, estaba sentada en el sofá, con Carlota de rodillas, y mirando al suelo, aunque, claro está, sin poder ver.

Le pregunté a Lara lo que quería cenar, y, ella me dijo que le apetecía tomarse una buena hamburguesa, para recuperar fuerzas tras haber estado follando, así que, agarré el móvil, y pedí hamburguesas para nosotros 3, y, además, pedí también varios complementos, con la idea de dar algo de cenar a Carlota y a Pilar, para que no pasaran hambre, pero, eso sí, siendo, Sara y yo, en todo momento, los que

decidiéramos

lo que ellas comían, su dieta.

Sara mandó un mensaje de

Whatsapp

a Pilar, que tardó muy poco en llegar a mi apartamento, pues siempre estaba pendiente de los deseos de su dueña, de Sara, al ver a Carlota, Pilar se asustó un poco, pues temía que, Carlota, la pillase por banda, y, de nuevo, volviera a ser castigada por su culpa, aunque, en realidad, era algo que temía y que deseaba, a partes iguales, pues la idea de ser de nuevo castigada, le excitaba casi más que, Carlota, lamiera su cuerpo, algo en lo que no había podido parar de pensar Pilar en todo el día.

Carlota estaba “bailando” un poco, Sara se dio cuenta y le preguntó lo que le pasaba, Carlota dijo que se estaba meando, pero que acostumbraba a no mear mucho, le gusta aguantarse el pis, Pilar, al escuchar que, Carlota, se estaba meando, saltó como si fuera un resorte, y se ofreció a recibir en su boca, el pis de Carlota.

Carlota dijo que no era necesario, pero, Lara, para mi sorpresa, dijo que le gustaría ver como Carlota, meaba en la boca a Pilar, así que, Carlota, a pesar de todo, no tuvo más remedio que obedecer; Pilar se tumbó en el suelo, le puso Sara una mordaza de tipo dentista, que deja la boca bien abierta, y, Carlota, empezó a mear, en la boca de Pilar, tratando de no derramar una sola gota de su pis, para no manchar el suelo.

Una vez que, Carlota, se hubo aliviado un poco, Pilar se encargó de limpiar bien su coño, para que no quedara una sola gota de pis, algo que, Carlota, tuvo que agradecerle a Pilar, y también a Lara, que fue quien dijo de mear directamente sobre Pilar.

Mientras esperábamos a que llegara la cena, se me ocurrió, para premiar a Lara por su buena idea sobre el pis de Carlota, y, la mejor forma que se me ocurrió, fue que probara a que, a ella misma, le lamiera el coño una mujer, así que, teniendo en cuenta que, la que más experiencia tenía, era Sara, le pedí a Sara que le empezara a lamer el coño a Lara, para ver si disfrutaba de la experiencia.

No dio tiempo a que, Lara, pudiera decir nada o negarse, porque, Sara, obedeció con mucha rapidez, era algo que esperaba escuchar desde que, por la mañana, había conocido a Lara, y, por tanto, estaba deseando comerle todo el coño.

Sara usó su lengua, con piercing, para lamer con ganas el coño de Lara, que gemía de placer, y no tardó demasiado en correrse, yo tenía un ojo puesto en la escena, y, el otro, en Carlota, para evitar que se masturbara viendo la escena, algo que, si me distraía, tenía bien claro que iba a suceder.

El timbre de la puerta sonó, era el reparto de la cena, así que, Carlota y Pilar, sin decir nada, se levantaron desde su posición, ambas de rodillas, y fueron a abrir la puerta; en esta ocasión, era una repartidora, que sí aceptó la propuesta de Carlota, de pasar a recibir algo de sexo con ellas dos.

La repartidora, dijo que ya se acababa su turno, el nuestro era el último pedido de la noche, por lo que no tenía prisa en regresar, la franquicia era de sus padres, así que, con una llamada rápida a su madre para avisar de que se retrasaría, sería suficiente.

Tras hacer las presentaciones de rigor, la repartidora dijo que quería follarse a Lara mientras, Carlota, le comía el culo con la lengua, así que, Sara, fue a buscar un arnés, que utiliza para tener sexo con Pilar en las pocas ocasiones en las que le quita el cinturón de castidad (Más que nada, las veces que lo hace, es por pura cuestión de higiene, o por algún premio para Pilar, como es lógico, en forma sexual, al fin y al cabo, es su dueña y tiene derecho a hacer lo que quiera con ella).

Pilar fue disponiendo las hamburguesas en platos y preparando un poco la cena, y, cuando Sara regresó con el arnés, comenzó la noche de fiesta.

Sin embargo, una llamada al móvil de Lara, alteró un poco nuestros planes...